Ya había pasado una semana desde aquel incidente, una semana que para el pobre de Tomoya e únicamente para él pareció un año, un pesado y bochornoso año ¿Por qué era el único afectado? … debía evadir a Ryota de la manera menos sospechosa existente puesto que cada que entablaban una conversación o contacto visual sentía su corazón desmoronarse, a Taka de sus juegos pesados a pesar de recibirlos siempre pero no estar en la mejor condición de aguantarlos, y finalmente Toru que intuía su pésimo estado y no desperdiciaba un momento para averiguar sí todo marchaba bien; había llegado a un punto en que temía quedarse solo con alguno de ellos en la sala de ensayos y al parecer esa tarde no era la excepción.
—Tomoya… ¿en verdad estás bien? — Indagó el guitarrista quien se acercó hasta el puesto de su compañero, le extrañaba que durante el ensayo tocara con la mirada baja y su desempeño no fuera el habitual, comportamiento suficiente para concluir que algo no iba bien.
Mientras tanto el mencionado tardó en reaccionar provocando agravió en la preocupación del líder quien no dejaba de observarlo.
— ¡AHH To-Toru-san! — La potencia fonética con la que había iniciado aminoró después de un suspiro más cansino que de tristeza. —Lo estoy, solamente algo agotado… ya sabes que no he podido dormir estos días, hay mucho por hacer en estas fechas —
El líder que ya parecía un acosador resopló no muy convencido al recibir la misma respuesta de anteayer. Cogió una baqueta del menor y golpeo con suavidad justo en su cabeza, advirtiendo el percatarse de su mentira, mientras que el agredido tembló nervioso.
—Te invito a beber y me cuentas que es lo que en realidad ocurre ¿te parece? — La sonrisa comprensiva del líder destacó y con ello Tomoya recapacito y concibió era el momento indicado de desahogar su pesar e incomodidad con su único compañero de confianza. En los últimos días luego de lo que presenció llego a la conclusión que entre él y Ryota no existía esa clase de relación, pero sí la tenía con Taka… esa era otra discusión a tratar. Se puso e pie y camino a espaldas de su camarada, meditando la forma correcta en que explicaría todo un enjambre de emociones respecto a su otro compañero de cuerdas.
—Tranquilízate Tomoya, iremos por partes sí así lo deseas— Él batero asintió mediando su sonrisa débil puesto que no era tan sencillo como parecía, además que su líder le asustaba cada vez más con sus predicciones, seguía sin comprender como lo sabía si no existía un contacto visual, probablemente era su mutismo.
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Toru tuvo que explicarle a Taka lo que ocurría en parte con Tomoya, no simplemente por su deber en cabeza de la banda sino principalmente por su amistad. Minutos que a Tomoya parado a metros de esos dos le parecieron eternos, no quería ver lo que ocurría entre ambos y si veía nuevamente una muestra cariñosa en su presencia ahora sí quedaría traumado de por vida.
—Listo, Taka me tenía que decir lo de unos acordes… ya podemos irnos. — Tomoya no creyó nada de eso, lo sabía casi todo y el rubio lo desconocía.
—Ajá… Toru, al menos no pasaron a segunda base— Ríe socarrón revelando con ello el saberse conocedor (a medias) de lo que ocurre entre ellos. El mencionado se sonrojo hasta la sien y a decir verdad era algo que Tomoya no creería haber visto en todo su vida, pero el transcurso de los días estuvo lleno de sorpresas, ya no debería extrañarle.
— ¡Lo sabes! — Señalando acusativo al batero.
— ¡Lo sé! — Afirmó entre risas incontenibles, de algún modo esa revelación le devolvió los ánimos que creía perdido. Toru lo apresó bajo su brazo derecho y le dio santos coscorrones en la nuca en venganza a las burlas que le pusieron cada vez más sonrojado… pero lo que ambos no sabían es que en la lejanía tenían un curioso espectador, no era el vocal, ni siquiera una fan, si no ni más ni menos que Ryota, mirando atento a Tomoya, cómo reía, se quejaba, se desenvolvía con el líder… algo que no ocurría consigo. Otra vez experimentaba una sensación extraña semejante a la de unos meses, solamente que esa vez ocurrió cuando Tomoya reía junto a Taka.
—Vamos o se hará tarde y no quiero andar de niñero— Espetó Toru soltando a su compañero quien se reía quedó y algo adolorido.
—De acuerdo Toru, pero está me la pagas, te dejaré ebrio en la mesa y a ver que alma se compadece de ti.
—Calla idiota— Volvía a ser quien era, sin sonrojos y maltratando a su compañero.
Entre ataques verbales y una que otra seña obscena tomaron rumbo al bar que no quedaba lejos del estudio, ambos ignoraron el hecho que Ryota no les perdía de vista más sin en cambio no los siguió, prefirió retirarse a acomodar sus ideas y averiguar lo que ocurría consigo.
—Lleguemos a lo serio Tomoya, ¿qué te pasa? Puede que los otros dos sean unos despistados pero a mí no me engañas. — Miró de reojo al aludido quien caminaba junto sí. Tomoya suspiro de nuevo decaído prefiriendo ver el avance de sus pasos.
—Lío de amores…— El rubio arqueo la ceja clavando su vista en él.
— ¿De amores? — Tomoya asintió jugando nervioso con sus dedos.
—Quiero mucho a alguien pero no es lo correcto hacerlo—
— ¿Cómo sabes que no es lo correcto? —
—Porque es una persona con quien no debería sentirlo, es imposible…—
Tomoya no quería deprimirse nuevamente y menos llorar pero entonces sus ojos se empañaron, realmente las emociones no estaban de su lado. Restregó el puño de su chaqueta en los causantes de las perlas salinas que no iba permitir fluir en presencia de su compañero.
—No creí que fueras tan pesimista— Difamo el guitarrista decepcionado del menor, volviendo su vista al frente. — Sabes lo de Taka y yo ¿no? Que te hace creer que no tendrás oportunidad con tu ser especial…—
—No es fácil…—
— ¿Es un chico? — La pregunta basto para que al batero se le subieran una gama de tonos escarlata al rostro, la imagen capaz de aclarar la duda del guitarrista además que el mutismo en los próximos segundos confirmo la sospecha.
—Lo sabía. —
— ¡No lo sabías Toru! —
—No pero ahora sí— ¡Maldita astucia del rubio! En definitiva no iba a librarse de esa.
Hasta llegar al bar y ocupar una mesa hubo silencio, tal vez el alcohol lo sinceraba un poco del interrogatorio con que lo bombardearía Toru, no iba a irse satisfecho sin tener un nombre.
Una orden de sake tras otra orden de Sake y seguía sintiéndose incapaz de seguir con el tema e igualmente la mirada inquisidora del rubio no ayudaba en lo más mínimo.
— ¿No vas a beber más? — Toru negó profundizando su mirada. Tomoya suspiro cansado.
— ¿Me dirás quién es? — Ahora él se dio el lujo de negar y Toru de suspirar pesado. — ¿Es tan malo? — Asintió —¿Ni siquiera una inicial? — Negó con la cabeza mecánicamente. — ¡Dios Tomoya, no eres un mimo! — Exclamó el rubio con la paciencia a punto de abandonar su cuerpo.
—Ahora lo soy… me hubiera dedicado a eso y ahora no estaría pasando por esto— Toru se arrepintió de haber alzado la voz al ver a su compañero desplomarse en la mesa, aferrado en ocultar su rostro entre los brazos lánguidos sobre el mueble. Lo arruinó y lo reconocía, cualquier avance se fue al caño culpa de su necedad.
—Lo lamento Tomoya… no era mi intención obligarte a contarme lo que te ocurre pero espero comprendas que tu comportamiento me preocupa y no solamente a mí, sino también a Taka y Ryota de seguir actuando de ese modo… — Su dialogo fue interrumpido por un sollozo débil, ¿y ahora que había dicho para hacerlo llorar? Se sintió la peor persona del mundo. — ¿Tomo? — No respondió, el llanto seguía siendo el mediador. Prefirió abandonar el sillón e irse a sentar en un pequeño espacio a su lado, abrazarlo contra su pecho para darle oportunidad de desahogarse del acongojo.
En realidad no rechazó el acto fraterno del rubio al ser sus brazos el mejor refugio consolador, ya ni siquiera le avergonzaba su gimoteo, quería que en cada lagrima cada sentimiento a Ryota lo abandonara pero lamentablemente los sentimientos no funcionaban así.
Toru lo apapachaba al creer ser su opción falible por el momento, no era su intención agraviar el llanto, ya lo diría cuando se sintiera seguro; pero para su sorpresa Tomoya intentaba decirle algo entre hipeos.
— ¿Necesitas algo? —
—S-Sí… ya no puedo con esto… hip*—
—¿Quieres volver a casa? —
—No… qui-quiero hip* estar junto a él—
Toru enarcó ambas cejas asombrado ante una simple oración mal articulada.
— ¿Junto a quién? —
—Junto a… Ryota…—
—Woo wooooo…. — Nada inteligente respuesta, ahora Tomoya se escondía en su pecho como un gato asustado. Y él estaba que no lo creía, parecía que los ratones le comieron la lengua.
— Es Ryota… quien me tiene así ¿ya estás hip* satisfecho? —
Fuertes revelaciones, ahora se sentía dentro de esas tramas románticas de un manga yaoi, sí lo sabía es porque leyó uno por accidente (Ajá xD)
Toru resopló frustrado al no encontrar una solución inmediata al conflicto emocional de su ebrio y adolecido compañero, pero sí algo tenía en claro es que e estaría ahí para él y brindarle todo el apoyo que necesitara. Lo apartó de si empujándolo suavemente por los hombros e hizo que sus miradas colinden.
—Tal vez las cosas no salgan como lo esperas Tomo… pero entiende que no se trata del peor humano con el que estás lidiando, es ¡Ryota! Y sabes cómo es él. Ni siquiera el intento de violación le dejo secuelas, anda como si nada.— El oyente lo miraba fijamente sin perder detalle de la seria o así parecía explicación de su compañero.
—Lo dices tan fácil, como ya conseguiste a Taka no sabes lo que es andar lidiando con sentimientos no correspondidos.
—¿Lo dices en serio? — El guitarrista estalló en carcajadas regresando a duras penas a su asiento, más que nadie sabía respecto a miedos, celos y sentimientos no correspondidos. —Me atrevo a decir que lo que sucedió con Taka fue un tiro de suerte y fue él quien dio la iniciativa.
—Ahora que lo recuerdo…— Susurra el batero más sereno que hace unos minutos, rascando pensante su barbilla. —Cuando desperté no supe que pasó, ya estaban ambos pegados… sucios — Viendo incomodado al regañado
—Hahaha ya quisieras estar haciendo eso con Ryota hasta de lengua y todo— Acotó divertido el aludido demostrándose inerte por el comentario, pero el contrario bien que le hizo al ver sus mejillas enrojecer. —Hahahaha lo ves, sucio pervertido —
—¡Cá-Cállate! — Ordenó Tomoya estampando su cara roja contra la mesa
—¡Maldito depravado! — Secundó jocoso retorciéndose por las risas en la silla.
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La ¨terapia¨ tal vez no ayudo del todo a su compañero pero por lo menos le provoco una que otra risa, sonrisa, vergüenza y sonrojos con sus comentarios impertinentes, ya era algo luego de verlo tan decaído los últimos días, lo importante ahora era hacerle llegar esos sentimientos a Ryota y gracias a su ingenio tenía pensada una excelente estrategia de la que necesitaba cooperación de Taka. Apenas llegará a su casa le llamaría y explicaría a detalle lo que ocurre con Tomoya y lo que debían hacer para ayudarlo.