-Rei-chan quiero más galletas por favor~!
- ¿Ah? ¿Ya te comiste todas? Sin dudas eres un glotón Nagisa-kun.- Suelta un suspiro de resignación y se dirige hacia la puerta de su habitación.- Iré a la cocina por más, si es que acaso no te las comiste todas.- Se aleja del cuarto dejando a un rubio muy contento y esperanzado.
Ya era muy familiar encontrarse con estas escenas, desde que se conocieron poco a poco se volvieron más cercanos, a tal punto de que Nagisa visitaba constantemente la casa del peliazul, siempre lograba encontrar un motivo para colarse en la casa de éste y hasta convivir un poco con su familia. Sin dudas se sentía muy cómodo en esa casa, lejos de sus molestas hermanas… el rubio podía relajarse totalmente y tener momentos tranquilos.
Era un sábado por la tarde, el clima había estado inestable desde la mañana y no había mostrado mejoras en todo el día, no obstante eso no evitaría que el rubio no pueda pasar el día con su querido compañero, nada que un paraguas no pueda solucionar. El clima lluvioso suele dar un ambiente de tranquilidad y relajación, incluso surgía efecto en éste imperativo personaje, esta vez Nagi se mostraba bastante relajado casi cansado quizás, el clima era algo adormecedor.
Estiro su extremidades buscando relajar sus músculos, soltó un suspiro y casi arrastras se fue acercando a la cama de Rei, dejando las migas, revistas y otras cosas en la mesita. Se recostó boca abajo en la cama hundiendo su cabeza en la almohada, aspiro fuertemente absorbiendo el aroma que éste despedía, sin dudas era un aroma embriagador, suave pero masculino.
- Rei-chan… siempre huele rico…- Musitó luego de girar su rostro hacia un costado, dejándose arrastrar por la agradable sensación, una mezcla de suavidad, tranquilidad, delicadeza, sonidos de la lluvia… todo envolviéndolo hasta prácticamente dejarlo noqueado. El sueño lo venció, era demasiada tentación… todas esas sensaciones lo llevaron a un sueño pasivo, pues no se lo puede culpar, dormir en la cama de Rei era algo realmente placentero.
Pasaron unos minutos hasta que el peliazul volviera a entrar en su habitación, cargando consigo un plato con pan lactal untado de mermelada de fresa, y una botella de té helado.
- Nagisa-kun, al parecer te comiste todas las galletas… te traje un poco de mermelada, la parecer te gusta todo tipo de dulces, así que…- Una vez que dejo las cosas en la mesita, no encontró al rubio allí, busco por su habitación con la mirada, no estaba donde estaba la computadora, tampoco en el rincón husmeando los libros ni el armario, luego vio un bulto en su cama.- ¿Ah? ¿Qué haces en mi cama?.- Se acercó a donde se encontraba su compañero al no recibir respuesta, lo miro desde arriba y soltó un suspiro semi-pesado.- Aah, ¿vienes a mi casa sólo para dormir? No tienes remedio…- No se molestó, simplemente fue un regaño usual, por alguna extraña razón ya no le parecía nada raro, al contrario se lo tomo muy natural.
Rei comenzó a limpiar la mesita, dejo el plato con el pan y la mermelada, el resto se lo llevo para la cocina, apago la luz de su cuarto y cerró la puerta, por esta vez dejaría que su compañero descanse, ya que él también disfrutaba de la pasividad de la tarde. Una vez que limpio todo dejo la cocina para ir a la sala, vería un poco de televisión, quizás habría algo interesante que ver algún documental o película.
No supo cuánto tiempo paso, simplemente no lo tomo en cuenta, se había concentrado en un documental de física y universo, para luego al hacer un zapping encontrarse con la película de Thor, le pareció interesante así que se entretuvo mirándola –por suerte pudo verla desde casi el inicio—. Miro el reloj de su pared marcaba las 21:36, ¡¿tanto tiempo había pasado?! Sus padres llegarían tarde debido a que después del trabajo tenían una cena, pero Rei estaba acostumbrado a cenar temprano, así que sin más se dispuso a ir a la cocina nuevamente, a ver que podía preparar. No tenía mucha hambre, pero más tarde no quería molestarse si su estómago rugía, por lo tanto preparo lo que tuvo a mano, un poco de lo que sobro del almuerzo y lo complemento con una ensalada.
Fue hasta la sala nuevamente, odiaba cenar sólo en el comedor o en la barra, la televisión le haría un poco de compañía –aunque tal vez iba en contra de sus principios— había encontrado una nueva película, el título le llamo la atención “dos bodas y un funeral” no pudo imaginarse mucho, por lo tanto le dio oportunidad. Por un momento sintió que se olvidaba de algo, pero le restó importancia hasta encontrarse con cierta escena de la película, se sintió avergonzado pero siguió viéndola, no podía dejarla sin terminar, no era propio.
Después de ver los créditos del final, el peliazul se quita sus lentes y escurre alguna que otra lágrima de sus ojos, simplemente el final lo había conmovido mucho, respiro profundo y exhalo, dirigió su mirada al reloj nuevamente y marcaba las 23:27. No se dio cuenta pero el clima había empeorado un poco, la lluvia era más fuerte que en la tarde y se escuchaban algunos truenos. Sin más que hacer limpio todo y aseguro todas las entradas de la casa, tanto ventanas como puertas, apago las luces y se dirigió al baño a cepillarse sus dientes. Una vez terminado de dejar todo de acuerdo la casa finalmente se encamina hacia su cuarto a colocarse el pijama, no creía dormir aun, pero al menos leería algo.
Con ese pensamiento entro y encendió la luz, busco en su armario su ropa y se cambió rápidamente; observo su biblioteca buscando algún libro, al encontrar uno que llamo su atención lo tomo, apago la luz central pero encendió la de su escritorio daba la suficiente luz que llegaba hasta su cama para leer cómodamente acostado.
Finalmente se dispuso a acostarse, pero al momento sintió algo raro… ¿su cama era más pequeña o tenía un peluche en ella? Había un bulto envuelto entre sus sábanas, estaba como acurrucado en un costado de la cama, por un momento el rostro de Rei se puso pálido ante el susto, con un poco de miedo removió las sábanas para llevarse la sorpresa –aunque no hubiese sido sorpresa si no lo hubiese olvidado— Nagisa dormía plácidamente acurrucado y abrazando al almohada.
- ¿A-Ah? ¿N-Nagisa-kun? ¿Pero que—?.- Lo pensó un momento y algo encendió en su cabeza.- Ah, lo olvide… Espera… ¡¿todo este tiempo estuvo durmiendo?! E-Emmn, Nagisa-kun, despierta… despierta.- Sacudió levemente el cuerpo del chico, no quería ser brusco, pero necesitaba que el rubio despierte; trato de moverlo más fuerte y éste término boca arriba soltando la almohada. Poco a poco los parpados de Nagi se fueron abriendo, muy adormilado trato de ver el rostro de Rei que se encontraba al frente él, pudo escuchar su voz como si estuviese lejos o muy distante.-
- Ahh, ¿Rei-chan? Huum~ .- Se removió un poco, girando su cuerpo al costado del peliazul, envolvió la cintura de éste en un abrazo, y se aferró con todo su cuerpo de manera que no pretendía soltarlo.-
-¿N-Nagi-san-kun? ¿Q-ue estás haciendo? V-vamos despierta de una vez… es tarde, ¿no me digas que pretendes quedarte aquí?- Trato de disimular sus nervios, pues tener al rubio tan cerca y abrazando su cintura lo hizo sentir raro….-
- Huum, pero aun llueve, quiero dormir con Rei-chan, se siente bien~.- Busco profundizar más el contacto, pero al ver que Rei se resistía en recostarse, apoyo su cabeza en la pierna de Rei, muy cerca de su cadera.- Rei-chan vamos a dormir juntos~.-
Quedarse de piedra no parecía mala idea para el pobre chico de lentes, pues su cuerpo se paralizo ante la vergüenza y la sorpresa. Espero unos segundo tranquilizando su cabeza, no podía pensar con claridad, pues la imagen de un adorable Nagisa abrazado a él, era difícil de procesar.
- S-Supongo que está mal pedirte que te vayas con el clima así, pero al menos déjame prepararte otra cama, la mía es chica sería algo incómodo dormir juntos, ¿no te parece?.- Trago saliva, ocultando su sonrojo con sus lentes y mechones de cabello.
- Huum, pero yo quiero dormir con Rei-chan.- repitió.- Es cómodo, se siente cálido… recuéstate así nos acomodamos mejor.- Soltando un suspiro, relajo el agarre de la cintura y se corrió un poco dando más lugar a Rei, colocó la almohada en su lugar y con un gesto indico a su compañero que se recostara. Casi hipnóticamente el otro se limitó a obedecer, se recostó boca arriba, estaba algo estático y ni se molestó en quitarse sus lentes.- ¿Hum? ¿Rei-chan dormirás con tus lentes?.- Soltó una risilla y con suma delicadeza le quito los lentes a Rei depositando en el escritorio que tenía al lado. Acción seguida se recostó a su lado, enterrando su rostro entre el hombro y el cuello del más alto, abrazando su torso y estirando la manta para cubrirlos del frío de la noche.- ¿Ves? Entramos perfectamente en la cama~.-
-…- No tenía palabras, estaba avergonzado pero nada molesto, simplemente avergonzado, odiaba admitirlo pero se sentía realmente bien. Una calidez lo envolvió profundamente, ¿está bien sentirse tan, pero tan cómodo al compartir cama con su compañero? No quería darle muchas vueltas al asunto, se dejó arrastrar por la sensación, los mechones rubios rozaban su rostro. “Ahh~ tan suave” pensó, le hacía pequeñas cosquillas al moverse por cada respiración de Nagisa, estaba adormecido. ¿Podrá dormir así?.-