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Preparatoria por Hyuniie

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Notas del capitulo:

Hola! c:

Les traigo un nuevo capítulo de este universo alterno de Shingeki no Kyojin )o).

Espero que les guste :3, lo escribí casi entero en un ataque de inspiración (? y lo terminé recién.

Para el tercer capítulo les dejaré unos tipcitos sobre la historia que les ayudarán a comprender mejor si hay algo que no comprenden c:

 

Capítulo 2 –The one where Levi visits Eren’s house-

 

Un fuerte y repetido sonido terminó con la paz del lugar haciendo que el chico castaño de ojos verdes despertara súbitamente lanzando improperios. La alarma de su teléfono celular estaba sonando.

 

-¿Qué carajo…? Maldita alarma…

 

Eran las siete de la mañana del día siguiente y aparentemente Eren se había quedado dormido mientras limpiaba puesto que amaneció en el sillón largo de su sala abrazado de la escoba, rodeado de bolsas llenas de basura.

Tomó el celular y le quitó la batería para luego volver a ponérsela. No tenía ganas de desactivar la alarma.

 

Se levantó del sillón dejando caer la escoba al suelo, el ruido terminó de despertarlo así que caminó hasta su habitación para buscar ropa y bañarse. Se sentía sucio y no quería ir así a clases, además de que hoy seguramente tendrían educación física y no quería sentirse aún más sucio luego.

El dormitorio de Eren era más grande que el de Armin. Aún conservaba cosas de su niñez como osos de peluche y algún que otro auto de juguete además de una foto en la que aparece con su madre sobre la mesa de noche. Las paredes eran blancas y del techo colgaba un ventilador que se accionaba mediante la llave de la luz, puesto que se encontraban conectados.
El ropero empotrado en la pared era bastante grande, tanto que más de medio estaba vacío ya que el chico no tenía tanta ropa como para llenarlo. La cama era grande, de dos plazas. Su madre se la había dado a cambio de la suya luego de que su padre los dejara, simplemente le deprimía dormir en la cama donde una vez había estado el esposo al que continuaba amando y a Eren siempre le había gustado la idea de tener una cama más grande para él solo. Las sábanas hacían juego con las cortinas, ambas eran azul claro.

 

Caminó hasta el ropero y tomó un pantalón de jean azul casi idéntico al del día anterior,  una camiseta de mangas cortas color negra y un bóxer negro. Luego se metió al baño sin molestarse en cerrar la puerta tras de sí, no había nadie en la casa así que no debía preocuparse por eso. Se quitó la ropa del día anterior y se metió en la ducha.

Cuando abrió la canilla se sobresaltó con el agua fría y rápidamente la reguló. Al salir caliente el agua tomó coraje para meterse bajo ésta y comenzó a enjabonarse el cuerpo con una barra un tanto vieja. Estaba agrietada, señal de que no había sido usada en días cosa lógica puesto que hace casi cuatro días que se bañaba en casa de Armin.

Luego de quitarse el jabón comenzó a frotar shampoo sobre su cabello mientras mantenía los ojos cerrados por miedo a que le entrara en los mismos para producirle ardor.

La casa era silencio absoluto, lo único que se escuchaba era el ruido del agua de la ducha. Todos los días era igual, la casa era tan silenciosa que daba miedo. A veces encendía la radio o el televisor solo para escuchar más voces y no sentirse solo pero simplemente no era suficiente. Es por eso que terminaba por pasar días en lo de Armin, para sentirse acompañado. Para su suerte no había problema en esto ya que para el abuelo del rubio él era un nieto más y jamás le negaría la estadía a un nieto suyo.

 

Luego de terminar con el shampoo cerró la llave del agua y salió de la ducha para secarse rápidamente y ponerse la ropa. Tomó la misma toalla con la que se había secado el cuerpo e intentó quitar un poco de la humedad de su cabello para que la camisa no se  mojara con las gotitas se agua que caían. Salió del baño y se dirigió a la cocina para tomar un trozo del pan viejo que quedaba. Tendría que salir a hacer unas compras luego, por suerte el abuelo de Armin le había dado algo de dinero para esa semana así que aún podría comprar víveres para su propia casa. Comió lo que tenía sin quejarse y miró el papel que él mismo había dejado sobre la mesada de mármol de la cocina, el mismo rezaba “Inscripciones para formar parte de un equipo de futbol 5.”, luego, más abajo la hoja se dividía a la mitad por una línea hecha con bolígrafo negro. En una columna decía “Equipo uno” y en la otra “Equipo dos”. En la columna del equipo número uno aparecía el primer nombre “Eren Jaeger, 2do año”.

Tomó la hoja y el rollo de cinta adhesiva que había dejado al lado, luego fue hasta su habitación y en su mochila depositó una muda de ropa para la clase de educación física que tendrían hoy junto con lo que traía de la cocina y tomando la mochila se marchó de su casa rumbo a la de Armin para ir juntos a clases.

 

 

-Ya tengo lista la hoja para las inscripciones.

-¿La pegarás cuando entres? –Preguntó Armin mientras miraba al frente.
-En el primer receso. ¿Recordaste la muda de ropa?
-Si, ya la tenía lista desde anoche.
-Típico de Armin. –Dijo el castaño sonriéndole a su amigo. No podían hacer gimnasia con pantalón de jean por lo que necesitarían llevar una muda para cambiarse antes de clases. A diferencia de ellos, muchos chicos ya iban con la ropa para educación física puesta para cargar con menos cosas. Eren había tomado el ejemplo de Armin a la hora de llevar una muda, después de todo, luego de la clase se duchaban en el instituto y sería “asqueroso” (según decía el rubio) ponerse la misma ropa sudada.

-Gracias, supongo.
-Luego de clases iré a comprar algunos víveres. Ya no me queda nada en casa.
-¿Aún tienes dinero?
-Si, no te preocupes por eso. Me da para lo que resta de la semana. –Le sonrió. Realmente solo le daba para dos o tres días más. Pero no le gustaba pedir dinero cuando sabía que no podría devolverlo porque no tenía trabajo por lo que lo haría rendir lo más posible. No compraría nada para beber, simplemente tomaría agua del grifo y compraría comida deshidratada ya que era más barata que la fresca. O bien, buscaría alguna oferta.
-Oye Eren, quédate a cenar ésta noche. –Dijo el rubio descubriendo la mentirilla de su amigo. – Así no estás tanto tiempo solo. Sé que te haz sentido solo en tu casa.
-Tranquilo Armin, créeme que estoy bien.
-Cocinaré tu guisado favorito. –Intentó convencerle. En casa del rubio era él el que cocinaba casi todos los días ya que no quería que su abuelo se esforzara mucho y se le daba bien.
-Te odio Armin, acepto. –Se rindió, definitivamente era su plato favorito y pocas veces lo hacía. Jamás podría negarse a algo así. El rubio se rió y subió los escalones para entrar al instituto.

-Buenos días. –Saludó Mikasa. Ella iba de pollera larga hasta las pantorrillas y una camiseta sencilla de mangas largas. No era de la clase de chicas que mostraban mucho, simplemente le incomodaba andar mostrando demasiada piel.
-Buenos días, ¿Sabes qué clases tendremos hoy? –Preguntó el castaño.
-Tengo entendido que hoy tendremos Literatura. No se qué más tendremos, pero escuché por ahí que este año tendremos Educación Física tres días a la semana y no dos como el año pasado.
-¿Tres días? Estoy muerto. –Se quejó Armin. Definitivamente esa asignatura no era su fuerte en lo absoluto.
-Hoy martes, mañana miércoles y los viernes. –Continuó la pelinegra.
-No te preocupes Armin, lo lograrás. –Dijo con seguridad Eren, mientras le agitaba el cabello.
-Eso espero. Mikasa, ¿Te quedas a cenar hoy en mi casa? –Pidió amablemente el rubio. Hace varios días que no invitaba amigos a casa aparte de Eren y su abuelo le había dado el visto bueno para hacerlo.
-Puedo ir a cenar pero deberé volver temprano a casa. Hoy en la noche haré la tarea de matemáticas.
-De acuerdo, entonces Eren y yo te acompañaremos, para que no te vayas sola.
-No necesitan andar protegiéndome. Puedo cuidarme sola. –dijo desviando la vista.
-No seas tonta y acepta la compañía. –Intervino Eren con el ceño fruncido.
-Como prefieran. Mejor vamos al aula, ya debe de estar por comenzar la clase. –Y diciendo esto se dio la vuelta y caminó sola al salón de clases. Pasaron varios segundos antes de que los chicos se dieran cuenta de que Mikasa quería que le siguieran.

 

Al entrar al salón de clases notaron como sus compañeros charlaban animadamente sobre las clases que tendrían hoy y sobre el menú que habría en el comedor ese día, pasta con salsa y carne molida.

Mikasa se sentó ignorando olímpicamente a Jean, que la miraba desde que entró, y sacó su cuaderno y un bolígrafo dejando la mochila a un lado. Eren en cambio, lanzó la mochila sobre la mesa de su banco y se sentó con los brazos cruzados sin siquiera aprontar sus cuadernos para cuando iniciara la clase.

 

-Christa ¿cómo le haces para que tus cuadernos sean tan prolijos? –Preguntó Sasha mientras admiraba la perfección de sus notas desde su banco. A diferencia que ella, las notas de la castaña eran puros garabatos y rayones.
-El secreto está en tener un buen corrector para cuando te equivocas con el bolígrafo. –Dijo sonriente. –Una vez que usas con prudencia el corrector tus notas tienden a volverse más y más prolijas.

-Ya veo, ¿dónde compras ese corrector?
-En la papelería de la esquina del instituto. Pero no te preocupes, yo tengo uno de sobra así que te puedo regalar éste. –Anunció estirando el brazo para dárselo.
-¡¿En serio?! –Preguntó tomándolo como si fuera lo más maravilloso del mundo.
-Claro. –Ciertamente la sonrisa de Christa iluminaba hasta el más oscuro salón de clases. –Pero lamento decirte que si se te acaba ese no podré regalarte el otro que tengo, fue un regalo de Ymir.
-¿Ymir? ¿La chica alta de cuarto año?
-Si, somos amigas desde hace un buen tiempo.
-Tranquila con éste estoy bien. Muchas gracias Christa. –le agradeció con una sonrisa.
-No hay de qué.

-Vaya que eres buena con todos Christa, no tardarás en atraer chicos. –Comentó Conny desde su asiento. Ante el comentario la rubia se sonrojó notoriamente, era bastante tímida cuando de trataba de esos temas.

-¿Qu-Qué dices Conny?...


 Pero cuando iba a decirle que se encontraba bien en su situación el profesor entró al salón de clases.

-¡Ja! Mira eso Armin, tiene cara de historia. –Dijo Eren por lo bajo para no ser escuchado.

El hombre era alto y se le notaban los años que tenía encima. Tenía varias arrugas en la zona de los ojos e iba vestido con un traje no muy formal mientras cargaba con un maletín viejo que depositó sobre el escritorio.

 

-Buenos días muchachos. Mi nombre es Dot Pixis y yo seré su profesor de historia por éste año.

-¡Buenos días profesor! –Saludó Marco desde su asiento.
-¡Lamebotas! –Le respondió Jean riendo.

 

El hombre miró al chico castaño que acababa de interrumpir a su compañero y éste en seguida se dio cuenta de que debería cerrar la boca si quería pasar la materia por lo que abrió su cuaderno y se metió en él.

 

-Espero que hayan pasado un buen verano, pero ya es tiempo de comenzar a estudiar nuevamente. –Prosiguió. –Tomaré mi libro y les hablaré de la primera unidad que daremos antes de comenzar con la clase.

Luego de diez minutos en los que hablaron sobre las unidades que darían ese año y sobre la forma de evaluar del profesor se centraron en comenzar a tomar apuntes sobre lo que el profesor decía. A Jean y Eren se les hizo muy larga la clase, si bien eran dos muchachos muy inteligentes no tenían actitud de clase y sus apuntes no eran de mucha calidad que digamos por lo que se la pasaban dibujando cosillas en las esquinas de las hojas.

Armin y Mikasa prestaban mucha atención a la clase, nadie supo como, pero solo en la primera media hora Armin ya se había escrito unas dos hojas enteras llenas de todo el conocimiento que el profesor les impartía.

Cerca de una hora después sonó la campana para el primer receso. Eren estiró las piernas y sintió como los músculos se estiraban con él. Luego se levantó del asiento y salió del salón siendo seguido por Jean y Marco.

 

-¿A dónde vas tan apurado? –Preguntó Marco.
-Voy a pegar las inscripciones para los equipos de futbol. –Comentó Eren con una sonrisa.
-¿Y a cuál te unirás? –Continuó Jean.
-Al primero, aún no tenemos nombres ya que eso deberían hacerlo los miembros de ambos equipos.
-Entonces yo me uniré al segundo.
-Gracias Jean, se que me adoras pero no necesitas decírmelo así.
-Jean, yo me uniré al mismo que tu.
-Tú siempre me sigues a todos lados Marco.
-Y también votaré para que seas líder del equipo, esas cosas se te dan bien. –Dijo con una sonrisa.
-Como quieras, pero no me haré responsable si el equipo pierde.
-¿También pueden unirse chicas? –Preguntó el de pelo negro.
-¿Por qué lo dices? –El castaño se encontraba sacando un trozo de cinta adhesiva para pegar el papel en la pizarra del pasillo principal.
-Escuché que Sasha quería unirse y tengo entendido que una chica de cuarto, Ymir creo que era, también quiere entrar.
-Pues que entren si quieren, seguramente Mikasa también se unirá. –Dijo pegando las puntas superiores antes de pasar a las inferiores. En un momento desvió la vista y vio como una chica rubia se acercaba a ellos. Era de baja estatura y su semblante se mantenía serio. Parecía ser mayor.
-¿Puedo inscribirme? –Preguntó señalando el papel con el dedo índice.
-Claro, ten, aquí tengo un bolígrafo. –Eren tomó el que usaba durante clases y se lo entregó. La chica se paró frente al papel y en el equipo uno escribió “Annie Leonhardt, 3er año”.
-Tengo un par de amigos más que quieren unirse, les diré que pasen a inscribirse.
-Bien, luego de que tengamos a los necesarios quitaré el papel así que diles que vengan hoy mismo. Por cierto, ¿Son Reiner Braun y Bertholdt Fubar?
-Si, ¿Los conoces?
-Si, algo así.

Cuando Annie iba a preguntarle de dónde los conocía notó como fuera del edificio un auto negro y reluciente aparcaba en el estacionamiento de los profesores. Ella ya sabía de quién se trataba por lo que le puso una mano en el hombro a Eren y riendo sarcásticamente le dijo

-Ahí viene tu profesor de Educación Física, mucha suerte este año. –Y luego de darle unas palmaditas a su hombro se fue por donde vino.

-¿Eh? ¿De qué habla? –Preguntó Jean.
-Que más da, volvamos al salón de clases. Pronto sonará la campana.

 

Y diciendo esto Eren se dio la vuelta y junto a sus amigos volvió para sentarse junto a Armin con una sonrisa complaciente.

-Te tengo noticias, señor “juez de futbol”.
-¿Qué? –Preguntó sin desviar la vista al salón de cuarto año.
-Reiner, Bertholdt y Annie se unirán a mi equipo de futbol.
-¡¿Qué?! –Gritó girándose bruscamente para mirar a su amigo.
-Exacto, lo que oíste. –Afirmó con una sonrisa, amaba ser el mensajero cuando se trataban de buenas noticias.
-¿En serio?

-Por supuesto.
-Iré a todos los partidos. –Dijo recostándose en su asiento y tirando hacia atrás la cabeza.
-Armin, eres el juez. Estás obligado a ir a todos los partidos.
-Igual iré a todos.
-O sea que si no fueras juez ¿No irías a verme a mi y a Mikasa?
-¿Cuándo dije que me uniría? –Preguntó la pelinegra interviniendo en la conversación.
-¡Oh vamos! Es obvio que lo harías.
-Cierto.
-Armin responde.
-¿Eh? Claro, claro.
-Y otra cosa, creo que Annie me advirtió sobre la clase de Educación Física.
-¿De qué hablas? –Mikasa volvió a acercar su rostro a ambos chicos para intervenir.
-Me dijo algo así como “buena suerte”. No estoy seguro.
-Pero eso no es una advertencia Eren. –Dijo la pelinegra.
-No es eso, es que lo dijo en un tono… ¿sarcástico?
-¡Oh no! ¡Estaré muerto éste año! –Se lamentó el rubio. -Me irá tan mal que tendré que rendir el examen de fin de curso. ¡De Educación Física!.

-No te preocupes, siempre podemos salir a correr todos para practicar tu resistencia.
-No es el punto… -dijo Armin desviando nuevamente la vista hacia el salón de cuarto año. Ahora mismo se encontraban tomando sus cosas para salir a su clase de Educación Física y luego de ellos, seguían los de segundo año.

-Armin ¿Tu irás a ver su clase en el próximo receso? –Preguntó Eren señalando a Reiner.
-Si ¿Por qué preguntas?
-Averigua todo lo que puedas acerca de ese profesor. Así por lo menos vamos preparados.

-Buena idea Eren. –Admitió Mikasa.

 

-Bien, basta de charlas. Es hora de empezar la clase. –Ordenó un hombre alto que entraba al salón, el próximo profesor supusieron todos. -¡Ey tú! La chica de pelo castaño. –Dijo señalando a Sasha. –Guarda el trozo de carne que llevas en el bolsillo de nuevo en la mochila. No se come en mi clase.
-¿C-cómo…? –Preguntó tomando el trocito de carne asada que tenía envuelto en una servilleta.
-Lo olí. –Y luego de decir eso, depositó sus libros sobre el escritorio. –Mi nombre es Mike Zacarias y seré su profesor de Literatura.

 

Un largo bufido se dio a escuchar en la clase, parecido al que se escuchó cuando tuvieron clase de Matemáticas. No por que los alumnos odiaran la materia, sino porque el profesor se escuchaba intimidante y eso era razón suficiente para hacerles creer que la asignatura sería muy difícil de llevar este año.

Luego de varios minutos de introducción a la materia el hombre sacó un libro de los que traía y lo abrió casi en la mitad.

-Empezaremos con Shakespeare. Tomen apuntes porque no repetiré más de dos veces.

La clase se hizo corta, el profesor no era tan terrible como parecía y de por sí la materia era bastante interesante por lo que ni siquiera Jean se aburrió demasiado.

Cuando el timbre del receso sonó Armin tomó sus cosas y salió corriendo al patio trasero para ver al famoso profesor de Educación Física que tendrían y además, a Reiner. A ellos les quedaban tan solo cinco minutos más de clase y luego irían al almuerzo, luego del almuerzo tenían un receso para bañarse en las duchas del instituto y después de eso tendrían una clase más para luego irse a sus casas.

 

Apenas llegó al patio se sentó en un banco largo que había y se dedicó a observar mientras hacía que leía un libro que había traído, levantando la vista ocasionalmente.

Los chicos de cuarto año se encontraban trotando antes de terminar la clase, el profesor los miraba con aprobación. Era un hombre bastante alto y tenía una gorra deportiva puesta, tendría alrededor de unos cuarenta y cinco años y el bigote negro le tapaba el labio superior. A decir verdad, no parecía alguien terrible. De hecho se veía como un profesor que se lleva bien con sus estudiantes.

Luego de sacar sus conclusiones se perdió en Reiner. Iba vestido con una camiseta negra de mangas cortas que se le pegaba por el sudor dejando ver su torso formado y un short azul. A pesar de estar tan sudado no se veía cansado, eso hizo pensar a Armin que dado el buen cuerpo que tenía a lo mejor iba al gimnasio ocasionalmente.

Estaba tan perdido en él que no se dio cuenta de que alguien se sentó a su lado.

 

-Deja de mirarlo así o todo el mundo se dará cuenta. –Armin se sobresaltó bastante ante el comentario y miró a la persona a su lado.

-L-Lo siento, por favor no le digas a nadie. –Pidió bajando la cabeza.
-Descuida, nadie se enterará por mí jamás.

-¿No tendrías que estar corriendo con ellos?
-Pedí para ir al baño y el profesor me dijo que si. –Dijo destapando su botella de agua para tomar un buen sorbo.

-Tu eres… lo siento. No puedo recordar tu nombre. –La chica a su lado rió fuertemente ante el comentario del rubio.
-Ymir.
-Claro, ahora recuerdo. ¿Eres la amiga de Christa cierto?
-Si, podría decirse. –Dijo cambiando su rostro a uno serio. –Debo volver a la clase. Procura no ser tan obvio.

-Si. Gracias, por no decir nada. –Armin le sonrió mientras ella se levantaba del banco.
-De nada. –Y diciendo esto último se fue trotando para unirse al grupo.

 

Cinco minutos después el timbre que anunciaba el comienzo del almuerzo sonó y una vez más el rubio corrió al comedor para conseguir una mesa para él y sus amigos pero para cuando llegó ya los encontró sentados en una mesa charlando. Tenían una bandeja de comida de sobra por lo que supuso que Mikasa se había encargado de pedir comida para él también.

Cuando se sentó en la mesa Eren giró la cara y lo miró con impaciencia, esperando el veredicto de su amigo.

 

-Está bien. Estamos fuera de peligro.

-¿Seguro? ¿Cómo era? ¿Lo viste bien?
-Si Eren, parecía ser bueno. Hasta dejó ir a Ymir al baño cinco minutos antes de que tocara la campana.
-Vaya, parece que no tendremos problemas con eso entonces. –Dijo Mikasa mientras tomaba unos fideos.

-Ymir se enteró. De que me gusta Reiner. –Soltó haciendo que Eren se atragantara con la comida teniendo que tomar bastante agua y que la pelinegra bajara el tenedor a mitad de camino hacia su boca.
-¿Y ahora? –Preguntó ésta.
-Más le vale que no abra la boca o… -Comenzó el castaño.
-Tranquilos, me prometió que no diría nada. Hasta me dio un consejo, me dijo que intentara no mirarlo tanto porque de otra forma la gente comenzaría a pasar rumores.
-¿Confías en ella?
-Si, no me pregunten porqué, pero de alguna forma siento que ella me comprende. Pude verlo en sus ojos cuando se fue.
-Me pregunto qué pasará por su mente…
-Tal vez esté enamorada de alguien que no lo sabe. –Le respondió Eren a Mikasa.

-Puede ser.

-Pero no digan nada de eso. –Intervino Armin. –Si ella guarda mi secreto entonces es nuestro deber guardar el suyo.

-Oye Armin, allá viene tu novio. –Mikasa cambió el tema para señalar a la clase de cuarto año que entraba al comedor para sentarse en las tres mesas que sobraban y comenzar a comer.

-Que no es mi novio. –dijo bajito para que no le escucharan.

-Mientras más lo niegas más obvio es.
-¡Mikasa! –El rubio reprimía sonrojado mientras intentaba terminar su almuerzo.

 

Media hora después la campana sonó y todos dejaron (al igual que el día anterior) las bandejas en el gran recipiente para las bandejas sucias y fueron al salón para tomar sus mudas de ropa. Luego se separaron chicos y chicas y fueron al baño a cambiarse para luego terminar en el patio trasero donde minutos antes estaban los de cuarto año teniendo su clase.

 

-Eren –Llamó el rubio bajito.
-¿Qué?
-Este no es el profesor que yo vi.

-¿De qué hablas?

 

-Bien, mocosos. –Dijo con los brazos detrás del cuerpo. –Yo soy el profesor de Educación Física de segundo año, mi nombre es Levi y no necesitan saber más nada de mí. Ahora mismo quiero que troten durante quince minutos para calentar y luego comenzaremos con el ejercicio.

-¿Quince minutos? –Se quejó Jean mientras miraba al cielo.
-Una queja más y serán treinta minutos. No tengo problema en quedarme después de clases para que sigan corriendo.

 

Dicho esto todos comenzaron a correr alrededor del gran patio sin chistar. Al parecer no se podría bromear con éste profesor.

A decir verdad, no parecía ser alguien que inspirara temor. No físicamente. Era un hombre bajo, más bajo que la mayoría de los estudiantes de la clase de segundo y de complexión delgada. Lo único que daba miedo era su mirada, tenía cara de no haber dormido bien y poseía unos ojos que parecían atravesarte como el mejor de los puñales.

 

-Voy a morir. –dijo Armin mientras trotaba.

-Tranquilo, ¿Qué tan malo puede ser?
-Ya lo viste Eren, podría habernos mandado trotar cinco minutos, que es lo suficiente para calentar pero no, fueron quince y encima nos amenazó con treinta.

 

Luego de completados los quince minutos Levi utilizó el silbato para pedir que se detuvieran y les llamó con la mano.

 

-¿Qué pasa? ¿Ya se cansaron? –Preguntó viendo como jadeaban y se sostenían las rodillas. –Cuarenta lagartijas, ahora. –Y con un pitido de silbato todos se lanzaron al suelo para comenzar con el ejercicio. –Les aclaro que las chicas deberán hacerlas igual que los chicos. Y si cualquiera las hace mal comenzarán de cero hasta que les salga bien.

-Tenías que hablar Jean, ahora lo pusiste de mal humor. –Se quejó Eren mientras hacía su tercera lagartija.

-No es mi culpa.

-¿Vas bien Armin? –Preguntó Mikasa mientras veía que el cansancio reinaba en su cuerpo. Temía que su amigo tuviera que quedarse todo el día a hacer lagartijas por la falta de fuerza en sus brazos.

-Si… voy bien. –dijo tomando aire, esforzándose al máximo para no caer.

-Cuando no esté mirando para un segundo. –Le dijo su amiga a modo de ayuda.

-No, puedo hacerlo.

 

Veinte minutos después la mayoría ya había terminado. Solamente quedaban Armin, Christa y Conny.

 

-Listo. –Dijo Christa levantándose mientras respiraba agitadamente.
-Listo yo también. –Conny se levantó jadeando.

 

-Arlert, apresura el paso. –Habló el profesor parado a su lado.
-Ya… casi. ¡Ufff! –Exclamó cayendo completamente al suelo. –Terminé.

-Ya que Armin terminó –Empezó a hablar Sasha. -¿Podemos tomar algo de agua?
-No. –Dijo Levi. –Veinticinco abdominales, ahora.

-¡¿Qué…?!
-Cuarenta para usted Browse, por quejarse.
-Pe-pero yo…

-¿Quiere cincuenta?
-¡No señor! –Y gritando esto se acostó en el suelo a comenzar con su tarea igual que el resto.

 

El resto de la clase fue igual de tortuosa. Luego de los abdominales tuvieron menos de cinco minutos para descansar y tomar un poco de agua para después retomar el ejercicio. Al final de la clase trotaron un nuevamente y estiraron un buen rato.

 

-Mañana me dolerá hasta mi nombre. –Dijo Eren mientras caminaba hacia las duchas.

-Nunca en mi vida había tenido una clase tan horrible. –Comentó Armin mientras miraba al vacío y caminaba lentamente detrás del castaño.
-Me estoy muriendo. –Siguió Conny. –Pobre Sasha, hizo enojar tanto al profesor con sus quejas que sigue corriendo.
-Y seguirá por un buen rato seguramente. –Jean hablaba mientras caminaba con una toalla enroscada en el cuello a modo de bufanda y la ropa limpia que tenía antes de la clase en la mano.

-Chicos, los veo en la cena. –Habló Mikasa dirigiéndose a Armin y Eren. –Voy a ducharme y me iré a mi casa.

-Claro, hasta dentro de un rato. –Saludó Armin con la mano antes de dejarla caer pesadamente. Hasta levantar los brazos le costaba luego de todas esas lagartijas.

 

 

 

Siete horas después Mikasa se encontraba tocando el timbre en casa del rubio. Sus padres le habían dado un postre de chocolate para que llevara y no se presentara sin nada.

Llevaba un jean blanco y una camiseta rosa la cual apenas se veía ya que encima de ésta llevaba un saco blanco abierto y una bufanda Bordeaux que Eren le había regalado para su cumpleaños varios años atrás.

 

El abuelo de Armin abrió la puerta y dejó ver una sonrisa al ver que era la chica. Hace muchos años que ella era amiga de su nieto.

-Buenas noches. –Saludó el anciano. –Pasa pasa.

-Gracias, buenas noches. Traje un postre para después de la cena.
-Vaya, gracias. Puedes dejarlo sobre la mesa. Eren y Armin están en su cuarto.

 

Mikasa dejó el postre sobre la mesa de la cocina y subió las escaleras para ingresar al cuarto del rubio mientras el anciano se sentaba en un sillón de la sala de estar para retomar su lectura diaria.

Al entrar al cuarto de Armin se encontró con éste haciendo la tarea de matemáticas sobre su cama y a Eren mirando televisión desde el suelo.

 

-Buenas noches.

-Hola Mikasa. –Saludó el castaño sin siquiera levantar una mano.

-Buenas noches. ¿Tienes hambre? Ya tengo lista la comida. –Preguntó Armin desde su cama.

-Un poco. –Dijo ésta.

-Entonces comamos. –Y diciendo esto saltó hacia el suelo para luego quejarse del dolor que le había provocado en sus piernas gracias a todo el rato que estuvieron corriendo en clase del profesor Levi.

 

Los cuatro se reunieron en la mesa y Armin sirvió para todos. Tal y como le había prometido a Eren había hecho su mejor guisado de carne y arroz el cual nunca dura mucho tiempo en la heladera gracias a que éste siempre se encarga de devorarlo.

 

-Buen provecho. –Dijo el anciano.

-Buen provecho para usted también. –Respondió Mikasa.
-Gracias por la comida Armin. –Agradeció Eren mientras tomaba su cuchara y se disponía a comer ávidamente.

-Mmjn –El rubio tenía la boca llena y no quiso responder así por lo que se limitó a hacer un sonido de aprobación mientras levantaba su cuchara en el aire.

-Me contó Armin que hoy tuvieron Educación Física.

-Fue una clase exigente. –dijo la chica mientras tomaba un sorbo de agua. –Pero buena para mantenerse en forma.
-No intentes disfrazarlo, fue horrible. –Recriminó Eren engullendo una enorme cucharada de comida.

-Me esforzaré al máximo para pasarla con una buena nota.
-Ese es mi nieto, siempre optimista.

-Ahora entiendo lo que me quiso decir Annie con el “buena suerte”. Supongo que él fue su profesor el año anterior.

-Supe que pasó su clase con un nueve y que nadie jamás la pudo pasar con más de esa calificación.
-¿Annie no llegó a un diez? –Preguntó Eren sorprendido. Realmente ella era muy buena en cuanto a deportes se refería.
-No. Esos datos los conseguí de dos chicas de su clase. –Continuó Armin. –Me pregunto con cuanto la pasaré yo.

 

Un buen rato después y luego de cenar los tres chicos emprendieron camino a la casa de Mikasa. Después de todo habían prometido acompañarle, aunque estuvieran muy cansados por el día de hoy. Cuando llegaron notaron que la luz estaba encendida y su madre la esperaba antes de irse a dormir.

Se despidieron de su amiga y de su madre con un saludo a la distancia y comenzaron a caminar nuevamente hacia casa de Armin. Donde los platos sucios les esperaban a ambos.

 

-Me gustó la clase del profesor Zacarias. –Admitió Eren. –Es interesante y es buen profesor.

-Es cierto. Siento que me irá bien en su clase este año.
-A ti te va bien en todas las clases teóricas Armin.
-¿Viste si alguien más se anotó para los equipos de futbol 5?
-Si, antes de salir vi como Sasha y Conny se inscribían para el equipo dos. El primer equipo ya lo tenemos casi completo, solo nos falta un miembro. Para el segundo no estoy seguro, no he visto bien.
-Te dije que la gente se inscribiría.

 

Eren no respondió puesto que estaba atento a cómo un auto negro se paraba al lado de ambos chicos. Luego vio un rostro conocido dentro de él.

 

-Ey mocosos, ¿Qué hacen afuera a estas horas? Deberían estar descansando para la clase de mañana.

-Profesor Levi, buenas noches. –Saludó Armin. –Fuimos a acompañar a Mikasa a su casa y ahora mismo estamos volviendo.

-Suban, yo los llevo.

-¿Está seguro? –Preguntó Eren. –Solo son unos minutos a pie.

-Si, suban. –Dijo abriéndoles la puerta del copiloto.

-De acuerdo, gracias. –Y dicho esto el castaño se sentó en el asiento del copiloto mientras estiraba el brazo derecho hacia atrás y le abría la puerta trasera a Armin.

 

-Yo vivo derecho. –dijo el rubio mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. –A unas siete cuadras de aquí.

-Bien. –Levi movió la palanca de cambios y pisó suavemente el acelerador para hacer arrancar el auto. Eren le observó casi de reojo, llevaba una camisa de mangas largas negra con los primeros dos botones desabrochados y un pantalón de vestir del mismo color. Se veía como un ser oscuro y le provocaba un poco de miedo pero realmente se notaba que no era tan malo como lo pintaban, tan solo durante las clases.
Luego se dedicó a observar el resto del auto, no había una sola mota de polvo en ningún lugar y absolutamente todo lo que estaba allí (por más que no fueran muchas cosas) estaba cuidadosamente ordenado. Nada colgaba del espejo como en la mayoría de los autos y se notaba que estaba muy bien cuidado, el motor casi no hacía ruido.

 

-Aquí. –Señaló Armin. –Yo me bajó aquí. –Al detenerse el auto abrió la puerta y se bajó, cerrándola tras de sí con cuidado. –Eren, no te preocupes por los platos. Yo los lavo, tu ve a dormir.
-De acuerdo. –Le dijo éste desde su asiento. Entonces vio como su amigo entraba a su casa dejándolo a solas con el profesor más temido de todo segundo año.
-¿Y tu? –Preguntó el azabache mirando al chico.

-No se preocupe yo vivo a menos de una cuadra, puedo bajarme aquí e ir caminando. –dijo desabrochándose el cinturón de seguridad para bajarse del vehículo.

-No. –Levi le había tomado del brazo impidiéndole que abriera la puerta. –Yo te llevo. No hagas que me arrepienta.

-B-bien.

-¿Dónde vives?
-Allí en frente. –Señaló con un dedo una casa un poco más lejos de allí.

 

Los pocos segundos que duró el viaje fueron en silencio total hasta que Eren se bajó y tomó la llave para abrir la puerta.

 

-Ahm… ¿Quiere pasar a tomar un vaso de agua o algo? –Preguntó el castaño.

-Quiero una taza de té. –Dijo bajándose del auto.

-Claro. –Su prepotencia hizo que Eren sonriera fingidamente y abriera la puerta dejando ver el infierno para Levi.

 

La casa de chico era un desorden.

 

Levi entró y se sentó en un sillón individual mientras Eren iba a la cocina que se encontraba al lado de la sala de estar y ponía agua a hervir.

 

-¿Qué le pasó a tus padres?

-¿Mis padres? ¿Por qué lo pregunta? –Cuestionó mientras colocaba un saquito de té en una taza.

-Dudo mucho que tus padres mantengan una casa tan bonita en este estado tan… patético.

-Ellos… están de viaje. –Mintió. –Volverán en unas semanas.
-Eso explica todo. ¿Dónde tienes los productos de limpieza?
-En el armario del baño ¿Por qué?

-Vamos a limpiar esto, urgentemente.

 

 

Dos horas y media más tarde Levi se encontraba barriendo el último piso de la casa, el del cuarto de Eren. Hace buen rato se había dado cuenta de que éste mentía con respecto a sus padres, ¿Por qué razón en su cuarto habría una cama de dos plazas y en el cuarto matrimonial una cama simple? No tenía lógica. Pero simplemente decidió ignorar el asunto y averiguar mañana con Erwin, después de todo en la preparatoria tenían una ficha para cada estudiante con información familiar.

Ya era avanzada la noche, el reloj marcaba las doce y media y al otro día tendría que levantarse temprano para ir a trabajar. Si bien el daba clases pasado el mediodía debía ir temprano para revisar las fichas y asistir a una reunión con la dirección.

 

Salió de la habitación con la pala llena de polvo para luego tirarlo en la bolsa de la basura. La casa ahora estaba impecable, tal y como a él le gustaba que estuviera.

Cuando se dispuso a irse notó que Eren estaba dormido en el sillón largo de la sala, estaba sentado, con la cabeza hacia atrás y roncaba fuertemente.

 

-¡Eren! –Gritó para despertarle.

-¿Qu-qué? –Se paró sobresaltado.
-Me voy. Es tarde.

-Si, claro. Yo le acompaño al auto. –Y tomando las llaves abrió la puerta principal saliendo mientras era seguido por el más bajo, el cual se metió al auto y abrió la ventana para dejar que entrara el aire. –Gracias por ayudarme a limpiar profesor, y por traerme a casa a mí y a Armin.

-Llámame Levi, menos en clases. Y mantén ordenado eso Jaeger. –dijo señalando el interior de la casa.

-Por supuesto, adiós… Levi. –El auto arrancó y se alejó mientras el chico entraba nuevamente a su casa para dormir.

 

Levi no sabía porqué, pero ese chico estaba comenzando a caerle muy bien.

Notas finales:

Estaba buscando fotos de cómo sería el auto de Levi y encontré una que me gustó, es algo bien sencillo pero bonito:

https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTMlRdwREn5les4kURwdPxJigQ6WkDqgkqDkE1r_OJul19psAWN


Pronto empezaré a escribir el capítulo tres y apenas lo tenga se los dejo c:


Porfis dejen review para saber si les gustó ♥♥ los amo ♥

 


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