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My sweet baby por Madshooting star

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   — ¡TORUUUUUUUUU! —  Se escuchó en los pasillos del edificio donde sería la entrevista para el grupo de  cuatro jóvenes fuera de lo común. — ¡TORUUUU! — Volvió a resonar la voz del vocal implorando atención.

Mientras tanto el querido líder permanecía en espera de las instrucciones junto a Tomoya en la sala de estar tranquilamente sentados o al menos el segundo, porque con semejantes gritos (intentando ignorar) era imposible concentrarse. Ceñudo giró su atención al escandaloso e incontrolable Taka que corriendo alterado se acercaba a ambos chicos.

— ¡¿Qué demonios Taka?!

   — ¡Es Ryota!— Contestó alarmado y bastante agitado enseguida.

   — ¿Qué pasa con Ryota?

   — ¡Fue raptado por unas perras de baldío en el callejón!

El rubio arqueo su ceja izquierda concluyendo que seguro sería otra mala del menor. Tomoya observa entre espantado y confundido a ambos chicos, en conflicto consigo de esperar una orden  o salir a rescatar a su amigo.

  — ¡No me crees! — Se quejó el vocal viendo mal al más alto de los tres, cruzando los brazos e inflando las mejillas inconscientemente. Le molestaba más la nula confianza, que su compañero siendo violado salvajemente por un grupo de travesti (era cierto).

  — Conociéndote a ti y a Ryota, no — Encogió los hombros mirando de nuevo la puerta por la que saldría el representante, asimismo Taka le seguía viendo mal, molesto y dolido. 

  — Chicos... — Susurró Tomoya buscando romper el ambiente tenso

  — Eres un... un... un Pu...  ¡Puagh! — Taka se atragantó con sus palabras antes de soltar un improperio del que después podría arrepentirse ¿desde cuándo se arrepentía?, ¿desde cuándo le importaba tanto lo que pensará Toru de él?

  — ¿Puagh? — Repitió el batero

  — ¿Puagh? — Le siguió el guitarrista pero con sorna en su sonrisa de lado y observando de reojo al vocal emberrinchado.

   — ¡AHHH! — Taka enfadado se dio la vuelta y corrió al armario más cercano en busca de armas para la batalla que enfrentaría. — ¿Un balde y una escoba? Pfff nada bueno — Cogió ambos utensilios mientras sus compañeros observaban extrañados que hiciera eso.

  — >Va demasiado lejos<... — pensó Toru sin dejar de ver la escena.

  — ¿Taka? — Llamó Tomoya sudando gotita por la sien en cuanto el aludido se colocó el balde en la cabeza. Toru resopló rendido.

  — ¡¿No es en serio?! — 

  —Lo es Toru desalmado, pero ya cargaras en tu consciencia con la muerte del trasero de Ryota y su virginidad — Infló el pecho cual macho que se da a respetar armado con su escoba y pasó a retirarse a zancadas del lugar. El acusado cansino suspiro no quedándole de otra que seguir al menor.

  —Espera aquí Tomo, cualquier cosa estamos en el callejón... creo — El batero asintió no muy convencido viendo al líder alejarse en el pasillo.

   —Espero que Ryota siga siendo virgen...— espeto Tomoya lloriqueando.

Mientras tanto en un callejón, el guerrero de la escoba hacía acto de presencia yendo a ahuyentar a los travesti calenturientos con palazos, pero estos se aferraron al pobre cuerpo de su compañero inconsciente de tanto manoseo...  

   — ¡Déjenlo Hijos de puta!— Un Taka enfadado vale por tres, pero un Toru... (Quien llegaba a cerciorarse de todo lo que ocurría) era el mismísimo apocalipsis.

   —Era cierto...— Susurró un líder estupefacto con lo que sus pobres ojos presenciaban, Ryota tirado en el piso cómo un saco sin vida y Taka que después de un esfuerzo arduo había logrado atemorizar a los atacantes fogosos con su poderosa escoba.

   — ¡Y no vuelvan por aquí! — Escupió el vocal exhausto del ajetreo pero expeliendo un aura de triunfo y superioridad ante su desempeño productivo sin necesidad que su desconfiado líder interviniera. 

   — ¡Ryota! — El rubio después de reaccionar corrió a socorrer a su compañero ya que el menor de todos permanecía sumergido en su victoria.

   —Ahhhhhh creo que mo-morí...— El pobre bajista que ya descansaba en brazos de su compañero después de tanto no asemejaba la verdad. 

   —No has muerto Ryota— 

   — ¿Eres tú Kami?— 

El guitarrista lo observó confundido y suspiro resignado, su camarada necesitaba descansar a la orden de ya.

   — ¡Hey Taka, ve con Tomoya y dile que la entrevista se cancela para la próxima semana!—

El aludido permanecía maniobrando con el utensilio de limpieza después de que los aires de grandezas afloraron en todo su esplendo.

   —Demonios… cuando se les necesitas cuerdos más faltan— El rubio gruño y se encargó de hacer el trabajo llamando a Tomoya por el móvil mientras arrastraba al bajista directo a la camioneta del grupo, al menos Taka y su comportamiento explosivo ya habían hecho lo suyo.

Justo cuando había recostado al mayor en el asiento trasero unos balbuceos llamarón su atención por un motivo, entre ellos había escuchado o creyó hacerlo un nombre significativo en toda su vida y por el que lucho con solo escuchar su voz…

   —Takahiro…—

Abrió de más sus rasgados ojos; ahí estaba de nuevo ese nombre provenir de los labios del inconsciente bajista, era extraño, de seguro estaba viviendo en la tierra de Morfeo lo anteriormente acontecido o eso quería creer, hasta que secundando a la mención un ruido para nada pulcro fue en compañía de la cita.

   —Taka nghhh—

Toru quedó estupefacto, ¿era lo que era?, ¿un gemido? Casi se impacta contra el piso pero su curiosidad fue más fuerte que la mismísima impresión. Se afirmó de la puerta de la camioneta y permaneció atento a cualquier otra sorpresa, en verdad que esa situación le generaba una rabia inexplicable y surgió el impulso de despertarlo a bofetones, sacudidas, estrellarle la cabeza contra la puerta de ser necesario.

    —Tskk… será mejor que dejes de soñar lo que estés soñando Ryota… — Advirtió viendo amenazante el rostro ajeno. La rabia no era simplemente lo que parecía, había algo oculto que Toru bien descifró desde hace un tiempo con todo(a) aquel que se acercaba al vocal con impúdicas pretensiones… ‘CELOS’. Sus dientes rechinaban y de tener uñas de diamante seguramente desagarraría el metal del vehículo. Estuvo a punto de darle un golpe a puño cerrado al traidor (así lo consideraba) hasta que esa voz, la que lo conmovió desde hace años le hizo reaccionar.

—   ¡Yamashita Toru, exijo una disculpa antes de que te patee las bolas! —

Lo reconocía; amaba a ese chico escandaloso, irrespetuoso, con todo y sus arranques de ira inclusive infantiles, sincero y hasta tímido porque así le conoció.

Taka era solamente suyo y así tenía planeado reclamarlo sin importar lo que tuviese que enfrentar con ello. 

Notas finales:

El titulo lo dice todo, va inspirado en la canción aunque puede que otras más se metan a hacer de las suyas.(*x07;∪x06;)

Dejen reviews (T-T)9 *los va a mendigar de ser necesario* (?)


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