“Lovesick”
Capítulo 1.
En cuanto ambos cruzaron la puerta para entrar a su hogar y él cerró la puerta, el primer golpe llego, y de ahí siguieron otro, otro, otro y otros más. No hubo tiempo para poder dar una simple explicación, él simplemente lo había arrastrado al carro amenazándolo de que si hablaba le iría peor. Y ahora estaba ahí, tirado en el piso recibiendo sin quejarse todos esos golpes que su pareja le daba.
No supo cuánto tiempo paso. Su cuerpo temblaba violentamente, sentía como una gran cantidad de sangre salía por su boca y su nariz. Su estómago le ardía y le costaba respirar, lo había pateado sin piedad y podía jurar que tenía un par de costillas rotas.
Sus cabellos fueron jalados fuertemente obligándolo a levantarse del suelo, su cuerpo fue estrellado fuertemente en la pared. Trato inútilmente defenderse pero un puñetazo en su estómago y otro en su mejilla lo desoriento.
Cuando sentía que caería desmayado en cualquier momento, los golpes pararon. Escucho la puerta cerrarse fuertemente, soltó un gran suspiro, él se había ido. Le costó horrores levantarse del piso pero le costó mucho más caminar hasta el baño. Cuando llego a este miro su rosto reflejada en el espejo, se odiaba. Se odiaba tanto. Odiaba ser un llorón, un inservible, un bueno para nada, una mierda, una puta y otras cosas más que su pareja le decía casi a diario. Se odiaba por no ser capaz de satisfacerlo, se odiaba por no ser como todos esos amantes que él tenia y que le restriega en la cara que ellos son mucho mejor que él. Odiaba verse porque él es repugnante, es horrible, es una mierda.
Después de un largo baño y curar un poco sus heridas se colocó la pijama y con pesar se acostó en la cama. Tapo todo su cuerpo con la sábana blanca y se permitió llorar. Amargas lágrimas recorrían sus mejillas. El dolor en su pecho se hiso más fuerte.
No supo cuánto tiempo estuvo llorando, después de un largo tiempo se quedo dormido.
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Despertó al sentir unas suaves caricias que conocía bastante bien. Abrió sus ojos lentamente encontrándose con el rosto serio de YiFan –su pareja-. Cerró los ojos fuertemente y soltó un leve suspiro. Sabía lo que venía a continuación.
Lo mismo de siempre.
—Tao… amor… lo siento, no quise golpearte así pero entiende que tú te lo ganas. Si me obedecieras y no actuaras así con tus “amiguitos” esto no pasaría amor.
Esas palabras se clavaban tan fuertes en su corazón, en su cabeza. Y se odio más, se odio mucho más porque Tao sabe que las palabras de YiFan son verdad, porque él sabe que todo lo que le pasa es su culpa. Tao sabe perfectamente que cada insulto y cada golpe que recibe de YiFan se lo merece por ser una mierda y una vil puta.
—Perdóname bebe, prometo no volverlo hacer.
—Te perdono Kris.
YiFan sonrió y junto sus labios para darle un tierno y delicado beso.
—Te amo pandita—murmuro YiFan acariciando su mejilla suavemente-
—Y yo a ti Kris.