Estaba llegando tarde a la sesión de fotos, encima con este maldito tráfico. Debí hacerle caso a mi manager e ir con el chofer muy temprano en la mañana. Pero no me arrepiento porque pude dormir un poco más. Anoche llegue muy cansado de esa maldita reunión con el CEO, exigiéndome que deje de verme con mis chicas ¡está loco! Para que quiero fama si no voy a aprovechar já.
Me estaba durmiendo, debí tomar un café al menos al salir de mi departamento. Y para colmo mi celular comenzó a sonar desesperado debajo del asiento del copiloto. Era un día de mierda.
-¡Maldita sea! –grite, seguramente era mi manager. La sesión ya debe estar a punto de empezar. Trate de agacharme un poco sin despegar la vista de la pista para poder coger mi celular, pero no funciono, asi que baje la velocidad de a poco y me agache en con todo mi cuerpo y lo cogí. Pero después escuche un fuerte ruido…como si…hubiese aplastado algo. Solo pude escuchar aquel maullido.
-MIAUUUUUUUUU!!!!!!- escuche muy fuerte. Automáticamente pare el auto para estacionarlo despacio. No puede ser ¡Justo ahora me pasan estas cosas a mí! Baje corriendo del auto poniéndome mis lentes negros y subiendo mi bufanda hasta taparme la boca. Claro, no es que sea un cobarde simplemente alguien puede reconocerme y no quiero que mis fans se me tiren encima. Salir a la calle para mí es un gran problema.
Me acerque despacio mirando a todos lados para asegurarme que no estaba llamando la atención. Allí estaba un pequeño bulto tirado en la acera. Al parecer lo que había atropellado era un gato. Mi alma volvió al cuerpo cuando lo vi.
-Menos mal que es sólo un gato…-dije en un tono bajo como hablando conmigo mismo. Mire mi reloj y ya eran casi las nueve de la mañana. Asi que di media vuelta para retirarme del lugar. Total aquel gato ya estaba muerto no podía hacer nada. Estaba dirigiéndome hasta mi auto cuando escuche un grito desgarrador de la ventana de uno de los departamentos del edificio de la izquierda.
-Noooooooooooo!!!!!!-grito aquella persona. Mi mirada fue hacia aquella ventana abierta. La persona que estaba allí salió disparada, bajando por la escalera que daba de su casa a la calle ¡oh mierda! Creo que es el dueño del gato. Al percatarme de que aquel muchacho bajaba ofuscado acelere el paso sin voltear.
-¡no puede ser! ¡NOOOOOOO!-escuche que lloriqueaba. Pero aun asi no me detuve.
-Si me reconoce estoy perdido…-me decía a mí mismo. Eso de ser famoso también tiene sus desventajas.
-Hey! ¡Hey espere! ¡Alto allí! ¡HEY!-grito más furioso ahora corriendo hacia mí. Yo voltee por auto reflejo y efectivamente lo vi totalmente furioso. No me percate muy bien de su rostro. Solo me subí al auto y lo encendí rápido para escapar de allí. Ya saben, no porque sea un cobarde, simplemente no quiero tener problemas con la gente “normal”.
Cuando arranque el auto pude ver como el chico corrió en sentido contrario, regresando supongo yo a ver por última vez a su gatito. Me sentí un poco mal por él, pero…el gato ya estaba muerto asi que ¿Qué podía hacer? Además yo baje a ayudar asi que eso cuenta.
Llegue a la agencia después de dos horas de retraso, por todo lo imprevisto y cuando estuve en la puerta por fin… algo me intercepto.
-¡TÚ! ¡MALDITO!-grito aquella persona que se cruzo en mi camino con una bicicleta.
-¿perdón? –pregunte. Creí que era un anti fan o algo parecido. Asi que metí mi mano al bolsillo automáticamente para sacar mi celular y llamar a seguridad si era necesario.
-¡Tú maldito asesino! ¡Tú la mataste!- me dijo aquel joven apuntándome con un dedo acusador. Se le veía muy enojado, rojo del coraje.
-Mira…yo no soy ningún asesino, creo que…no te das cuenta todavía quien soy…yo soy…-le trate de explicar.
-¡Me importa un carajo quien seas!...para mi eres un asesino, un cobarde que huyo de la escena del crimen…eres un desgraciado que no tiene valores morales…eres un…
-¡ya basta!... ¡ya me canse! …no sé quién eres tú, pero si tuvieras dos dedos de frente te darías cuenta del terrible error que estas cometiendo al hablarme asi…-le grite muy fuerte. Ya había colmado mi paciencia. ¿Gritarte a mí? ¡A mí! ¿No sabe quién soy?...Asi que inmediatamente me quite los lentes y la bufanda para dejar el rostro descubierto y que se arrepienta por haberme tratado de esa manera.
-ahora ¿no dices nada?-le dije sonriendo con altanería. Él me miro con sorpresa, retrocedió un poco. ¡Ja! lo había impresionado, eso es bueno. Pensé que se alejaría o se iría corriendo de ahí por su atrevimiento pero no fue así, sólo pude sentir como mi mandíbula se desencajo un poco. Ese idiota me había golpeado.
- Y agradece que no te dejo peor… maldito idiota…- se separo de mi tirándome al suelo. Yo caí de trasero. Me le quede mirando con los dientes apretados. Pobre imbécil, no tenía idea con quien se había metido…yo Kwon Ji Yong, lo voy a acabar. ¡Lo voy a hacer pedazos! sí…a Kwon Ji Yong, nadie, absolutamente nadie lo toca.
-Me…me las a pagar…-le dije levantándome del suelo, para darle una de mis peores miradas.
- Já… ¿Piensas que te tengo miedo?...-se burlaba sin ningún tipo de vergüenza.
-Deberías…porque… ¡Te voy a demandar! ¡Esto no se va quedar asi! ¡Te lo juro! ¡Te voy a destruir!-le gritaba histérico. Eso alerto a los guardias de la agencia, que al verme tan alterado y con la camisa salpicada de sangre, corrieron en mi ayuda.
-Ohhhh…allí vienen tus niñeras, claro era de esperarse, las divas como tú son tan escandalosas…-se reía otra vez ¡mierda! ¡Quería matarlo! ¡Nunca nadie me había humillado de esa manera! ¿Diva? ¿Yo?
-Señor… ¿está bien?...-se puso uno de mis guardaespaldas delante de mí. En pose de amenaza, estaba a punto de írsele encima a ese hijo de puta. Yo lo empuje para ponerme otra vez al frente ¡no! No iba a quedar como un cobarde.
-Yo…no soy ninguna diva, por si no lo ves, soy tan hombre como tú…puedo defenderme solo. Pero no te rompo la cara porque eres muy poca cosa a mi lado. No quiero ensuciarme las manos con un andrajoso como tú. Asi que por eso…espero que contrates un muy buen abogado. Porque lo que me has hecho…lo vas a pagar muy caro…-le dije apretando los puños de la rabia. Pero deje escapar una sonrisa amenazante que pensé que lo iba a intimidar, pero él idiota se rió en mi cara, agarro su bicicleta y se marcho.
-Señor… ¿quiere que lo persigamos?...-
-No…déjenlo…-les dije a mis guardaespaldas, mirando aun a ese tipo que se atrevió a golpearme como si yo no fuera quien soy. Ya habría tiempo para buscarlo, demandarlo y verlo pudrirse en la cárcel.
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-¡por supuesto que no! Ji Yong…no lo vas a denunciar.
-¡¿Qué?! ¡¿No escuchaste lo que te dije?! ¡Me golpeó! ¡Ese hijo de puta se atrevió a golpearme!
-Lo sé, pero aún asi, no puedes denunciarlo. Si lo haces, ese sujeto dirá que tú mataste a su gato y quedarías como un asesino, como un hombre frio y sin escrúpulos que atropello un pobre gatito. No seas tonto Ji Yong, sabes que si ese tipo habla, tu reputación se viene abajo…-me dijo mi manager ¡mierda! No podía contra lo que me dijo. Ese idiota me tenía en sus manos, pero las cosas no se podían quedar asi. Tenía que hacerle algo ¡cualquier cosa!
-Si, si, si…pero aun asi, necesito hacer algo en su contra, porque muy aparte de golpearme, me llamo “Diva” ¡Y sabiendo quien soy! ¡Lo puedes creer!...-le grite histérico. Y para colmo de males, mi manager se empieza a descojonarse en mi propia cara. Yo lo mire totalmente indignado-… ¡pero de que mierda te ríes eh!
-jaja…Nada…es que en serio sonaste como una diva. Ji Yong, debes entender que todo el mundo no siempre te va a adorar…-me dijo ya un poco más serio.
-Lo sé, pero…nunca nadie me había hablado de ese modo, aparte de golpearme. Yo sé que no todos me adoran, hay muchos otros que simplemente me tienen envidia…-le dije con algo de culpa ¿Qué podía hacer? No tenía la culpa de ser tan sexy y guapo, y todo el mundo me envidiara por eso. Aunque ese tipo, feo no era. Es mas era alto, tenía una mirada profunda, ojos grandes, brazos fuer…¡PERO QUE MIERDA ESTOY PENSANDO! Sacudí mi cabeza para quitarme esos estúpidos y enfermos pensamientos. Mientras lo hacía escuche la carcajada de mi manager otra vez.
-jajajaja…GD, olvídate ya de todo, porque mejor no vas a tu departamento a descansar…-Sí, creo que tiene razón. No quiero pensar más en ese idiota del gato.
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-Asi que quieres demandarme ¿no es asi?-se me iba acercando poco a poco. Yo retrocedí hasta chocar contra el borde de la cama.
-S-si…lo h-haré…-tartamudeé. Su mirada me helaba los huesos, pero a la vez hacia que mi cuerpo comience a sudar. Era una sensación muy extraña, podría ser miedo. Pero no, no creo que el miedo haga que mi entrepierna se endurezca a cada paso que daba este sujeto hasta mí.
-Yo…no quiero irme a la cárcel...-cuando estuvo totalmente a unos centímetros de mi rostro, susurrándome con esa voz ronca cerca de mi boca, trate de empujarlo. Pero él sostuvo mis brazos y me empujo a la cama. Yo caí de espaldas a ella con mi corazón bombeando a mil.
-E-eso debiste pensarlo antes de golpearme…-le dije desde mi posición. Él me dio una sonrisa malévola y se tiro encima de mí. Yo abrí los ojos de la sorpresa, pero me quede inmóvil ante tal movimiento.
-Y… ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión?...-me pregunto susurrándome al oído. Yo tragaba saliva de los nervios. Su voz era ronca y gruesa era…sexy. Mi entrepierna comenzó a ponerse completamente dura. Él sonrió de lado al sentirla. Dándome una mirada de lujuria pura.
-N-nada…a mi…a mi no me gustan los hombres…-le dije, pero mi voz sonó tan aguda. Que me sentí simplemente patético y avergonzado. Y claro, él soltó una risita socarrona que me puso los bellos de punta. Hasta su risa era sexy ¡diablos!
-Pues…a mi no me lo parece…-Listo eso fue lo último que me dijo para voltearme y comenzar a embestirme como un animal. Y eso no fue lo peor, lo peor fue que me deje, es más. Lo estaba disfrutando y mucho. A mi cabeza se vino una imagen de alguna escena de porno gay que alguna vez vi en televisión.
-ahhh…si…-gritaba yo con todas mis fuerzas. Estaba a punto de llegar, me comencé a masturbar al ritmo de sus embestidas. Hasta que sentí que algo sonó. Y no pude terminar. Mi puto despertador.
*Ring…ring…riiiiiiiiiiiiiiiiiiing*
Me desperté asustado, como si hubiera tenido la peor de las pesadillas ¡dios! Es que sí, en definitiva había tenido una pesadilla, mejor dicho ¡UNA ASQUEROSA PESADILLA! Soñar que él tipo que odias te follé debe ser la peor pesadilla de un hombre y eso me había pasado a mí.
-mmm…Oppa ¿estás bien?...-me dijo una de mis chicas abrazándome la cintura.
-Sí, si…es sólo que…tuve una pesadilla…-le conteste sin pensarlo mucho. Estaba sudando como un cerdo por aquel terrible sueño.
-¿Pesadilla? ¿Quién tuvo una pesadilla?...-me pregunto mi otra chica que estaba en el otro lado de la cama. Frotándose los ojos por el sueño. Las dos se abrazaron a mí y comenzaron a besarme el pecho.
-Oh…oppa, hay alguien que despertó muy contento esta mañana…-me dijo la rubia, mirando hacia mi entrepierna.
-¡vaya! Oppa…¿quieres que volvamos a repetir lo de anoche tan temprano?...-me dijo la pelirroja con una sonrisa traviesa. Yo simplemente estaba en shock ¿el por qué? Porque sabía muy bien que ese empalme no era por ninguna de mis sexys acompañantes, no por la rubia, no por la pelirroja, sino por un puto pelinegro de mirada profunda que se atrevió a golpearme hace algunas semanas.
-¡MALDITA SEA!...-grite, apartando a mis dos chicas y saliendo corriendo hacia el baño.
-Oppa…no te preocupes…nosotras te ayudamos con eso…-escuche que me dijo la rubia. Escuchaba las risas de las dos desde el baño. No le di importancia y me metí a la ducha para bajarme la erección y de paso también que el agua fría se lleve esos anormales pensamientos que tuvo el “yo” de mis pesadillas.
-Lárguense…ahora…-les dije a las chicas con indiferencia, sin siquiera mirarlas. Ellas seguían echadas en la cama.
-Pero…oppa…pensé que…-me dijo la pelirroja. Las distingo por el cabello, porque en realidad olvido sus nombres.
-Pues pensaron mal…ahora lárguense…-les dije ya con los bóxers puestos, dirigiéndome a la cocina para servirme un vaso de agua helada.
-Oppa… ¿Por qué nos tratas asi?...-lloriqueo la rubia. Estaban acabando con mi paciencia
-¡QUE SE LARGUEN! ¡QUE NO ENTIENDEN!¡LAR-GO!...-les grite con todas mis fuerzas, tirando el vaso de vidrio al suelo. ¡Joder! ¡Que no notaban que no estaba de humor! Ellas con miedo cogieron sus cosas. Se vistieron en un abrir y cerrar de ojos para salir como alma que lleva el diablo por la puerta cerrándola de un portazo.
-Sólo fue un sueño…sólo fue una pesadilla…sólo fue una pesadilla…-repetía esas palabras como un mantra. Me tire al sillón y pensé, pensé, pensé. Miles de preguntas se comenzaron a arremolinar en mi mente ¿Por qué soñé con él? ¿Por qué soñé que me follaba? ¿Por qué lo había llamado sexy? ¿Por qué me había dejado? Y lo peor de todo ¡¿Por qué lo había disfrutado?! Yo no era un maldito marica, yo amaba a las mujeres. No había ser mas mujeriego que yo.
-Las mujeres son lindas, las mujeres son sexys, las mujeres me ponen como nadie… ¡AMO A LAS MUJERES!...-seguía repitiéndome constantemente. Sí, tenía que repetírmelo. Es mas estaba seguro de aquello-…Se acabo…tengo que llamar a la rubia y a la pelirroja…-me dije a mí mismo. Para coger el móvil y llamarlas. Y si no querían…bueno eso es poco probable ¿Quién se resistiría a estar conmigo? Soy GD, no hay mujer que me diga que no.
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Ya habían pasado varias semanas desde la primera pesadilla. Digo la primera, porque después de esa noche, se le avecinaron muchas más. Siempre, siempre soñaba que ese hijo de puta me follaba, y si no era asi, soñaba que me besaba, o que me hacia una mamada. Pero todo era referente al sexo ¡mierda! ¡Me estaba volviendo loco! No sabía qué hacer con esas asquerosas pesadillas ¡Joder! Bueno fuera (no tan bueno), que soñara que me violaba, pero no ¡No! El sexo que tenia con ese tipo en mis pesadillas, era sexo consentido. Asi que en definitiva ¡me estaba volviendo loco!
-Aló…-conteste estirándome para alcanzar el móvil que estaba en mi mesa de noche.
-Aló Ji Yong…supongo que ya estas despierto…-la voz de mi manager jodiéndome el sueño, ya se me había hecho costumbre, siempre lo maldecía por eso. Pero debo admitir que ahora se lo agradecía, porque por él mis asquerosas pesadillas no continuaban su transcurso-…recuerda que hoy es la cena con los auspiciadores…-¡Oh mierda! Me había olvidado de esa cena.
-Sí, si…ya estoy por salir…-mentí. Parándome en seguida para bañarme y cambiarme.
-Son las ocho de la noche… ¿aun dormías tu siesta?...-Ok. A él no lo podía engañar.
-Ya vooooooooy…sólo espérenme si, prometo no tardar…-le dije, para colgar y comenzar a alistarme.
*********
De milagro llegue a tiempo. Todos me estaban esperando en aquel restaurante francés que me encantaba. Mi manager había reservado hace unos días aquel lugar. Claro que por ser yo, la reservación fue una semana antes. Si hubiera sido otra persona, habrían tardado meses en darle una reservación. Todos me saludaron y pasamos a sentarnos en una mesa VIP que daba con vista a la calle que adornaba un precioso y sofisticado jardín de rosas.
-Buenas noches caballeros, mi nombre es Seung Hyun y aquí tienen nuestro menú especializado...- yo estaba concentrado en mi móvil, cuando de pronto escuche esa voz, esa…voz ¡mierda! Levante la mirada para encontrarme con ese tipo. Ahí estaba él, sonriéndonos de lo más campante. Ignorándome por completo. Mi cuerpo comenzó a agitarse, de un momento a otro me faltaba el aire.
-Buenas noches joven, ¿algo que nos pueda recomendar? ¿Alguna especialidad?...-escuche que pregunto, uno de los viejos que quería contratarme para ser la imagen de su centro comercial.
-Claro que sí…- todos comenzaron a hacer sus pedidos, con ayuda de nuestro “camarero”. Yo sólo estaba absorto mirando como sonreía y apuntaba en esa lista electrónica moderna. Lo mire con detenimiento. Quería saber por qué mierda soñaba con él casi todas las noches. No tenía nada en especial, bueno, salvo que era alto. Llevaba unos pantalones negro, una camisa blanca y una pañoleta en la cabeza, tipo pirata. No parecía ser un simple camarero, fácil podría confundirse con un modelo de pasarela ¡mierda! Tenía que admitirlo, ese hijo de puta era guapo ¡muy guapo!, aunque…no tanto como yo.
-Ji Yong… ¿tú que vas a ordenar?...-mi manager me saco de mis pensamientos. Gire a mirar al dueño de mis oscuras pesadillas. Él me miraba con una sonrisa hipócrita. Sabía que me había reconocido, pero aun asi lo disimulaba muy bien. Creo que es tiempo de hacerle pagar todo lo que me había hecho, y no, no me refiero sólo al golpe. Si no a todo lo que ha sido mi vida desde que lo conocí. Me vengaría de él. ¡Oh, sí! Claro que sí.
-Oh, sí claro…eh…para comenzar quiero una ensalada nizarda…-le dije con una sonrisa hipócrita también. Él asintió y se retiro con una reverencia, para irse a hacer los pedidos. Al pasar unos quince minutos, en los cuales mis acompañantes y yo hablábamos de negocios. Los tan ansiados platillos llegaron. Él iba repartiendo a cada quien su platillo ordenado. Hasta que le toco darme el mío.
-¿Qué es esto?...-le pregunte señalando la ensalada que hace unos minutos había pedido.
-Es la ensalada nizarda…la que usted ordeno…-me contesto sin mirarme a los ojos ¡maldita sea! Odiaba que me ignore.
-Yo no ordene eso… debes haberte equivocado…-le dije con una sonrisa malévola en los labios. Él volteo a mirarme ¡eso es! Ponme atención.
-Si lo ordeno señor…aquí mismo apunte su orden…-me volvió a sonreír apuntando su comanda electrónica.
-No…no la quiero…pasare por alto su error, no se preocupe…ordenare mejor el Potée Lorraine, si eso quiero…-le dije desafiándolo. Él simplemente cogió el plato con la ensalada y lo retiro de la mesa.
-Claro que sí señor como guste…-sabía que estaba reprimiendo su enojo. Podía verlo en sus ojos. Jaja y como me divertía eso. Después de diez minutos llego con mi platillo. Y lo coloco en frente de mí. Y claro yo iba a seguir con mi venganza.
-Oh, creo que deberías poner más atención a la orden de los comensales. Yo no ordene esto…-le dije apartando el plato. Los demás que estaban en una plática amena, comenzaron a tomar atención a mis reclamos.
-¿Sucede algo señor Kwon?...-me pregunto de nuevo el viejo del centro comercial.
-Sí, lo que pasa es que el camarero se ha equivocado ya dos veces en mi pedido…-conteste mirando a ese tipo que comenzaba a echar chispas por los ojos.
-Disculpe señor, pero estoy completamente seguro que usted ordeno el Potée Lorraine…-me dijo él simulando una sonrisa. Estaba rojo del coraje.
-Te pedí un Quiche Lorraine…es un tarta, una simple tarta. Yo no te pedí el Potée Lorraine porque yo no tomo sopas…verdad Hyung que yo no tomo sopas…-dije volteando a ver a mi manager.
-Claro, a ti no te gustan las sopas…usted seguro escucho mal joven…-me apoyo mi manager. Yo sonreí triunfal. Vi como el hijo de puta este apretaba los puños. Todo el mundo volvió a su conversación. Mientras que él hacia el ademan de coger el plato de sopa para llevárselo. Cuando de pronto moví el codo que “accidentalmente” hizo que el platillo cayera al suelo derramándose en todo el piso.
-Uy…lo siento…-dije sin sentirlo de verdad, no pude reprimir esa sonrisa de júbilo, por verlo completamente enojado. Estaba a punto de explotar. La vena de su sien estaba hinchada. Disfrutaba muchísimo verlo asi, como quería verlo desde un principio. Tratándome como lo que soy. Alguien importante.
-No se preocupe…un error lo comete cualquiera…-me sonrió. No espere esa reacción, su sonrisa fue realmente maquiavélica. Me asusto. Regreso con algo para limpiar el desastre que había provocado. Cuando termino de limpiar, regreso con una botella de vino. Y comenzó a servir copa por copa, dejándome al último claro.
-¿Y mi Quiche Lorraine? …-me burle de él. Giro para verme y coger mi copa. Comenzó a llenarla mirándome con la misma sonrisa de antes. Me puso los pelos de punta. Cuando la copa ya estaba por la mitad. La alzo y el muy hijo de puta me tiro todo el vino encima.
-Pero que…-escuche exclamar a mi manager.
-Uy…lo siento…-imito mis palabras, termino de bañarme con el vino y se fue. Pude ver como se quito el mandil, la pañoleta y lo vi gesticular de lejos las palabras “renuncio” a su jefe. Saliendo apurado por la puerta trasera.
-¡Maldito hijo de puta!...-grite, parándome a perseguirlo. Ahora si ¡ahora si me las iba apagar!