Cuando termino nuestra pequeña reunión cada uno tomó el camino de regreso a casa y ya que mi parada y la de Araceli estaban cerca nos quedamos solas en el bus una vez que los demás bajaron. Eso no me ayudaba mucho pues, como lo dije antes, desde unos cuantos días atrás me había surgido la idea de declararme y besarla para después salir huyendo y con tantas emociones contenidas temía no poder resistirme a esa tonta idea.
-Me gusta mucho salir con ustedes, no hacemos más que tonterías y terminamos haciendo lo mismo que otras veces aunque queramos algo diferente pero es genial-me dijo recargándose en mi hombro-Los quiero mucho ¿Sabes? No estar con ustedes todo el día va a ser extraño…
No le respondí, seguía demasiado concentrada en mis propios pensamientos como para escuchar algo de lo que decía y después de esa última frase me perdí en la conversación.
-¿Quieres dejar de ignorarme al menos un segundo?-su voz que denotaba molestia me hizo regresar a la realidad-Supongo que estás preocupada sobre que hacer saliendo de la prepa y que no tienes claro lo que va a pasar y todo eso pero no es razón para ignorarme… ¿Qué tienes?-se acercó a mi rostro-En serio me preocupas, confías en mí ¿No? Dime que es lo que pasa.
Me miró fijamente mientras lo decía y por su expresión era obvio que lo decía en serio. Ya no tenía caso seguir fingiendo y ocultar lo que sentía, era momento de dejar atrás todos mis temores y afrontar la realidad.
-Ya que tanto insiste, te lo diré-volteé hacia ella y la miré fijamente-Esto no es fácil para mí y der seguro para ti tampoco va a ser sencillo escucharlo y asimilarlo pero ya es hora de que lo sepas…-seguí hablando para que el bus llegara a mi parada antes de decírselo y al parecer eso la impacientaba-Me gustas desde hace casi un año y no puedo evitarlo-me miró sorprendida y más cuando la besé sin esperar que dijera algo.
En ese momento el autobús se detuvo y bajé casi corriendo para evitar que ella reaccionara y me detuviera o dijera algo. Corrí tan rápido como pude y agradezco que llevara ya 3 años con el mismo recorrido ya que de no haber sido por eso probablemente me hubiera perdido.
Cuando tomé el siguiente autobús no dejé de pensar en lo que acababa de hacer y una parte de mí estaba muy emocionada y más al recordar la sensación que me produjeron sus labios (no fue más que un simple roce pero para mí fue suficiente) pero otra temía que esto interfiriera en nuestra amistad e incluso que no quisiera volver a verme.
Llegué a casa y toda mi familia estaba ahí, cuando me vieron entrar se dieron cuenta de que algo no andaba bien y casi empiezan con un interrogatorio pero simplemente les dije que me puse nostálgica por ser el último día de clases y que me sentía cansada así que iría a dormir un rato y después hablaríamos con calma.
Al entrar a mi cuarto cerré la puerta y me tiré boca abajo sobre la cama reclamándome mentalmente por mi acción tan repentina y despreocupada deseando que solo fuera un sueño y que no lo hubiera hecho realmente hasta que el sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos.
Estaba a punto de contestar cuando revisé el número y me di cuenta de que la llamada era de Araceli. No contesté, no podía hacerlo, estaba demasiado preocupada por conocer su reacción como para pensar coherentemente y afrontar la situación de manera responsable así que me limité a lanzarlo lejos.
Después de eso volvió a sonar como 5 veces y en ninguna me acerqué siquiera, sabía que era ella y no tenía intenciones de responder. Estuvo en silencio como por 3 horas y pensé que no tendría más de que preocuparme pero cerca de las 10 de la noche volvió a sonar aunque esta vez se trataba de un mensaje y no una llamada; no pude evitar leerlo y esto decía: “No tengo idea de que pasa por tu cabeza pero me urge hablar contigo, te llamaré mañana y espero que respondas”.
La única conclusión a la que pude llegar: está enojada, y siendo así no tenía caso responder a su llamada o terminaríamos discutiendo y era lo que menos quería. Estaba tan molesta conmigo misma que grité con todas mis fuerzas y hasta aventé algunas cosas.
-¿Quieres controlarte?-me preguntó mi hermana entrando sin siquiera tocar la puerta-Me mandaron a ver si seguís viva y sales con esto…
-Ahora me odia-le dije ignorando por completo lo que decía-Le dije que me gustaba y la besé y ahora quiere matarme… ¿Qué se supone que haga?-continué el borde de las lágrimas y dejándome caer en la cama.
-Eres una idiota-se sentó a mi lado-No pensé que harías algo tan tonto como eso, supongo que te subestimé…
-Gracias por subirme el ánimo…-no pude más y empecé a llorar pero de nuevo el teléfono sonó-Apaga esa porquería ¿Sí? Ya no la soporto…
-¿Por eso estás así?-tomó el teléfono y leyó el mensaje-Sólo quiere hablar contigo y parece necesitarlo ¿Por qué no le respondes?
-Será mejor que duerma, no estoy en condiciones de hablar con nadie y mucho menos con ella-me recosté sobre la cama.
-Como quieras, húndete en tu sufrimiento si eso te hace feliz-lanzó el celular junto a mí y salió de mi recámara.
El fin de semana siguió exactamente igual: llamadas suyas que no contesté, mensajes insistiendo en hablar conmigo, mensajes y publicaciones en face preguntando por mí y pidiendo que dejara de ignorarla… Las cosas iban de mal en peor pero no podía hacer nada.
Un mes pasó así, incluso Liz, Mónica y Brandon habían intentado llamarme y me mandaron mensajes preguntando que ocurría…
“¿Estás bien? ¿Por qué no respondes mis llamadas ni las de nadie más? Estamos preocupados por ti y sobre todo Araceli… Cuentas conmigo y lo sabes, te quiero” fue lo que dijo Liz.
“¿Acaso moriste Gi? ¿Deberíamos estar comiendo galletas en tu memoria en vez de llenarte de mensajes? Responde en cuanto puedas porque me estoy preocupando y ya parezco mi madre cuando no llego temprano” me dijo Mónica.
“No tengo idea de que es lo que esté pasando entre ustedes pero me saca de quicio que ni siquiera a mí me respondas ¡Somos amigos! Bitch… Te dije que estaba preocupado y dijiste que todo estaba bien ¿Qué te tiene tan mal? Dímelo y te ayudaré ¿De acuerdo?” Ese era el mensaje de Brandon.
“Deja de ignorarme, en serio necesito hablar contigo…” “¿Te hice enojar? Si es por eso perdóname pero no me dejes así, dime que pasa” “En serio necesito hablar contigo, responde por favor” Eso y más me pedía Araceli…
Así se pasó todo el mes y simplemente decidí no aparecerme en Facebook, mantener apagado mi celular excepto cuando era de vida o muerte que estuviera encendido, quedarme encerrada en casa y no salir ni a la tienda y sobre todo mantener ocupada para no pensar en ella.
Mi plan iba a la perfección hasta que tuve que ir a la escuela a recoger algunos papeles. Como asignaron fechas y no vi que alguno de mis amigos tuviera que ir ese día no le di importancia y fui sin preocuparme. Llegué y fui a donde me indicaron con toda tranquilidad hasta que vi ahí a Araceli.
Casi me da un infarto pero pude resistirlo, estaba mucho lugares delante de mí y no volteó en ningún momento así que todo debía salir bien. Esperé a que me atendieran y cuando salí las cosas se complicaron.
-¿Ahora si vas a hablar conmigo?-escuché su voz y volteé hacia ella-No tienes pretextos para ignorarme ¿Por qué nunca me respondiste?
-Que casualidad ¿No?-pregunté nerviosa-Verás, salí unos cuantos días al pueblo de mi abue porque no tenía nada que hacer y el teléfono no tenía recepción y mucho menos tenía internet así que no pude ni siquiera mandarles un mensaje pero sólo eso… Por cierto, tengo algunas cosas que hacer y lo mejor será que me vaya…-le dije y comencé a caminar para alejarme de ella pero me tomó del brazo y me llevó con ella hacia otro lugar en que hubiera menos gente.
-Ambas sabemos que eso es mentira ¿Qué te pasa? ¿Crees que después de lo del viernes puedes ignorarme?
-Olvida eso, por favor…-le pedí evitando su mirada-Estaba muy sentimental y había dormido poco por el estrés y no sabía lo que hacía. Finjamos que nunca pasó y…-estaba a punto de terminar cuando sentí sus labios sobre los míos.
-¿Creíste que con confesarte bastaba?-me preguntó tras separarse de mí-Sabes tan bien como yo que ibas en serio con eso, no pongas excusas tontas… Te escuché, ahora me toca hablar-la miré sin decir nada-Me sorprendió que me besaras y salieras corriendo, quise hablar contigo en todo este tiempo porque me sentía igual que tú-la miré sorprendida-Pensé que no sabrías que decir o incluso que me rechazarías y por eso no te lo dije pero en verdad me enamoré de ti; no supe como ni cuando pasó pero un día me di cuenta de lo importante que eres para mí y que no es sólo porque fueras mi amiga, significas mucho más-me tomó de las mejillas y acarició mi rostro-Eres una tonta y siempre estás molestándome, te burlas de lo que digo y hago pero siempre estás a mi lado ¿Cómo no me iba a enamorar…? ¿Me escuchaste verdad?
-¡Eres una tonta!-la abracé-¿Por qué no simplemente me dijiste que me querías en vez de dejarme tantos mensajes? ¡Y no quieres que te moleste! No me hagas decir más ¿De acuerdo? Ya me siento patética…
-Eres patética-también me abrazó y me besó en la oreja-¿Nos vamos? Creo que hay mucho de que hablar…
Caminamos hasta el parque que estaba cerca de la escuela y nos tumbamos en el pasto yo abrazándola y recargando mi cabeza en su pecho y ella rodeándome por los hombros.
-¿Estás bien con eso?-le pregunté si mirarla-Yo siempre he sido así y aunque al principio me costó aceptar lo que siento por ti no tengo dudas sobre eso ¿Y tú?
-De veras eres tonta-se levantó un poco y me miró-Es la primera vez que me siento así por alguien y realmente no me preocupa que se trate de ti, ellos (Brando, Mónica y Liz) lo saben e incluso me animaron para confesarme, les dije a mis papás y aunque se sorprendieron y estuvieron en shock durante un tiempo me apoyaron y dijeron que te conocerían en cuanto aceptaras salir conmigo…
-Mi papá me mata si se entera-la abracé con más fuerza.
-¿Me quieres sí o no?
-¡Claro que te quiero!
-No hay de que preocuparse entonces, ya veremos como arreglar eso ¿Te parece?
-Te quiero-me levanté y la miré fijamente.
-También te quiero-volvió a besarme y de nuevo me recostó sobre su pecho.
Tenía razón, lo que menos importaba en ese momento era lo que quisiera o no mi papá, simplemente debíamos disfrutar y dejar que el tiempo hablara…