Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi historia por khr

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas tras un par de meses. Se que he tardado mucho pero recien acabe los examenes me fui de vacaciones y no he parado pero...encontre tiempo e inspiracion para escribir otro capitulo.

Pido perdon a todos los lectores por la espera y espero que no se hayan rendido a leer esye fic hasta el final que aviso, que esta cerca. Como mucho le quedan 4 capitulos y si veo interes y encuentro inspiracion un epilogo pero no prometo nada respecto a eso. Solo digo que ya tengo planeado lo que va a pasar en el fic a partir de ahora, solo falta escribirlo xD

 

Y una nueva norma que me he autoimpuesto es...no empezar a escribir un capitulo hasta que este no reciba 5 reviews por lo menos...lo siento si no lo entendeis o lo que sea pero parte de los motivos por los que no me puse a escribir antes fue porque tuve la sensacion de que se perdio el interes en el fic...con esto no digo que si no recibo comentarios no vaya a escribir, solo que entonces escribire cuando yo quiera. Supongo que los escribis tambien fics me entendereis.

 

Asique nada mas, espero que os guste el capitulo.

Era un lugar oscuro y frío. Solo se oía el caer de algunas gotitas al frío suelo de piedra sobre el que descansa mi cuerpo. No recuerdo nada. No siento otra cosa excepto un dolor intenso en mis muñecas al estar encadenadas a la pared por unos grilletes de algún metal tosco y frío…como aquella celda. No podía saber si en verdad estaba tan oscuro o únicamente es que no podía abrir los ojos.

-¿Cómo…he acabado…aquí?-solté al aire para inutilmente esperar una respuesta.

-¿No lo sabes?-escuché decir a alguien. No distinguía de dónde venía la voz.

-¿Quién…eres?-pregunté sin entender. Tenía tanta sed que me costaba incluso hablar.

-Una persona importante para ti.

-Ayúdame…entonces…por favor-supliqué mientras se me humedecieron los ojos. No quería llorar. No sabía por qué lloraba.

-No puedo-sentenció tajante-Pudiste alejarte de él cuando tuviste oportunidad. Atente a las consecuencias.

Entonces mi cerebro empezó a funcionar. Como si con un click se hubiese estallado una bomba de recuerdos. Visualicé momentos con Sora. La primera vez que nos vimos, cuando me desperté ensu habitación, cuando me declaró sus sentimientos, cuando fui a Islas del Destino, cuando nos pelemos tras la fiesta, cuando nos reconciliamos…todos momentos felices pero que de un momento a otro se fueron haciendo más oscuros…visualicé a Sora siendo secuestrado por Ventus, yo corriendo tras ellos y siendo golpeado por la espalda. Después despertarme y ver a Sora junto a Sephirot, besándose tan cariñosamente y ordenando que me llevasen a las celdas para siempre…

-Veo que ya recordaste…hermanito.

Alcé los ojos para ver como una silueta se iba abriendo paso entre las sombras. Vestido con una especie de traje parecido al neopreno negro con trazas rojas, con un símbolo extraño en el pecho…parecía un traje de pura oscuridad. Llevaba un casco puesto que poco a poco se quitó mostrándome un rostro parecido al mío pero con una sonrisa macabra y unos ojos ambarinos tétricos que denotaban pura maldad.

-Diste tu vida para NADA-dijo arrastrando cada palabra y gritando la última…

Un grito que resonó en mis oidos como si de eco se tratase mientras únicamente vislumbraba la tétrica figura de mi hermano riéndose como desquiciado y observándome regocijándose de mi desgracia. Todo me daba vueltas vislumbrando un montón más de imágenes…Sora felizmente con Sephirot, Cloud mutilado y colgado de una pared, mis padres muertos, yo siendo violado…un montón de imágenes que no estaba dispuesto a seguir viendo por lo que cerré los ojos con fuerzo sintiendo como si me hundiese en la más profunda oscuridad.

 Pero aunque no viese seguía escuchando por lo que me puse a repetir “Para” una y otra vez como si de un mantra se tratase…cada vez más alto, cada vez más convencido de que si lo gritaba lo bastante alto se acabaría esa tortura. Podía oir mi nombre en la lejanía…como respuesta repetí más alto mi mantra…no surtía efecto, se escuchaba cada vez más cerca…que pare por favor…que pare…para…para…para…PARA.

 

-ROXAS DESPIERTA

 

Me levanté sobresaltado incorporándome en una cama…no veía nada. Me daba miedo. Empecé agitarme inquieto. Buscaba una luz, un arma, algo para defenderme de mi hermano…todavía siento las muñequicas doloridas y la boca seca.

 

-Roxas para por favor-escuché a una voz que me sobresaltó. Estaba demasiado cerca de mí.

-Para…para…déjame-repetía tratando de levantarme y alejarme de esa presencia extraña. Pero no podía. Notaba sus manos sujetándome de los hombros o tratando de hacerlo debido a mi movimiento.

-Roxas soy yo Sora mira-escuché para acto seguido cerrar los ojos. Un destello cegador me impidió ver más-eehh, tranquilo-me decía aquella voz. Ya no luchaba. Solo me agitaba en mi sitio-mírame.

 

Poco a poco abrí los ojos. Todavía me dolían y escocían. Empecé a enfocar y reconocer lo que me rodeaba. Una habitación, paredes pintadas…una puerta cerrada a mi derecha…una mesita de noche, un reloj marcando las 5:36am…y a mi lado, con una mano en mi muslo izquierdo al aire al dormir solo en calzoncillos…estaba Sora…mi Sora…le miré al principio ausente, sin verle a él…recordando mi sueño…claro…un sueño…todo fue un sueño. Empezaron a caer lágrimas de mis ojos. Abría la boca para decir su nombre pero no pude ni tan siquiera articular una sílaba. Me lancé a por él y le abracé posesivamente. Llorando mientras Sora me correspondía en silencio con su cara escondida en mi hombro. Mis lágrimas no cesaban. Sabía que fue un sueño pero me había dejado trastornado…lloraba de miedo, de impotencia…no quería ni cerrar los ojos pues me veía de nuevo en aquella celda y notaba la mirada ambarina de esa visión de mi hermano en mi espalda…por ello no me soltaba de Sora…con miedo a que me lo quitasen, a que me hiciesen algo…con miedo a todo…

 

-¿Más tranquilo?-me preguntó Sora mientras se separaba poco a poco de mí. Le besé con ansias. El se notaba sorprendido pero se ralajó y me correspondió mientras me acariciaba los pelillos de la nuca…relajándome-me lo tomo por un sí.

-Lo siento…No…no sé que me ha pasado-dije sintiéndome culpable por preocuparle.

-Pues que tenías una pesadilla…-dijo recostándonos en la cama de nuevo quedando él apoyado en mi pecho. Yo le abracé con mis brazos y aspiré el aroma de su pelo para dejarlo salir en un sonoro suspiro de satisfacción por la postura-¿con qué soñabas pues?

-No, nada importante…tranquilo-no quiero preocuparle…lo mejor será no decirle nada.

-Si que era importante-se quejó rotando sobre si mismo para quedar recostado encima de mí pero aun así viéndome a los ojos-no te pones casi en un ataque de histeria por algo sin importancia.

-Sora mira la hora que es-le dije girando sobre mí mismo. Quedando el debajode mí y yo encima dejando descansar mi peso en mis brazos, para no lastimarlo-es muy tarde, y mañana madrugamos.

-Roxas en serio no hace falta que te levantes, me sé hacer el desayuno yo solo-dijo con un berrinche debajo de mí.

-Quiero hacerlo, para desearte un buen día-dije sonriéndole con cansancio. Me estaba dando mucho sueño…

-Bueno, no desvies la atención y cuéntame qué has soñado-dijo bostezando.

-Ni hablar-dije serio- son las seis de la mañana, en una hora o así te levantas. Durmamos por favor

 

Sora no discutió mucho más…con prometerle que mañana le contaría mi sueño se durmió en seguida…a mí me costó más. Casi me quedo el resto de lo que nos quedaba de sueño en vela…viéndole mientras duerme. Siempre ha estado muy guapo así. No podía dormir…pensando en que me lo podrían quitar y con miedo a la pesadilla que tuve…pero finalmente lo conseguí y acurrucándome abrazando a Sora por la espalda me dormí sin pesadillas.

 

Xxxxxxxxxxxxxx

 

Cuando desperté Sora ya no estaba. Al principio me asusté hasta que vi una nota donde tendría que estar su cabeza explicándome que como estaba tan dormido no había querido despertarme…no es para menos. Con la pesadilla de anoche no he descansado nada. No soy muy dado a creer en los sueños proféticos pero…era tan real que no sé que pensar.

Con cansancio me levanté y decidí ir a la ducha cogiendo una muda limpia de la maleta del internado. Al menos tenía calzoncillos porque de ropa limpia solo tengo el uniforme que me dieron que consiste en unos pantalones color beige, una camisa blanca y una americana azul con el logo del internado a la altura del corazón…no sé cómo conseguiré más ropa. Quizá cuando detengan a Ventus mis padres vayan a comisaría y logre colarme en casa a por cosas mías…aunque lo mejor sería que mis padres no estuviesen en casa, que se fuesen lejos…quedarse cerca de Ventus no es buena idea la verdad.

Cuando salí de la ducha simplemente me vestí y bajé a la cocina a desayunar algo. Allí estaba Cloud, sentado. Mirando por la ventana con una mirada que denotaba…no lo sé muy bien la verdad. Es casi como si tuviese malas noticias…lo cual me intranquilizó, pues era hoy por la mañana cuando irían a detener a Ventus…y también Axel interrogaría a Zack para sonsacarle información. Si Cloud aun con todo estaba así es porque había pasado algo. Pero decidí callarme. Cogí un bol de cereales y me senté a comerlos mientras esperaba pacientemente a que él me contase qué pasaba…siempre y cuando me lo pudiese contar, claro. Aunque demasiadas cosas confidenciales me ha contado ya como para preocuparse por eso.

 

-Hemos detenido a Ventus y registrado tu casa-soltó mirando al horizonte todavía.

-¿Y bien?-dije ansioso.

-Tenía drogas de varios tipos, lo bastante como para incriminarle y encerrarle de por vida.

-¿Cuál es el problema entonces?-no entendía esa cara entonces.

-Que estaban en la habitación de tus padres y con sus huellas.

-¿Cómo? ¿Has detenido a mis padres y no a Ventus?-dije sin entender.

-A todos, Roxas. A Ventus por los cargos presentados por Xemnas y a tus padres por posesión de de drogas. Les puede caer la perpetua si Ventus no confiesa, Roxas…

-¿PERO POR QUÉ? NO HAY INDICIOS-.dije golpeando la mesa. No entendía cómo funcionaban las leyes aquí…

-Tranquilízate por favor. Yo sé perfectamente que esas drogas no son suyas pero…las pruebas están en su contra…tienen hasta un frasco vacío de la sustancia con la que Riku te drogó…es decir que también se les acusa de venderlas…

-Eso es una tontería, tampoco tienen pruebas de que..

-Riku ha declarado que le compró las drogasa tus padres-eso sí que me puso furioso. Esa sucia rata no para de darme problemas-tranquilízate, Roxas. Solo te harás daño poniéndote así.

-¿Cómo quieres que me tranquilice  Cloud?-solté impotente mientras un par de lágrimas se escapaban de mis ojos.

-Roxas…te han llamado al juicio a testificar. Tanto por lo de tus padres como por lo de Ventus. Esto se ha salido de control…es como si Ventus supiese este movimiento y lo haya orquestado todo joder-dijo frunciendo el ceño.

-No creo que sea eso…él…es muy listo. Lo tendría todo preparado así por si acaso sospechaban de él. Aunque le ha pillado desprevenido que también le detengais imagino-dije tratando de tranquilizarnos a ambos.

-Como sea, esto no entraba en los planes. Los juicios son peligrosos ahora mismo Roxas, no se sabe si el juez está comprando o no…

-Bueno, el juez era amigo de Xemnas asi que…-esto es demasiado para mí. No entiendo el mundo de los adultos.

-Ese sí. Pero el otro, al que han asignado el caso de tus padres…es sospechoso. No tenemos nada de su pasado, solo sabemos que se llama Ansem. Es jovencito, tiene 26 años y pelo plateado…y toma decisiones un tanto extrañas respecto a casos relacionados con Sephirot directa o indirectamente.

-Vamos, que trabaja para Sephirot me quieres decir-estaba harto de toda esta situación.

-Lo más seguro es que así sea.

-Bueno, mira el lado positivo. Puedo salir de casa. A nadie le extrañará que esté por la calle. Con estar un poco triste basta.

-No es tan sencillo, Sora no puede enterarse de esto Roxas-expuso serio-asi que tendrás que guardar el secreto.

-No puedo mentirle…y te recuerdo que la gente en el instituto hablará de esto.

-Puedes y debes mentirle. Por eso no te preocupes, el tema del arresto de tus padres y de Ventus no lo sabe nadie.

-Tu no lo entiendes-dije levantándome de la mesa-nuestra discusión fue por mentirnos. Prometí no volverle a ocultar nada. No puedo disimular tan bien como para que no note que estoy preocupado por mis padres

 

Me situé en el marco de la puerta, sin moverme…sin decir nada más. Estaba a punto de estallar. Vale que la relación con mis padres no fuese buena pero no estaba tan mal como para desear que estén encerrados de por un supuesto delito que ha orquestado mi hermano para incriminarles. No puedo con todo esto. Creí que podría soportarlo todo por Sora pero…esto me sobrepasa. Nunca me imaginé que costase tanto ser feliz. Deseé un novio la noche en que me enteré de que Zack salía con una chica, pero no pensaba que al pedir un deseo hay que pagar un precio… ¿este es el precio? ¿Es demasiado alto, o es tolerable? ¿Cómo debo sentirme? ¿Aliviado? ¿Triste? ¿Furioso? ¿Satisfecho? Demasiadas preguntas para responder a mis 16 años de vida…bueno, casi 17. En un par de días es mi cumpleaños, y ni siquiera me acordaba de ello por todas estas preocupaciones que no tendría que tener alguien de mi edad…un adolescente no se tiene que preocupar por organizaciones terroristas, por supuestos crímenes cometidos por tus padres…debe preocuparse por el examen de mañana que no ha estudiado, porque su pareja se ha cabreado con él o porque no tiene dinero para irse a una fiesta… ¿en qué momento dejé de ser un adolescente normal? O…¿lo he sido en algún momento? Tampoco sabría qué decir la verdad…es una sensación horrible esta. El tener tantas preguntas, tantos miedos y aun así tener que fingir que todo va bien por la persona que amas es una carga demasiada para mis hombros.

 

-Roxas, sé que es difícil-estaba tan metido en mis pensamientos que ni siquiera noté cuando se levantó y se puso detrás sujetándame el hombro derecho, como signo de apoyo-pero siempre puedes decir que es por tu supuesto abuelo que está moribundo.

-Cloud…no es solo eso es…-no pude seguir hablando. Notaba como una lágrima se escapaba de uno de mis ojos. Me la quité con el dorso de la mano con rabia. Prometí no llorar.

-Todo-sentenció-lo entiendo. Si quieres volver al internado, te llevaré de inmediato Roxas. Esto fue idea tuya pero siempre puedes retirarte.

-No-solté rapidamente girándome para encararle-llevaré esto hasta el final.

-Espero que seas consciente de que el final no lo sabemos.

-Lo sé. Pero no será el que quiere Sephirot-dije encaminándome a la puerta dispuesto a salir.

-¿A dónde vas?-preguntó perplejo.

-A mi casa a por ropa y dinero. Después iré al centro a comprarme un móvil nuevo-expliqué agarrando el pomo de la puerta-¿necesitas algo?

-Que tengas cuidado y vuelvas entero para la hora de comer.

-Eso va a ser difícil. Ni Sora ni yo vendremos a comer. Le llevaré a comer por ahí.

-¿Qué? No no. No es seguro salir de casa-dijo cabreado.

-Por eso le llevo a comer y no a cenar. Además dijiste que teníamos que aparentar normalidad. ¿En serio crees que Sora se quedaría en casa tranquilo todo el día?

 

Una vez dicho aquello abrí la puerta y salí no sin antes escuchar un “no volvais tarde” de parte de Cloud. Me encaminé rumbo a mi casa. Hacia bastante que no hacía ese camino…me sentí extraño. Era el mismo camino que siempre recorría, pero yo no era el mismo. Por eso lo notaba distinto puede ser. Llegué a mi casa y me quedé contemplándola, sin abrirla. Tenía las llaves en el bolsillo del pantalón, me las había lanzado Cloud antes de irme. Tenía miedo de lo que podría encontrarme. Sé que no mucho pero…no podía evitar sentirme ansioso.

Lentamente abrí la puerta y entré. El silencio sepulcral que se respiraba en la casa me calmó. Siempre me han gustado los sitios así, tranquilos. Me di una vuelta por la planta baja. Todo estaba igual, recogido, ningún trasto a la vida. Después subí a las habitaciones. Primera a la de mis padres. Estaba todo revuelto, como si hubiesen buscado algo…es decir, que Riku ya había testificado que sus padres le vendieron la droga. Normal que Cloud estuviese inquieto. Habría un espía o algo en la policía porque era todo muy extraño.

A la habitación de mi hermano no entré. Fui directo a la mía. Cogí una maleta de la parte alta del armario y metí algo de ropa. Pantalones, camisetas, alguna camisa…cosas para subsistir una semana. Dejé la maleta en la puerta de mi habitación para recogerla antes de volver a casa de Sora después de comer. Quien sabe, podría aprovechar para tener un poco de sexo. Me siento bien al hacerlo con él. El hecho de juntar nuestros cuerpos es una muestra de afecto y cariño que nunca me cansaría de demostrarle. Después cogí dinero de donde lo guardaban mis padres y mi cartera la cual estaba al lado de la puerta y salí.

Puse rumbo al centro, dondedi una gran vuelta. Compré un móvil en una tienda que me gustó y una tarjeta sim de saldo pues no me sirve de nada un móvil sin la sim la verdad…después de aquello fui a buscar algo que comprarle a Sora. Quería hacerle un regalo, algo para que siempre lo llevase, como un signo de amor. Y en una joyería lo encontré. Era un colgante de plata con forma de corona que estaba atado a una cadenita también de plata. Un collar que nada más verlo me imaginé a Sora con él puesto y le quedaba perfecto asi que lo pagué y le pedí que lo envolviese para regalo.

 

-Tiene que ser una chica muy especial, para gastarse tanto dinero-dijo amablemente la dependienta.

-Es un chico. Pero sí, es muy especial para mí.

 

Me encantó ver su cara al soltar aquello. Era la primera vez que declaraba mi homosexualidad a alguien por que sí y me sentía bien. Podría haber ignorado aquello y seguirle la corriente a la dependienta pero no sé por qué me salió del alma decir algo como aquello. Ahora mismo lo único de lo que estoy seguro es de que mi amor por Sora es verdadero, por ello no tengo miedo a hacer declaraciones de este estilo en público.

Ya era casi la hora de salida del instituto por lo que puse rumbo a él. No sin antes parar en un restuarante a reservar para comer. Se sorprendió un poco el de las reservsa debido a mi edad y a que el restaurante era algo caro pero me dio igual. No pensaba llevar a Sora a comer una hamburguesa hoy. No me daba la gana. Tenía ganas de hacer algo especial y lo iba a hacer.

 

Cuando llegué al instituto la gente ya estaba saliendo. Yo estaba apoyado en la pared tratando de ver a mi Sora. Lo cual era difícil debido a la cantidad de gente y a lo incómodo que me sentía por las miradas de la gente. No sé qué rumores habrá habido por lo de la fiesta pero a mí me es indiferente todo ello. Solo me importa Sora.

 

-¿Roxas qué haces aquí?-preguntó Naminé al estar frente a mí. No me esperaba supongo.

-Nada que te incumba Naminé, puedes seguir andando-dije serio.

-Roxas no terminamos de hablar lo de la fiesta asi que por qué no vamos a comer y..-no la dejé terminar. Sora estaba justo en frente de nosotros y fui hasta él y cogiéndole de la mano le di un beso en los labios…frente a todo el instituto.

-Hola amor-le dije sonriendo y admirando su rubor. Todo el mundo nos estaba mirando. Y no me sentía intimidado para nada.

-Ho..hola Ro..Roxas-tartamudeó rojo de la vergüenza por la escena que le he montado.

-Bueno venga vámonos que te tengo una sorpresa-y le cogí la mano y empecé a andar dirección al centro.

-Di que sí Roxas, con dos cojones-oí como gritaba Demyx desde no sé donde. Poco me importaba aquello ahora.

 

Me sentía bien. Feliz y agusto por no tener que esconderme de la gente para demostrar mi amor. Según nos íbamos notaba las miradas del resto clavadas en nuestras espaldas. No me molestaban pero parece que a Sora sí por lo que en la primera esquina giré, aunque no tuviese que hacerlo. Nada más perdernos en esa calle noté como Sora aflojaba un poco el agarre que me estaba dando, incluso se pegó más a mí y apoyó su cabeza en mi hombro. Su aliento cerca de mi cuello me hacía cosquillas pero me aguanté. Después de un rato en el cual me empecé a preocupar por su silencio pero su risa despejó esas preocupaciones.

 

-¿De qué te ríes?-dije mientras se me escapaba alguna risilla.

-Del escándalo que has armado-dije levantando su cabeza para verme a los ojos.

-¿No te gusta el poder ir cogidos de la mano por la calle?-expuse alzando una ceja-Porque supongo que entonces tampoco te gustará esto-dije mientras me acercaba a sus labios y los unía con los míos pero sin quedarme ahí, por lo que profundicé el beso y metí mi lengua en busca de la suya mientras me frenaba para no chillarme.

-Eres estúpido-dijo sonriendo tontamente al separarnos-¿cómo se te ha ocurrido semejante heroicidad al besarme delante de todo el instituto?

-Porque te amo. Y era la forma de dejar en claro que eres mío y viceversa-dije continuando con la caminata.

-Eres único Roxas.

-No sé cómo tomarme eso-dije con tono divertido.

-Como un cumplido-dijo volviendo a reír.

 

Tras un rato de seguir andando Sora parecía impaciente por llegar. Pero no respondí a ninguna de sus preguntas. Ni tampoco al reclamo de querer dejar la mochila en casa y cambiarse. Según él dado que yo iba tan elegante a pesar de ser un simple uniforme de internado lo que llevaba, quedaba feo si él iba solo con unos vaqueros y una camiseta. Desde luego, echaba de menos estas cosas…hacía mucho desde nuestra última cita feliz. Necesitaba un poco de paz y felicidad momentánea en medio de este caos que no paraba de empeorar.

 

-Ala, ya hemos llegado-le dije.

-Roxas…me estás tapando los ojos por si no te has dado cuenta-me dijo riéndose un poco.

-Jeje era una broma-dije a la vez que se los destapaba-pues este es el sitio.

-¿Un restaurante…italiano? Caro, según veo-dijo anonadado-Roxas no puede dejarte gastar tanto en una sola comida.

-¿Te gusta la comida italiana?-le pregunté sabiendo la respuesta.

-Si pero..

-Pues ya está, arrelgado-le corté mientras me disponía a entrar-¿vienes?-le pregunté girándome y sonriéndole.

 

No me hizo esperar y corrió un poco para alcanzarme y entramos tomados de la mano. Dije mi nombre en la entrada y nos llevaron a la mesa que tenía reservada. Eran bastante bonitas las vistas. Daban a un jardín interior que tenía el restaurante. A Sora le fascinó. Parecía un niño pequeño asombrándose por todo. Le tuve hasta que sacar una foto con mi móvil nuevo. Casi me la borra por el medio cabreo que se pilló pero la llegada de los primeros platos me salvó. No es tan raro, dejé el menú cerrado antes de venir.

Y así comimos y pasamos una buena velada. Hablando de compañeros de clase, de mi móvil nuevo y por qué rompí el anterior…eso fue preocupante pero con obviarle algunos detalles que no tenía que saber bastó para que cambiase de tema. Aunque he de decir que no sabía que Sora era tan vengativo. En el postre me pedí helado de chocolate con nata y al comerlo sin cuchara por el ansia me manché la punta de la nariz con nata, momento que aprovechó para sacarme una foto. No le pude reclamar nada, solo hacerle prometer que nos echaríamos una foto juntos antes de que terminase la cita.

Y bueno, habría sido una velada romántica de película de no ser porque nos acabaron echando del restaurante. No fue nada serio, solo que parece que no les sentó bien al resto de los clientes que empezásemos a tirarnos helado y a embadurnarnos la cara de nata…en mi defensa la culpa la tuvo Sora, yo únicamente le tiré un poco de nata a la cara para que no se riese más de mí…y él respondió con más nata con la única pega que también había cogido helado por lo que bueno. Acabamos con la manchada de nata y helado y un sitio al que no podríamos volver por ser unos “criajos maleducados”. No le sentó bien que nos riéramos del insulto en su cara.

Asique ahí nos encontrábamos. En las escaleras que iban a la entrada del restaurante riéndonos como bobos uno al lado del otro. Se le veía feliz a Sora…ojalá todo acabe bien y sea esta sonrisa todo lo que vea el resto de mi vida. Sora se fijó en mi mirada sobre él. Para desviar la atención le lamí la nata que tenía en el moflete, hecho que le ruborizó y ocasionó que tratase de alejarme…cosa que no le dejé y acabé encima de él tratando de lamerle toda la cara entre risas y promesas de odio infinito que jamás se cumplirán.

 

-Bueno, ¿qué tines pensado ahora?-me preguntó después de recuperar el aliento por las risas.

-Sígueme-dije mientras le tomaba de la mano otra vez.

-¿A dónde esta vez?-preguntó intrigado.

-A un lugar muy especial para mí que hace mucho que no disfruto.

-¿Por qué hasta ahora no me habías hablado de él?-preguntó curioso mientras nos levantábamos.

-Había olvidado ese sitio-dije sencillamente empezando a caminar hacia ese sitio.

-¿Por qué es especial?-dijo curioso.

-Bueno…-tomé aire antes de responder-cuando nos mudamos aquí hace unos once años, mi hermano y yo descubrimos ese sitio mientras investigábamos el lugar. Nos encantó tanto el lugar que lo convertimos en nuestra lugar secreto y siempre, siempre al atardecer íbamos ahí-le expliqué ahogando un par de lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos por aquellos recuedos-es un lugar mágico en verdad, cuando me subía ahí me olvidaba de todos mis problemas…no había mejor forma de terminar el día.

-¿Por qué dejaste de ir entonces?-esta historia le intrigaba bastante. Supongo que por mucho que lo intentemos, seguiremos siendo unos extraños…ni yo lo sé todo sobre él ni el sobre mí.

-Bueno…cuando, mi hermano se fue pues…-me callé. No podía decir que se fue con Sephirot, y eso me ponía furioso…el no poder contarle toda la verdad-me traía malos recuerdos el subir ahí y dejé de hacerlo.

-¿Seguro que quieres subir entonces?-preguntó pasados unos minutos. Ya estábamos llegando.

-Sí, el lugar es demasiado mágico como para recordarlo de esa forma. Quiero forjar recuerdos felices contigo que pueda recordar cuando vaya a ese sitio-confesé mientras le sonreía. Se sonrojó un poco y desvió la mirada-¿qué ocurre?

-Que no te recordaba tan dulce, cariñoso y atento-dijo sonriendo al frente-siento que…estamos más unidos que antes. ¿Tú no?

-No sé qué decirte-me había pillado desprevenido la pregunta-supongo que ahora nos estamos conociendo más a fondo. No digo que antes no nos conociésemos solo que…en muy poco tiempo cogimos mucha confianza y eso no suele acabar bien.

-No hace falta que lo jures-dijo con amargura-no me siento orgulloso por desconfiar de ti…-confesó bajando la mirada.

-Ya hemos hablado de eso, no hace falta retomar el tema-no quería hablar de cosas tristes. Además, ya podía ver la torre de la estación sobresalir de entre los tejados.

-Pero no te pedí perdón yo…a veces creo que soy solo un niño al que consientes todo por su trágico pasado-se le veía pesaroso mientras decía aquello…no pude evitar sentir pena por él.

-Al principio así era, ya lo sabes-le confesé-pero…no habría estado con una persona solo por lástima. De acuerdo, te consiento y quizá te mimo demasiado quizá pero no pienso cambiar eso-dije poniéndome detrás suya para abrazarle y taparle los ojos otra vez antes de llegar a la estación.

-¿Otra vez tapándome los ojos?-dijo con un tono feliz por lo que acababa de confesar.

-Es que fastidias la sorpresa si no-susurré en su oido, consiguiendo el estremecimiento que buscaba.

 

Y así empezamos a entrar en completo silencio a la estación…aunque bueno, Sora adivinó dónde nos encontrábamos por el sonido de la megafonía avisando de la llegada de un tren por lo que le tuve que destapar los ojos sintiéndome un imbécil por no caer en aquello. Pero aun así, no se imaginaba a dónde íbamos a ir. A fin de cuentas, el mirador (por llamarlo de una manera) que hay en la torre del reloj no lo conoce todo el mundo por lo que nos pusimos a subir las escaleras que llegaban a él entre reclamos de Sora por saber a dónde nos dirigíamos y negativas mías a sus preguntas.

Al fin, cuando estábamos ya frente a la puerta que daba al exterior, le cerré los ojos de nuevo y salimos. El aire del exterior nos revolvió los cabellos a ambos, hecho que tomó de improviso a Sora por lo que se pegó más a mí.

 

-¿Dónde estamos?-dijo ansioso por salir de dudas.

-Espera, espera un poco más por favor. Debe de faltar poco-eran ya las seis de la tarde, y en Villa Crepúsculo empieza a atardecer dentro de poco. Quiero que admire el paisaje cuando esté atardeciendo.

-Venga Roxas, no tenemos tiempo para esto. Cloud se pondrá furioso si llegamos tarde-dijo sensato-ultimamente se ha puesto muy estricto con las horas de llegada.

-Tranquilo, vas con un hombre fuerte-dijo a modo de broma-yo te protegeré-murmuré en su oído mientras le daba un beso en la mejilla.

-Y… ¿qué hacemos mientras?-dijo hastiado-tú al menos puedes ver lo que sea que se vea desde aquí.

-Aguarda un poco…-dije cerca de su oreja todavía-¿O estás incómodo entre mis brazos?

-No…-dejó escapar con una sonrisa-hacía mucho que no los sentía. Aquello me lleno de gozo por lo que me senté apoyando la espalda en la pared de la torre y dejando a Sora entre mis pierna sin dejar de abrazarle y taparle los ojos.

-¿Más cómodo?-pregunté igual de tranquilo.

-Sí…-dijo mientras se acomodaba un poco más. Tener su trasero tan cerca de mi miembro me lo empezó a endurecer. Hecho que Sora notó.

-Perdón-dije avergonzado.

-Tengo una idea-dijo con una sonrisa pícara-rebusca en uno de los bolsillos de mi mochila-le hice caso y encontré lo que suponía que él quería.

-¿Una servilleta?-pregunté confuso.

-Sí. Véndame los ojos con ella-dijo sensualmente. Le hice caso. No sabía donde acabaría esto pero…

-Ya-dije tras hacerle el nudo. El se medio levantó para girarse hacia mí-espera, cuidado. Hay un bordillo-lo que menos quería es que se me cayese al vacío.

-Mejor…-dijo tocando el bordillo con los talones-así estamos más juntitos.

 

Acto seguido me besó con pasión buscando mi lengua para combatir con la suya. Le correspondí gustoso. Lo mejor de esto es que Sora no vio la traviesa mano con la que le pellizqué uno de sus pezones al meterla por debajo de su camiseta. Con ello conseguí sacarle un gemidito que murió en mi boca. Lo cierto es que me daba morbo el estar de esta forma tan íntima aquí arriba…y era una de las mejores formas de esperar al atardecer.

Tras un poco más de besos, Sora buscó con insistencia el cierre de mis pantalones. Gustoso, guié sus manos hasta él. Entre más besos me lo desabrochó y metió su mano a ciegas buscando mi miembro. Supo que lo había encontrado cuando gemí de gusto por el frío tacto de su mano sobre mi glande. Complacido, me recostó en el suelo y fue bajando hasta mi entrepierna. Una vez allí, bajó mis pantalones y saboreó mi miembro con su boca por encima del calzoncillo. El tener a Sora de esta forma, con los ojos vendados y complaciéndome…me ponía demasiado.

Por fin, tras un rato de endurecer aun más mi miembro, se dignó a quitarme los calzoncillos…con la boca también, rozando involuntariamente con sus dientes diversas partes de mi miembro ocasionando espasmos en mis caderas, deseoso de que se metiese de una vez este pedazo de carne en su boca.

 

-Sora…ahh-dijo gimiendo debido al roce de sus dientes de nuevo sobre la punta de mi miembro-no seas malo, anda…

-Gime mi nombre-dijo mirando a ninguna parte por la servilleta en los ojos mientras besaba zonas cercanas a mi miembro y acariciaba mi entrada con una mano.

-Soraa por..favor-gemí para él.

 

No me hizo esperar. Acató mi súplica y se metió el miembrio entero en su cavidad, no sin un poco de esfuerzo debido a su tamaño. Empezó a lamerlo y succionarlo a un ritmo tortuoso pero placentero, a la vez que masajeaba mi entrada con sus dedos, provocando que mi ano reaccionase a dichas cariacias buscando más. Tras un rato se separó de mi miembro y buscando mi entrada entre besos empezó a lamerla y a comerla. Me derretía en gémidos que sabía que eran cada vez más altos, tanto que tenía miedo de que se escuchasen desde abajo.

Sora siguió a lo suyo antes de meterme dos dedos a la vez para comenzar a dilatarla mejor. Imagino que no sería solo para darme más placer durante el sexo oral por lo que comencé también a relajarme para lo que vendría después. Tras un rato así, Sora, ansioso, se incorporó y comenzó a bajarse él mismo sus pantalones y calzoncillos para dejar al aire su alzado miembro. Yo únicamente me masturbaba y al ver cómo ya estaba listo para penetrarme, me acerqué a él y posicioné mi dilatada entrada cerca de su miembro, quedando Sora entre mis pierna abiertas.

Sora se agachó a volverme a besar con gula y a devorar mi cuello, sabiendo que me da un placer indescriptible. Mientras, juntó su miembro al mío y nos masturbaba, empapando su miembro de nuestros líquidos preseminales para usarlos como lubricante. Deseaba que me penetrase de una vez. Hacia mucho desde la última vez que lo hizo, nuestra primera vez…

No me hizo esperar mucho, tras gemir un par de veces más su nombre fue suficiente para que al fin decidiese penetrarme de una vez. De un empujón, metió todo su miembro en mí sacándome un sonoro gémido que denotaba una mezcla de dolor con aún más placer por semejante intromisión. No me dio tiempo a recuperarme pues Sora empezó a penetrarme, mientras gemía mi nombre para demostrarme que estaba ahí conmigo. No me dejaba hacer nada, ni tan siquiera masturbarme. Sora me tenía apresadas las manos por encima de mi cabeza con una de sus manos mientras con la otra acariciaba a ciegas todo mi cuerpo, haciéndome derretir. Su miembro ya entraba y salía de mí sin dificultad y mi miembro estaba tan hinchado que en cualquier momento explotaría manchándome entero de mi semilla. Había terminado completamente desnudo, mis pantalones por un lado y mi americana y camisa por allí también…solo rezaba porque no se hubiesen precipitado al vacío.

 

-Roxas…ahh-gimió Sora buscando mi mejilla con una mano-te amo…acaba…tú.

 

No me hizo falta más. Sora salió de mí al mismo tiempo que yo me incorporaba y le besaba con ansia. Le recosté en el suelo mientras le besaba y acariciaba su entrada con mis dedos, metiendo lentamente algunos. No necesitaba mucha más dilatación, su entrada ya se había abierto para mí presa de la excitación…excitación dada en parte por el morbo de estarlo haciendo en un lugar público, donde nos pudiesen descubrir y encima él con los ojos vendados…ahora estaba a mi merced, y no sabría cuando le penetraría ni qué le haría antes por lo que cualquier caricia en cualquier sitio le pillaba desprevenido ocasionando un sonoro gemido con mi nombre…que si un lametón en el cuello, un mordisco en sus pezones…un mordisco en la punta de su miembro…cualquier acto era respondido con signos de placer.

Cansado de hacerle de sufrir y de sufrir yo por la hinchazón de mi miembro, decidí penetrarle de una vez tras un te amo que tuvo que escuchar Cloud desde la casa. A diferencia de él, esperé un poco antes de moverme…admiraba su sonrojado rostro con muecas de placer debido a que se empezaba a acostumbrar a mi miembro. Fue ahí, cuando vi que menos se lo esperaba cuando empecé a embestirle. De forma rápida, salvaje, pasional…dejando un rastro de besos desde sus hombros hasta su rostro…susurrándole al oído palabras de amor entremezcladas con algunas cosas guarras, hecho que a Sora le encantaba. Pasado poco tiempo, no aguantamos más y nos corrimos casi a la vez…yo llenándole a él por dentro y él manchándose el torso...pero yo me encargué de lamer la mayoría de su semilla desperdigada por el torso y compartirla con él…así tendría que limpiarse menos. A ninguno de los dos nos disgustó.

Nos quedamos un rato así, recuperando el aire por el esfuerzo…con otra servilleta de tela que había cogido Sora del restaurante nos limpié a los dos y nos vestí. Me escocía la entrada, pero me aguantaría.

 

-¿Ya me quito la venda?-preguntó Sora tumbado en el suelo. Cansado por el ejercicio recién hecho.

-Sí, adelante-dije sentándome en el bordillo dejando colgar las piernas…mirándole. Admirando su belleza y su forma de ser por lo que acabábamos de hacer.

 

Me hizo caso y se quitó la venda poco a poco. No perdí la vista de sus movimientos y mucho menos de sus reacciones. Nada más quitarse la venda cerró los ojos por el exceso de luz repentino y poco a poco los fue abriendo. Cuando los tuvo totalmente abiertos abrió la boca como para decir algo pero no salió palabra alguna de sus labios. La impresión y bellaza del paisaje a la luz del atardecer le había dejado sin habla. No es para menos. Desde donde estábamos se veía prácticamente toda Villa Crepúsculo. Las imponentes montañas de fondo y poco a poco tejados de las casas, de un color anaranjado en su mayoría…algunas zonas verdes, las vías del tren…todo ello coronado por un cielo naranja con retoques de rojo debido a la puesta de sol. La guinda del pastel. Todo ello es lo que admiraba Sora por primera vez en estos momentos. Al verle no pude evitar sentir añoranza pues me recordó a mí la primera vez que lo vi hace años…

La admiración de Sora dio paso a una amplia sonrisa debido a la belleza del paisaje. Se tendría que sentir lleno de paz, tranquilidad, esperanza…un cóctel de emociones que incluso yo había olvidado debido al tiempo que había pasado desde la última vez que observé este paisaje. La luz del atardecer se reflejaba en los azules ojos de Sora haciéndole ver más bello a mis ojos…di unas palmadas al bordillo sobre el que estaba sentado invitando a Sora a que se me uniese. No me hizo esperar mucho y como hipnotizado se sentó a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro mientras nuestras manos apoyadas en el bordillo se rozaban…ninguno hablaba, no necesitábamos palabras. En mi caso porque tenía miedo de romper la magia que rodeaba el lugar, no hablaría ni seguiría con lo siguiente que tenía planeado hasta que Sora nose sintiese listo a pasar de página.

 

-Es precioso-dijo al cabo de un rato. Apenas era un hilo de voz, lento y calmado.

-Me alegro que te guste-respondí besándole la cabeza aspirando el olor que desprendían sus cabellos.

-Entiendo que te gustase tanto el lugar. Es…

-Mágico-terminé de decir dado que no encontraba palabras.

-¿Por qué dejasteis de subir aquí?-preguntó-es decir, no entiendo por qué no subías.

-Por desgracia este bello lugar no ensucié con recuerdos que me resultaban dolorosos-dije con amargura evocándome a los tiempos donde venía aquí con mi hermano Ventus.

-No hacía falta que me enseñases esto Roxas-dijo culpable-si tanto te duele pues nos podemos..

-No-le corté-si te he traído aquí es justamente para crear nuevos recuerdos juntos, para que cada vez que venga aunque sea solo, tenga un motivo más por el que alegrarme aquí.

-Roxas-murmuró impresionado.

-No, espera Sora-no quería que me cortase o me costaría más empezar de nuevo-ya te lo dije ayer pero te lo repito aquí, frente a este lugar. Te amo. Me alegro de haberte dado la cita que te mereces, sin tener que escondernos y mirar hacia todos los lados-dije mientras me giraba para verle a los ojos-no me arrepiento de enseñarte esto. Casi nadie lo sabe por lo que este será nuestro lugar secreto. No se lo he enseñado a nadie antes. Era lo último de mí que no te había contado-me sentí un poco mal al decir esto pero a fin de cuentas…no puedo contarle lo de Sephirot-asique con esto, ya no te tengo ningún secreto. Lo sabes todo de mí…y es la primera vez en mi vida que no me da miedo el confiar tanto en una persona.

 

Sora no dijo nada. Solo sonrió para después acercarse poco a poco a mí y besarme. Con cariño. Pausadamente, sellando mis palabras teniendo de fondo un cielo en atardecer.

 

-Me siento muy afortunado al haberte encontrado, Roxas-dijo al separarse de mí-gracias, muchísimas gracias por la mejor cita de toda mi vida. Espero que no sea la última.

-Y aun no se ha terminado-le dije sonriendo-cierra los ojos.

-Si hombre, otra vez-dijo haciendo un intento de enfado. Solo me reí de sus gestos y le di un corto beso en sus rosados labios.

-Está bien, está bien. Toma entonces-dije extendiéndole el regalo que le había comprado. Lo cogió como cuando a un niño le das un regalo en Navidad. Lo agitó para ver si sonaba algo, hecho que me hizo gracia por lo que me gané un codazo de su parte. Le quitó el papel lentamente hasta quedarse con el estuche de joyería en el que venía el colgante. Lo abrió y observó el regalo. Con dedos temblorosos cogió el colgante por la cadenita. Tocó la corona con sus dedos y dejó escapar una sonrisilla con lágrimas.

-Roxas, es demasiado. Ha tenido que ser carísimo-respondió asombrado.

-Una corona algo sencilla para el príncipe que estas hecho-dije, Me pareció cursi al instante pero…no viene mal serlo de vez en cuando con la persona que amas-pensé que plata te sentaría mejor, pero si la prefieres de oro pues yo..

-No no, es perfecta-me cortó-pónmela-me pidió dándome el colgante.

-Gírate-le pedí. Me hizo caso y con delicadeza le puse la cadenita. Una vez hecho se giró de nuevo hacia mí-te queda perfecta.

-Roxas eres..-pero no terminó de hablar el sonido de su teléfono móvil le cortó.

-Cogelo anda-dije volviendo a girarme para ver el paisaje.

-Es Cloud-dijo viendo la pantalla-lo pondré en altavoz.

-¿Se puede saber dónde estais?-se le escuchó nada más contestar la llamada.

-En un sitio maravilloso al que me ha traido Roxas-dijo Sora emocionado.

-Le avisé de que no llegaseis tarde y casi está anocheciendo-ahí tiene razón. Se me ha ido la hora-venga, los dos para casa-y acto seguido colgó.

-Vaya, nos toca volvernos ya-dije mientras me levantaba. Sora me imitó y nos dirigimos hacia las escaleras. Una vez ya abajo le paso el brazo por encima con intención de ir así todo el camino-¿te ha gustado entonces la cita?

-Ha sido el mejor día de mi vida-dijo apoyando cansado su cabeza en mí.

Notas finales:

Espero que os haya gustado.

 

Nos leemos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).