-No… no debemos hacer esto…- se encontraba atrapado en un posesivo abrazo y, pequeños besos, sellaban de a poco sus labios.
-Lo sé- lo llevaba con pasos lentos y sin soltarlo, hacia atrás.
-Ambos somos hombres…- sus piernas toparon la orilla de la cama y cayó suavemente sobre ella, ayudado por aquellos largos brazos que no lo dejaban.
-Lo sé- seguía besándolo, pero comenzó a descender por su barbilla y su cuello, provocando que el chico bajo el, se estremeciera.
-A mi… me gusta Riko…- esas grandes manos, exploraban su cuerpo, por sobre la delgada tela de su ropa.
-Lo sé- metió sus dedos dentro de la blanca polera, buscando los ya duros pezones del chico de las gafas, para apretarlos delicadamente, logrando el primer gemido de su boca –A mi también, me gusta Riko-
Le quitó el molesto trozo de tela y se dedico, a lamer esos dos rosados botones –Teppei…- bajó su mano hasta los pantalones, acariciando la erección que se marcaba en ellos –De… detente…-
Le quitó los pantalones y la ropa interior mientras volvía a subir a sus labios –Hyuuga…- los pequeños besos, se iban transformando lentamente en lascivos -… solo será una vez- el más alto, se separo un poco, para quitarse la playera y, se volvió a acercar –Déjame tenerte solo una vez-
Lo besó con pasión, metiendo su lengua para explorar la totalidad de su boca. Al sentirla dentro, el chico de las gafas, se ruborizó y cerró con fuerza los ojos. El calor y la excitación, le ponían la mente en blanco y, aquel hermoso castaño, siempre le hacía perder la compostura.
Decidió rendirse y levantó los brazos para envolverlo y atraerlo aun más a su cuerpo. El más alto se sorprendió y terminó el beso –Hyuuga…-
-Solo una vez- sus ojos brillaban con intensidad –Solo podrás tenerme hoy- ante aquella invitación, el más alto, dejó de reprimir la lujuria que sentía en su interior y, empezó a lamer cada centímetro de piel que encontrara.
Descendió y descendió, lamiendo y mordiendo cuello, brazos, manos, pecho, abdomen, cadera, piernas, pies. Todo le parecía delicioso. Subió por sus muslos, hasta llegar al erguido miembro, que ya tenía unas gotas del pre-semen en la punta. Lo tomó con una de sus manos y lo lamió fuertemente.
Dio un gran gemido mientras su espalda se curvaba –Te… Teppei…- el decir su nombre, fue como una aprobación para que el más alto continuara.
Chupaba gustoso el falo del chico de las gafas mientras se extasiaba, con los eróticos gemidos que llenaban la habitación. Al cabo de unos segundos, aquella amarga esencia, roció su paladar. Dejó que el liquido viscoso mesclado con su saliva, se deslizara hacia su trasero y se separó un poco –Hyuuga…- se quitó lo que le quedaba de ropa -… ¿Me lo harías a mi?-
El chico de las gafas se sonrojó aun más de lo que estaba –Esta… está bien- el más alto se sentó sobre la cama mientras su amigo se ponía a gatas. Lamió de arriba abajo la hombría del más alto y, aun con dudas, la tragó lentamente.
-Tu boca se siente deliciosa- mientras disfrutaba del placer que le provocaba la húmeda y caliente boca del chico de las gafas, llevó sus dedos entre sus nalga, encontrando la resbalosa entrada, por culpa del liquido blanquecino. La acarició y metió uno de sus dedos en ella.
Al sentir la intrusión, intensifico su labor y pudo escuchar un ronco jadeo por parte del más alto. Aquel sonido, logro encenderlo y su miembro volvió a endurecerse.
Estuvo dilatando el lugar con dos de sus dedos, hasta que vio al chico de las gafas, mover sus caderas en busca de un contacto más profundo. Los sacó y le acaricio la cabeza –Ya es suficiente…- sus ojos se encontraron -… déjame penetrarte…-
Lo quitó de su boca, para ponerse en la misma posición, pero con el trasero hacia el castaño. El más alto se posiciono detrás de él, agarrándose de sus estrechas caderas y, mientras ponía la punta de su miembro en aquella cavidad, le besó la espalda.
-Voy a entrar- susurró en su oído mientras se introducía lentamente, evitando hacerle daño. El chico de las gafas, se aferraba a las frazadas de la cama, llenas del embriagador aroma del más alto –Estoy completamente dentro ¿Puedes sentirme?-
-Por… por supuesto que puedo… idiota…- el más alto sonrió e inició un lento vaivén de caderas. Ambos gemían cuando chocaban sus cuerpos y, cada embestida, era más profunda que la anterior –Te… Teppei…- el chico de las gafas, tuvo que poner las manos en la pared para afirmarse -… me… voy… a correr…-
Al escucharlo, aceleró las estocadas, poniendo sus grandes manos en la cintura del chico de gafas –Corrámonos… juntos…- por culpa de la intensidad del movimiento, sus gafas cayeron en la almohada, sin que se diera cuenta.
El más alto, quitó una de sus manos, del costado de su amigo, para llevarla a su erección y masturbarlo. Y, después de unas cuantas estocadas mas, terminaron al unisonó. Uno manchando el cobertor y, el otro, llenando su interior.
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El entrenamiento del club de baloncesto, de la preparatoria Seirin, había acabado y, los dos amigos, caminaban juntos hacia su hogar, como era habitual –Dime Hyuuga…-
-¿Que?-
-¿Te quedarías esta noche en mi casa?- el chico de las gafas, lo miró y se encontró con una mirada intensa.
Se ruborizo y volvió a ver hacia adelante –No, no quiero- y acelero el paso.
El mas alto sonrió y lo siguió.
Fin.