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Nuestro Destino por Ushio-Tsuki

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Notas del fanfic:

Bueno este es el segundo fic que subo a la pagina y el primero de Saint Seiya.

Tenia la historia rondando desde hace tiempo y este es el resultado

Espero que lo disfruten

Notas del capitulo:

Solo espero que disfruten mucho de este fic

 

 

-He de irme- dijo Shun, mirando a todos los que estaban allí reunidos.

-¿Por cuanto?- pregunto Ikki mirando a su hermano pequeño.

-Para siempre- respondió el peliverde- no voy a poder volver.

 

Todos los ahí reunidos guardaron silencio. Las palabras del joven caballero de Andrómeda quedaron prendidas del aire mientras los demás caballeros asimilaban las palabras del más joven del grupo.

 

-¿Como que no podrás volver?- pregunto Seiya.

-Que ya nunca podré volver a verlos- respondió Shun- a ninguno- agrego mirando especialmente a su hermano y al caballero de largo cabello a su lado.

 

-¿Por qué?- pregunto esta vez Aioria.

-Porque es lo mejor- dijo esta vez Saori, apareciendo desde la puerta de su despacho.

 

La joven diosa había convocado a los caballeros de bronce principales y a todos los dorados. Al llegar a la mansión, se encontraron con que Saori estaba en una reunión muy importante con Shun y con otra persona, a la que Tatsumi se negó a revelar su nombre. Al poco rato de haberse reunido en el salón, Shun salio del despacho y les pidió a todos que lo escucharan para una noticia muy importante.

 

-¿Como que te vas?- exclamo Hyoga- ¿Por qué tan de repente?

-Ya lo dijo Saori- respondió el peliverde- es lo mejor, no puedo permanecer a su lado, he de desaparecer.

-¡¿De que demonios hablas?!- estallo Ikki, saliendo del trance en el que estaba- ¡Tu no puedes simplemente irte y dejar todo de lado!

-No dejo nada de lado- respondió calmadamente Shun- es solo que debo hacerlo.

-Pero... ¿Por qué?- pregunta con voz queda Shiryu, mirando intensamente al joven parado al frente del grupo.

 

Esta mirada llena de reproches fue casi más de lo que Shun pudo soportar, pero si pudo incluso recuperar su cuerpo del mismísimo Hades podría soportar esa mirada, al menos hasta que sus recuerdos fueran tomados.

 

-Por que es necesario- dijo el tercer hombre misterioso, saliendo del despacho.

 

Julián Solo se coloco detrás de Shun tomando sus hombros para darle ánimos, él sabia que era difícil despedirse de todo lo que conociste y aun peor no poder decir por que desapareces.

 

-¿Y tu que haces aquí?- pregunto Ikki con furia en la voz.

-Porque al igual que Shun yo he de desaparecer- contesto simplemente el hombre que hace tiempo fue poseído por Poseidón.

-¿Tu también Saori?- pregunto Seiya dirigiéndose a la diosa.

-No- respondió esta- yo estoy a salvo.

-¿De que?- pregunto Camus.

-Luego lo sabrán- fue la simple respuesta de Julián.

-¡Todo esto es una mierda!- estallo Ikki, levantándose de golpe y tirando la silla en el proceso.

-Cálmate nii-san - pidió Shun, acercándose hasta el Caballero de Fénix

-No me pidas que me calme si me dices que te vas y no me dices por qué- reclamo el mayor de los hermanos.

-Te digo que no puedo por una buena razón- replico Shun, conteniendo las lagrimas que le quemaban los ojos.

-Shun- llamo una voz a espaldas del Caballero de Andrómeda.

-Shiryu yo...

 

Y eso fue lo último que Shun pudo soportar. Al observar directamente los ojos de la persona que solo hace unos pocos días te entrego su corazón y tu le entregaste el tuyo, eso hizo que las lagrimas que seguían quemando sus ojos se derramaran por su cara, por más que el peliverde se esforzara por contenerlas, no pudo.

 

-Shun- repitió una vez más el Caballero de Dragón, ahora bastante preocupado ya que su... mejor no pensar en eso, no paraba de sollozar en voz baja.

-Esto ya es muy estúpido- opino Milo- el que Solo este aquí significa que es un peligro que amenaza a los dioses, como Caballeros de Atenea y amigos de Shun tenemos el deber de protegerlos.

-Ya les he dicho que yo no estoy en peligro- replico Saori- el que Shun y Julián tengan el deber de desaparecer no significa que una nueva batalla vaya a comenzar, esto se los digo como su diosa, ¡Deben dejar que Shun se vaya en paz!

 

Un profundo silencio se extendió luego de las palabras de la única mujer presente. Todos y cada uno de los presentes (excluyendo a los tres que “portan” un dios en su interior) pensaban que rayos era lo que significaba tener que dejar ir a uno de sus compañeros, que además se había ganado un lugar en el corazón de todos.

 

-¿Y exactamente que significa que te vas?- pregunto ahora Ikki.

-Significa que no podré tener ningún tipo de contacto con nadie.

-¿Eso es definitivo?- pregunto Shiryu con algo de temor.

-Si- susurro Shun

 

Justo al pronunciar estas palabras se escucho un estruendo proveniente de de algún lugar no muy lejano.

 

-Ya tengo que irme- anuncio Shun, mirando a Julián.

 

El peliazul simplemente sonrió, y luego tomo a Shun de los hombros, infundiéndole confianza y juntos se acercaron a Saori. Los tres se miraron por unos cuantos segundos.

 

-¿Estas segura?- le pregunto Shun a Saori.

-No pasara nada- les aseguro la mujer sonriéndoles.

-¿A donde iras?- pregunto Ikki, interrumpiéndoles

-No puedo decirlo- respondió el menor.

-¿Julián te acompañara?- pregunto Seiya.

-Si- respondió esta vez el hombre.

-¿No podría acompañarte alguien mas?- pregunto Mu

 

El Caballero de Aries no se confiaba del todo de Julián Solo, por todo lo que tuvieron que pasar cuando Poseidón se apodero de él, además le deba mal augurio todo aquel asunto.

 

-La verdad no estaremos juntos- respondió Shun con un poco de tristeza en la voz- cada uno empezara de nuevo, no podremos acompañarnos.

-Ya es hora pequeño -aviso Julián.

 

Shun asintió con la cabeza y se acerco a su hermano y a su... “compañero"... tuvo que repetirse esto muchas veces. Cuando llego a su lado simplemente les susurro.

 

-Solo se me permitirá llevarme 3 objetos- dijo- uno será el medallón de Andrómeda- señalándolo en su cuello- y fotografías, pero solo podrán ser 2, deseo una de cada uno- dijo apenas audiblemente.

 

Ikki miro a su hermano unos segundos, estaba vestido como comúnmente lo hacia, con una playera y pantalones de tirantes, el pelo ahora un poco por debajo de los hombros recogido en una suelta cola de caballo. El Caballero de Fénix revolvió un poco el bolsillo trasero de su pantalón y saco su billetera, hurgo un poco en ella y saco uno pequeña fotografía. Esa era la fotografía que se hicieron juntos el día luego de finalizar la Guerra Santa.

 

-Ten- le dijo el mayor extendiéndole la fotografía a su hermano.

-Gracias- dijo Shun con la voz trémula.

 

El Caballero de Andrómeda tomo el bello recuerdo con manos temblorosas y lo puso rn uno de los lados del medallón. La pareja de hermanos se observo por uno segundos antes de abalanzarse a los brazos del otro, en un abrazo fraternal y doloroso. Al separarse de su hermano Shun dirigió su mirada hacia Shiryu, quien la sostuvo por 2 segundos antes de sacar su billetera y extenderle, al igual que Ikki una pequeña fotografía.

 

-Gracias- repitió Shun, tomando la fotografía y poniéndola también en el medallón.

 

Esa fotografía se las hizo Kiki (mientras espiaba) el día que se confesaron y la imagen retrataba justamente su primer beso. Shun no pudo evitar que se le soltaran unas finas lágrimas mientras recordaba ese día y todo lo vivido con Shiryu antes y después de ese momento.

 

-Shun- le llamo el Caballero de Dragón en un susurro.

 

El mas joven de los allí reunidos levanto la mirada hacia el que hasta hace unos minutos era su novio. Shiryu y Shun se miraron largamente, y como si lo hubieran pactado se acercaron para abrazarse y fundirse en un calido beso. En ese fino y necesitado contacto se dijeron todo lo que el otro significaba. Recordaron el momento exacto en el que sus miradas se encontraron por primera vez, las primeras palabras intercambiadas, la despedida y luego su reencuentro, la manera en la que Shun ayudo a Shiryu durante el torneo, sus luchas juntos y la manera en la que se habían confesado, sus citas y besos y finalmente su primera y única vez completamente juntos.

 

-Ya debo marcharme -dijo el peliverde luego de separarse de Shiryu.

 

Julián lo esperaba, en el centro de la sala y luego de desearle suerte le entrego una pequeña moneda. El circulo de metal tenia aspecto de antigua, pero solo tenia 3 días desde que esa “criatura” se las entrego.

 

-Hasta siempre- se despidió Shun para luego desaparecer en medio de una brillante luz proveniente de aquella moneda.

 

-Yo también ya debo irme- anuncio Julián.

 

Saori se acerco al hombre y le entrego una moneda similar a la de Shun.

 

-Antes de marcharme he de decirles algo- dijo Julián dirigiéndose exclusivamente a Shiryu e Ikki- el precio por esto- continuo señalando el lugar en el que Shun acababa de desaparecer- es la totalidad de nuestros recuerdos.

-¿A que te refieres?- pregunto Shiryu.

-Les estoy diciendo que Shun no los volverá a contactar por que no podrá recordarlos,- explico Solo- pero- prosiguió- yo pague un precio alto por poder estar a su lado, como primos- agrego al percibir la mirada de Ikki y Shiryu.

-¿Entonces tu también perderás tus recuerdos?- pregunto Aldebarán.

-Si, aunque también pagare otro precio por conservar algunos- puntualizo Julián- conservare nuestros nombres y nuestro supuesto parentesco, lo que incluye que Shun tenía un hermano que murió hace unos meses y que también tenia un novio que murió en el mismo accidente que nos dejo sin memoria.

-Gracias- susurro el Caballero de Dragón.

-Simplemente lo hago por Shun, eso es todo lo que pude conseguir y ahora si ya debo irme- se re despidió Julián.

 

Justo un paso antes de entrar al extraño círculo que dejo Shun al desaparecer, se volteo a mirar a Shiryu.

 

-Solo recuerda que cuando dos almas se unen por amor verdadero siempre se volverán a encontrar.

 

Inmediatamente después el también desapareció. Un enorme silencio le siguió, hasta que fue roto por el profundo sollozo de Shiryu, que se lanzo al suelo de rodillas y lloro amargamente, mientras Seiya le palmoteaba la espalda llorando el silencio junto a Aioros. Ikki no profirió ningún sonido pero si lloró, mientras compartía un calido abrazo con Hyoga. Y así, todos y cada uno de los allí reunidos expresaba de distinta forma la perdida de su mas joven compañero, llenando el salón con un profundo dolor.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Exactamente 1 día luego en un lejano país, un joven de cabello verde y largo hasta los hombros descansaba en una cama de hospital, mientras otro joven aunque mayor al anterior velaba su sueño, aparte del suero conectado y algunas vendas y parches el joven peliverde no presentaba más heridas, en contraste con la persona sentada a su lado. Este joven de pelo azulado descansaba en una silla de ruedas, y pronto (si tenia suerte) tendría que utilizar un bastón por el resto de su vida, además tenia como ojo izquierdo solo un parche y una severa amnesia producto del choque al desbordarse el tren en que viajaban él, "su primo" y el novio de este.

 

-Vamos Shun- suplicaba en voz baja el que estaba conciente- tienes que ponerte bien- proseguía mientras en su mano derecha apretaba un bello medallón.

-Ah- se escucho un pequeño quejido mientras los bellos ojos del peliverde se abrian lentamente.

-Shun

-¿Donde...

-En el hospital

-¿Tu...

-No te preocupes

-¿Yo...

-Relájate, llamare al doctor

-Sh...

 

Esa fue la primera de muchas veces aquella tarde en la que el peliverde se debatía en la inconciencia. Pronto los doctores diagnosticaron una amnesia total.

 

-Como me llamo- pregunto el peliverde.

-Shun- le contesto el mayor.

 

Esta era la primera conversación verdadera que tenían, ya que el día anterior (cuando despertó el menor) no pudieron hablar con normalidad debido a los diversos exámenes a los que fue sometido el peliverde.

 

-¿Cómo te llamas tu?

-Julián

-¿Y como nos conocemos?

-Somos primos

 

A esta le siguieron muchas otras conversaciones sobre lo poco que recordaba Julián, que sufría de una amnesia parcial, pero que no daba muestra de ninguna mejoría, al igual que con la del menor.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

-Vamos Ikki- rogaba Hyoga con un plato de sopa en la mano- tienes que comer algo.

-No quiero- fue la única respuesta del Caballero del Fénix antes de cerrarle la puerta de su habitación en la cara a su compañero.

 

Esto ya se había repetido muchas veces a lo largo de los 4 días desde la partida de Shun y Julián. Ni Ikki ni Shiryu habían comido nada más que un poco de agua desde su partida, y eso ya había empezado a preocupar a todos los que estaban en la mansión. Ninguno de los Caballeros de Oro se habían marchado, pero lo harían al día siguiente, para seguir protegiendo el templo.

 

-¿Cómo te fue?- le pregunto el rubio a Seiya

-Igual que a ti- le respondió este señalando el plato que Hyoga traía en las manos.

-Terminaran enfermándose- continuo el rubio dirigiéndose a la cocina- seguro que Shun se enojaría.

-Espero que este bien

-Lo está.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Un mes ya había pasado desde el accidente y una semana desde que a Shun lo dieron de alta del hospital. Julián y Shun se acomodaron en un apartamento cerca del hospital para seguir con la recuperación del mayor, que a pesar de los esfuerzos médicos no pudo recuperar la movilidad de sus piernas, pero que seguiría con un tratamiento para no perder totalmente la masa muscular.

 

-¿Deseas que comamos?- pregunto Shun luego de terminar de ordenar la habitación de Julián

-Esta bien- respondió el peliazul - Shun

-¿Si?

-¿Podrías pasarme aquella caja sobre el armario?

-Claro

 

Dicha caja era de las pocas pertenencias que eran realmente suyas, ya que la mayoría de lo que tenían fue comprado luego del accidente. Julián abrió el cofre y dentro solo habían un par de cuadernos, fotos y un bellísimo colgante de plata.

 

-Ten- dijo el mayor, sacando el colgante y entregándoselo a Shun- ábrelo.

 

En cuanto el menor abrió el medallón vio un par de lindas fotografías. En una de ellas se encontraba él mismo junto a un chico algo mayor y bastante alto, de piel bronceada por el sol y cabello alborotado, estaban abrazados y ambos presentaban bastantes moretones en los brazos y algunas banditas en la cara, aunque sonreía bastante feliz al igual que Shun.

 

-Ese es tu hermano mayor- explico Julián- se llamaba Ikki.

 

Cuando sus ojos esmeralda se posaron en la segunda fotografía sus mejillas se tiñeron de un fuerte color rojo. En aquella foto se veía a si mismo muy abrazado con otro chico, sus caras no se veían muy bien pero podía notar que era algo mayor que él, aunque no se veía tan mayor como su hermano pero si igual de alto aunque no se podía apreciar bien ya que este estaba inclinado hacia el peliverde y compartían un BESO. El otro chico tenia la tez blanca y el pelo negro, largo y lacio a la altura de la cadera y amarrado en un coleta baja. Shun miro mas atentamente sus caras y noto que estas estaban algo difuminadas.

 

-Ese era tu novio

-¿Novio?

- Se llamaba Shiryu

-¿Qué les paso? A mi hermano y a... Shiryu

 

Julián le había dicho que no tenían mas familiares, pero que él "tenia" un hermano, aunque no había especificado por qué lo decía en pasado.

 

-Shun, veras- empezó Julián- tu hermano y tu eran muy unidos, como te dije él se llamaba Ikki pero hace como medio año murió. El había estado enfermo mucho tiempo y no consiguió salvarse.

 

Un extraño silencio se adueño del lugar. Shun intentaba por todos los medios recordar algo referente a su hermano pero solo conseguía que un fuerte dolor de cabeza lo asediara.

 

-¿Y Shiryu?- pregunto algo temeroso el peliverde.

-Tu y él se conocían desde que eran muy pequeños, Shiryu era un año mayor.

-¿Y qué le paso?, ¿Por qué hablas de él en pasado?

-Él también iba en el tren, murió producto del impacto, lo siento.

 

Esas fueron las últimas palabras que Shun pudo escuchar antes de desmayarse. El peliverde intento recordar algo, cualquier cosa referente a Shiryu o Ikki, por alguna razón el mirar las fotografías se le formaba una enorme laguna en su cabeza, y al intentar disiparla solo conseguía un enorme dolor de cabeza, tan fuerte que se desmayo.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Varios meses ya habían pasado desde que Shun había desaparecido. Ikki, Shiryu, Hyoga y Seiya se habían quedado en la mansión. Aunque aun se notaba la tristeza en las miradas de los caballeros del Dragón y el Fénix ellos habían podido “superarlo” un poco. Ikki se decidió por empezar a trabajar en la compañía de Saori, como colaborador. Ya que Shiryu, Seiya e Hyoga ya habían terminado sus estudios durante su entrenamiento se decidieron por empezar sus estudios superiores. Shiryu ingreso a la carrera de Arqueología e inmediatamente después también empezó un curso de Literatura Universal y de Historia Mundial.

 

Exactamente 7 meses después de la partida de Shun un misterioso hombre se presento en la mansión. Los Caballeros de Bronce y Saori disfrutaban de una tranquila cena luego de un día especialmente agotador para todos. Justo al momento de empezar a comer el postre sintieron como un fuerte trueno sonaba a la distancia y el suelo se remecía bajo ellos. Los hombres presentes solo necesitaron una breve mirada para dirigirse rápidamente al patio trasero, donde pudieron advertir que el cielo antes de un celeste tranquilo se tornaba rápidamente de un tono grisáceo y tormentoso.

 

-¿Qué sucede?- pregunto con un tono algo asustado Seiya.

 

Todos se encontraban más o menos igual, ninguno de ellos había experimentado antes una sensación como la de ese momento, el peligro era demasiado profundo, mil veces más terrible que haber estado en el infierno mismo.

 

-Póngase las armaduras- dijo Saori saliendo de la mansión luciendo las vestiduras de la diosa Atenea.

 

Los 4 Caballeros llamaron a sus respectivas armaduras, una vez listos Atenea volvio a hablar.

 

-Quédense detrás de mi- ordeno con voz autoritaria- por ningún motivo ataquéis al mensajero.

 

-¿Mensajero?- pregunto Hyoga extrañado.

 

Justo al terminar de decir esas palabras un terrible viento se extendió por los alrededores de la mansión. Cuando el polvo levantado por el “huracán” se disipo, todos los allí reunidos pudieron ver a un extraño ser. Parecía un humano, pero su cuerpo era difuso, casi como si fuera un simple holograma. Estaba vestido con una tunica al estilo griego, y portaba una espada que parecía estar hecha de plata. Cuando el extraño ser empezó a revelar el mensaje por el que había sido enviado allí.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Un año desde el incidente, un año donde había acumulado los únicos recuerdos en su memoria, un año desde que había iniciado su vida junto a su primo. Julián no había podido recuperara la movilidad de sus piernas, y su ojo quedo totalmente inutilizado y oculto por un parche. Shun no había sufrido mayores complicaciones, además, una semana luego de despertar, a él y a Julián se les había asignado un cuantiosa cuenta bancaria, según se les dijo recuerdo de sus abuelos.

 

En cuanto Julián empezó a trabajar vía Internet en una compañía de telecomunicaciones, Shun consiguió trabajo como mesero en una pequeña, pero famosa, cafetería. Tiempo después hizo un curso de repostería y empezó como pastelero en el mismo local.

 

Un día en el que el clima estaba especialmente caluroso Shun fue a comprar un poco de mercadería. A pesar de que usualmente tenía una sonrisa plasmada en el rostro, hoy iba bastante pensativo, el día anterior él y Julián habían ido a visitar las tumbas de sus “padres” y “abuelos”, además de las tumbas de Ikki y Shiryu. Esas visitas siempre lo ponían un poco melancólico, ya que a pesar del tiempo aun no podía recordar nada. También se había puesto a pensar en la propuesta hecha por uno de sus compañeros del trabajo. “Sal conmigo, por favor” le había dicho, eso se parecía un poco a lo que le había propuesto tiempo antes uno de sus clientes habituales en la cafetería “Por favor, ten una cita conmigo”, al igual que en esa ocasión le había pedido tiempo al hombre, aunque en ningún momento se le paso por la cabeza el aceptar.

 

Para Shun el recuerdo de Shiryu aun estaba muy fresco, o muy difuso si se le veía desde otra perspectiva. Aun llevaba ese bellísimo medallón que le dio Julián el día que salieron del hospital. Era justamente eso lo que le evitaba iniciar una relación, aun habían demasiadas dudas con respecto al pasado, y tenía esa sensación de que había algo demasiado importante que se estaba escapando de su vista. Y fue justamente eso, ese reflejo frente a sus ojos lo que lo hizo detenerse, era el vivo reflejo de la persona que lo besaba en la fotografía que se guardaba dentro del medallón y que ahora tenia fuertemente apretado contra su pecho. Era esa misma persona, tal vez un poco más alto y fornido, pero en esencia era…

 

-Shiryu… -fue lo único que pudo salir de su boca, como un susurro.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Sus estudios terminados fue su primera meta luego de que el celestial mensajero desapareciera de la misma forma en que se presento. El extranjero eran sus múltiples destinos, cualquier país donde hubiera una institución que se animara a acoger a un joven e inteligente arqueólogo recién egresado de la universidad más prestigiosa de Japón.

 

En ese viaje que solo el día anterior había iniciado, decidió a último momento recorrer la ciudad antes de ir a los yacimientos donde lo esperaban nuevos hallazgos en ese hermoso país. Iba por una concurrida calle cuando vio una cabellera verde oscilar entre las personas que paseaban a esa temprana hora del día. El hermoso pelo verde, la nívea piel y la estilizada figura eran tal como él las recordaba. En ese instante volvieron a su mente las últimas palabras que Julián le dirigió.

 

-“Solo recuerda que cuando dos almas se unen por amor verdadero siempre se volverán a encontrar”

 

Ese recuerdo que antes solo lo hacía caer en la tristeza, ahora le trajeron de vuelta esa sonrisa que había perdido ese fatal día un año atrás. Y esa sonrisa solo se ensancho cuando vio que ese bello peliverde también se había detenido y ahora lo miraba con todos los sentimientos que esas esmeraldas eran capaces de transmitir. Confusión, temor, alegría, amor…

 

-Te encontré, Shun  

 

 

 

Notas finales:

Les gusto??

Si es asi les agradeceria mucho si pudiesen enviarme algun comentario, para saber que les parecio.

Hasta luego =^w^=


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