Capitulo # 3
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Porque la ropa del mundo muggle es horripilantemente corta
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Harry Potter y demás personajes pertenecen a J. K. Rowling, esta historia esta hecha sin fines de lucro y no se gana nada con la misma.
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Y sí, como suponían, tuvieron muchos problemas para vestirlos. Es más, ni siquiera lograron ponerles los uniformes. Lo único que consiguieron fue que usaran los trajes oficiales de verano. Porque, efectivamente, tenían vestimentas especiales obligatorias para cada ocasión.
El como lograron que usaran las prendas, que rápidamente denominaron «un invento maldito de muggles», fue una historia larga y tediosa. Una cosa por la cual ninguno quería volver a pasar.
Y es que Draco, Nevile y Ron patalearon, gritaron, rezongaron e incluso mordieron para que no los metieran en ese pedazo de «atrofio de la vida»; Claro, eso lo hicieron hasta que la directora se harto y les dijo que tendrían que usar uno de los trajes oficiales si no querían que los expulsaran, pues aunque fueran, lo que se dice, especiales, ellos también tendrían que seguir las normas para los de su tipo mientras siguieran estudiando –séase entendible: un año entero, ya que apenas y comenzaban el curso- entonces ellos se quedaron quietos, callados y bonitos. Y se mantuvieron así hasta que Pansy y Hermione terminaron de vestirlos con aquella ‘cosa’.
Imaginen a esos pequeños vestidos con un vestido tipo kimono-corto de verano, pero con una cola larga en la parte trasera. Era de un color azul rey brillante con adornos en gris. Tenía los bordes de un tono purpureo y demás adornos –además del obi*- en negro.
Luego trajeron tres espejos de cuerpo entero para que miraran como habían quedado. Y ellos se observaron, y vieron algo que no les gusto…
-Me siento como una vulgar y decrepita bruja trabajadora sexual…-Concluyo Draco al terminar de verse en el espejo que habían traído para que dieran sus opiniones a cerca del como les lucía el traje.
-Yo digo que travestir estudiantes debería ser penado por el ministerio-Agregó Ron en voz baja. Minerva los miraba decepcionada; ellos se veían realmente hermosos, pero…no hicieron ningún comentario positivo. Y entonces todos voltearon a ver a Neville, el único que no parecía tan enfurecido por haberle obligado usar un vestido como aquel.
-…Se me ve bien, pero…este no soy yo…-Su mirada estaba se notaba decaída. Miraba sus pequeñas manos, resignado a su nuevo futuro. El nunca considero tener que elegir una pareja varón, es decir, el gusanito de la duda le picaba a veces, haciéndolo cuestionarse el porque su corazón saltaba al ver a Theo, y aun con eso estaba decidido a encontrar una linda chica, con la cual se casaría y tendría muchos, muchos hijos.
Claro, ahora que esas ideas se habían ido a la reverenda Hosmedage no podía evitar meditar a cerca de lo de ‘muchos, muchos hijos’, porque ya que sería él el que los diera a luz…
-odio la ropa de muggle…-susurró Draco, impidiéndose a sí mismo asentir al comentario de Neville. Y odio eso. Ya había terminado la guerra y no debía tener miedo a comentar libremente, pero el temor seguía allí, aferrado a su pequeño corazoncito. Y entonces se sintió débil, reprimió sus lágrimas y las convirtió en enojo y molestia.
Ahí se dio cuenta de que Potter estaba mirándolo, más específicamente, mirando su retaguardia. Y lo que sentía se convirtió en bochorno y un ligero amor por esa ropa muggle, y creyó que seria divertido usar más de esas cosas. Aunque la ropa muggle fuera exageradamente corta.
-Bien, antes de que se marchen los guiare a sus nuevos dormitorios; tienen que descansar porque mañana saldrán a buscar nueva ropa y nuevos libros. También deben pasar al ministerio a registrarse. Oh, cierto. Temprano, antes de que se vayan, sus padres o respectivos tutores estarán aquí, todos, para hablar de su actual…situación.-Dijo mientras se dirigía a la salida de la enfermería, siendo seguida por los demás.
Ya era la hora de la cena para cuando salieron, así que no había nadie en los pasillos. La directora les aseguro que las comidas las llevarían a sus nuevos recintos, así que no se preocuparon tampoco por la comida.
Minerva los guío a la parte de las habitaciones de los maestros, pero se desviaron un poco, entrando por un cuadro, el cual tenía a unos gemelos con gatitos en sus regazos, sentados al calor del fuego, y su contraseña era «Jugo De Uva»; Ella entro primero mientras les pedía que esperaran un momento.
Los más rezagados eran Draco y Harry, los cuales se mantenían a 5 o 6 metros del resto.
-Oye, Malfoy…tienes algo en tu trasero…-Hablo en voz baja el castaño.
-¿Qué?, ¿Qué es…?-pregunto mientras jalaba la cola del vestido. Harry sonrió, y le susurro al oído.
-Mis ojos…-Y Draco se giro hacía el lentamente. El rubio le sonrió, y por un momento creyó que lo besaría, cuando…sintió su rodilla enterrándose en su estomago. Y no logro captar que pasaba hasta que sintió su rostro estrellándose en el suelo.
Draco se arrodillo muy lentamente a su lado mientras Harry jadeaba, intentando respirar.
-Nunca, ¿Me oíste?, Nunca me vuelvas a hacer un cumplido así…- Y Potty se desmallo. El rubio se paro y camino hacía la puerta, donde hace instantes había surgido nuevamente la directora. Pasó ensima de Harry y cuando estaba entrando a la estancia se dirigió a MacGonagald.
-Creo que lo mate, y hay que llevarlo a la enfermería; Con esto comprobamos que me sé cuidar solo, ¿No?-Y Draco paso de los demás, que estaban con caras de incredulidad, sin saber que hacer y olvidando el supuesto 'cadaver' tirado en medio del pasillo.
Y Harry, ahora inconsciente, ese día aprendió a no faltarle el respeto a un Malfoy.
Fin.
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¡Q-quiero decir… : Continuara!
