Capítulo dos.
Un día de trabajo nunca había sido tan largo. El trabajo de Chanyeol como arquitecto estaba muy lejos del trabajo que hacía en el desierto. Dado que solo había regresado hace una semana, estaba empezando lentamente. Le habían asignado el diseño de una casa familiar en un nuevo desarrollo. Hasta ahora su jefe lo había manejado, pero él estaba planeando darle todo el proyecto a Chanyeol —en tanto Chanyeol pudiera probar que aún seguía siendo capaz después de estar en servicio activo. Además de eso, el plan de un centro comercial en el que había estado trabajando antes de que el departamento le hubiera llamado había estado interrumpido mientras estuvo lejos. Ahora, cuando finalmente las leyes de zona habían cambiado y se había aprobado el proyecto, era el momento de trabajar en él.
Eso mantuvo muy ocupado a Chanyeol —realmente ocupado— pero hoy, sus pensamientos se iban hacia Baekhyun y lo que sintió que ambos experimentaron anoche. Loco. Esa era la única manera en la que podría describirlo. Pero la sensación de conexión no se había apartado. Más de una vez, atrapó sus pensamientos yéndose a la deriva hacia el hombre antes de tomar el control de nuevo. No podía dejarse ir con fantasías de tener a Baekhyun inclinado sobre la mesa cuando se suponía que estaba probando que estaba en un alto nivel para el trabajo.
Ahora, paseaba ansioso en su departamento mientras esperaba que Baekhyun llegara. Una y otra vez, se repitió la conversación mientras la emoción y la incredulidad peleaban dentro de él. De cualquier manera, ¿qué estaba haciendo? No había manera de que una relación pudiera ir adelante. Aun así no podía detener la necesidad. Necesitaba pasar tiempo con Baekhyun. Eso podría no terminar bien; sabía eso. Tenían muchos opositores que enfrentar. Podrían ser adultos, pero sus familias no podían ser subestimadas. Ellos no estarían felices.
Pasó la mano por su cabello, le gustaba que hubiera crecido en el último mes. Realmente, sus padres podrían no molestarse por Baekhyun. Ellos querían que Chanyeol fuera feliz. Ellos intentarían.
Vio el reloj y entró al cuarto de baño para asegurarse de que su cabello no estuviera de punta. No, él había logrado que se quedara en su lugar y algo desordenado, muy su estilo. Sintiéndose nervioso, se arregló el cuello de la camisa y enderezó el cinturón, revisó la manera en que su camisa estaba dentro de los pantalones, complacido con la suave línea, regresó a la sala y fue a la cocina a revisar si el vino estaba frío.
¡Buen Señor! No había estado tan nervioso en el desierto con todos esos francotiradores rodeándolo. Había aprendido a ignorar los sonidos de la guerra, aun así la idea de estar solo con Baekhyun tenía un grupo de mariposas kamikaze en su estómago. Sus manos estaban frías mientras esperaba. Se las frotó juntas mientras regresaba a la sala y revisaba el espacio una vez más para asegurarse que estuviera arreglado.
¿Qué le preocupaba tanto? Baekhyun venía a verlo a él, no al lugar. Si Chanyeol lo hacía a su manera, el otro hombre podría ni siquiera notar el departamento. Aun así, quería darle una buena impresión. Baekhyun venía de una familia que siempre había visto hacia abajo a los Park. Aunque él parecía diferente a los otros, Chanyeol no podía agregarle más fuego a eso.
Sonrió. Baekhyun definitivamente era diferente a su padre y hermano. Su conducta negativa acerca de lo gay era intolerable. Chanyeol no podía dejar de preguntarse si ellos desconocían la orientación sexual del más joven de los Byun. Tenía que ser así o no habría manera de que Baekhyun pudiera ser capaz de seguir viviendo en una agresiva casa. Chanyeol se preocupó por lo que podría suceder cuando lo descubrieran.
Y ellos lo descubrirían.
Una sensación de enfermedad lo recorrió. Se tragó sus preocupaciones por Baekhyun cuando otro pensamiento lo inquietó, golpeando su estómago. «¿Ya?» ¿Ya estaba preocupándose por Baekhyun?
Antes de poder examinar sus sentimientos, tocaron a la puerta, y su pene se movió en respuesta. «¡Abajo niño! Él podría ser del tipo que no jode en su primera cita». Pero señor, Chanyeol esperaba que no lo fuera. Nunca había querido a un hombre de la instantánea manera que quería a Baekhyun.
«Tampoco nunca habías querido mantener y proteger a ningún otro».
Diciéndole a su voz interior que se callara con una jodida, se apresuró a la puerta. Su mano en la perilla, tomó una profunda respiración para calmarse y no parecer demasiado necesitado. Su corazón palpitaba salvajemente cuando abrió la puerta.
—Hi —dijo Baekhyun, sonriendo. Sus dientes superiores se hundieron en su labio inferior. No podía negar la necesidad que brillaba en los ojos del hombre. Necesidad igual a la suya. La anticipación de Baekhyun era innegable y Chanyeol dejó que su propio deseo se mostrara.
—Hi.
Maldición, Baekhyun era adorable. Chanyeol quería jalarlo a sus brazos y protegerlo de todos los malos del mundo.
—Yo… —Inesperadamente, Baekhyun dio un paso adelante, colocó su mano en los hombros de Chanyeol y bajó la cabeza, enterrando sus manos en la parte de atrás del cabello de Chanyeol. Sus labios se unieron y Chanyeol reflejamente envolvió sus brazos alrededor de la cintura del más pequeño hombre, acercándolo. A pesar de que había varios centímetros de diferencia en su altura, no había error sobre la excitación de Baekhyun y sabía que tampoco Baekhyun sería capaz de no notar la suya.
—Quería besarte con tanta urgencia anoche —Baekhyun murmuró contra los labios de Chanyeol. Chanyeol lo silenció, sellando sus bocas juntas y presionándose. Su lengua entró en la cálida y dulce boca de Baekhyun, saboreando la menta que recientemente había chupado. Baekhyun gimió y los brazos de Chanyeol lo apretaron. Llevándolo al interior del departamento y cerrando la puerta con una patada. Inmediatamente, presionó a Baekhyun contra la superficie, forzándolo a estar de puntas para que sus cuerpos se alinearan y se frotaran juntos.
Señor, sabía tan bien, olía tan bien… A Chanyeol le gustaba la colonia de Baekhyun. Incluso le gustaba más el olor a hombre de Baekhyun que abrumaba sus sentidos y llenaba su pene. Sangre pulsaba a través de las sienes de Chanyeol cuando sorprendentemente perdía el control ante la reacción a este hombre. No podía besarlo más lentamente o apartarse para poder respirar.
Aun así el beso de Baekhyun era lo suficientemente suave para calmar a la bestia que había estado rugiendo en su interior todo el día. Quería joder al hombre, pero acababa de llegar, de acercarlo, de tocarlo, cuerpo contra cuerpo era suficiente. «Por ahora».
Sus mentones raspaban juntos, inclinándose para más. Prácticamente podía sentir el corazón de Baekhyun contra el suyo. Sus manos aferrándose al cuerpo del otro, sobre los hombros, deslizándose hacia sus pechos, aferrándose al frente de sus camisas. Chanyeol tembló cuando las manos de Baekhyun recorrieron su abdomen hacia sus caderas. Sus largos y calientes dedos se deslizaron hacia el trasero de Chanyeol.
Sus penes se frotaban juntos a través de sus pantalones, el duro eje presionándose mientras la jodida continuaba a una conclusión inevitable. El culo de Baekhyun no podría irse de aquí antes de sentir el eje de Chanyeol profundamente en su interior.
Repentinamente, como si reconociera que era suficiente, la necesidad de Chanyeol se calmó aunque no disminuyó. El beso se volvió más lento, de frenético a lánguido mientras la tensión en Chanyeol se calmaba.
—Joder… —Chanyeol jadeó, cuando finalmente levantó su boca de la de Baekhyun y se apartó lo suficiente para permitir que el hombre se pusiera de pie.
—Si, por favor —Baekhyun se carcajeó.
Chanyeol se rio. —Vamos entra —le dijo—. Bienvenido.
Tomando la mano de Baekhyun, lo llevó a la sala y a un sillón seccional de piel frente a una gran pantalla plana de televisión.
—¿Le das este tipo de bienvenida a todos?
—Oh, sí, seguro. Ellos lo aman en el desierto. Mueren por esta amabilidad —Chanyeol bromeó.
—¿El desierto?
—Sí, supongo que no lo sabías dado que nuestras familias… —Se interrumpió, no quería entrar en ese tema. Le indicó a Baekhyun que tomara asiento—. Bueno, de cualquier manera, era un Marine —dijo moviendo vagamente la mano hacia su pecho—. Recientemente regresé. ¿Te gustaría algo para beber? ¿Cerveza, Coca, agua…?
—¿Iraq o Afganistán? —Baekhyun preguntó ignorando la pregunta.
Chanyeol se sentó en el brazo del sofá seccional, cuidando de mantener espacio entre Baekhyun y él. Si se sentaba al lado de Baekhyun, se besarían de nuevo —y no confiaba en que la suave superficie fuera buena para una ruda jodida.
—Iraq. Tres viajes. Pero ya estoy fuera de cargo. Aunque ellos podrían llamarme para que regrese, eso no es lo habitual. ¿Bebida?
Baekhyun se encogió de hombros. —Lo que sea que tengas.
Chanyeol asintió. —Una cerveza.
Se dirigió a la pequeña cocina y oyó a Baekhyun seguirlo inmediatamente.
—Entonces, ¿‘saliste’? con los militares quiero decir.
—Oh, infiernos, no. Yo salí antes de que el ‘No preguntes, No digas’ fuera anulada, y francamente, aunque lo fuera, es una bala que realmente no quieres esquivar. Ya era suficiente con esquivar las de los enemigos. No tiene sentido preocuparse por más. Las unidades son cercanos a ti y tienen que confiar unos en los otros. Ellos podrían estar enojados conmigo. —Se giró y tomó una dura respiración para terminar con Baekhyun directamente detrás de él.
—Eso tiene sentido —dijo Baekhyun—. Yo estoy… uh… no.
Chanyeol asintió. —Lo imaginé. Tu papá y Joon Su no parecen demasiado abiertos a esto.
—Subestimación —el otro hombre se carcajeó—. Nunca saldré. No veo a otros hombres a menos que esté de viaje. Y preferiblemente anónimos. Demasiado peligroso, supongo, del tipo de solo una noche, y eso es todo. Aun así, es más seguro que tratar con papá y Joon Su.
—¿Dónde creen ellos que estás esta noche? Obviamente ellos no saben que estás aquí.
— Con Luhan. Pero él tiene un turno de noche en el hospital. Él es enfermero, ellos no revisarán.— Baekhyun acunó la mejilla de Chanyeol—. ¿Pensarías que soy una puta si te digo que realmente no quiero beber? Realmente no quiero cenar. Solo quiero estar desnudo contigo.
El corazón de Chanyeol se aceleró. —Solo quieres joder.
La cara de Baekhyun se tensó ligeramente. —¿En la primer cita? ¡Horror! —Sus ojos brillaban y Chanyeol sabía que estaba bromeando—. Realmente —Baekhyun continuó—, podemos hacer lo que sea. Yo solo siento… Bueno, creerás que estoy loco. No lo entiendo, pero siento, um, la compulsión de estar contigo. Aquí, cerca de ti. Tocándote.
Chanyeol se inclinó, acunó la parte de atrás de la cabeza de Baekhyun y lo besó. —Lo entiendo. No creo que estés loco… o seas una puta.
Olvidando las cervezas entrelazó los dedos con los de Baekhyun y lo guió a la recámara que usaba. No encendió la lámpara cuando entraron, dejó que la luz de la ciudad que entraba por la ventana iluminara el cuarto. Empujó a Baekhyun a la cama y se sentó a horcajadas arriba de él. Sus brazos enjaulando el cuerpo del pequeño hombre mientras se inclinaba sobre él.
—Podemos estar locos juntos, ¿huh? —le ofreció.
Baekhyun levantó la cabeza, se encontró con los labios de Chanyeol. —Suena perfecto.
Extraña excitación recorría a Baekhyun mientras veía los negros ojos de Park. Claro que había estado excitado antes, pero esto… De algún modo, este encuentro parecía al borde del peligro más que con ningún otro hombre. Esto no era porque Chanyeol era un Marine ni porque Baekhyun sospechara que el hombre podría lastimarlo —no lo haría. Eso era más… una necesidad, un reconocimiento. Estar con Chanyeol era peligroso porque sabía que se apegaría, pero no había manera de que ésto pudiera durar. Ellos tenían demasiado en su contra.
Eso aterró a Baekhyun, pero no podía dejarlo. Tenía que estar con Chanyeol. Eso lo había impulsado a cruzar la calle hacia la casa de los Park anoche. Pero ese reconocimiento… En lo profundo sabía que su relación con Chanyeol podría cambiar su vida. Entonces eso podría destruirlo.
Aun así, no podía alejarse. No podía detener lo inevitable.
—¿Qué sucede? ¿Quieres detenerte? —Chanyeol preguntó, viéndolo. Se apoyó hacia atrás, su trasero acunando el pene de Baekhyun, y Baekhyun gimió.
Recordando a pesar de las sensaciones que Chanyeol le había preguntado algo, Baekhyun sacudió la cabeza. —Bien. Estoy bien. No te detengas…
¿Cómo iba a explicar que él estaba seguro de que estaban condenados, pero que era lo suficientemente masoquista para seguir adelante de todas formas porque no podía alejarse de la poderosa conexión que sentía zumbando entre ellos? Había querido a Chanyeol desde que llegó a la adolescencia y oía hablar sobre el —vecino niño rufián— del otro lado de la calle.
Y eso era todo. Lo que fuera sería.
Sentado, tomó los botones de la camisa blanca de Chanyeol y comenzó a deslizarlos a través de sus agujeros, mientras que Chanyeol se arrodilló sobre su regazo. Baekhyun sonrió al ver la camiseta blanca debajo de la prenda. Siempre había considerado sexy que los hombres usaran camisetas.
Chanyeol encogió los hombros y salió de la blanca prenda de vestir, Baekhyun pasó sus dedos sobre el suave algodón y lo sacó de los pantalones negros de Chanyeol. Baekhyun gimió cuando reveló el duro abdomen. Inclinándose hacia delante, presionó los labios sobre las crestas de los músculos. Chanyeol se levantó sobre sus rodillas, y Baekhyun lamió y mordió su camino hacia abajo, explorando el completo six pack del hombre. Recorrió el ombligo de Chanyeol, antes de enfocarse en el estrecho rastro de placer que bajaba del ombligo y lo guiaba a la pretina de los pantalones.
—¿Si? —preguntó, sus manos en el cierre de los pantalones.
—Dios, sí —Chanyeol contestó. Sus caderas se estremecieron ligeramente, y Baekhyun sospechaba que el movimiento fue involuntario, solo una instintiva demanda que salió del cuerpo de Chanyeol.
Baekhyun desabrochó el delgado cinturón de piel de Chanyeol, entonces abrió el botón con su pulgar. Lentamente bajó el cierre mientras todo su cuerpo pulsaba para que se apresurara. Vibró ante la necesidad que vio en Chanyeol, tenía que tener el pene entre sus labios, saborearlo. Los pantalones cayeron en un charco sobre el regazo de Baekhyun. Bajó la ropa interior.
—Chanyeol… —Su respiración se detuvo al ver la enorme y globosa cabeza del pene al ser revelada. Captó la gruesa vena que recorría el eje pulsar mientras él se lamía los labios. Incapaz de pensar más allá de la necesidad que sentía contra su lengua, Baekhyun se inclinó hacia adelante y tragó la erección de Chanyeol, llevándolo hacia su garganta.
—Joder, sí —Chanyeol jadeó. Tomó el cabello de Baekhyun, mientras Baekhyun rodaba los ojos viendo el hermoso placer frente a él. Chanyeol cerró los ojos y abrió sus labios. Sus caderas se movían mientras jodía la boca de Baekhyun.
Baekhyun tomó tanto del bendito eje como pudo. Sin ver, explorando con sus manos, encontró el ligeramente velludo saco de Chanyeol y lo acarició. Inclinó la cabeza y tomó una profunda respiración. Chanyeol se apartó casi completamente de los labios de Baekhyun y Baekhyun saboreó el salado pre-semen que se extendía en su lengua. Raspó ligeramente con los dientes el eje de Chanyeol mientras el hombre se empujaba profundamente de nuevo.
—Joder, tu boca se siente tan bien. Apuesto que tu culo se siente incluso mejor —dijo Chanyeol. Maldijo cuando Baekhyun aumentó la succión, presionando la punta de la lengua en el sensible punto debajo de la corona del pene de Chanyeol. Chanyeol gimió—. Oh ¿te gusta chupar el pene, no es así? ¿Has chupado muchos penes?
Baekhyun se apartó, a pesar de que Chanyeol lo sostenía del cabello. —No muchos, y ninguno tan bueno como el tuyo. —Jaló ligeramente el saco de Chanyeol, acercándose—. Y quiero más de esto.
—No.
—¿No? —preguntó sorprendido.
Chanyeol sacudió la cabeza, una traviesa sonrisa jalaba sus labios. —Cuando me corra no va a ser en esa linda boca tuya.
—Mi boca no es linda —Baekhyun gruñó.
—Oh, si lo es. —Chanyeol se empujó hacia atrás y Baekhyun lo liberó y cayó en la cama. Chanyeol acunó su mentón—. Es tan linda, estirada alrededor de mi pene. Tan linda esperando por mis besos.
—‘Linda’ es una palabra para chicas. Soy más pequeño que tú, pero Jesús...
Sus palabras fueron interrumpidas por la boca de Chanyeol en la suya. La lengua del hombre se empujó al interior, besándolo, profundamente, rápidamente. Entonces se apartó.
—Tómalo como un cumplido, Baekhyun.
Chanyeol se movió a un lado y se quitó los pantalones y calcetines. Se paró al final de la cama y le ofreció la mano. A Baekhyun se le secó la boca cuando vio por primera vez a su amante desnudo. Tomó la mano de Chanyeol y dejó que lo jalara para ponerse de pie.
Rápidamente, Chanyeol le quitó la ropa a Baekhyun, sus acciones eran más rápidas de lo que habían sido las de Baekhyun y, pronto, Baekhyun también estaba desnudo. Se estremeció ante la anticipación y se esforzó en mantenerse erguido a pesar de saber que no estaba tan bien construido como lo estaba Chanyeol.
Chanyeol pasó sus nudillos por los pectorales de Baekhyun antes de trazar la curva de uno. —Perfecto —murmuró.
—No tan grande como tú.
La esquina de la boca de Chanyeol se levantó y se encogió de hombros. —Soy un gamberro y tú estás en una excelente forma.
—Estar en el escenario…
Chanyeol inclinó la cabeza. —¿En el escenario?
—Pianista. Byun Baekhyun. Es famoso. —Baekhyun sonrió, amaba la expresión perpleja de Chanyeol. A Chanyeol le gustaba por ser él, no por su fama. Eso era refrescante—. Tengo algunos álbumes…
—Cool.
Con esa sola reacción —preferible a la del pegado a la estrella— Chanyeol llevó a Baekhyun a la cama. Cubrió a Baekhyun, entrelazando sus piernas mientras se besaban. Sus labios dejaron un rastro por el delgado cuello de Baekhyun mientras Baekhyun se arqueaba debajo de él, abriéndose para ser poseído por Chanyeol. Chanyeol mordisqueó el hueso de su clavícula, entonces ligeramente mordió el hombro antes de bajar y circular con su lengua el pezón.
—Chanyeol —Baekhyun gimió.
Pero Chanyeol estaba lejos de terminar. Sus largas y callosas manos exploraban a Baekhyun mientras su boca bajaba. Baekhyun gritaba, sus caderas saltaban del colchón mientras la caliente boca de Chanyeol llegaba a su pene. Los dedos de Baekhyun se aferraron a las mantas mientras Chanyeol se movía arriba y abajo de su eje. La boca del hombre succionaba la punta del pene de Baekhyun hasta que Baekhyun gimió.
—Chanyeol… —dijo de nuevo—. Vas a hacer que me corra…
—Ese es el punto —Chanyeol contestó e inmediatamente redobló sus esfuerzos.
Baekhyun no podía detenerse. Cerró los ojos mientras el relámpago lo recorría. Su liberación salió mientras Chanyeol tragaba cada gota. Aun estremeciéndose, Baekhyun pasó su débil mano por la cabeza de Chanyeol mientras Chanyeol lamía los remanentes de su orgasmo.
—Y ahora, quiero tu culo —le dijo Chanyeol, moviéndose hacia arriba.
—Es tuyo.
La sonrisa resultante mantuvo su determinación. Chanyeol lo besó, dejando que se saboreara en la lengua de su amante. — Así es.