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When you look me in the eyes... por One_FluffyMaknae

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Notas del capitulo:

Uh....

Había olvidado el nombre de su novio.

 

—Yo, Cho Kyuhyun, te tomo a ti... Se mordisqueó el labio inferior.

 

Su padre los había presentado unos días antes, aquella terrible mañana cuando los tres habían ido  por la licencia matrimonial. Después él se había esfumado y no lo había vuelto a ver hasta hacía sólo unos minutos, en el departamento que su padre poseía al oeste de Gangnam, cuando había bajado a la sala donde ese mediodía estaba celebrándose aquella apresurada boda.

 

Kyuhyun casi podía sentir la enérgica desaprobación de su padre, que se encontraba a su espalda, pero eso no era nada nuevo para el. Lo había decepcionado incluso antes de nacer y no importaba cuánto lo hubiera intentado, nunca había conseguido que cambiara de opinión sobre su hijo.

 

Se arriesgó a mirar de reojo al novio que el dinero de su padre había comprado. Un semental. Un auténtico semental de estatura imponente, constitución delgada pero fibrosa y extraños ojos color ónice. A la madre de Kyuhyun le habría encantado.

 

Kim Heechul había muerto el año anterior, en el incendio de un yate cuando dormía en brazos de una estrella de rock de veinticuatro años. Kyuhyun ya podía pensar en su madre o padre, según se quisiera ver,  sin sentir dolor y sonrió para sus adentros al darse cuenta de que el hombre que estaba junto a el hubiera sido demasiado mayor para Heechul. Debía rondar los treinta y cinco años y su madre solía fijar el límite en veintinueve.

 

Tenía el pelo tan oscuro que parecía negro y unos rasgos cincelados que harían que su cara pareciera demasiado bella si no fuera por la mandíbula firme y el ceño amenazador. Los hombres que poseían ese brutal atractivo habían atraído a Heechul, pero Kyuhyun los prefería más maduros y conservadores.

 

No por primera vez desde que la ceremonia había comenzado, deseó que su padre hubiera escogido a alguien menos intimidante.

 

Intentó tranquilizarse recordándose que no iba a tener que pasar más que unas pocas horas con su nuevo marido. Todo acabaría en cuanto tuviera oportunidad de exponerle el plan que se le había ocurrido. Por desgracia, el plan conllevaba romper unos votos matrimoniales que el consideraba sagrados y, dado que no solía tomarse sus promesas a la ligera —en especial los votos matrimoniales, —sospechaba que eran los remordimientos de conciencia la causa de su bloqueo mental.

 

Empezó de nuevo, esperando que el nombre le viniera a la mente.

 

—Yo, Cho Kyuhyun, te tomo ti... —La voz de Kyu se apagó.

 

El novio en cuestión no le dirigió ni una simple mirada y, por supuesto, tampoco intentó ayudarlo. Permaneció con la vista al frente, y las inflexibles líneas de aquel duro perfil le provocaron un cosquilleo en la piel. Él acababa de formular sus votos, así que tenía que haber pronunciado el dichoso nombre, pero la falta de inflexión en su voz no había traspasado la parálisis mental de Kyuhyun y no se había enterado.

 

— Andrew —masculló su padre detrás de el, y Kyuhyun pudo deducir por el tono de su voz que apretaba los dientes otra vez.

 

Para haber sido uno de los mejores diplomáticos de Corea del Sur no se podía decir que tuviera demasiada paciencia con el.

Kyuhyun se clavó las uñas en las palmas de las manos, diciéndose que no tenía otra alternativa.

 

—Yo, Cho Kyuhyun... —tragó saliva, —te tomo a ti, Andrew... —volvió a tragar saliva, —como mi horrible esposo.

 

Hasta que no escuchó la exclamación de Victoria, su madrastra, no se dio cuenta de lo que había dicho. El semental volvió la cabeza y lo miró. Arqueaba una ceja oscura con leve curiosidad, como si no estuviera seguro de haber oído correctamente. «Mi horrible esposo.» El peculiar sentido del humor de Kyuhyun tomó el control y sintió que le temblaban los labios.

 

Él alzó las cejas, y esos ojos profundos la miraron sin una pizca de diversión. Resultaba evidente que el semental no compartía sus problemas para contener una risa inoportuna.

 

Tragándose la histeria que crecía en su interior, miró rápidamente hacia delante sin disculparse. Al menos una parte de aquellos votos había sido honesta porque él, sin duda, sería un esposo horrible. Finalmente, el bloqueo mental desapareció y el apellido del novio irrumpió en su mente. Choi. Andrew Choi. Era otro de los desconocidos amigos de su padre.

 

Como antiguo embajador en Londres, el padre de Kyuhyun, Cho Jino, tenía infinidad de conocidos en aquel país, tanto allí, en Corea, como en todo el mundo.

 

La gran mano del novio tomó la de Kyuhyun, mucho más pequeña, y el sintió la fuerza que poseía cuando le puso la sencilla alianza de oro en el dedo.

 

—Con este anillo, yo te desposo —dijo él con voz severa e inflexible.

 

El contempló el sencillo aro con momentánea confusión. Por lo que podía recordar, acababa de entrar en lo que Heechul denominaba la fantasía burguesa del amor: el matrimonio. Y lo había hecho de una manera que nunca hubiera imaginado posible.

 

—... por el poder que me otorga el estado, os declaro marido y mujer.

 

 

Notas finales:

:DD


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