Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PORTATE MAL CONMIGO - RIO ROMA por Sami chan

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues le puse el titulo del duo que interpreta estos dos temas, son dos  songfic, los temas son "PORTATE MAL CONMIGO"  Y "ASI ME DECIAS"  bueno son dos capis, espero y les guste, ya saben que soy muy ñoña, asi que ya se imaginaran que es una pequeña historia de amor.

Notas del capitulo:

Haber que les parece...

Pórtate Mal Conmigo

 

 

Después de que acabo la guerra y que por casi nada, el menor de los Malfoy quedo en libertad, tras haber demostrado que su participación en la guerra fue coaccionada, y que no pudiendo evitarlo, no le quedo más remedio que haber actuado como si fuera aliado del Que No Debe Ser Nombrado, si, pero afortunadamente  tuvo la oportunidad de demostrar de que lado estaban sus lealtades.

Cierto es que para mucha gente, el apellido Malfoy era sinónimo de mortífago, pero después de los juicios quedo claramente demostrado de que lado estaban sus lealtades en el momento indicado.

Muchos creían que como un acto de cobardía, el chico se había pasado al ultimo momento para el bando contrario, pero las declaraciones del trió de oro, demostró que su participación databa desde mucho tiempo antes, desde que ellos fueron secuestrados por los carroñeros, y después estuvieron  cautivos  en la mansión Malfoy que en esos momentos era el cuartel general del Sr. Tenebroso.

Después en el bosque prohibido, fue ahí donde llego el turno de la Sra. Malfoy, de demostrar de que lado estaban sus lealtades, las de su hijo ya estaba más que claras, y así lo hizo, demostró que tras averiguar que su único hijo, su amor estaba con vida, ahí sin titubear hizo lo que pocos…mentirle al Lord en su propia cara.

Después de la gran batalla, ya en los juicios en los que no le fue muy bien, pero tampoco le fue mal, así que no se podía quejar, fue el turno del Sr. Malfoy, ahí fue donde el chico que vivió, demostró que el sabia ser agradecido, pues al momento de declarar, recordó que el acto de valentía del chico rubio merecía un gran reconocimiento, pues  aceptaba que bien le pudo costar la vida al rubio y a toda su familia, pero sin importarle nada este le  había salvado la vida, y no solo a él, sino también a sus dos entrañables e inseparables amigos  y compañeros.

Así que lo único que pago el rubio patriarca, fue “donar” una muy pero exageradamente muy buena cantidad de galeones para reconstruir zonas destruidas, pero sobretodo gran parte del castillo de Hogwarts,  por los ataques recibidos en plena guerra, eso más un exilio de Inglaterra por cinco años, bueno, definitivamente el rubio no se podía quejar…

Así que terminados los juicios a toda la familia Malfoy, estos desaparecieron del mundo mágico de Inglaterra, después de un tiempo, el chico dorado se entero por chismecillos o rumores, que toda la familia en pleno, se había mudado a Francia, donde tenían algunos familiares, ciertamente los rubios tenían a donde llegar, pero nunca esta de más tener una mano amiga, y más si esta es familia…

Comenzó el paso del tiempo y con el, desaparecieron los chismes, los rumores, noticias y todo lo relacionado con la ancestral familia sangrepura.

En el mundo mágico, mas precisamente en Inglaterra todo siguió su curso…

La Srita. Hermione Granger termino su carrera de medicina y con el paso de los años, no termino su relación con el menor de la pelirroja familia, mas bien terminaron casándose al finalizar los dos sus respectivas carreras,  ella en medicina y el una de administración.  

La hija menor y única de la familia Weasley, descubrió que su adorado novio, bateaba para el lado contrario y  sufriendo una gran decepción termino el colegio, pero recibió una gran satisfacción al recibir una oferta para ser buscadora de parte de un equipo reconocido de quidditch en Irlanda, así que apenas firmo el contrato partió así… sin más, solo se despidió de su familia, armo su maleta y se fue.

El único gemelo sobreviviente a la guerra, siguió con su gran negocio de bromas, haciéndolo crecer y comenzar a abrir alguna otra sucursal, con la ayuda del menor de sus hermanos, el cual gracias a la carrera que había escogido ayudo en la administración y agrandamiento del negocio.

El Sr. Weasley siguió con su carrera en el ministerio, siempre tan honesto el pelirrojo señor, ayudando personalmente al propio ministro de magia.

Y sin decepcionar a nadie, Harry Potter hizo lo que todo el mundo esperaba de él…convertirse en auror…por cierto uno de los mejores, pues el chico era muy aplicado.

Con el paso del tiempo, no solo se convirtió en uno de los mejores, sino ascendió rápidamente en su carrera, pues después fue jefe de escuadrón, después en jefe de aurores y finalmente llego a su meta, al puesto de Consejero en Jefe de la Seguridad Diplomática del  ministerio ingles.

 

Y así entre bodas, negocios, y metas cumplidas, pasaron  diez  largos años…

 

No hubo gran barullo ni grandes demostraciones de superioridad o de poder, nada, es más, cuando llegaron, lo hicieron en medio de la noche y del más grande absoluto silencio, ocuparon su casa nuevamente y no dieron más señales de vida.

El chico, bueno…realmente era ya todo un joven de veintisiete años, si acaso dos meses más grande que Potter, llego a ocupar el puesto que le tocaba en los negocios de la familia y de los que se había estado haciendo cargo junto con su padre en el extranjero.

No era asiduo a lugares públicos, prefería mantenerse al margen de los escándalos o grandes noticias, al saber que la sola mención de su apellido ya era toda una noticia.

Se convirtió en un gran empresario, volvió a llevar a la cima los negocios familiares, ocupo para enorme orgullo de sus padres, el lugar que le tocaba por derecho en la sociedad.

Los tiempos en los que desgraciadamente mencionar su apellido era sinónimo de sentir un escalofrió, afortunadamente ya habían pasado a la historia.

El joven era prácticamente el rey midas del mundo mágico, y eso lo llenaba de orgullo, a él y a sus padres, y eso era porque el chico tenia un instinto nato para los negocios, cosa aparte de que había aprendido con el mejor…su padre.

No por nada siempre habían sido una de las familias más pudientes de todo el mundo.

Así que lo que estaba haciendo él, era podría decirse que lo más normal dentro de su familia.

Pero había algo que no cuadraba con todo, y era que el chico era toda una eminencia dentro del mundo empresarial, pero se había vuelto  callado…tímido.

O por lo menos esa era la impresión que le daba al mundo, y por lo mismo es que se había vuelto también, uno de los solteros más codiciados de toda Inglaterra  ¿Quién no querría un hombre así en su vida?  Pero el nunca daba pie a nada, ni a nadie, prefería pasar desapercibido socialmente, en todo caso, cuando necesitaban alguna pantalla o que alguien se presentara en publico, él prefería que lo hiciera su padre.

Aún así…las féminas no dejaban de acosarlo y eso…bueno, no era que le molestara pero definitivamente no le gustaba que nadie se levantara el cuello paseando de su brazo.

Decidido a instalarse en Inglaterra,  abrió sus oficinas en una de las zonas más sofisticadas y caras dentro del mundo mágico.

Al poco tiempo de haber abierto sus oficinas, le llegaron unas amenazas de secuestro y no es que el tuviera miedo o algo así, pero le preocupaba que la gente que trabajaba con el saliera lastimada, por gente sin escrúpulos que por conseguir algunos cuantos galeones, no le importaba lastimar a quien se atraviese en su camino, así que sin que le quedara más remedio, tuvo que llamar a su secretaria y pedirle que le hiciera una cita con el Consejero en Jefe de la Seguridad Diplomática del ministerio, no le agradaba en absoluto acudir al cuartel de aurores, así que lo mejor era dirigirse al alto mando y evitarse intermediarios que sabia, solo retardaban el proceso de cualquier cosa, y debido a eso  ahora se encontraba en pleno ministerio, ya que esa encomienda definitivamente su padre, no la quiso hacer.

Así que sin más remedio, tuvo que acudir  personalmente a solicitar apoyo, podía haberlo hecho en sus oficinas, pero era una buena ocasión para ver como se encontraba el ministerio y todas sus instalaciones…

Llego puntual a su cita, como era su costumbre, y se dirigió a una gran oficina, causando un enorme furor a su paso, cosa que el no le tomo mayor importancia, se dirigió con  paso seguro hasta donde una secretaria muy guapa lo recibió y  que lo atendió a las mil maravillas, lo anuncio a su jefe y dándole paso inmediatamente , entro a lo que era una enorme oficina, decorada con buen gusto, y ante él, un Harry Potter mucho mas maduro, más…más hombre, ya no era el niño desgarbado de lentes con el tuvo muchos roces escolares, vaya que si había cambiado…

Se dio tiempo en apreciar los cambios adquiridos por el ojiverde, y detuvo a tiempo un suspiro lleno de añoranza, y porque no decirlo, a pesar de todo, de muy buenos tiempos, esperaba  con sinceridad que las pequeñas rencillas hayan quedado atrás en el olvido y que Potter no recordara las bromas pesadas y sobre todo que no fuera rencoroso…aunque, el sabia y de sobra que el moreno no era así.

Ya no eran enemigos, pero tampoco habían quedado como amigos, así que… se podría decir que quedaron como simples conocidos de  tiempo atrás, lo observo bien,  muy disimuladamente, y su mente voló al tiempo del colegio, evito cerrar  los ojos y se llamo la atención el mismo, pues no eran momentos de ponerse a recordar.

Cuando entro a la oficina, Potter vestido con ropa de muy buen gusto y excelente calidad, se encontraba de pie frente a una gran chimenea y de la cual, había un rostro del cual el ojiverde se estaba despidiendo, así no se dio cuenta del rápido escrutinio al que fue sometido por unos segundos, pues le estaba dando la espalda al caballero que iba entrando a su oficina.

Al voltear, grande fue su sorpresa al encontrar parado delante de su escritorio a su ex compañero del colegio, sonrió internamente, al pensar por un instante en la palabra “némesis”…

 

-        Malfoy…  -  fue solo un susurro, pero el rubio lo alcanzo a escuchar.

 

-        Potter  -  fue lo único que le respondió en medio de su seriedad.

 

Y es que al anunciarlo antes su secretaria, el se distrajo pues estaba discutiendo un asunto por la chimenea, además la chica dijo, el Sr. Malfoy…nunca especifico cual Sr. Malfoy.

Si escucho que anuncio al Sr. Malfoy, y Potter sabia de sobra que quien acudía a lugares públicos siempre era el Sr. Malfoy padre…así que nunca se espero encontrarse frente a frente al chico al cual, podría decirse, se debían la vida mutuamente, disimuladamente lo observo mientras lo invitaba  a tomar asiento, pero no en la silla frente al escritorio, si no en un sillón de la sala que tenia en su oficina.

Llamo a su secretaria y volviéndose al rubio personaje le pregunto…

 

-        ¿Un café, un té o una soda?  -  le sonrió en modo de justificación -  disculpa que no te invite algo de licor, pero en la oficina tengo estrictamente prohibido cualquier tipo de alcohol.

 

-        Oh no, está bien, en primera es demasiado temprano para tomar algo de licor, así que un café estará muy bien, gracias.  -  le devolvió una media sonrisa algo tímida.

 

La secretaria salió a cumplir con el encargo con gran alegría, pues tener a semejante personaje dentro de la oficina de su jefe era de portada de revista, ellos ni por enterados, pero en ese momento estaban reunidos  dos de los solteros más codiciados y cotizados del mundo mágico y no mágico.  

Y mientras la secretaria regresaba, Harry se acomodo delante del rubio, sentándose en un sillón individual.

 

-        Y bien… Malfoy  -  por un momento se sintió descolocado, si, es cierto que ya habían pasado por lo menos diez años desde la ultima vez que supo de la rubia familia, así que le sonrió para darle y sobretodo para darse el mismo la confianza de poder hablar como los adultos que eran, y dándole la confianza de hablar a sus anchas  -  hum… o prefieres que te llame Sr. Malfoy?

   

-        No, así está bien…Potter   -  le devolvió una media sonrisa, mientras le alargo el brazo para darle los papeles que había recibido con las amenazas de secuestro, justo en ese momento entro la secretaria, disculpándose por interrumpirlos, le entrego a cada uno su café  y puso una jarrita con más del aromático brebaje caliente  y salió, mostrándose de lo mas coqueta con el rubio que disimuladamente le dio una cálida sonrisa.

 

-        Por favor disculpa la actitud de mi secretaria  -  dijo el moreno, disculpando a su secretaria, que parecía una adolescente  -   pareciera como si nunca hubiera visto un hombre apuesto y extremadamente rico en esta oficina  -  movió negativamente la cabeza y siguió con lo verdaderamente importante  -  pero bueno,  empecemos con lo verdaderamente importante de esta visita…

 

-        ¿si verdad? en fin, no te preocupes, bueno  -  tomo un sorbo de su café y lo dejo en la mesita de centro y siguió con su asunto - mira, Potter…si algo no es de mi agrado, es estar causando cualquier tipo de molestias, pero regrese a Inglaterra, hará un poco más de dos meses, y apenas abriendo mis oficinas ya recibí esas amenazas  -  se dio tiempo de darle otro pequeño sorbo a su café y prosiguió hablando -  realmente no me preocupan unas simples amenazas, no me preocupa mi persona, lo que realmente me inquieta es que es su afán de conseguir lo que quieren, no les importe  lastimar a  algunos de mis empleados, o cualquier persona cercana a mis oficinas, además…  -  se acomodo mejor en el sillón y cruzo las piernas demostrando una confianza absoluta en si mismo  - ostento un cargo diplomático  francés, y lo que menos quiero es causar  cualquier tipo de conflictos entre gobiernos, es verdad yo regrese como lo que soy, un empresario ingles, pero el cargo de diplomático no lo deje, así que…  -   lo miro a los ojos directamente y termino de decir  -  por eso acudo a ti en busca de apoyo, tu mejor que nadie sabrá que hacer.

 

-        No te preocupes, me parece perfecto que lo hayas hecho  -  le dio una sonrisa – que hayas venido directamente a esta oficina, así que, deja eso en nuestras manos y nos pondremos a investigar,  y dime - dijo sinceramente  extrañado  -  ¿Por qué no me avisaron que vendrías, digo por tu cargo de diplomático, yo tendría que estar enterado  -  lo miro preocupado  -  dime… ¿estas amenazas las has recibido antes, o aquí es la primera vez…?

 

-        No te avisaron que vendría, porque me tome una pequeña licencia de algunos meses, solo en lo que venia a instalar aquí mis oficinas.

 

-        Hum... ¿entonces vienes como ciudadano ingles, no como político francés?

 

-        Exactamente.

 

Aquella reunión se tardo por lo menos una hora en terminar, al salir de ahí, el rubio se despidió con un movimiento de cabeza a la chica y le dijo…

 

-        Señorita, un verdadero placer  -  y se fue.

 

El moreno se quedo muy pensativo en su oficina, cualquiera de sus compañeros que viera al rubio, no lo reconocería por nada del mundo, su actitud era… completamente diferente…

 

Ese día al terminar todos sus labores, uno de los últimos en salir de su oficina, era precisamente el moreno, se quedo un buen rato pensando en el rubio que salió de su oficina en la mañana, jamás se imagino ver de nueva cuenta al rubio Draco Malfoy en Inglaterra, bueno, es cierto que no tenia porque haber pensado eso, puesto que el rubio salió del país, pero no lo hizo huyendo, lo hizo en buenos términos, es más, en alguna ocasión llego a pensar que acabados los cinco años de exilio de su padre, el rubio regresaría a si,  sin más a su país, pero no, por un tiempo  busco noticias de la rubia familia y poco a poco dejaron se escuchar rumores sobre ellos.

No se dio cuenta de que la hora de la salida se le había ido del pensamiento, lo recordó cuando por la puerta apareció una alborotada cabellera castaña, y reclamándole…

 

-        Harry…  -  lo recrimino  -  ¿no sabias que aquí no hay esclavitud?  Por si no lo sabias, puedes ir a tu casa, comer fuera de esta oficina y dormir en una buena cama, no es necesaria tu presencia aquí, cuando ya todo el mundo fue a descansar.

 

-        Hermione  -  le sonrió alegre  -  lo siento, se me fue el tiempo volando…

 

Los chicos habían establecido ya hacia algunos años, la costumbre de reunirse a cenar todos los viernes sin alteración alguna en la madriguera y después salir a algún lado a divertirse, ese viernes no iba a ser la  excepción con la que terminaría ese día,  por lo menos no de parte del ojiverde.

 

A partir de ahí, el ojiverde se hizo personalmente cargo de la investigación de las amenazas al rubio Malfoy, y a partir de ahí, fue que Potter tuvo que comunicarse con el mas pequeño de la rubia familia, pero no se habían vuelto a ver, absolutamente para nada.

Habían pasado un mes de la denuncia impuesta por el rubio, cuando Potter le dio la noticia de que habían atrapado a una banda de secuestradores, que eran los que le habían mandado las amenazas, así que el rubio ya podía estar tranquilo.

El ojigris le dio las gracias y cada uno siguió con su vida.

 

Había pasado dos meses que habían cruzado la última palabra por teléfono el rubio y el ojiverde, cuando un viernes por la noche, ya para salir, a su obligada cita de los viernes, iban George, Angelina, Ron, Hermione, Charly que se había dado unas vacaciones y había venido  de Rumania a pasar una corta temporada a la madriguera, y Harry.

Cansados de estarse siempre escondiendo de las cámaras de El Profeta, de la revista Corazón de Bruja y de algunas otras, y que a pesar del paso del tiempo no dejaban en paz al Salvador del Mundo Mágico, y  sobre todo ahora, que lo hacían por el cargo que tenia el moreno ya de tiempo atrás, pero como a pesar de tener un alto cargo en el ministerio, el moreno seguía siendo un joven de veintisiete años, tanto como sus amigos, fue que entre todos decidieron que lo mejor era salir a donde nadie los conociera, así que su salida fue al mundo muggle, a una antro a tomar una copa y a bailar, el mayor ahí era Charly.

Tras buscar afanosamente por los antros con uno que fuera de su agrado, dieron con uno que estaba de moda, entraron y mientras las chicas buscaban un sitio donde acomodarse, los chicos fueron hasta la barra a traer los tragos, y mientras esperaban, Ron y George  veían entretenidos como cada uno de las barman bailando les servía  a cada chico sus pedimentos, el lugar estaba repleto, eso indicaban que estaban en el lugar indicado, Charly  veía directamente a la pista de baile buscando algo que cazar, y Harry paseaba la vista por el lugar, dándose cuenta de que el lugar era mixto, pero…la parte de abajo que era donde ellos se encontraban era para parejas heterosexuales, y con asombro vio que el lugar tenia un segundo piso, y en este las parejas eran del mismo sexo, y lo que hacia que el lugar fuera uno de los de moda, era la tolerancia que había entre sus asistentes al lugar, aparte de la buena música y las bebidas que servían.

Cada uno llevaba dos copas en las manos, llegaron hasta donde estaban las chicas ya instaladas, Ron le dio a Hermione su bebida, George le dio a Angelina, Charly se despidió y les dijo que iría a darse una vuelta por el piso de arriba, nadie dijo nada.

Ron y Hermione le dieron una mirada cómplice al ojiverde, pero este con una seña les hizo saber que no había peligro alguno.

Habían estado bailando y bromeando por un buen rato, hasta que casi a la media noche, Charly apareció de nueva cuenta, iba acompañado de un chico de color, alto, excelente cuerpo, y vestido muy sexy, casi hizo que el aire se le fuera al pelinegro al darse cuenta de la noche que iba a tener su compañero de juergas, se sonrieron cómplices y antes de despedirse, Charly le hizo una seña a Harry y este entendiéndolo al instante lo siguió, le extraño que lo hiciera seguirlo hasta las escaleras para  el piso de arriba, se acerco y en forma confidente le dijo…

 

-        Si la memoria no me engaña, lo cual es muy difícil,  allá arriba hay alguien que hace cosa de varios meses regreso a la vida, solo dale un vistazo y date cuenta de lo que se carga…  - le guiño un ojo y le sonrió cómplice y dándole un apretón en un hombro salió en busca de su acompañante, al cual lo encontró donde lo dejo y se fueron. 

 

Harry se quedo estático, pensando en quien hacia poco hubiera estado enfermo y había revivido, busco afanosamente en sus memorias y no encontró a nadie, así que regreso a su mesa y les dijo a sus amigos que iba hacer  lo mismo que Charly, sus amigos solo le desearon la mejor de las suertes, la única que casi la tuvo que amarrar su esposo, fue Hermione que casi se pone a darle ahí mismo un discurso sobre las enfermedades venéreas y todo lo demás, el ojiverde casi saca su varita y le aplica un hechizo.

El chico dejo escapar un suspiro y siguió su camino, llego al piso de arriba y despacio comenzó a buscar un lugar en la barra para acomodarse, ya que por ir solo no le apetecía una mesa.

Rápido lo encontró, se acomodo y pidió una bebida, el barman guiñándole un ojo lo atendió de inmediato, ahí sentado en el banquillo giratorio, tomo su bebida y dándose la vuelta, comenzó a recorrer con la mirada todo el lugar, paseando la vista por cada uno de los asistentes, hasta que su mirada topo con alguien en la pista de baile, alguien que bailaba sensualmente, casi se atraganta con su bebida, que hasta los ojos se le pusieron llorosos, logrando que hasta el barman se preocupara y le preguntara si se sentía bien y si necesitaba ayuda.

Pero no fue el único que lo vio, al momento de que el vio al chico en la pista de baile, sus pupilas chocaron, Harry se atraganto con su trago y el chico en la pista de baile se quedo paralizado, tanto que su acompañante siguió su mirada y dándose cuenta de quien era, lo jalo y lo llevo a su mesa.

En esa ocasión nadie se dijo nada, solo se siguieron con la mirada por unos minutos y después la pareja se retiro del lugar, dejando al moreno sin saber que pensar.

Al día siguiente, la primera en aparecer por su oficina, fue su amiga la castaña, que preocupada porque no había pasado mucho tiempo de que el chico los había abandonado para irse en busca de compañía para una noche, cuando lo vieron pasar cerca de ahí y abandonar el lugar, e iba algo pálido.

Nadie dijo nada, pero si los dejo algo preocupados.

Apenas escucho como su secretaria la anunciaba, dejo escapar un suspiro y la dejo pasar, apenas la vio, rodo los ojos en forma que la chica se avergonzó un poco, pues por el simple gesto, se dio cuenta de que estaba fastidiando a su amigo, aun así, siguió y entro.

 

-        Y ahora dime, a que debo el honor de tu visita?   -  dijo de forma sarcástica.

 

-        Vamos Harry  - dijo de forma lastimera la chica  -  no te enojes, pero es que tu forma de salir del antro anoche nos dejo muy preocupados, sobre todo porque momentos antes Charly te dijo algo…

 

-        Hermione  -  comenzó el moreno, invitándola a sentarse y ya dispuesto a poner las cosas claras con su amiga  - yo se que te preocupa lo que me pase, que te preocupa que no tenga una  pareja estable, que quizá si alguien se me acerca puede no tener buenas intenciones conmigo, pero…  - no lo dejo terminar de hablar.

 

-        Harry…  -  suspiro  -  es verdad, solo me preocupo por ti, es que cualq…

 

-        Hermione  -  le dijo de forma dura   -  yo en verdad te agradezco tu preocupación, pero ya déjame vivir a mí mi vida  -  se acerco y le tomo una mano  -  no necesito una madre, la que tuve, por un buen motivo de amor, no esta conmigo, tampoco  necesito un padre, para que no involucres a Ron en todo esto, se que te preocupa, pero… -  suspiro  -  Hermi…  -  la miro a los ojos y decidió terminar de aclararle el asunto, ya que siempre por no lastimar sus sentimientos, siempre se quedaba callado   -  me siento atosigado, presionado a ser como tu quieres que sea, y no como yo debo ser, déjame cometer mis propios errores, sé solo mi amiga, no quiero que seas un burdo sustituto de mi madre.

 

La chica lo miro a los ojos asombrada y dolida, pues en realidad jamás se imagino que con su forma de ser, hacia sentir mal a su amigo, creía realmente que lo cuidaba y lo hacia sentirse protegido de tal forma que, verdaderamente la chica lo sentía como un hijo.

 

-        Harry… - soltó las manos del moreno y se cubrió el rostro, dejando escapar una lagrimas  mientras el moreno dejaba escapar un largo suspiro  -  perdo…name  yo nun…ca  -  estaba llorando  -  nunca pensé…que te lastimaba de esa…mane…ra.

 

-        Hermi…   -  el chico le quito las manos de la cara y le sonrió  -  créeme que yo te adoro, y si me dieran a escoger entre tener una madre como tu y mi madre…créeme que sin dudarlo…   -  le sonrió  -   escogería nuevamente a mi madre, aunque me hubieran dicho que la perdería de nuevo -  se rio de las muecas de la chica  -  Hermi, se que serás una excelente madre, pero por eso tendrás a tus hijos, a mi ya déjame crecer, cada quien tiene su tiempo para hacer las cosas, si eh de cometer errores, bueno  -  levanto los hombros  -  pues, de ahí debo de aprender, así que mejor preocúpate de ese bebé que viene en camino y a mi, déjame tener mis propias caídas.

 

-        Lo siento Harry, nunca pensé que te atosigaba de esa forma  -  lo abrazo, al momento que el teléfono sonó, indicándole al moreno que tenia una llamada urgente, dejo a la chica sentada al sillón y fue a contestar.

 

-        Dime Emma, pe…claro que si, pásemela inmediatamente   -  le contesto el teléfono, quedándose sin aire inmediatamente, volteo preocupado a ver a la chica y cubriendo el auricular, prácticamente la corrió  -  he… necesito contestar esta llamada, si me disculpas Hermi, te veo luego.

 

-        Claro Harry  -  la chica se levanto  y salió de la enorme oficina.

 

-        Bueno…si, claro  -  dijo asombrado de recibir esa llamada, realmente nunca se lo espero -  cuando quieras, dime donde y la hora y ahí estaré…  -  escribió con premura la dirección y la hora y después se despidió  -  ok, entonces ahí nos vemos.

 

Apenas colgó y camino hacia su sillón detrás del escritorio y se dejo caer en el, suspiro más que asombrado,  y por unos minutos dejo de pensar, después pensó… 

 

-        ¿Qué es lo que querrá?  ¿Qué no diga nada?  Mmm…  -  suspiro y mejor decidió que antes de especular, escucharía lo que le dirían o pedirían…

 

Un poco antes de la hora indicada para la cita, el moreno salió de su oficina, iba vestido muy elegante, llevaba un traje de tres piezas en color azul marino oscuro con una rallas muy tenues que delineaban su figura, no se podía negar que había mejorado muchísimo  en ese aspecto, así que dándole indicaciones a Emma su secretaria, de no saber si regresaría o de que si lo hacia, no sabia la hora, así que lo mejor seria cancelar todas sus reuniones de ese día.

Llego puntual a el restaurante en cual lo habían citado, lo observo bien, este era el famoso Pub Restaurante The  Sherlock  Holmes, se encontraba en Westminster, estaba muy cerca de Trafalgar Square  y de la estación de Charing Cross, su principal atractivo es una exposición dedicada a este famoso y grandioso detective, hizo un gesto de afirmación y buen gusto y procedió a entrar.

Apenas entro, no pudo evitarlo y se dedico a admirar la decoración del lugar, pues su principal atractivo era una replica del estudio y la salita de Sherlock Holmes y el Dr. Watson, siguió con su recorrido, admiro la decoración típicamente inglesa, con poca iluminación y una gran barra con varios tipos de cerveza de barril, con un ambiente distendido, vio que ofrecían comida a la carta y la posibilidad de pedir comida rápida si no se contaba con tiempo suficiente.

 

Estaba  admirando el lugar, cuando sintió que alguien le murmuraba al oído…

 

-        Cualquier otro día organizaré  especialmente para ti un tour por el restaurante… Potter, por ahora si me permites…nos esperan   -  al escuchar esa voz casi a ras de cuello, volteo con rapidez, para encontrándose con  uno de sus antiguos compañeros de escuela, y que curiosamente también había desaparecido del mundo por algunos años y ahora de buenas a primeras, era la segunda vez que lo veía en dos días, le sonrió con suficiencia y le contesto.

 

-        Oh, Zabini… no te preocupes…  -  le hizo un movimiento con los hombros de forma displicente  -  no es la decoración lo que me atrajo a este lugar…

 

-        ¿vamos?  -  le señalo la mesa en donde ya estaba esperándolo un rubio platinado, igual vestido de forma muy elegante, antes de llegar hasta la mesa, se dio el gusto de admirar su vestimenta, traía un traje en tres piezas en color vino oscuro, evito dejar escapar un suspiro, pues  ese color resaltaba la pálida piel del rubio de una manera que lo hacia ver tan frágil…tan etérea.

 

Llego hasta quedar de frente al rubio, quien le sonrió a medias y lo invito a sentarse, sin dudarlo Potter acepto la invitación, el chico italiano que los acompañaba estaba a punto de tomar asiento el también, cuando su teléfono sonó, les sonrió a ambos  a manera de disculpa y salió del lugar para contestar, no tardo mucho, apago su teléfono y regreso inmediatamente a la mesa, pero solo para disculparse porque se iba a retirar.

 

-        Draco, Potter   -  dejo escapar un suspiro y dijo abatido  -  lo siento, me surgió un problema y debo solucionarlo personalmente  -  vio directamente al rubio y con la mirada le dijo muchas cosas, que el ojigris entendió, se dio la vuelta y dio indicaciones para atender a sus amigos.

 

-        Claro Blaise, ve y arregla eso que tus empleados no pueden, y diles de mi parte que son una partida de inútiles, que la reunión era conmigo y que no quede muy contento con esto  -  le sonrió.

 

-        Claro, yo les diré  -  se despidió de ambos y salió con prisa del lugar, dejando solos a los dos hombres sentados a la mesa.

 

Quedando los dos solos, Potter volteo a ver a su rubio acompañante, esperando por que este comenzara a hablar, necesitaba escuchar sus motivos para tal reunión, algo se imaginaba, pero prefería escuchar antes de hablar, eso le ahorraba muchos problemas.

 

-        Excelente restaurante, ya había oído hablar de él  -  dijo el moreno para entrar  un poco en confianza.

-        Si, es muy bueno, y su dueño es un gran admirador del detective.

 

-        Oh,  ¿lo conoces?  -  le sonrió  -  me refiero al dueño…

 

-        Si, acaba de disculparse con nosotros por no poder acompañarnos  -  suspiro bajo  - ordenemos   -  dijo el rubio llamando al mesero, el cual se acerco de inmediato dándole los menús, escucho con sumo interés lo que pidió el rubio, y después lo que ordeno el moreno, se retiro para cumplir las ordenes y traerles lo pedido.

 

-        Eeh… - iba a comenzar a hablar, anonadado por la noticia que acababa de recibir, cuando el rubio le dijo antes de que el pudiera decir ni una sola palabra.

 

-        Me gusta disfrutar de una buena comida antes de comenzar a hablar  de cualquier asunto   -  le medio sonrió   - es una costumbre… claro, si no te molesta…

 

-        Oh…no, claro que no  -  dijo con rapidez el moreno.

 

-        Ahora que si tienes prisa, podemos comenzar…

 

-        No, está bien  -  le sonrió y dijo  -  me da tiempo de ver los cambios que has tenido a través de estos años…

 

-        Oh… perdón?  -  dijo a la vez sintiendo un pequeño sonrojo que trato por todos los medios de evitar, pero…vaya eso era imposible.

 

-        Oh, disculpa, no creo que te haya ofendido  de alguna manera  -  dijo viendo que lo había echo sonrojar  -  ¿o si?

 

-        No, es solo que…bueno, cambios los hemos tenido todos… -  aduciendo a la ropa que ahora vestía el moreno, dijo mientras recibía la copa que le había llevado el mesero antes de la comida.

 

-        Bueno…  -  fue su turno de sonrojarse al notar la mención a su forma de vestir   -  se aprende lo que se puede.   

 

En medio de un silencio ya más cómodo, el mesero les llevo la comida y con un gesto del rubio, indicándole que hasta que no terminara de comer hablaría, no le quedo más remedio que disfrutar de unos buenos platillos.

 

-        Bueno  -  comenzó el moreno  -  la comida estuvo deliciosa, y si había escuchado hablar de este restaurante pero no había tenido la oportunidad de venir…dile a tu amigo, que tiene excelente gusto.

 

-        Gracias,  debes de disfrutar también lo que hay en el mundo muggle…

 

-        Pues no se porque, pero como que me parece que debería ser yo quien tuviera que decir eso… - le sonrió cálidamente al rubio, ya comenzando a saborear los dos el postre.

 

-        No te creas, lo que pasa es que tu tiempo esta absorbido por completo por el mundo mágico.

 

-        Es verdad…  -  sonrió como con añoranza.

 

-        ¿los recuerdos te asaltan, Potter?  -  dijo saboreando una cucharadita de chocolate.

 

-        La verdad…si.  -  dijo mirándolo fijamente, acción que incomodo al rubio.

 

-        ¿puedo hacer una pregunta personal?  -  dijo el rubio, sabiendo que de todos modos, de lo que hablaran seria sumamente de índole privado.

 

-        ¡claro!  -  le sonrió dándole pie a que hablara.

 

-        Yo…  - suspiro  -  yo creí que te habías casado con la menor de los Weasley, y ayer me di cuenta de que eso no pudo haber sido…claro…a menos que lleves una doble vida, lo cual no creo, ya que tus acompañantes eran tus amigos de siempre, la chica Granger y tu amigo Ron.

 

-        Tienes razón  -  fue su turno de dejar escapar un largo suspiro, inmediatamente intuyo que había llegado la hora de hablar y por lo visto el primero debía ser el   -  la verdad es que… no, no  me case, bueno…Ginny y yo descubrimos que no éramos compatibles, ya sabes…a los dos…nos gusta lo mismo, así que, pues…decidimos dejar todo ese asunto de relacionarnos entre nosotros, recibió una oferta, así que se fue de buscadora a un equipo de quidditch Irlandés, y yo, pues… ayer pues, fuimos como todos los viernes  -  sonrió a manera de disculpa  -  ya sabes…establecieron ese día para que salgamos…todos juntos  -  lo dijo de una manera que el rubio sintió que el moreno tenia que explicarse, eso  o que ya estaba harto de esas salidas…  ¿entonces por qué seguía asistiendo a ellas?  Pero decidió que lo mejor seria  dejarlo  terminar  de hablar  -   desde que terminamos el colegio.

 

-        Ah…entonces, salen todos los viernes en grupo a divertirse a algún antro o discoteca.

 

-        Si, dicho de esa forma se escucha mejor  -  dijo el moreno, dando cuenta del final de su postre  -  y tu, que haces para divertirte?  -  el rubio suspiro…

 

-        Bueno, pues fue que por eso hoy te cite aquí, Potter…creo que te diste cuenta, o no?

 

-        Pues tú dirás, Malfoy  -  dijo el moreno, pero intuía que lo que hablaran no le gustaría… aun así bromeo  -  aunque  yo me emocione pensando que me invitarías a salir a divertirnos una de estas noches...

 

-        Algún día lo hare… -  prometió en medio de un suspiro  y comenzó a hablar  -  mira en realidad  de lo que te quiero hablar es, de que a pesar del lugar que tengo en la sociedad, a pesar de ser el único heredero de esa cuantiosa fortuna, o de ser el hijo único de Lucius Malfoy…y de todo lo que tu quieras, pero sobre todo…del cargo diplomático, Harry, soy un hombre como cualquier otro que desea divertirse, vaya, un hombre como tu…

 

-        ¿Cómo yo?  -  dijo presintiendo a que se refería.

 

-        Si, como tu  -  dijo sin más   -  creo que al verte ayer, y precisamente en ese lugar, en ese piso en particular…mira tu de sobra sabes por el cargo que tu tienes en el ministerio, que no puedes dejar que publiquen cualquier estupidez en los periódicos o revistas, creo que por lo mismo tu y tus amigos estaban divirtiéndose en el mundo muggle, así que podrás imaginarte siquiera que debido a  mi posición yo no puedo darme el lujo de que me fotografíen, o escriban idiotez alguna sobre mi…

 

-        Te entiendo Malfoy  -  dijo el moreno  -  yo estoy en la misma posición pero, entonces porque no…no se, divertirte en tu casa, vaya…tienes suficiente dinero para llevar toda la clase de diversión que quieras hasta la intimidad  tu hogar…

 

-        Porque eso es lo que no quiero, yo  -  especifico  -  tengo todo el derecho de divertirme como cualquier persona, y  además porque no quiero llevar nada de esto a mi casa, lo hago sobre todo para evitar chantajes y toda esa clase de porquería…mira Potter, creo que tu mejor que nadie deberías comprenderme   -  dijo con un deje ya de impaciencia  -  a más de que soy joven, y sé que puedo hacer todo lo que quiera, pero me gusta darme a respetar, sobre todo después de todo lo que arrastré detrás de mi al terminar la guerra, y sé que a pesar de haberse demostrado mi inocencia en los juicios, no creas que no se todo lo que hablaban de mi y de mi familia, así que desde entonces odio cualquier tipo de habladurías  - suspiro  - se que la gente siempre hablara, pero por lo mismo trato de evitarlo.

 

-        Pues eso no debería de preocuparte, de todos modos ya sabes que hablaran y dirán todo lo que quieran…

-        Lo se  -  dijo ya impaciente  -  pero después de un chisme, siempre queda sembrada la duda, y eso es lo que quiero evitar, mira, yo lo único que quiero pedirte es que…ante todo se que puedo confiar en ti, y no creas que mi intención en ofenderlos, pero quería pedirte que les dijeras a los que me vieron, del grupo que iba contigo claro… bueno, que no hagan ningún tipo de comentario… con nadie.

 

-        Malfoy  -  dijo medio ofendido el moreno  -  mi grupo jamás diría nada.

 

-        Te dije que mi intención no era ofenderlos, Potter, pero seamos sinceros…uno siempre comenta cuando ve a alguien o algo, si no…dime sinceramente…  -  lo miro como si lo acusara   -  ¿tu ya te habías dado cuenta de que yo estaba ahí?   -  lo atajo antes de que el moreno hablara defendiéndose   -  claro que no, la verdad que por ti mismo no, bueno, te diré porque te lo digo, porque antes de que tu subieras al piso, tu amigo Weasley, ese, el mayor de los pelirrojos ese que iba con ustedes…Charly creo que se llama, si, ese  ya había estado arriba, y no podrás negarme que fue el, quien te dijo que yo estaba ahí…además no me negaras que tu amigo, no es de los que pasan desapercibidos precisamente…

 

-        Si bueno…al igual que tu   -  se supo atrapado.

 

-        Mira Potter, dirás que estoy paranoico, o que me siento el ombligo del mundo, pero no es nada parecido, pero me preocupa porque tengo un cargo que respeto mucho, y que me costo demasiado conseguir,  ya que si ellos si me tuvieron la confianza, eso es algo que yo no pienso defraudar por nada del mundo, y además pues si, soy algo paranoico con respecto a todo eso y créeme, pocas veces me equivoco… -  el moreno suspiro  -  yo lo único que quería pedirte es eso, que les pidas que no comenten con nadie, nada de lo que hayan visto… por favor, Potter, porque por eso precisamente es que acudo al mundo muggle.

 

-        Deja de preocuparte  - dijo después de dejar escapar un largo suspiro, entendía al rubio  -  yo hablare con ellos, pero de ya, te digo que no hay problema alguno.

 

A partir de ahí, los dos chicos se vieron algunas veces más, parecía que habían entablado algún tipo de tregua, claro con sus respectivas reservas sobre todo por parte del rubio, que era el mas reticente a cualquier tipo de amistad con quien fuera, incluido el moreno que veía que el único que gozaba de su completa amistad y confianza era su amigo de toda la vida, Blaise Zabini.

Aun así, el rubio no aceptaba invitaciones ni siquiera de Potter, a pesar de que en varias ocasiones  se llegaban a encontrar en los lugares de diversión.

Pero todo lo descubrió el moreno en uno de esos encuentros fortuitos,  en los que los dos acudieron al mismo sitio de diversión.

Donde sin querer Potter estuvo siguiendo los pasos de los dos Slytherin, ahí fue donde vio que un chico de piel morena y ojos verdes le coqueteo al rubio, pero al ver que no le hizo el menor caso, el que entro a la conquista directa fue el compañero del rubio, o sea Zabini, Potter sintió curiosidad en ver que hacia o decía el rubio al ver que su amigo entraba a plena conquista con alguien que lo había estado rondando primero a él, vaya, ya habían sido varias las veces que se habían encontrado en los mismos lugares, pero hasta ahora nunca había visto que el rubio saliera con nadie, o entrara al cuarto oscuro del antro, el único que lo hacia era su amigo, y vaya que en verdad tenia curiosidad, pero nunca, nunca  se imagino descubrir que por pura casualidad, en un momento de necesidad fisiológica, Potter por fin descubriría lo hacían  Malfoy y su inseparable amigo Blaise Zabini.

Después de varias cervezas, el moreno sintió la necesidad de ir al baño y presto ahí se dirigió, disculpándose con su grupo de amigos, camino hacia ese lugar, a punto estaba de dar la vuelta al pasillo en donde se encontraban los baños, cuando escucho unas voces y se le hicieron conocidas, no entendió de que hablaban, así que se asomo con precaución y descubrió cuando el italiano se quitaba un cabello y lo introducía en un pomito que contenía alguna poción, se alarmo pues de momento pensó que drogarían al chico y se puso en alerta, pero casi se le cae la quijada al piso cuando vio que la botellita lo que traía era la poción multijugos, vio como el rubio se tomaba la poción, para cambiar inmediatamente y  ser el italiano, vio como este  se desaparecía,  y le dejaba el campo libre al rubio ahora convertido en Zabini, por un momento pensó que era morboso hacer eso, que…vaya, que clase de diversión tenían aquel par, pero después analizo que todo se debía a que el rubio evitaba por todos los medios que lo ligaran a alguien, o que lo descubrieran en esas salidas y publicaran cualquier cosa que lo perjudicara, pero sobretodo evitaba usar magia, así que por un momento lo entendió, pues el mismo utilizo ese método de conquistar a alguien siendo otra persona, o para algún polvo ocasional.

 

Redirigió sus pasos a su mesa ya sin acordarse de que tenia ganas de ir a desahogar la vejiga.

 

Con el paso de los días,  y cada vez que salían a divertirse, hubo varias ocasiones en que se toparon, pero nunca se hablaban, solo se hacían un movimiento de cabeza y eso contaba como saludo, pero el moreno nunca le quitaba la vista de encima al rubio.

Veía con agrado que salvo, que solo cuando quería algún encuentro físico, el rubio utilizaba ese método para divertirse, de otra forma solo iba a bailar, bebía, vaya  le gustaba convivir, por eso Harry no lo entendía, el le hizo algunas invitaciones y siempre lo rechazo, a el solo le dirigía un movimiento de cabeza y eso era todo lo que cruzaba con el…

 

Potter descubrió que definitivamente se sentía celoso.

 

Me encantas por dentro y por fuera

Te gusta salir, convivir y brillar

Amas como yo la fiesta

Te excedes pero te sabes controlar.

 

Eres muy buena persona

Me gusta como te das a respetar

Bailas como casi nadie

Y se vuelven locos todos los demás…

 

A partir de ahí, Potter no le perdía la pista al rubio, le gusto su forma de ser, descubrió con alegría que el rubio se divertía sanamente, pero siempre en el mundo muggle, aunque que claro siempre hay algo que sale mal, bueno quizá para algunos, para el, era cuestión de saber aprovechar los momentos exactos, los momentos malos convertirlos en buenos, como en aquella ocasión…

Esa ocasión, el rubio había estado bebiendo, afortunadamente el sabía hasta donde podía llegar, pero había algunos que creían que porque alguien esta feliz, riendo, bebiendo y bailando con sus amigos, debe de querer otra cosa, sobre todo alguien con el porte del rubio, Potter tomándose su tiempo, lo estuvo analizando y descubrió que…vaya, que le gustaba, admiro su porte elegante, su figura delgada pero muy  bien definida,  y vio que el joven heredero se daba el tiempo de hacer ejercicio, admiro con algo de lascivia esas piernas que se cargaba el chico, y descubrió que cuando se quitaba la chaqueta dejaba a mas de uno sin aliento, pues dejaba al descubierto una excelente espalda, un muy bien formado trasero, lo analizo de pies a la cabeza y suspiro al descubrirse soñando con enterrar sus dedos en esa suave y platinada cabellera…

Y que decir de la forma en la que el rubio se movía, al caminar lo hacia de una manera que dejaba boquiabiertos a todo el que lo veía, y vaya que no había forma de olvidarlo,  pues el chico siempre llegaba despidiendo un aroma tan…masculino, tan atrayente…¡DIOS!  ERA TAN SENSUAL.

Y que decir de la suavidad que dejaba ver la piel que dejaba al descubierto, ¡por Merlín! Que solo fue una ocasión en que el rubio traía la camisa abierta y por accidente el moreno vio esa tetillas que ahora eran una obsesión para el, se imagino poniéndolas duras con la punta de su lengua…

Cerro los ojos tratando de despejar la mente de semejante manjar de dioses, abrió los ojos de una manera que no le gusto, pues escucho una discusión en la que desgraciadamente el protagonista era precisamente su rubio y otro chico, que a fuerzas quería jalarlo y llevárselo de ahí, no lo pudo evitar y se levanto.

Llego hasta ellos y sin darle oportunidad al hombre acosador, y sin que nadie pudiera evitarlo, lo volteo y le ha dado tremendo puñetazo en la cara que le partió la nariz, haciendo que los chicos que trabajaran en el local, llegaran y lo sacaran de ahí, para irlo a tirar a fuera de lugar.

 

Pero la noche es traicionera

Y cualquiera se quiere aprovechar

Mejor si un día quieres reventar

Hazme una señal…

 

 

 

Después de ese día, para Harry la vida no volvió  a ser la misma, analizo sus sentimientos y descubrió que definitivamente estaba enamorado hasta el tuétano, así que le pondría todo el valor a la llamada que estaba a punto de hacer, tenia el valor para estar en un cargo como el que tenia, no? bueno, pues así lo tendría para el resto de su vida, no solo el laboral.

 

Si un día te quieres portar mal

Muy, muy mal

Pórtate mal conmigo

 

 

-        Hola  -  le contesto el rubio al otro lado de su línea directa  -  ¿Potter?   -  dijo con asombro  -  eh…claro, porque no…si, a la hora que tu quieras…si, ya sabes que es noche de diversión… ¿A dónde…? Mm… pero…  -  dijo que si, pero se sentía algo reacio a aceptar, pero como el moreno se había portado muy bien desde que regreso a Inglaterra…

 

Conozco un buen lugar

Que te va a encantar

Tú déjate llevar

Yo te cuido.

 

 

-        Por favor…?  -  le rogo el moreno, temeroso de que no aceptara  -  nadie se va enterar, es que la verdad…quiero platicar contigo…

-         

 

Si te quieres portar mal

Muy, muy mal

Pórtate mal conmigo…

 

 

-        Mmm…bueno, si…está bien, si, claro que si me gustara salir contigo esta noche a donde tú quieras…

 

 

En mi puedes confiar

Nadie se va a enterar

Si tú te portas mal conmigo

 

 

 

-        Gracias, veras que no te arrepentirás…espero  -  lo ultimo lo dijo mas para si, que para el chico al teléfono  -  yo paso por ti, ¿Qué te parece? 

 

 

Sincera es mi invitación

Sin ningún compromiso

Ni mala intención…

 

 

-        Ok, solo espero que no vayan tus amigos de siempre, Potter? -  dijo a en tono de broma.

 

 

Lo digo pues somos amigos

Porque te conozco y tú sabes quien soy.

 

 

-        Yo también espero que esta noche no venga tu amigo Zabini.

 

-        ¡Oye!   -  dijo en tono ofendido, pero solo era broma  -  que hablas prácticamente de mi hermano, pero esta bien, solo porque tu me lo pides de esa forma, así será…  -  se despidió y colgó, no sabiendo que esperar de esa cita.

 

Esa noche Harry se excuso con sus amigos, y por primera vez en varios años no salió con ellos de viernes de juerga, lo cual dejo muy extrañados  a más de uno de sus amigos, Charly ya tenia tiempo que se había regresado a Rumania con sus dragones, así que esa noche Harry no pudo hacerle sus confidencias, lo extraño como el buen amigo que era, sobre todo al compartir los mismos gustos.

Hermione al principio no supo como reaccionar, pues como ya habíamos visto antes, casi se sentía la madre del moreno, y era en extremo sobre protectora.

Ron, lo miro como analizándolo, pero después se dio cuenta de que el pobre chico, que aparte de tener un alto cargo que conllevaba muchas responsabilidades, sobre todo para su edad, que si bien ya no era un niño, tampoco era un hombre viejo, como para encerrarse entre cuatro paredes,  y además tenia todo el derecho de divertirse a sus anchas y con quien quisiera, solo esperaba que con quien lo hiciera, lo supiera valorar y no solo presumir, ya era hora de que el moreno encontrara a aquella persona que fuera como su alma gemela, el chico ya merecía ser feliz.

Y así se lo hizo entender a su esposa, que ahora que habían visto que estaba embarazada, se había vuelto un poco histérica.

Pero no así el gemelo que quedo con vida, a ese era difícil que lo engañara, el ya hacia cierto tiempo que se había dado cuenta de que su amigo Potter, hacia tiempo estaba mas que coladito por alguien, y conociendo sus gustos, sabia que tenia que ser un hombre, solo esperaba que ese hombre lo supiera valorar y sobre todo que le correspondiera sinceramente a sus sentimientos y que no tratara de aprovecharse del personaje que era.

Y eso que solo era una salida, una cita en la que esperaba poner sus sentimientos al descubierto.

Llego la hora señalada, y Potter vestido para la ocasión se presento en el edificio donde estaba el despacho del rubio, que avisándole a Zabini casi  a ultima hora, este no puso mayor objeción, solo le dio una y mil recomendaciones, y rogaba a todos los dioses que ese Potter lo cuidara, sabia que el rubio no era un ser indefenso, pero también sabia que el chico no era de pleito, y que si no cargaba con un sequito de guardaespaldas era porque el amaba  su libertad y sabia que con tanta gente a su alrededor, no disfrutaba nada.

Sabia que era joven y tenia derecho a divertirse como cualquiera, así que no veía nada de malo que lo hiciera, era solamente que los de la prensa tendían a satanizar todo o casi todo lo que pudiera hacer el rubio.

 

Pero la noche es traicionera

Y cualquiera se quiere aprovechar

Mejor si un día quieres reventar

Hazme una señal.

 

 

-        Wooow  - fue lo único que pudo decir el moreno al ver salir al rubio de su oficina, el rubio en verdad parecía un verdadero ángel, llevaba un traje de dos piezas en color blanco, con una camisa igual de color pero sin corbata y con los primeros botones abiertos,  el cabello libre de toda gomina, cayéndole un mechón rebelde en la frente cubriéndole parte de un ojo, el chico  se sonrojo, pero no se quedo callado y le respondió.

 

Si un día te quieres portar mal

Muy, muy mal

Pórtate al conmigo.

 

 

-        Pues mira que tu no te queda atrás, Potter  -  el moreno llevaba un traje de dos piezas, solo saco y pantalón en color negro y camisa blanca, igual sin corbata, su cabellera igual de rebelde pero extremadamente sedosa, le sonrió y lo invito a abandonar el lugar, pasaron en medio de algunos de los empleados que había todavía por ahí deambulando ya para abandonar también las oficinas del rubio, se despidió de los que quedaban y salieron.

 

 

Conozco un buen lugar

Que te va a encantar

Tú déjate llevar

Yo te cuido…

 

 

-        Y bien Potter, a donde tendrás el enorme placer de llevarme  por esta noche?  -  le guiño un ojo y dijo algo socarrón  -  vamos impresióname, ya que esta noche tendrás el placer de gozar de mi compañía, así que espero que esta noche valga la pena…

 

-        Bueno pues quiero que esta noche te portes mal conmigo  -  dijo con aire soñador  - esta noche podrás hacer lo que quieras, yo cuidare de que nadie se meta contigo.

 

Le sonrió y lo llevo al estilo muggle, llevo su auto, un mercedes en color negro, lo invito a ir a otro salón de moda, “La Atlántida, la ciudad perdida…“   así se llamaba el lugar, y este  el lugar era exclusivamente para gays, además sabia que ahí, ninguno de los amigos de ambos asistían, así que no había problema alguno, además…iba con el…y el no iba a dejar que nadie molestara al rubio por nada del mundo.

 

 

Si te quieres portar mal

Muy, muy mal

Pórtate mal conmigo

En mi puedes confiar

Y nadie se va a enterar

 

 

Esa noche, Harry se porto de lo mas caballeroso, bueno, el moreno siempre era un caballero, pero esa noche en especial, vaya que se lucio, bailaron, tomaron y se divirtieron como dos enanos en feria, hasta que llego la hora mas deseada y a la vez mas temida por el moreno, casi ya para salir, a la hora en la que generalmente acostumbraban abandonar el lugar de ocasión, el ojiverde se puso algo serio, cosa que el rubio inmediatamente  noto, así que sospecho que algo pasaba, pues el ambiente cambio de relajado a algo tenso…solo esperaba no haber hecho algo mal.

Lo  miro preocupado y así se lo hizo saber…

 

-        Potter…  -  dijo algo preocupado  -  ¿sucede algo?  ¿te sentó mal algún trago, o necesitas algo de comer?

 

-        No…  -  aspiro  el aire con fuerza y después comenzó a decir lo que realmente traía rondando en su cabeza y en su corazón  -  Malfoy…Draco  -  al escuchar su nombre en labios de Harry, el rubio se descoloco un poco, pues en los meses que llevaban tratándose, Potter nunca lo llamo por su nombre, aunque escucharlo decir… tampoco se escuchaba nada mal, sonrió y espero intuyendo por donde iba el asunto, solo suspiro y espero a que el moreno se decidiera a hablar de una vez por todas, ya que el, jamás lo haría…

 

-        Dime…Harry  -  decir el nombre del moreno le sonó a suplica, a algo demasiado intimo y…le gusto…a los dos,  pero el rubio tenia asumido que nunca pasaría nada con el moreno, de hecho nunca lo espero.

 

-        Draco…yo  -  lo miro directamente a los ojos y vio una mirada anhelante, eso fue lo que lo decidió a dar el paso finalmente  -  yo…

 

-        ¿si, Harry?  -  dijo en un susurro.

 

-        Mira desde que te volví a ver, aquella vez en mi oficina, me quitaste el aliento, el sueño se me fue, pues te adueñaste de mi mente, y desde entonces no solo de mi mente sino de todos mis sentidos, entonces cuando te vi en aquel antro aquella vez, mi corazón salto de felicidad al ver que quizá, al descubrir que teníamos  los mismos gustos, cabía la posibilidad de que en algún momento, pudiera existir la posibilidad de que…  -  ¡por Salazar!  Pensó el rubio, como siempre el moreno hablaba y hablaba y no decía nada de lo que quería oír, le daba muchas vueltas y nada, se pregunto ¿Cómo es que tenía ese cargo tan importante?   Y lo más curioso,  ¿Cómo es que se daba a entender si a él, por lo menos no le decía nada coherente?   Se dio valor para hacerlo el mismo, así que agarrando al león por la melena, con suavidad pero con firmeza tomo su rostro con ambas manos y suavemente deposito un beso tibio en sus labios.

 

-        ¿te ayudo?  -  le sonrió apenas despegando sus labios de lo del moreno, este al sentir ese beso, se quedo paralizado, y al escucharlo casi siente que su corazón escapaba como su patronus y daba la vuelta por todo el local, dándoles a todos la noticia de que el rubio le correspondía a sus sentimientos, cerro los ojos y sonrió.

 

-        Por favor…  -  dijo en un susurro a contra labios, y desapareció esa mínima distancia al volver ahora él a tomar los labios del rubio, que sonriente esperaba por la reacción del moreno.

 

Nunca haremos nada que tu no quieras

Pero si quieres volar

Te llevare hasta las estrellas.

 

-        Harry… 

 

-        Draco… 

 

 

Si un día te quieres portar mal

Muy, muy mal

Pórtate mal conmigo

En mi puedes confiar

Y nadie se va a enterar.

 

 

-        Draco… ¡por Merlín! estoy perdidamente enamorado de ti, se que no me has dado pie a nada de eso, pero te amo  -  lo miro a los ojos  y dijo muy seguro  -  y se que tu cargo en el gobierno francés es muy importante para ti, así que entiendo que tu reputación deba ser intachable, así que si quieres que no se sepa lo nuestro, yo estoy dispuesto a permanecer en el anonimato, hasta que tu lo creas conveniente, si es que algún día lo crees necesario…pero dame una oportunidad.

 

-        ¿te gustaría que nos portáramos mal, Harry?  -  le guiño un ojo malicioso.

 

-        Si, si me gustaría que te portaras mal conmigo, y te juro que nadie se va a enterar…

 

 

Si tú te portas mal conmigo

Si te portas mal conmigo

Si tú te portas mal conmigo…

 

 

El rubio suspiro y en medio del salón le volvió a plantar un beso, marca Malfoy al moreno que le quito el aliento y lo hizo viajar hasta las estrellas, le sonrió y le explico…

 

-        Harry…  -  suspiro y separándose un poco de esos labios, le sonrió  -  ¿Cómo te explico?  Bien…cuando llegamos a Francia, me costo muchísimo levantar mi nombre, trabaje muy duro, hasta que logre hacerme del cargo en el gobierno francés, así que es muy importante para mi, sobre todo porque siendo ingles, hice todo lo posible para ganarme el puesto allá en un país que no era el mío,  y la confianza que conlleva el cargo es importante, sobretodo por mi pasado, ¿si? y por lo mismo es que no quería ni quiero que nada empañara mi credibilidad, no quiero rumores,  ni chimes amarillistas, no quiero nada que opaque mi nombre, no quiero que vean que brinco de un lado a otro, yo quiero que vean que toda mi vida es seria y muy importante en todo sentido… ¿Harry?

 

-        ¿si, Draco?  -  dijo ilusionado esperando por las únicas palabras que aun no había dicho el rubio y que eran las que esperaba con ansias que mencionara.

 

-        Dime… ¿Te gustaría que comenzáramos una relación…?  -  le dijo y le dio un beso que le quito el aliento al moreno, se separo un poco y dijo suavemente.

 

-        Si…si me gustaría  -  dijo en medio de un suspiro el moreno.

 

-        Lo intentaremos, si funciona  y tu quieres, lo haremos público…solo dame un poco de tiempo,  por favor.

 

-        Esta bien  -  y le dio un beso  -  lo importante para mi, es que me aceptes en tu vida, no solo como un amigo o un conocido.

 

-        Harry…

 

-        ¿Si, Draco?

 

-        Me gustas…

 

-        Yo te amo  -  le sonrió en medio de un suspiro y dijo malicioso  -  vamos…pórtate mal conmigo.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Pues espero y les haya gustado, asi que gracias y nos leemos en el siguiente capi. GRACIAS.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).