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Extraterrestre por Ritsuka chan

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Notas del capitulo:

Este oneshot lo tengo en mente desde que inició el año, muchas cosas impidieron lo desarrollara, hasta que esta semana me encontré aburrida y sin mucha inspiración y, pues, decidí terminarlo y subirlo y ya.


Que ojalá gusten de la lectura.

Extraterrestre



Durante siglos ha habido algo en común entre prestigiados científicos, filósofos y grandes astrólogos de la época, una pregunta que en cuestión ha sido la base para hacer exploraciones y viajes espaciales. Interrogante que no llega a una respuesta concreta, pero que, sin embargo, no nos detiene a la hora de seguir en esa búsqueda implacable por saber la verdad.

Porque la simple idea de considerarnos los dueños absolutos del universo nos suena absurda y nos hace sospechar aún más de la existencia de otros entes desconocidos, hasta ahora, para la humanidad entera.

Así que a tales cuestionamientos, ¿quién nos asegura que la vida no existe en otros planetas?

Las grandes potencias de nuestra era ¿no nos estarán ocultando algo acerca de esto?

Muchas son las pruebas que han surgido a través de los años desde tiempos remotos a los más actuales. Diferentes naciones del mundo han sido puntos clave de encuentros paranormales y que, a pesar de estar bajo la lupa escudriñadora del público, se nos siguen negando de la autenticidad de estos encuentros cercanos.

Los miles de años luz que nos separan, parecen no ser impedimento para que los visitantes extraterrestres nos sigan visitando año con año. Seres completamente diferentes a nosotros, tanto física como intelectualmente. Con una tecnología mucho más avanzada a la nuestra y con oscuras intenciones ocultas.

Entonces, ¿qué tan amigables pueden ser estos seres que, aunque comparten el mismo Universo que nosotros, son tan diferentes a la raza humana?

Tal vez nunca lleguemos a una conclusión.

Tal vez, jamás lleguemos a saber.




Tock, Tock

- Adelante.

- Dr. Cho, he venido a mi consulta semanal. – Un hombre bajo y de facciones delicadas entró por la puerta presentándose ante el prestigiado científico y doctor Cho Kyuhyun. Hombre de ciencias que trabaja exclusivamente en las investigaciones más secretas de la Casa Blanca.

- Muy bien señor Lee, tome asiento. – le indicó a su paciente con amabilidad a la vez que tomaba su respectivo asiento en el sillón de cuero negro detrás de su escritorio. Enseguida, el Dr. Cho sacó una carpeta de uno de los cajones y procedió a leer uno de los papeles.

- Tengo que hacer un chequeo de su cuerpo para saber cómo se ha ido adaptando al envase en estos días. – Envase, así es como se le llama al cuerpo. – Si me hace el favor de desnudarse y recostarse sobre la camilla. – Kyuhyun se levantó de su asiento y caminó hasta colocarse a un lado de la camilla.

Sungmin se puso en pie y comenzó a despojarse de sus ropas sin dejar de mirar de manera fija a los ojos del doctor Cho.

Kyuhyun desvió rápidamente la mirada, incómodo por la intensidad con la que el otro lo miraba.

Atento a los sonidos producidos por el desprendimiento de ropas, volvió a enfocar sus ojos en su paciente cuando creyó éste había terminado, conteniendo el aliento sin poder evitarlo al ver desnudo en su totalidad al hombre. En sus años de trabajar secretamente para el gobierno, jamás se había topado con un espécimen tan hermoso, y menos, uno que fuera capaz de provocarle todo tipo de sensaciones inquietantes.

- ¿Me recuesto, Doctor Cho? – el hombre preguntó, sacándolo de golpe de sus pensamientos.

- Oh sí, hágalo por favor. – Kyuhyun respondió de forma nerviosa, haciéndose a un lado para dejar que el más bajo se acostara sobre la camilla e iniciar así con su trabajo.


Pära gran alivio de Kyuhyun, la revisión terminó. Todo había salido bien, Sungmin se estaba adaptando maravillosamente a ese cuerpo. Pero había algo que no andaba bien, y es que ya tenía más de un mes trabajando en el caso de ese chico, mejor dicho, extraterrestre, pero esta era la primera vez que notaba tenía ese para nada usual comportamiento con él. Comúnmente era callado, casi rozando lo serio. Pero ahora se comportaba diferente, diciendo durante los minutos que duró el chequeo cosas que le hacían dudar, haciendo movimientos que lo ponían a temblar, y no dejando de mirarlo de esa peculiar manera, dándole el presentimiento de que el chico tenía un interés especial en él y que intentaba seducirlo.

- Dr. Cho, lo notó muy tenso, ¿le pasa algo? – preguntó Sungmin al tiempo que pasaba con suavidad su dedo índice sobre su brazo.

- No, no me pasa nada. Ya puedes vestirte y marcharte, has salido muy bien en los exámenes. – dijo Kyuhyun con una sonrisa forzada.

Pero también estaba esa extraña sensación que le invadía desde que el pelinegro había cruzado la puerta de su consultorio, y que no dejaba de palpitar en su interior. Como tratando de advertirle de algo.

- Dr. Cho...¿le parezco atractivo? – la mirada sugestiva que su paciente le dirigía, le decía que esto no se trataban de imaginaciones suyas. Realmente estaba pasando.

- ¿Por qué  lo preguntas? – Trató de mantener la calma ante las provocaciones del pelinegro, dándole la espalda inmediatamente y fingiendo ir a su escritorio por unos papeles.

Creyó que todo estaría bajo control después de haber hecho lo que hizo. Pero pronto se percató de que no sería así cuando el pelinegro lo siguió y, en lugar de obtener una respuesta, lo que recibió de parte del desnudo chico fue un jugoso beso que le robó.

Cayó de espaldas en la silla de su escritorio. El beso tornándose con el transcurrir de los segundos, en uno cada vez más fogoso. Se vio rendido a la voluntad de ese hermoso joven cuando fueron sus propias manos las que separaron sus piernas y lo invitaron a sentarse en su regazo.

El chico besaba, lamía y mordía sus labios con ferocidad. Su lengua luchaba con la suya en busca de la dominación absoluta mientras con sus manos acariciaba sin ningún pudor la tersa piel del pelinegro. Esto era más de lo que había imaginado alguna vez pasaría. Había fantaseado tantas veces con que algo así ocurriera entre ellos. ¡Definitivamente no debía ser verdad lo que estaba ocurriendo en esos momentos!

El hombre sobre él bajo de sus muslos repentinamente, hincándose frente a sus piernas, separándolas y abriendo la cremallera de su pantalón. De su boca no salió palabra, sólo un quedo jadeo al sentir como el hombre tomaba en sus manos su miembro duro y latente, comenzando una serie de caricias placenteras que lo estaban volviendo loco.

- ¿Te gusta? – el más bajo preguntó con lascivia.

- Mucho, no sabes cuánto. Sigue, no te detengas. – respondió entre jadeos.

- Lo haré mejor. – escuchó decirle y en un segundo sintió algo caliente abarcar completamente su miembro. Mordió su labio con fuerza al sentir un placer aún mayor al anterior, echando la cabeza hacía atrás y sujetando entre sus dedos los cabellos negros de quien le proporcionaba esa increíble sensación.

Atrapado en su burbuja de éxtasis, fue marcando un ritmo con sus manos, embistiendo contra esa boca hasta que de él salió ese líquido blanquecino, llenando la boca del pelinegro con su esencia.

- Eso...fue...grandioso. – dijo con respiración entrecortada, aun recuperándose del orgasmo vivido.

- Ahora desnúdate, tenemos que terminar. – Sungmin se irguió, empezando a desabrochar con agilidad los botones de la camisa de Kyuhyun, quien impaciente le ayudó en su cometido en medio de besos y lengüetazos.

Al quedar ambos en igualdad de circunstancias, Sungmin tiró todo lo que había en el escritorio, a Kyuhyun la boca se le secó y sintió a su pene despertar por segunda vez ante la belleza de ver a Sungmin acostado sobre el escritorio, con sus piernas totalmente expuestas. Enjugó sus dedos de abundante saliva y los llevó hacía aquel rosado anillo entre las nalgas, preparándolo con mucha dedicación antes de penetrarlo.

- Anda, entra. Te estoy esperando. – instó un Sungmin ansioso, abriendo todavía más sus piernas.

No lo pensó más y dirigió su necesitado miembro a la estrecha entrada del pelinegro, dejando escapar un gemido al estar dentro. Esperó un poco antes de empezar con las primeras embestidas, dándolas lentas en un principio para luego aumentar la intensidad conforme se acostumbraba el más bajo.


Se sentía fenomenal. Estar dentro, en el interior de Sungmin, era como estar en el paraíso. El calor que envolvía a su miembro era desquiciante, lo mejor que había experimentado en su vida.


¿Qué algún día se follaría a un extraterrestre? ¡Jamás lo hubiese creído!


Sus frentes perlándose en sudor. El calor aumentando a medida que el placer crecía. El clímax a punto de llegar a sus cuerpos.

Kyuhyun ya no podía más, sentía pronto se vendría y quería hacerlo junto al más bajo, así que, tomando el miembro de Sungmin, comenzó a masturbarlo al ritmo de las deliciosas estocadas.

Pronto, dos largos y graves gemidos escaparon de sus bocas anunciando el final de ese encuentro sexual.

Kyuhyun salió del interior de Sungmin, agotado, con la respiración entrecortada, pero feliz. Sungmin se bajó del escritorio y cogió rápidamente sus ropas, vistiéndose ante la mirada atenta de Kyuhyun, que no vio motivo para permanecer desnudo e hizo lo mismo.

- Espera, ¿ya te vas? – preguntó Kyuhyun, ambos ya estaban vestidos. Sungmin caminó hacia él, y con una sonrisa dulce en sus labios lo rodeo en un abrazo que Kyuhyun correspondió al instante.

- Este es un día maravilloso, ¿no lo crees? – Un dolor punzante, mortal, instalándose en su abdomen seguido a esa pregunta. Una sonrisa demoniaca reemplazando a la anterior en el bello rostro de Sungmin.


Esto no podía ser cierto.


Sungmin no podía haberle hecho esto, ¿verdad?


Cayó al suelo. Sangre brillante brotando de su abdomen, manchando de rojo su camisa. Y el arma homicida, envuelta en el puño escarlata de Sungmin.

- Por la forma en la que mueves tu cuello, puedo deducir que estás a punto de llorar. – Sungmin decía a modo de burla mientras daba vueltas alrededor de su cuerpo y lo miraba con curiosidad de niño.

- ¿Por... por qué lo has hecho? – dijo con doloroso esfuerzo, el dolor en su estómago acentuándose al articular palabra. Sungmin detuvo abruptamente su caminar. Su semblante tomando una repentina seriedad.

- Cho Kyuhyun, absolutamente nadie, en ninguna de mis 23 vidas, ha logrado hacer que le pertenezca, y usted no será la excepción. Pero si después de esto aún vive, no lo hará por mucho. La invasión está a punto de comenzar y cuando menos se lo imagine, su mundo será vuelto cenizas y una nueva raza de seres superiores se alzará y gobernada a este, su planeta.

- S-Sungmin, yo te amo... – exhaló con dificultad, comenzando a toser sangre por la boca.

En cualquier instante moriría, lo presentía.

- Eso lo sé, Doctor Cho. – Sungmin esbozó una sonrisa tierna, apartando de manera delicada los ondeados cabellos castaños de su frente –, sino ¿cómo piensa que me hubiese acostado con usted?. Pero debe saber que no ha sido el único, antes existieron otros que sintieron lo mismo y que terminaron muertos antes de la invasión. Y ¿sabe?, yo también los amé, a cada uno de ellos, incluso ahora, yo lo amo a usted. – dijo con mirada suavizada.

- Lo que dices es mentira. Un ser como tú no puede sentir amor. – exclamó Kyuhyun con desprecio.

El delicado chico sonrió con sorna, agachándose para depositar un delicado beso en la cabeza del moreno – Que descanse en paz, Doctor Cho, en verdad que fue un gusto el conocerlo. – dijo con voz baja, con una sonrisa llena de sadismo curvándose.

Sungmin no volvió a mirar hacia atrás. Se fue para jamás volver. Kyuhyun con sus últimas fuerzas apoyó sus codos en el suelo y se impulsó con ellas hasta llegar a su escritorio y alcanzar con trabajosa dificultad el teléfono que descansaba encima de esta. Al tener el teléfono en mano marcó un número conocido.

-Señor, el chico ha salido. Todo ha sido como usted lo predijo. – dijo con voz apagada y, sin esperar contestación del otro lado, colgó. Kyuhyun, entre débiles jadeos de dolor, se acomodó boca arriba, quedando observando al techo con ojos vacuos.

- Sungmin, ¿por qué tenías que hacer esto? Yo… quería protegerte…  – lágrimas surcaron de sus orbes, entremezclándose con la sangre que residía seca en sus mejillas.

- Ahora, tú destino será morir al igual que toda tu raza... – sentenció en un último suspiro, con su último exhalado de vida.





FIN

Notas finales:

No me sorprendería si no han entendido el final xd.

 

¿Creen que merezco un review?

 

 

Gracias por haber leído esta cosa amorfa, bellos~


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