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Conocerte de nuevo por Aramis

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Notas del capitulo:

Mello le da un par de explicaciones al pelirrojo mientras escuchan la radio y conducen sin rumbo por la ciudad.

The Kids From Yesterday - My Chemical Romance.

De no ser por el CD que sonaba por las bocinas del automóvil de Matt, quizá el silencio incómodo se habría apropiado de la situación… Maldición, eso no le gustaba a Matt, no le gustaba ni un poco, pero sabía que Mello no hablaba ni un poco cuando estaba con esa mirada en los ojos, la mirada que tiene cuando está pensando.

-¿Y no me dirás que quier… –Las palabras de Mail fueron cortadas por una cruel mirada.

El pelirrojo sitió que algo dentro de él se rompió. Fueron 9 largos años sin verlo, de repente reaparece para decirle que necesita de su ayuda, luego hace un escándalo en el Starbucks y huyen en un viejo automóvil de una horda de fanáticos y ahora ni siquiera le quiere decir una sola palabra. Eso dolía, créanme que dolía de verdad.

Un suspiro se escapó de los pálidos labios de Mello, mientras algo en su mirada no dejaba de inquietar a Matt, el pelirrojo se había equivocado esta vez ya que el silencio no era porque Mihael no quisiera decirle nada, sino que un nudo en la garganta se lo impedía.

Matt subió el volumen de la radio, llevándose un cigarrillo a la boca para calmar esa avalancha de sentimientos que tenía en su interior, se concentró en la melodía de su banda favorita…

“Bueno, ahora este debería ser el último de todos los paseos que demos”

“Así que sostente fuerte y no mires atrás”

Mientras Matt trataba de concentrarse únicamente en su cigarrillo para mantener bajo control toda esa intriga que el rubio le había ocasionado, Mihael se mordía el labio inferior para que las ganas de romper en llanto no lo hicieran temblar.

El pelirrojo sabía que algo andaba mal con Mihael, de vez en cuando miraba de reojo a su distraído copiloto tratando de verlo a los ojos, sin embargo, no podía ver más que ese rubio cabello mientras los ojos azul turquesa observaban por la ventana.

“No nos importan los mensajes o las reglas que ellos creen, te encontraré cuando el sol se ennegrezca”

Ya no podía soportarlo más, las palabras salieron sin pedir permiso.

-¡Mello!, ¡Dime qué diablos te sucede y deja de comportarte como el imbécil que eres! –Exclamó el pelirrojo, clavando las uñas en el manubrio del auto.

Esas fueron las palabras que dieron lugar a un nuevo y largo silencio, seguido de otro suspiro entrecortado del Mihael.

“Cuando éramos jóvenes solíamos decir, que tú solo escuchas la música cuando tu corazón se empieza a romper”

“Ahora nosotros somos los niños de ayer”

-Matt –Murmuró al fin Mello, mientras miraba por la ventana para no tener que cruzar sus ojos con los de aquel pelirrojo –Matt, odio ser yo, ¡odio que las personas me amen tanto! ¡No soy más que un tipo que escribió un libro! –Así es, Mello no mentía, detestaba a todas esas personas que lo admiraban, odiaba que todas esas personas lo quisieran tanto, lo odiaba porque ninguna de ellas era Matt –La fama es una mierda –Finalizó, con el ceño fruncido, ya que no habría podido decir todo lo que quería contarle al pelirrojo, simplemente odiaba a su nuevo “yo”, lo odiaba porque todo era falso, los nuevos amigos, los lujos, ¡falso, falso!, ¡sus admiradores y el cariño que todos fingen tener con él, no era nada más que otra falsedad que te trae la fama!, y él lo sabía, y era lo que tanto odiaba.

“todas las cámaras observan los accidentes y a las estrellas que tanto odias, a ellos solo les importa si puedes sangrar”

“¿La televisión hace que sientas las pastillas que consumes?”

“O cada personas que necesitas ser”

 

Mihael sabía que era imposible expresar un sentimiento con palabras, sabía que era algo que Matt difícilmente entendería, porque si algo bueno podía decir del pelirrojo, era que él no sabe de falsedades, él era la única persona honesta que había entrado en su vida, y no la iba a dejar ir tan rápido.

“porque tú vives para siempre en las luces que creas”

“Cuando éramos jóvenes solíamos decir, que solamente escuchas la música cuando tu corazón se empieza a romper”

-Y también quería decirte que… me detesto por haberme alejado de ti durante todo este tiempo, jamás debí hacerlo, Matt, ¡pero fue nada más de esa manera en la que me di cuenta de cuánto te necesito, maldito perro! –Dijo ahora Mello, bañando sus mejillas con lágrimas heladas, no quería que Mail Jeevas lo viera llorando, pero no pudo evitarlo durante más tiempo, la nostalgia había ganado.

Ahora habían detenido el auto, y el rubio lloraba copiosamente en el pecho del Matt, sintiéndose como un niño, inhalando ese aroma a cigarrillos que añoraba desde hace  años, los brazos del pelirrojo lo rodearon.

-Pero ya está todo bien, ¿no? –Inquirió Matt, tomando el rostro de Mihael entre sus manos para poder mirarlo a los ojos finalmente.

“Ahora, nosotros somos los niños de ayer”

Mello no pudo ocultar una sonrisa al ver que el pelirrojo seguía siendo el mismo muchacho vulnerable y sensible que conoció en Wammy’s House.

Matt se miró en esos ojos azules y sintió que estaba vivo, que no era más un fantasma… que su mejor amigo seguía siendo el tipo rudo y egocéntrico que siempre lo fascinaba de una u otra manera.

Sí, un par de ojos pueden decir tantas cosas sin la necesidad de palabras.

“Hoy en día, nosotros somos los niños de ayer”

Las sonrisas de complicidad volvieron.

El motor del automóvil se arrancó de nuevo.

-Matt, dime que seguimos siendo lo que éramos. Dime que eres mi socio. Por favor.

-Nunca dejé de serlo –Respondió el pelirrojo, pisando el acelerador a fondo.

“Porque tú solo vives para siempre en las luces que creas”

-Entonces te diré a qué he venido –Dijo Mihael, mirando de nuevo por la ventana –Quiero volver a conocerte Matt, y está vez quiero hacerlo bien –Murmuró rebuscando algo en los bolsillos de sus ajustados pantalones de cuero.

“Cuando éramos jóvenes solíamos decir, que solamente escuchas la música cuando tu corazón se empieza a romper”

-¿Recuerdas la hoja que nunca te dejé leer cuando éramos niños? –Inquirió Mello, esperando no sonar como un tonto.

-Claro, es imposible olvidarla, recibí muchos golpes por intentar leerla.

-Bien, era mi lista de deseos –Confesó Mello –Quizá esto te sonará infantil, pero… hice otra. Una nueva. Una en la que te incluí, y necesito que estés conmigo para realizarla.

“Ahora, nosotros somos los niños de ayer”

Era cierto la idea era de lo más infantil, sin embargo, Matt no pensó negarse en ningún momento, porque después de todos esos años, seguían siendo el mismo par de niños inmaduros.

El pelirrojo se moría por leer qué tipo de cosas había planeado el grandioso escritor durante todo ese tiempo.

Notas finales:

Gracias por leer y dejarme uno que otro Review.


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