Hay cosas que no entiendo. Pero no cosas muy complicadas, no. Si no cosas que pueden pasarte todos los días. Por ejemplo: cuando vas a la cocina y abres la nevera porque sí, cuando sacas el móvil para mirar y se te olvida mirarla…cosas tontas, estúpidas, pero que pasan. Tan tontas como la persona que pueda estar llamando a estas horas por teléfono. Un teléfono que no sé ni cual es, porque yo no tengo, lo rompí.
Asique muy a mi pesar me levanté a buscar ese teléfono, el cual estaba en el suelo debajo de la cama. ¿Qué hacía allí? ¿Había acabado allí tras el encuentro tan fogoso de anoche?
-¿Quién es a estas horas?-respondí al teléfono con claros signos de molestia. Con lo bien que estaba con Sora en mis brazos…
-Mira que te avisé que no molestases a Sora, que llegaría tarde-como no, siempre es Cloud el que fastidia los momentos bonitos.
-Venga ya, dejale faltar a clases anda-imploré en bajo para no despertar a mi recién recuperado novio.
-No. Además, tenemos que ir a tu internado-dijo calmado-tu director no me cree. Es un hombre bastante obstinado asique te toca venir y explicarle la situación.
-Pero Cloud, si no te cree a ti, a mi menos. Le saco de quicio.
-No, no lo creo. Le gustas.
-Sí, gustosamente me enterraría vivo-dije en medio de un bostezo.
-Como sea. Despierta a Sora de una vez. En una hora pasaré por casa a recogerte. Estate preparado.
-Pero Cloud yo no..-intenté replicar en vano, pues ya había colgado.
Como odiaba su forma de ser. Se adelanta a cualquier cosa. ¿Cómo es posible que adivinase que estaba con Sora? En fin…No me quedará otra que despertar a mi chico. Je, mi chico…hacía mucho que no pensaba en él de esa forma…o quizá tampoco hace tanto, pero para mí ha sido un siglo. Volví a la cama a ocupar el sitio que ocupaba antes pero me puse sentado en vez de tumbado como antes. Al sentir mi calor, Sora se acurrucó a mi lado estando aún dormido. Decidí deleitarme unos segundos con su rostro. Era tan adorable cuando dormía, poniendo esa cara de paz interior...ojalá no tuviese tantos problemas, que fuese un chico normal, con padres normales y las preocupaciones de un adolescente normal…sería todo más fácil para nosotros, podríamos vivir nuestro amor sin preocupaciones y no preocuparme de que cada día que paso con él podría ser el último…
-Ey, Sora venga despierta-dije zarandeándolo un poco.
-Mmmggg..nah…-murmuró mientras se apegaba más a mí.
-Eh venga vamos que vas a llegar tarde-le dije con voz dulce mientras le hacía cosquillas. Adoraba ver como se revolvía con una sonrisa en mis brazos.
-Cinco minutos más Roxaaas…-dijo mientras se giraba y se alejaba de mí para que no siguiese haciéndole cosquillas. De repente se incorporó como si tuviese un resorte-¿Roxas?-dijo dudoso.
-¿Sora?- dije sonriendo y medio riéndome. No se creerá que estoy aquí. Ante la pregunta se giró despacio hacia mí.
-Pensé que fue un sueño…-dijo agachando la cabeza para no verme mientras se le escapaba una sonrisilla.
-Pues espero que fuese un sueño bonito-dije mientras le levantaba la cabeza para que me viese. Sonreí por la cara de embobado que tenía. Poco a poco se acercó a mí para unir nuestros labios en un beso de buenos días cargado de cariño.
-El mejor sueño que he tenido en mucho tiempo-dijo al separarnos mientras manteníamos nuestras frentes aún unidas.
-Pues deja de soñar y a la ducha dormilón, que vas a llegar tarde-le dije mientras me levantaba y salía de la cama-yo iré a hacer el desayuno.
-Vaya…como ya estás desnudo había pensado en que…me acompañases…en la ducha-dijo con un tono demasiado sexy para resistirme a tan tempranas horas.
-¿A..acompañarte en qué…sentido?-dije empezando a notar como miembro se despertaba. No podía apartar ideas sucias de mi cabeza mientras me giraba a verle.
-Pueeees en que me laves el pelo, me des jabón en la espalda…me beses…me… ¿en serio me vas a hacer decirlo?-respondió Sora rojo de la vergüenza.
Decidí acabar con su sufrimiento y fui a darle un beso que poco a poco se volvió más candante y húmedo cuando me permitió meter mi lengua en su boca para que jugase con la suya. Cuando nos separamos por la falta de aire le cogí en volandas para llevarle hasta el baño. Fui más difícil de lo que creí, cada dos por tres acababa empotrando a Sora contra una pared o puerta para seguir deborándole a besos más cómodamente. Y los gemidos que él daba al sentir la punta de mi miembro en su entrada tampoco ayudaban. Nada más entrar al baño le senté en el lavamanos y decidí deleitarme con su cuello mientras mis manos recorrían sus muslos hasta sus nalgas para azotar una.
-Aahh…Roxas vamos…-me dijo Sora entre gemidos ansioso porque le penetrase.
Le volví a levantar y nos metí a ambos en la ducha. Era lo bastante grande para que estuviesemos los dos dentro sin problemas. Entre besos y caricias a nuestros miembros encendí el agua. El frío que nos recorrió a los dos nada más entrar en contacto con el agua solo sirvió para encendernos más. Le di la vuelta. Cogí el gel de baño y me lo unté en los dedos de mi mano derecha. Y mientras le mordía y besaba toda la zona del cuello empecé a introducir poco a poco mis dedos en él. Al principio se quejaba, pero gracias al agua, a la excitación y al jabón, se deslizaban con extrema facilidad en su interior.
-Aaahhh Roxas, o te das prisa o acabaré sin ti…-ese fue el indicativo de que ya estaba listo. Retiré mis dedos y puse la punta de mi miembro en su entrada.
-¿Lo quieres?-le pregunté en su oreja mientras hacía un poco de presión sin meter mi miembro en él aún. El solo acertó a asentir, preso del placer solo podía gemir-pues métetelo tú mismo-y dicho y hecho, Sora llevó sus caderas hacia atrás y empezó a penetrarse con mi miembro él solo. Entró con suma facilidad debido a lo dilatado que ya estaba. Nunca me había sentido tan dentro de él.
-Roxas…te amo..aaaahhh-no le dejé terminar pues saqué mi miembro y se lo volví a meter con fuerza, tocando de lleno en ese punto que le volvía loco. Y así empezaron las penetraciones, rápidas, fuertes. Me sentía derretir en el interior de Sora. Y por los gemidos con mi nombre que daba deducí que a él también le gustaba.
-Te quiero…Sora…mmgg-le dije justo antes de correrme en su interior llenándole entero de mí. Le saqué mi pene de su interior y me agaché a chupar el suyo hasta que sentí como su esencia inundaba mi boca. Lamí hasta la última gota. Era adicto a este delicioso sabor que tenía su semen.
-Lávame-me dijo mientras se deslizaba por la pared hasta quedar sentado. Tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, aunque se notaba lo cansado que estaba.
No hizo falta que me lo repitiese. Cogí la esponja, le eché jabón y empecé a limpiarle por todos los rincones de su cuerpo. El solo se dejaba hacer. Parecíamos niños pequeños, los dos sentados en el suelo de la ducha, limpiándonos. Bueno, yo nos estaba limpiando. Al llegar a la zona de su entrada pude ver como mi semen deslizaba por ella, saliendo. No pude evitar sonrojarme por tan pornosa visión, pero le lavé sin decir nada. El tampoco hablaba. Solo me miraba y sonreía. Se le veía muy feliz. Cuando terminé de limpiarle el cuerpo, cogí el champú. El entendió mis intenciones y me dio la espalda, quedando yo sentado detrás de él. Empecé a enjabonarle el pelo con delicadeza. Nunca lo había hecho, pero era relajante. Tocar su fino cabello…sentirle delante de mí…su respiración…me llenaba de paz. Una lástima que tuviese que irse al intituto.
-¿Por qué estás aquí?-me preguntó mientras le aclaraba el pelo.
-Limpiarte como me pediste-dije casual.
-Déjate de juegos. ¿Por qué estás en mi casa Roxas?-dijo mientras se giraba y quedábamos frente a frente-¿por qué viniste anoche? ¿Por qué no estás en el internado? ¿Por qué no estás enfadado conmigo? ¿Por qué no respondiste a los mensajes que te dejé anoche? ¿Por qué tienes esa herida en el labio? ¿Por qué..?-no le dejé terminar. Le besé mientras nos levantaba del suelo a ambos. Apagué la ducha y salimos de ahí. Le envolví en una toalla. Me envolví yo en otra y me senté en la tapa del retrete. Le senté en mis piernas y cogí una toalla para secarle el pelo.
-Ya tendremos tiempo para hablar de nuestras cosas. Ahora tienes que ir al instituto-dije mientras le sonreía y le besaba la mejilla.
-¿Pero tú no vas?-dijo sin entender.
-Aún no me he matriculado-mentí-me expulsaron del internado anoche, y como mis padres no están en toda esta semana pues hablé con Cloud y me dejó quedarme aquí.
-Ammm-no me puedo creer que semejante historia haya colado-prométeme que seguirás aquí cuando vuelva-dijo mientras me sujetaba de los hombros. Notaba como le temblaban los brazos.
-Pues claro que seguiré aquí tonto-dije para después abrazarle. El ocultó su cabeza en el hueco entre mi cuello y mis hombros. Podía oler su pelo con la fragancia del champú con el que le había lavado. Ojalá pudiese estas así por siempre.
Xxxxxxxx
Después de secarnos y vestirnos bajamos a desayunar algo. No pudimos entretenernos mucho pues nos habíamos entretenido más de lo debido en la ducha, por lo que en diez minutos Sora ya se había ido y yo estaba sentado en su salón esperando a Cloud. No sabía lo que me esperaba en el Castillo Inexistente, Xemnas es un hombre que te puede salir por cualquier lado. Lo único que podía hacer era contarle la verdad tal cual era, y esperar a que ese hombre me diese la semana que necesitábamos. Lo único que podía hacer yo por Sora ahora que todo se salía de control era estar con él para que no se pusiese nervioso e hiciese una tontería como irse él solo con Sephirot como intentó la última vez en Islas del Destino. Y por otro lado estaba mi hermano Ventus. Era peligroso. Mató a Génesis. No sabía que hacer con él, seguía siendo mi hermano a pesar de todo lo que hizo, hace e intenta hacer. Una parte de mí trata de odiarlo pero no puedo, conmigo se ha portado bién dentro de lo que cabe. Estoy muy confundido como para tomar una decisión, espero que Cloud haya pensado respecto a él.
-Roxas vamos, ponte la gabardina negra y salgamos. Tengo el coche en la puerta-oí que me decía Cloud con voz seria. Estaba tan absorto en mis pensamientos que ni le había escuchado entrar.
Y así lo hice, subí a por esa gabardina que robé del colegio y salí a la calle. Me monté en el coche en el asiento de atrás y el coche puso rumbo al internado. Cloud no hablaba. Miraba al frente unicamente. Yo tampoco decía nada, estaba con la capucha puesta mirando mis pies, no quería mirar por la ventana por si acaso alguien me reconocía.
-No le des tantas vueltas, déjamelo a mí-escuché como me decía desde el asiento de delante Cloud.
-Le he prometido a Sora que estaría en casa para cuando el regresase-me confesé. Era lo que más intranquilo me tenía. Volver a fallarle.
-Con el tiempo aprenderás a solo prometer cosas que están a tu alcance-dijo con gesto indiferente.
-¿Qué querías que dijese? No tenía tiempo para hablar con él de todo. Y a parte, tampoco le podía contar toda la verdad-dije cabreado.
-La vida es complicada Roxas. Si en vez de estar con él de esa forma tan carnal hubieseis hablado con franqueza no tendrías que haberle prometido algo que quizá no puedas cumplir.
-Para ti es fácil decirlo, como no llevas casi un mes sin ver a tu novio. Como tu novio no estaba enfadado contigo, como no te enteraste de que a tu novio se lo puede llevar su padre otra vez y que…-me callé en cuento Cloud dio en frenazo. Estábamos cerca del internado. Había parado en un polígono.
-Escúchame Roxas, no te estoy culpando. Unicamente te digo lo que veo. No me pienso meter en la relación que tienes con mi sobrino. Solo trato de hacerte comprender la gravedad de la situación. Asique escúchame-dijo girándose hacia mí para hablarme de frente-anoche vine a hablar con el tal Xemnas. Le expliqué todo. El solo me miró con gesto indiferente y me dijo que mañana por la mañna te trajese, que ya pensaría una decisión. No sé si lo mejor es que hables tú también con él o que solo te quedes callado. Pero lo que te voy a decir es de suma importancia. Tome la decisión que tome, acátala. Es una orden directa que te estoy dando. No discutas ni te obceques en algo que no puede ser. Ya he pensado en soluciones alternativas si algo de lo que tenemos planeado sale mal asique no te preocupes.
-¿Y respecto a mi hermano?
-No podemos hacer nada, no tengo nada con lo que detenerle para ternerlo controlado-dijo agachando la cabeza. No dijo nada más, solo continuamos avanzando hacia el internado, que ya se alzaba imponente sobre el paisaje.
Xxxxx
-No me esperaba que me dieses tantos problemas, Roxas-dijo el imponente director del internado sentado en la silla detrás del escritorio. Habíamos llegado hace apenas dos minutos. Cloud y yo estábamos sentados en la sillas en frente de él.
-Yo tampoco esperaba darle tantos problemas-dije sumiso. No quería cabrearle y que todo saliese mal.
-En fin. ¿Qué esperan que les diga? ¿Que Roxas se puede ir, jugándome mi trabajo y arriesgando su vida?-dijo como siempre con gesto impasible.
-¿Cómo que arriesgando mi vida?-dije sin creérmelo.
-Entiendo sus inseguridades señor Xemnas, pero puede estar seguro que no le pasaría nada-le dijo Cloud al director.
-Agente Cloud, sé de lo capaz que es. Le he investigado y tiene una trayectoria envidiable pero… ¿no cree que está demasiado relacionado con este caso? Me refiero, está implicado su sobrino, una muerte en extrañas circunstancias de Génesis, alguien a quien usted admiraba según algunos trabajos suyos en la academia de oficiales-contestó Xemnas. Parece que yo había quedado en un segundo plano completamente.
-Pues por eso mismo. Al estar tan implicado puede estar seguro de que haría cualquier cosa por el bienestar de Sora y Roxas.
-No creo que sea lo más sensato arriesgar también a Roxas solo para que el tal Sora esté más tranquilo-soltó Xemnas- ¿por qué no matricula también a Sora aquí? Este es un lugar seguro.
-Sí, tan seguro que me escapé sin que se diese cuenta-dije en voz baja. Pero que logró escuchar Xemnas, algo que le enfadó de sobremanera por la cara que tenía ahora.
-Con todos mis respetos señor Xemnas, no dudo de la seguridad del internado. Pero no quiero que Sora sepa nada de esto-dijo Cloud.
-Vaya. ¿Es mejor que no esté preparado? ¿Prefieres que esté jugando con su noviecito sin saber que el demonio está cerrando sus garras sobre él?-meditó Xemnas en voz neutra.
-¿A dónde quieres llegar?-dije ya cabreado. No entendía todos los rodeaos que le estaban dando al tema.
-Quiero llegar a una situación donde peligre mi posición como director del mejor internado del país. A eso quiero llegar-soltó con aires de grandeza.
-Joder Xemnas, nosotros te hablamos de un delincuente a nivel internacional a quién tienes la oportunidad de tocarle los huevos y tú nos sales ahora con ‘’tu posición como director del mejor internado del que hasta un adolescente se puede escapar’’-espeté lo último imitando su tono de voz. La severa mirada que me dirigió me habría helado la sangre de no ser por lo importante que era para mí que aceptase.
-Roxas, vete fuera-soltó Cloud sin mirarme.
-Pero yo no..-intenté objetar.
-Lo has fastidiado todo, espera fuera he dicho-dijo con ira en los ojos.
-No será necesario-soltó para asombro Xemnas-He llegado a unas conclusiones que nos ayudan a todos. Denle las gracias a mi amigo Xigbar por confirmar su historia. ¿O debería llamarle Braig?
-¿Conoces a Xigbar?-preguntó Cloud atónito-¿pero cómo es que…?
-Eres joven para comprenderlo Cloud, ni siquieras llegas a los 28-dijo con gesto indolente-simple y sencillamente Xigbar es mi amante. No he de darles más explicaciones.
-¿Perdón?-dije atragantándome. ¿AMANTES?
-Es la forma culta de decir que mantenemos encuentros sexuales esporádicos desde hace unos 15 años.
-¿Y a qué se refiere con que ha corroborado mi historia?-dijo Cloud cambiando de tema.
-Tienes que admitir lo irreal de la historia. Aunque como dicen, el demonio está en los detalles. Y cuantos más demonios tiene una historia, más me convence. Asique le envié un correo anoche y me ha contestado antes de que llegarais.
-¿Entonces a qué ha venido esta pérdida de tiempo?-pregunté histérico.
-En ver si realmente querías esto Roxas-dijo Xemnas sin un ápice de interés.
-¿Y cuál es esa solución maravillosa?-preguntó Cloud con prisas.
-Primeramente comprendan que hago esto por Xigbar, no por ustedes-como no, Xemnas tenía que mostrarse superior-Esto es lo que haremos. Dejaré a Roxas a su cuidado, así ese tal Sora tendrá una distracción mientras te encargas de Sephirot, Cloud. Para que sus padres no se alteren les diré que debido a la discusión con su hermano Ventus, Roxas está una semana en aislamiento, sin poder recibir visitas ni llamadas. Se pondrán pesados pero podré aguantarlo. Y respecto al tema de Ventus, le detendrás Cloud.
-¿Con qué excusa?-preguntó Cloud.
-Le he demandado por agredir a un alumno y por destrozar parte de una habitación. Así como por la desaparición de mi teléfono móvil que llevaba encima cuando le expulsé de aquí-dijo tranquilo mi director-Con esos cargos podrás retenerle durante unos días, hasta que declaremos ante un juez. Un juez amigo mío que me retrasará la vista previa hasta el viernes, lo que nos da cuatro días.
-¿Y con eso ya lo tendrás encerrado?-le pregunté a Cloud. Era un buen plan.
-No, ningún juez le llevaría a la cárcel por cargos tan infantiles como esos-me explicó Cloud.
-¿Entonces de qué nos sirve?-pregunté sin saber.
-Para ganar tiempo. Sephirot se va esta semana, ¿no es así? Y Ventus es el encargado de llevarle a Sora según creemos. Pues problema resuelto. Si Ventus no le lleva a Sora antes de que pase esa semana o una de dos: o ser olvida de él y problema resuelto. O bien viene en persona a por él, lo que les da la posibilidad de atraparlo. Cualquiera de las dos opciones nos vale, ¿no creeis?
Tenía que reconocer que Xemnas a parte de tener una mente retorcida, tenía una mente brillante…verdaderamente brillante para que se le ocurriese un plan tan bien trazado como este que nos acababa de contar. Cloud tan bien estaba conforme con esto, y en cuanto volvimos a su casa llamó al tal Axel para que arrestase a Ventus. Según me contó después, todo salio como lo tenían planeado y se quedaría en prisión preventiva hasta el viernes, lo que nos daba tres días sin su molesta presencia rondando a Sora. Pero no me quedaba tranquilo…tengo la sensación de que algo malo iba a pasar, que esto solo era una declaración de guerra a Sephirot, algo que en verdad no le gustaría y se encargaría de hacérnoslo saber.
Xxxxx
-¿Podemos hablar ya?-preguntó Sora. Había vuelto del instituto hace una media hora. Había insistido en hablar directamente pero le obligué a comer antes, estaba más delgado que la última vez que le vi. No parecía muy conforme con mi decisión pero terminó cediendo y comió antes de ponernos a hablar.
-¿Cómo lo hacemos?-le pregunté sentándome en frente de él en la mesa de la cocina-¿una pregunta cada uno?
-De acuerdo. Empiezo yo-dijo serio-¿por qué besaste a Naminé? ¿Te gusta?
-No digas tonterías Sora, me gustas tú y anoche y esta mañana te lo he demostrado creo yo-pude ver como se sonrojaba al recordar las cosas que habíamos hecho-Me besó ella, yo estaba muy borracho y no me dio tiempo a reaccionar. Estaba cabreado contigo por ignorarme y estar con Riku todo el tiempo, por eso no paraba de beber. No te estoy echando la culpa, pero parte sí que tienes-dije serio. No era momento para bromas-me toca. ¿Por qué me ignoraste en la fiesta?
-Estaba furioso por como dejabas que Naminé se te acercase. No podía ver como te comía con la mirada y todas las..
-¿Por qué no me lo djiste entonces? Nos habríamos ido-dije cortándole la explicación.
-No es tu turno de preguntar-dijo cabreado por la interrupción. Solo baje la mirada y asentí-Al principio hablaba con Riku por despecho, incluso me reía cuando nos mirabas para ponerte celoso, para que vieses lo que se sentía. Pero poco a poco me fue agradando más la compañía de Riku…claro que no sabía sus intenciones de verdad…
-¿Te hizo algo?-dije furioso.
-No es tu turno de preguntar-dijo de nuevo cabreado.
-Sora por favor responde a esto, no me puedes dejar con la historia a medias, ¿vale?-él solo suspiró antes de continuar hablando.
-Trató de violarme-me dijo sin mirarme-me desperté por la noche atado a la cama y tenía las claras intenciones de violarme. Todo por no corresponder sus sentimientos-aunque ya lo supiese, la reacción fue la misma. Una ira empezó a crecer en mi interior. Solo apretaba los puños mientras trataba de calmarme-Roxas, tranquilo no pasó nada-me dijo Sora mientras me cogía las manos y me acariciaba los antebrazos. Al cabo de un rato me calmé.
-Pregunta-le dije para que siguiese. Así no pensaría en eso.
-¿Por qué te mandaron a un internado?
-Como sabrás Riku pretendía drogarte con una bebida, bebida que tomé yo. Bueno pues la droga esa y el acohol que tomé me llevaron al hospital. Mis padres al principio se pensaban que estaba borracho y me querían sacar del colegio como castigo. Al enterarse de que me habían drogado con una droga que iba para ti no mejoró la situación. Me sacaron del colegio de todas formas alegando que todo era culpa tuya, que desde que te conozco solo me pasan desgracias-pude ver como se le ponía mala cara-pero yo no pienso eso. Quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Sora-le dije mientras le sonreía, sabía que eso le encantaba-me toca preguntar. ¿Por qué no viniste ayer a verme?
-Pues…me encontré con…Zack-dije con pesar-me dijo que todo lo que te había pasado era culpa mía, que estabas mejor sin mí, y en verdad lo pienso…no me odies pero me entraron tantas dudas que tuve que irme. En verdad siento todo lo que te ha pasado por mi culpa-me dijo soltando lágrimas-ya tengo mi próxima pregunta, y por favor responde con sinceridad. ¿Te acostaste con Zack el día de la fiesta?
-Sí…-dije tras un largo silencio. Al final ha salido lo que no quería que saliese-pero solo fue sexo, ni tan siquiera podía pensar por esa maldita droga que ingerí. No hay cosa de la que más me arrepienta. Ni siquiera me acuerdo de todo, Sora. No significo nada para mí. Es contigo con quien quiero estar-le dije mientras me levantaba para sentarme a su lado en el banco de la cocina mientras le cogía las manos-Nada me hizo más feliz que llegar anoche y ver los mensajes que tenías escritos en tu móvil para mí. Y quiero que sepas que lo siento mucho, que no volveré a separarme de ti y que pensaré más en tus sentimientos. Me alejaré de Naminé. De mis amigos. De lo que tú quieras, pero nunca me alejaré de ti.
Sora selló mis palabras con un beso. Los besos de anoche y esta mañana fueron buenos, cargados de amor. Pero este tenía más sentido. Lo habíamos hablado todo y todo había salido bien. Nos habíamos sincerado el uno con el otro y habíamos normalizado la relación.
-Sora-le dije al separarnos-¿Quieres volver a ser mi novio?
-Pues claro tonto-me dijo mientras se reía y yo le volvía a besar-aunque en el colegio empiezan a dudar de nuestra sexualidad. Creen que somos pareja.
-¿Y qué problema hay?-le dije sonriendo-ya no tengo necesidad de escondérselo a nadie. Te quiero, y si tú lo deseas se lo decimos a todo el mundo, que se enteren de que tú eres mío y yo soy tuyo.
Quizá no sea una buena idea formalizar nuestra relación a ojos de todos, pero ahora mismo no pensaba en eso. Solo pensaba en lo feliz que me encontraba al volver a estar con Sora y que quería que todo el mundo lo supiese. Es el primer acto de valentía que hago, y sienta muy bien. Quizá al no escondernos más, no volveremos a tener problemas como los de la fiesta.