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Tormenta y océano por Necoco_love2

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Notas del fanfic:

Es mi primer intento de Thorki, así que cualquier falla, momento OoC de los personajes, o discordancia, agradecería que me lo hicieran saber. 


Hablando sobre escribir, no estoy familiarizada con la pareja, así que una disculpa también, En el dado caso que decida darme otra oportunidad en un futuro no muy lejano en este fandom, prometo pulirme para escribir cosas mejores. 


 


Con especial dedicatoria a Neko_Chan_XD2. No es la gran cosa, pero espero que te guste tu regalo de cumpleaños. 

Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes de The Avengers (o Thor), pertenecen al señor Stan Lee. 

No era como lo recordaba, en absoluto. Había algo que no se sentía bien, que conseguía que todo, por similar que superficialmente fuera, se percibiera de un matiz completamente distinto al acostumbrado. Quizá si cerraba los ojos y se esmeraba demasiado, tal vez su nariz podría detectar el aroma de aquello que resquebrajaba la similitud que anteriormente había abrazado aquellos momentos que ambos habían tenido en los que la lucha constante parecía no tener fin.


Afróntalo, se lo dijo internamente, él ya no es la tormenta que azota tu océano.


¿Y qué se suponía que debía hacer cuando no quería afrontarlo?


Lentamente abrió sus ojos, confuso ante dicha verdad que se repetía en su mente como un mantra que iba a llevarlo a la locura. Si ya no era la tormenta que arreciaba y lo sacudía con frenética fuerza, si ya no era la tormenta que lo alteraba hasta niveles insospechados incluso en el más calmado de sus momentos, ¿entonces qué era?


Sólo una insignificante vida más, se dijo a sí mismo. Pero luego sonrió hipócritamente, porque Loki sabía que uno de sus muchos problemas radicaba en ello: que se mentía con tanto esfuerzo, pero no siempre se lo creía.


Abrió los labios una vez más para articular palabra. Las gotas de lluvia que caían con fuerza en plena calle se colaron entre sus labios mientras buscaba las palabras exactas para soltar en ellas el veneno más mortal que nunca antes había podido escupir a alguien y, sin embargo, por alguna razón era, en aquél momento, incapaz de formular tan sólo una frase que pudiera derribar a su hermano más de lo que ya se estaba desmoronando.


Entonces se preguntó, ¿qué era lo que se suponía que debía hacer?


Alzó su mirada y se encontró con que los ojos de Thor, tan azules como el cielo mismo, tan llenos de esa vida que tanto lo incitaban a disfrutar de los placeres de ésta, estaban perdiendo la luz que los habían convertido, hasta el momento, en los únicos ojos en los que a Loki le gustaba perderse desde que tenía uso de razón. Se veía reflejado en un azul opaco, como cuando de pronto la oscuridad se ceñía en lo alto del cielo y todo alrededor se volvía penumbras en las que la soledad es la única que se atrevía a abrazarlo.


¿Lo sentía?


Probablemente no.


—Loki…—escuchó que lo llamaban, pero la voz de Thor confería ya a su cuerpo un efecto contraproducente.


Cómo lo odiaba, acudiendo a él como el último recurso que le quedaba, haciendo gala de una desesperación patética en busca de un consuelo que, ambos sabían, en él no iba a encontrar. Ácidamente Loki frunció el ceño y le devolvió a su hermano una expresión recelosa, apretando la mandíbula y mostrándole los dientes apretados a manera de respuesta.


—No—le dijo, molesto—. ¿Es que no lo entiendes? ¡Yo maté a Jane!


Sin embargo Thor seguía acercándose poco a poco tentando terreno, con una expresión dolida en el rostro pero sin ningún atisbo de que fuera a matarlo a la menor provocación. Thor apretó la mandíbula e intentó reprimir las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos. La lluvia corría por todo su cuerpo quieto, como si estuviera purificándose del dolor de haber perdido a la mujer que tanto amaba.


Pero, y Loki lo sabía, equivocado estaba si creía que él volvería a recibirlo con los brazos abiertos como si nunca lo hubiera olvidado por una mujer que no brillaba en la vida ni la mitad de lo que por lo menos Sif brillaba.


—No…—volvió a repetirle, y esta vez retrocedió un paso cuando Thor estaba a sólo un abrazo de distancia.


Su hermano no lo escuchó. Quería creer que las cosas eran diferentes, y que quizá esta vez Loki estaría a su lado para apoyarlo como hasta hacía poco lo había hecho. Pero en sus ojos verdes, tan brillantes como el jade, se apreciaba una rabia que ni siquiera el mismo Loki era capaz de contener. Y, como se esperaba, cualquier pizca de raciocinio que había estado guardando para el momento desapareció.


Thor necesitaba apoyo, y Loki lo necesitaba a él. Pero él no iba a darle lo que necesitaba, porque durante muchísimo tiempo, había sido Thor quien le había arrebatado lo que él tanto quería: a él mismo.


En su rostro una mueca dolida se dibujó con dificultad bajo la lluvia. En medio de la calle solitaria, Loki metió una de sus manos al bolsillo interno de su saco y dejó al descubierto una Beretta. Thor lo miró aturdido e incrédulo mientras él sacaba el casquillo de la única bala que había disparado y lo tiraba todo frente a sus ojos. El primogénito de Odín estaba casi seguro que, si examinaba con cuidado, encontraría rastros de la sangre que Jane había derramado cuando la bala le había atravesado el cráneo, haciendo que su cerebro dejara de funcionar casi de manera inmediata.


La rabia iracunda desdibujó en su rostro una expresión dolida y asesina, sin embargo aún en su pecho albergaba la necesidad de sentirse en compañía de alguna otra persona que lo quisiera al punto de soportar los golpes que iba a darle a la pared como muestra de su profusa frustración.


Thor repitió su nombre una vez más, porque era incapaz de decirle con palabras que aunque la hubiera matado, lo necesitaba con él. No obstante, Loki no iba a ser, nunca, por mucho que en el fondo lo deseara, el plato de segunda mesa que le seguía a la ahora difunta Jane. La había quitado del camino, sí, y qué fácil habría sido aprovecharse de la vulnerabilidad de su hermano para conseguir lo que quería.


Pero Loki Laufeyson se regía por sus propias reglas y que lo supiera todo el mundo: que, si él no podía conseguir lo que quería, Thor tampoco lo haría.


—Sólo tú, Thor—articuló, dejando que su voz se ahogara lentamente con el repiquetear de la lluvia sobre la acera—sólo tú me has amado. Sólo tú me has mirado a los ojos con afecto y no con condescendencia. ¿Por qué, entonces, estoy matándote a ti, y no a los otros?


¿Por qué? Repitió la pregunta en sus pensamientos, mientras Thor lo miraba como si le hubiera enterrado un cuchillo, atravesando su corazón. Como si lo hubiera matado a él y no a la mujer con la que había visualizado todo su futuro.


— ¿Por qué? —preguntó finalmente Thor.


—Porque te detuviste.


En medio de la lluvia, Loki retrocedió y se marchó, sin mirar atrás. Thor hizo un amago de detenerlo, pero no se esforzó lo suficiente. En medio de la lluvia, Thor gritó y Loki lloró, pero ninguno de los dos realizó un intento por volver a encontrarse de nuevo. Ahí, en medio de esa calle solitaria y húmeda, en donde sus miradas se habían encontrado por primera vez, dejaron de ser la tormenta y el océano, y no volvieron a cruzar sus caminos nunca más, porque Loki había cumplido finalmente su cometido.


Loki había matado a Thor y, después de eso, ya nada importaba.


 

Notas finales:

Dudas, quejas, comentarios y sugerencias, les estaría muy agradecida me lo dejaran escrito en un review. Es la única forma de retroalimentación que recibo para saber si estoy haciendo las cosas bien o me falta mejorar en muchos aspectos. 


De todos modos, muchas gracias por leer. 


 


Besos y abrazos, Necoco. 


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