Me desperté por la mañana, teniendo un enorme dolor de cabeza, parecía que hubiera bebido algo muy potente, algo con mucho alcohol. Estuve tirado en la cama media hora hasta que me decidí salir de ahí. Miré la hora, eran las doce, al principio pensé que hoy era sábado, pero luego recordé que no, que era viernes y me había perdido dos exámenes.
Suspiré, y caí nuevamente en la cama, algo cansado, era como si tuviera fiebre, y creo que la tenía. Fuí en busca de un termómetro en mi habitación del baño, me lo metí en la boca y esperé varios minutos, lo saqué y miré la temperatura, tenía 39ºC.
Salí de la habitación algo mareado, sentía como si me iba a caer en cualquier momento y no me levantaría nunca. Bajé por la escalera, agarrándome fuerte por la barandilla de esta. Al bajar por completo, busqué por todos lados, pero no había nadie.
De repente, mis piernas aflojaron, haciendo que cayera al suelo, dándome un golpe en la cabeza. Además, mi vista se volvió negra y en mis oídos solo había un extraño pitido, pocos segundos después, quedé inconsciente.
***
Abrí los ojos despacio, aún cerrándolos varias veces, había alguien que me estaba mirando, sabía quién era, pero no recordaba… Ah! Sí! Era Jonghyun!
-¿Estás bien? -me levanté, pero caí aún mareado
-¿Qué hora es? -miré el reloj, pero no veía la hora con claridad
-Son las tres, ya notaba algo raro que no estuvieras levantado esta mañana
-No me siento muy bien… -sentí como posaba su mano en mi frente, yo, automáticamente, la aparte
-Kibum, dejame mirarte la fiebre… no me seas idiota -dejé que hiciera lo pedido
-Tienes fiebre, y no poca -fue poniendo sus brazos por mi cuello y piernas, levantándome, pero yo, sin querer estar en ellos intenté apartarme, cayendo nuevamente al suelo
-¡No me ayudes! -empecé a gatear hacia las escaleras
-Kibum… por favor, déjame ayudarte -me negué
Mientras caminaba, empezaba a cansarme, mucho, además tenía mucho frío, y yo odio temblar. Llegué a la mitad de la escalera, quedándome sin respiración, temblando más que nunca. Los brazos de Jonghyun, me levantaron nuevamente, yo cerré los ojos para no verlo, no tenía ganas, lo odiaba.
-¿Puedo cogerte de nuevo ese libro? -negué con la cabeza -Por favor -no le contesté -¿Kibum? -su olor… era dulce, me dió ganas de dormir. Me abracé a él, durmiéndome.
***
Esta vez estaba en mi habitación, abrazándome a Jonghyun, lo odiaba más que nunca, pero su dulce aroma me hacía dejarlo quedarse conmigo. Me hacía pasar por dormido, pero un rato después, él intentó apartarse pero yo lo abracé más fuerte impidiendo que pudiera salir. No entiendo del por qué de mi acción, pero lo único que sé, es que me gusta estar a su lado.
Siempre me he sentido atraïdo por los hombres, también, me había enamorado hace dos años de uno, pero desde que me declaré, él siempre ha estado evitándome. Y también la mayoría de mis amigos, o mejor dicho, ex-amigos, lo han hecho después de eso…
-Hermanito, sé que me odias, pero créeme, todo esto, lo hago por una buena razón, y a lo mejor, algún día lo entenderás, pero ahora, esperaré a que me perdones. Dios mío, esto parece una locura, estoy hablando solo… -oí su risa -eres un buen hermano -sentí sus labios posarse en mi cabeza, haciendo que aflojara el abrazo
Salió de la cama, dejando que me removiera libremente en ella, pero cuando escuché la puerta cerrarse, abrí los ojos. Cogí el libro de debajo de mi almohada y saqué la foto que había en él. Busqué entre mis peluches de la cama donde normalmente escondía mi diario, pero después de que me lo encontrara mi padre, ya no volví a dejarlo ahí. Metí la foto, cerrando el peluche y agarré el libro, salí de la cama, esta vez, sin marearme, pero teniendo aún escalofríos. Me puse mi bata y salí de la habitación, caminé hacia la de Jonghyun. La abrí, dejé el libro en la mesa, pero antes de irme de ahí, me fijé en su cama, la cual seguro y estaba llena de ese dulce aroma…
Me tiré en ella, aspirándolo, pero al ver que la puerta se abría, me tapé con sus sábanas. Oí como dejaba el libro, pero luego, los pasos se acercaban hacia donde estaba yo, oí su risa, sus brazos se habían posado uno en cada lado, me destapé, mirándolo, él sonreía, pero yo lo miraba de otra forma.
-Pareces una gata a la que le acaban de robar uno de sus bebés -lo agarré de la camisa, estirándola, para luego tenerlo a unos pocos centímetros de mí
-No nos parecemos en nada… ¿Realmente eres mi hermano?
-No si te parece… no siempre los hermanos se parecen -me despeinó aún más de lo que ya estaba
-Ah… ¿Y por qué causa eras así conmigo? -rodó los ojos como platos
-Eh… n-no puedo decírtelo… es un secreto -lo solté, me levanté sin decir nada y caminé a mi habitación
Caí nuevamente en la cama, abrazando al peluche que contenía la foto, durmiendome…
“Me sentía feliz, aunque me estaba ahogando, había un hombre abrazándome, olía bien, me recordaba el aroma de alguien, pero no conseguía recordar de quién era. Conseguí abrir los ojos, su pecho tenía un tatuaje… de una hermosa mariposa. Intenté levantar la cabeza, pero no pude…
-Kibum…”
-¡Kibum! -me movía alguien -¡Kibum, maldita sea! ¡Respira! -desperté, mi respiración… había dejado de respirar, completamente -Por dios, creí que ibas a morir… es mejor llamar a un doctor
-No me gustan los doctores… ni los medicamentos… -intenté abrazarme a mi peluche, pero no lo tenía -¿Dónde está?
-¿Quién?
-Teddy, mi peluche -miré en la cama, no estaba
-Ah ¿Esto? -me enseñó, asentí y se lo arrebate abrazando al peluche
-No llames a un doctor… por favor -se me salieron las lágrimas
-Pero yo no sé qué hacer
-No hagas nada, me curaré solo -me tapé con las sábanas
-Llamaré a papá… -escuché como tecleaba en su móvil, ya que tenía las teclas con volúmen -Papá… Kibum está enfermo ¿Qué hago? -escuché algo de doctor -Dice que no le llame, em… sí, de acuerdo -solo puedo escuchar alguna que otra cosa -tiene mucha fiebre y ha llegado a desmayarse y encima, ahora se acaba de despertar y ni siquiera podía respirar. ¿En la comida? lo intentaré -colgó -Ahora vuelvo
Esperé a que volviera Jonghyun, no entendí ni la mitad de cosas de la conversación, ya que solo oía susurros de mi padre. Mi hermano volvió a entrar con un dulce en una mano y té en el otro.
-Come, dice que te ayudará -me dio el dulce, me lo comí, notando algo duro, supongo que era una pastilla, pero sin hacerle mucho caso a ello y luego me tomé el té
-¿Verdad que ahí había pastilla?
-No… -no me lo creo
-¿Estarás todo el día aquí? -asintió -¿Pero tú no tenías novia?
-¡Maldición! ¿Qué hora es? -miró su móvil -las cinco… maldita sea! -la llamó -Cariño, perdóname, es que mi… -tardó en decir algo -hermano… está enfermo -apartó el móvil, dejándolo en altavoz
-Pero tú cómo te atreves a dejarme sola en este sitio! Y no es la primera vez! estoy harta de tus estúpidas excusas! TER-MI-NA-MOS! -colgó
-Bueno… -bajó la cabeza, oía su llanto
-Jonghyun… ¿Estás bien? -me miró, su cara yacía totalmente llorosa -ven aquí… -lo abracé, sentí como mi corazón se derrumbaba al verlo así
Lo tumbé a mi lado, lloraba… lloraba sin parar, y a mí, se me daba bien, eso de calmar. Pero tampoco es que lo hubiera visto nunca llorar.
Acaricié su pelo, era suave… su llanto había parado, su respiración era lenta, era como si se hubiera dormido. Miré entre mis brazos, era realmente tierno cuando dormía.
-¿Realmente la querías? -susurré, noté como movía la cabeza y se aferraba más a mí -Puto necesitado -lo tiré de la cama, oyendo un grito
-Heeey ¿Por qué hiciste eso?
-Ella ni siquiera te gustaba, como osas llorar en mi ropa
-¿Cómo sabes que no me gustaba?
-Inconscientemente me respondiste mientras dormías, a veces me pregunto si realmente llegaremos a ser al menos hermanos normales y corrientes, pero no lo creo… Así que vete de aquí, no te quiero ver
-Kibum… de acuerdo -se fue, dando un portazo en mi puerta
-¿En qué malditas piensas?