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Mi historia por khr

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Notas del capitulo:

Buenas, sí, sigo vivo. Lamento haber tartado tanto y que el cap sea tan corto pero la verdad ya no tengo tanta ilusión para escribir. Me estoy pensando el abandonar el fic. Asique disfrutad los pocos que leais el fic de este cap porque quizá sea el último que suba,si no en mucho tiempo, para siempre.

Ya había pasado una semana desde que empezó el instituto. Era viernes y la semana había ido normal, sin incidentes ni nada reseñable, la típica de todos los compañeros hablando de sus vacaciones y de lo bien que lo habían pasado. Zack no había ido esa semana, imagino que estará de vacaciones. Y ahora, a las cuatro de la tarde en vez de estar echándome la siesta, estoy en la sala de espera de la consulta del psicólogo de Sora. ¿Esperando a qué? Pues a que salga mi amor. Le tocaba sesión e insistí en acompañarle para así luego pasar la tarde juntos de continuo. La verdad es que era un lugar un tanto deprimente: paredes blancas, sofás a juego y un pasillo con una secretaria a mano izquierda y la habitación donde el psicólogo daba las sesiones al fondo. Sonaba un hilo musical que trataba de amenizar la espera de la gente, pero a mí me resultaba tedioso. Nunca me ha gustado esperar y normalmente cuando espero me fumo un cigarro. Y ahora no puedo. Joder Sora ya lleva casi una hora ahí dentro. ¿El qué le estará contando? ¿Le estará hablando de mí? Seguro que sí. Si le cuenta todo al psicólogo, el que tenga novio es algo reseñable en la terapia creo yo.

-ROXAAAAS-me dijo Sora sonriendo en mi cara. Estaba tan ensimismado en mí mismo que ni me había dado cuenta de cuando llegó-¿Estás empanado eh?
-Mas bien pensando en lo que podríamos hacer ahora-le dije con una tierna sonrisa. El me dio un suave beso en los labios para luego sonreírme.
-Antes me tienes que hacer un favor…-le asentí con la cabeza-mi psicólogo quiere hablar contigo, pasa anda-me dijo mientras me levantaba y me iba empujando hacia donde se encontraba su psicólogo-Se llama Génesis.


Dicho esto abrió la puerta y me empujó dentro. Al levantar la vista vi una habitación…aburrida. No había nada. Solo una pared verde con una butaca al lado de los sofás típicos de los psicólogos. Lo único que resaltaba era el psicólogo: un hombre alto, fornido, con gesto delicado pero rudo a la vez y con pelo anaranjado. Iba de negro pero llevaba un estrafalario abrigo a lo Matrix pero de color rojo. Estaba leyendo cuando pasé, pero al darse cuenta de cuando pasé levantó su vista del libro y me sonrió mientras lo cerraba y se levantaba de la butaca.

-Asique tú eres Roxas, ¿no?-me preguntó mientras me escudriñaba con la mirada.
-Si..-dije dudando un poco. Me intimidaba un poco este hombre.
-Vaya, un tono de voz no muy firme, posición de los brazos como abrazándotelos y una mirada que escudriña cada rincón de un lugar nuevo, denota inseguridad. ¿Acaso tienes carencias afectivas paternas?-por eso tengo tirria a los psicólogos. Es como si con una mirada descubriesen todos mis secretos, como acaba de hacer éste ahora.
-Si solo me has mandado pasar para analizarme, me voy. No necesito de un loquero-dije de mala gana.
-¿Acaso piensas que tu Sora necesita un loquero?-dijo mientras a mí se me ponía cara de arrepentimiento-Debes de tener cuidado con tus palabras, se pueden volver en tu contra.
-Como sea, dime de una vez. Tengo prisa sabes-dije impaciente.
-De acuerdo. ¿Por qué estás con Sora?
-Porque le amo.
-¿Acaso sabes qué es el amor?
-Sí, el amor es lo que siento por Sora.
-Vaya, menuda paradoja-dijo divertido. Odio tanta charla inútil-¿Sabes todo su pasado no?
-¿Por qué no dejas de preguntar las cosas que ya te ha contado Sora?
-Insolente…-dijo Génesis mordiéndose la lengua para no seguir hablando-Quiero que le presiones para que tenga relaciones sin pensar en su padre.
-¿Cómo?-no me lo podía creer. Me ha soltado algo tan personal así, de sopetón.
-Te explico. Sora siempre asocia las relaciones a su padre. He intentado que lo supere de forma pasiva, es decir, con psicoanálisis y tratando que lo desasocie. Y como habrás visto, no ha servido. La única alternativa que tiene de superarlo, es con una, llamémoslo para que lo entiendas, terapia de choque. Cuando le entre el ataque de pánico mientras lo intentáis, trata de tranquilizarlo.
-¿Pero…cómo?-admito que parece buena idea pero no sé cómo llevarla a cabo.
-Cálmale. Háblale con cariño mientras retiras el contacto y haz que te mire, que abra los ojos y mire los tuyos. En definitiva tienes que intentar que se sienta seguro. Un par de veces quizás os quedéis…a medias. Pero cada vez estaréis más cerca de culminar el acto. ¿Alguna duda?-negué con la cabeza-Bien, muchas gracias por ayudar con la terapia de Sora. Ven a la próxima sesión de Sora para que me cuentes cómo fue. Sal ya por favor, tengo un poco de retraso en la consulta.
-Espera, espera un momento. ¿Y el qué le digo a Sora?
-Improvisa chaval, ten iniciativa. Mientras no le digas nada de lo que hemos hablado, me da igual-dijo mientras se giraba y hacía un ademán con la mano como signo de que la conversación se había acabado.


Cuando salí miré a los lados y no vi a Sora. ¿Dónde se había metido? No creo que haya cometido la imprudencia de salir fuera él solo. Salí corriendo a la calle. Cuando llegué al portal miré hacia los lados. Nada. ¿Dónde estaba? Me giré alterado otra vez para volver a subir pero me sorprendió Sora dándome un beso y sonriéndome pícaramente.


-Picaste jajaja-me dijo riéndose como un niño. Yo solo le abracé posesivamente-Eh, venga. No me ha pasado nada solo era una broma.
-No me vuelvas a gastar una broma así…-dije amargamente-nunca…
-Venga no te pongas así-dijo mientras me separaba de él-No te pega nada ser el blando de la relación-dijo guiñándome un ojo. Inmediatamente recobré mi compostura.
-Venga vayamos a tener nuestra primera cita.


Y así nos fuimos a disfrutar del día. Primero fuimos un poco a la plaza para dar una vuelta, pero como con tanta gente no nos poníamos poner más cariñosos ni juntos, decidimos irnos a otro sitio. Le llevé a un bosquecillo que hay al lado de una mansión abandonada. Allí ya nos pudimos abrazar y besarnos varias veces. Ambos estábamos deseosos de ello. Pero no podía disfrutar sus besos. No paraba de darle vueltas a lo que Génesis me había dicho. Sora notaba que me pasaba algo y trataba de hacerme disfrutar de sus besos pero no lo conseguía. El solo me miraba de forma interrogante y yo le sonreía haciéndole entender que no pasaba nada…estúpido Génesis, había arruinado el día.

-Roxas…¿qué ocurre?-preguntó Sora-acaso no…te gusta como beso…-pobre. Se piensa que es por él. Le atraje hacia mí y le abracé.
-No es eso...solo le daba vueltas a una cosa.
-¿A lo que te dijo mi psicólogo?-pregunto dubitativo
-Más o menos…ya te contaré-respondí tratando de evitar el tema.
-Bueno…para animarte, tengo una buena noticia-me dijo sonriente-Cloud tiene que irse de la ciudad por lo que…mi casa está sola…y he pensado en que podrías dormir el fin de semana en mi casa…y en que quizás…podrías-dijo mientras se acercaba a mi oreja-demostrarme tu amor de una forma más…carnal-dijo mordiendo el lóbulo de mi oreja. No pude evitar ponerme a cien y cogiéndole de la mano puse rumbo a su casa.




Mientras tanto, en otro lugar:

-¿Días libres dices?-preguntaba un hombre de pelo largo y plateado-¿A santo de qué si puede saberse solicitas un par de meses libres?
-Motivos personales-contestó un rubio alto de ojos azules y mirada fría.
-¿Personales..o familiares, Ventus?-preguntó con veneno el otro hombre.
-Sabe bien que corté todo lazo con mi familia señor Sephirot. ¿Para qué iría a ver a mi familia?
-¿Sabías que tu hermano es idéntico a ti?-el rubio se tensó y apretó los dientes, aunque no lo mostró por fuera. Sephirot al ver que su comentario no surtía el efecto deseado, decidió dejar eso de lado-De acuerdo, te doy tres meses libres. Pero debes hacerme…un favor. Bueno, dos mejor.
-¿De qué se trata?-preguntó con fingida despreocupación el rubio?
-Primero, cuando vuelvas debes traerte de vuelta a mi hijo-Ventus solo asintió-Y segundo-dijo mientras echaba para atrás la silla sobre la que estaba sentado y a la vez se desabrochaba el cinturón-.hace mucho que no te toco. Quisiera saber, el hombre en el que te has convertido-dijo Sephirot sonriendo lascivamente.


Ventus sólo comenzó a caminar lentamente hacia el peli plateado. Cuando estuvo a su altura se agachó, mientras pensaba en las cosas que uno debía hacer para proteger a un hermano.

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