Ha sido un camino largo.
Cuando comencé a responder, no puedo negar que había momentos donde sentí que no tenía sentido contestarte. En primera por la lucha interna con la que confronté la mayor parte del tiempo, es decir, ¿cómo responder a algo que ya está contestado desde hace mucho tiempo? Y en segunda, porque a pesar de todo lo que vivimos… dejé de sentir algo especial por ti. ¿Cómo responder con el corazón sí dejó de latir por ti?
Sé que soy horrible por decirte esto, pero si querías leer la verdad, es esta; mejor que nadie sabes que no adorno palabras ni soy amante de las palabras bonitas. Es solo que… seguí con mi vida, te superé y me encontré a mí mismo. Muy egoísta, pero si ninguno de los dos avanzaba, ¿qué sería de nosotros? Esa es mi forma de homenajear nuestra relación; no te eché en saco roto, ¿serías capaz de entender entonces que fue lo que hice? Si en algún momento llegas a comprenderlo, entonces sabrás lo que de verdad plasmé en nuestros recuerdos, mis recuerdos tal vez.
Puede que sea buena persona, pero no mejor que tú. No soy tan valiente y benevolente como tú. Considero que todavía me falta alegría para alcanzarte. Mira, incluso ahora soy más elocuente…
Aunque creo que también me faltan esos poderes de clarividencia que tienes. Hoy en día hay éxito, sí. Mi nombre se hizo popular… que lástima que no puedas verlo; seguro que me maldecirías o lanzarías tu comida a la televisión; o quién sabe, tal vez solo le cambiarías de canal y me estamparías la puerta cuando fuera a visitarte… puede que ahora fuéramos amigos.
Diste todo y lo ofreciste, incluso hasta el final.
Gracias a ti por ser el único capaz de cargar con mi dolor, mi odio, desprecio y desesperación; si no fuera por ti, hoy en día no sería la persona que soy, ni hubiera logrado lo que hoy si no hubieras existido. Gracias a ti por ser quién eres. Por darme la fuerza y poder suficiente para salir adelante.
Simplemente, gracias por ser tú.
Los años pasaron, el primero fue el más doloroso, acertaste en eso también, el segundo y tercero turbulentos, pero ideales para superar y olvidar.
Lamento no haber cumplido las cosas que prometí, por no estar ahí por más veces que pedí que esperaras y por no ser para ti, lo que tú necesitabas.
Lamento no haber sido tu superhéroe, ni ser aquél que caminaría contigo hacia la muerte.
Supongo que yo acabé desde hace mucho. Para mí, tampoco queda nada. Aunque me hubiera gustado verte de nuevo y decírtelo cara a cara; pero al menos eso ahora ya es imposible. Ojalá nunca tuviera que decir que todo acabó, no queda más. Seremos dos extraños, yo, te olvidaré, me olvidarás… hasta nunca.
Aun así, conservaré la esperanza de que tal vez un día, aparezcas como si nada, jugando conmigo como siempre y canturrando tus tonterías que tanto me hacían feliz. Una plática tan típica, que ambos enfermaríamos de aburrimiento.
Un momento, dónde el problema no sea el haberte perdido, sino tratar de recuperarte.
Mientras eso suceda, aquí me quedaré; aunque sepa, que moriré antes de llegar hasta ti. Pero, no es tan malo de vivir de ilusiones, ¿o sí?
Estarás siempre en mí. Así como te apareciste en mi vida, y así como ese humo imposible de atrapar…
Aunque, ¿te digo algo? No solo fuiste el humo; siempre fuiste el cigarro infinito que cargo en el bolsillo del pantalón.
Para siempre. Siempre.
“Al final me quedé queriendo solo, ¿cómo hacer para olvidarte? El problema no es que digas, el problema es lo que callas, el problema es que ¿quién soy yo para cambiarte? el problema no es que duela, el problema es que me gusta, el problema no es el daño, el problema son las huellas, el problema no es problema, el problema es que me duele, el problema no fue hallarte, el problema es olvidarte, el problema no es que mientas, el problema es que te creo, el problema no es tu ausencia, el problema es que te espero, el problema no es encontrar la aguja en el pajar, es que nunca hubo uno, el problema no es lo que haces, el problema es que lo olvido, el problema no es cambiarte, el problema es que no quiero, el problema no es que seas libre, el problema es que no quiero dejarte serlo, el problema no es quererte, es que tu no sientas lo mismo, el problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
El problema no es tú problema, el problema es nuestro problema”.