Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El problema: Nuestro problema por hellblack_sasuke-

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos..

Ya sé que no tengo perdón. Pero traigo la actualización.

Seguramente tendrán que leer de nuevo tanto El Problema, como los capítulos anteriores a este para recordar que onda con la historia xD.

¿Qué más les digo? ya sé que no tiene sentido pedir disculpas xDDD

T.T

Espero que les guste y aun así, PERDÓN 

No me dejarás mentir en que los primeros meses fueron los mejores de nuestra vida. O al menos para mí si lo fueron.

Pero claro está, que en realidad no sabemos nada uno del otro. Pensaba conocerte, seguro tú pensabas conocerme. Creí que en verdad sabía todo de ti, tú forma de ser, tú personalidad, lo que piensas, lo que sientes. Claro está que nos equivocamos.

Es como si fuera ayer el día que te vi por primera vez. En aquellos años, solamente me importaban las cosas banales, si se pudiera decir que me importaban… no era más que la pura máscara, la pura finta para al menos poder escuchar que alguien pronunciara mi nombre; algo, para poder entretenerme, y dejarme de sentir… en ese infierno… era la única forma que yo conocía para forjar algún tipo de relación.

Para al menos conseguir una relación arisca con quién se acercara.

El vacío era tan grande, que solo de esa forma podía apaciguar un poco el dolor con el que cargaba siempre… pero ese día. Eran tan distraído y tan despistado, que no pude negar en que encajabas en el tipo de persona que más odiaba en el mundo. La clase de gente que no tiene nada, que sufre, que le duele y aun así no deja de sonreír, de hablar… de ser feliz.

Sí. Te odiaba como no tienes una idea, porque a pesar de tu sonriente cara, yo era el único que se daba cuenta de la verdad, de lo que en verdad ocultabas… me hacía sentir tan enfermo porque entonces, ¿qué era yo? ¿Acaso no era lo suficiente fuerte como para soportar mi vida? Así como lo hacías tú, me sentía tan débil…

Por eso preferí hacer lo más fácil, lo que más me entretenía, lo que permitiría que tú yo fuéramos iguales. De ahí los insultos, los desplantes, las humillaciones que te hice pasar.

En su momento lo hice por envidia. Porque quería que fueras como yo; que demostraras tu verdadera cara, tu debilidad… y a pesar de ello no lo lograba. Simplemente no te caías, quería que lo hicieras. Solo de esa forma podía acercarme, para que notaras la realidad, por más feliz que estés si en el fondo es mentira…entonces todo lo será.

¿Esa era tu más sincera verdad?

Pero después vino lo de Itachi. Solo dios sabe cómo me puse con eso. Lo que en verdad sentí, las ganas de morir, los deseos de por qué no fui yo… al final él era el hijo predilecto. Yo nunca fui más que el error de mis padres. El hijo no deseado… la equivocación. ¿De qué sirve el dinero si no se tiene amor?

A mí nunca me sirvió para nada, pero era la excusa perfecta para poder intentar sentir algo…

E increíblemente y frente a todos los pronósticos. Aquel día te acercaste a preguntar cómo estaba. ¿Realmente te importo? Probablemente en ese momento sí; aunque no quería ilusionarme en ello. Además eras la última persona en que pude llegar a pensar que estuviera ahí, después de todo lo que te hice.

De cualquier modo no te quería cerca; no porque te siguiera odiando o te envidiara… sino que sabía que era demasiado malo para ti.

Dentro de todo, siempre he considerado que eres una persona por demás, pura, ingenua, delicada y linda. Pero por lo mismo fácil de lastimar y de romper. Fácil de engañar y de manipular… no quería hacerte daño.

Y aun así seguiste… seguiste hasta que yo ya no pude más, y esos sentimientos de calma y de apoyo, se convirtieron en otra cosa mucho más grande que no pude controlar.

Me pregunté tantas veces si estaba bien… independientemente de que fueras un chico, me preocupaba que tal vez no funcionara, que fracasaría… me daba miedo no tener si quiera la capacidad de estar contigo. Pero me impulsaste para arriesgarme, a pesar de mis inseguridades, de mis miedos, de mis demonios internos… me diste la seguridad que necesitaba para poder hacerlo.

Siempre te agradeceré por haber estado ahí. En caso contrario no sé qué hubiera pasado conmigo. Posiblemente ya no estuviera aquí.

Me salvaste, y me enseñaste lo que es tener una relación de verdad. Sentía que no merecía el tenerte, que eras demasiado para ti. Estaba completamente cegado por tu brillantes, por tu pureza, porque parecía que no podía existir una persona más buena que tú… quería darte todo, porque para mí te merecías todo…

Pero las malas lenguas y los rumores empezaron a llegar. Al principio no me importaba, pero con el tiempo, me di cuenta en que tal vez tenían algo de razón, pero cuando te encaraba, sabías muy bien cómo utilizar esas artimañas… el fingir que eras algo que no. El tranquilizarme solo con algunas palabras, algún gesto, lo único que necesitaba era una mirada, un abrazo, una oración… te aprovechabas de eso hasta el punto donde sabías como quebrarme, y que tan duro abrazarme para unir de nuevo los pedazos que yacían en el suelo.

Aun así no quería dejarte. Suponía que eran típicos caprichos de alguien de nuestra edad; decidí que no importaba, porque lo que sentías era más importante, las mentiras que me decías eran más importantes incluso de lo que yo sintiera. Solo me callaba para darte la razón, sin interés de que estuvieras mal o bien… si así eras feliz entonces yo te lo daría. Pero esa rutina diaria pronto comenzó a asfixiarme.

No sé en qué momento sucedió, pero de repente comenzaste con hacer problemas solo porque no te compré el juego que querías, o porque no te llevé un regalo que te haya gustado…

Parecía que ahora solo te importaba lo que te llevaba y el precio de las cosas que te compraba… convertiste los regalos sorpresa en una obligación, los detalles en una responsabilidad, los chocolates en una tradición y mi amor en un deber.

Claro está que cualquier persona se cansa de recibir regalos, detalles y palabras vacías.

Pero ¿no crees que cualquier persona también se cansa de entregar todo sin recibir si quiera un gracias?

Es tan triste ver esto, porque yo lo sé; en un inicio eras fuego, lo suficiente como para derretirme. Para hacer agua todo ese hielo que estaba consumiéndome. Lograste prenderme, lograste hacer que reviviera… que fuera fuego.

Pero también lograste otra cosa: quemarme. Te cercioraste de que al quemarme me lastimara, para después lastimarte a ti… lastimarnos a ambos.

Ya no lo quiero, considero que también es lo mejor. Aunque debí considerarlo desde la primera vez que me quemaste. El problema no es que te quiera, el problema es que ya no aguanto.

No quiero congelarte más, no quiero que me quemes más.

El problema no es que duela, el problema es que me gusta”

Notas finales:

Espero acutualizar lo más pronto posible ¿vale?

Ciao


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).