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Lo que pasa cuando te enamoras de una amiga por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¡¡Hola a todos!! Siento que tiene mucho que no pasaba por aquí pero no tuve mucho tiempo para escribir y apenas terminé el capítulo.

Bueno ya, no los aburro con mis historias y mejor les dejo el capítulo.

Para ser sincera siempre hubo uno que otro indicio de que no era tan heterosexual como muchos creían, no puedo decir que desde que era pequeña debí darme cuenta pero sí que tras analizar bien mi vida llegue a la conclusión de que era de esperarse.


Siendo clara, hace 5 años cuando entré a la secundaria conocí a una chica: su nombre es Rebeca, es de mi estatura, su cabello  es castaño y quebrado, soy mayor que ella por unos meses, es otaku y fujoshi, fue quien me hizo conocer el yaoi y en cuanto empezamos a conocernos mejor nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común y rápidamente nos hicimos cercanas.


Cuando nos hicimos amigas yo era bastante afectuosa y, para ser sincera, hasta un poco encimosa; ella no era nada afectuosa, evitaba tanto como le era posible dar muestras de cariño. Sentí que le incomodaba tanto cariño por parte mía y decidí dejar de ser así pero curiosamente poco después de mi cambio de actitud como que se invirtieron los papeles y fue ella quien se volvió cariñosa. Por este cambio su mamá comenzó a creer que ella y yo éramos algo más, pero en ese momento yo no estaba consciente de mis preferencias y, por obvias razones, pensé que su mamá lo entendía mal y que lo único que yo quería a Rebeca sólo como una amiga.


Para el siguiente año entró a nuestro grupo un chico, Pablo, quien se hizo amigo de Rebeca y por ello también mío; ellos se entendieron rápidamente porque Pablo también es otaku, para ese momento yo no estaba tan interesada en el anime y no siempre podíamos hablar de la mayor pasión de mi amiga. Llegó un momento en le que se hicieron tan unidos que todos nuestros compañeros de la escuela empezaron a creer que ellos eran novios o que cuando menos se gustaban. Ellos siempre lo negaban pero podía darme cuenta de que él no era muy bueno para mentir y ella me confesó que Pablo había comenzado a gustarle.


Después de un tiempo Pablo se le confesó y, por obvias razones, Rebeca aceptó. Lo que sentí al enterarme no lo recuerdo muy bien, pero si de algo estoy segura es de que fue una noticia inesperada; nunca creí que llegaran a tener una relación más allá de la amistad y de cierto modo me incomodaba un poco su relación porque él empezó a pasar más tiempo con nosotras y siempre quería estar con ella.


Lo menos indicado en ese momento era pensar que se trataba de celos porque no estaba consciente de lo que realmente sentía por ella y sobre todo porque; como ya dije que soy muy posesiva, nunca me ha gustado que cuando estoy con mis amigos más cercanos llegue alguien más a quien no considero tan cercano e intente integrarse así como así y a veces hasta siento como si intentaran separarnos; lo sé, soy rara pero es la verdad.


Siguiendo con la historia, su relación pasó por muchos problemas antes de terminar; y no es porque él fuera fastidioso o algo parecido, sino porque ella no estaba en las mejores condiciones para estar en una relación y a veces le incomodaba tener que estar con él mientras estaba tan mal su situación; pasaba por una crisis depresiva y su felicidad parecía cosa del pasado, se volvió pesimista e iracible, no hablaba de sus sentimientos más que una que otra vez y sólo conmigo, sentía que nadie la entendía y que su existencia era inútil. Me sentía impotente porque nada de o que dijera o hiciera la animaba o la reconfortaba y me limité a acompañarla en su dolor hasta que también empecé a actuar de manera parecida a la suya.


Como la situación no era favorable terminaron rápidamente, y a petición de Pablo, ya que no le encontraba sentido a seguir juntos si Rebeca era tan fría, y a veces hasta hiriente; a pesar de todo no fue lo mejor para ella pues entre tantas cosas que le pasaban esa fue “la gota que rebasó el vaso” y en ese momento se desplomó: justo el día en que terminaron comenzamos a  caminar hacia fuera de la escuela cuando de repente se tiró al suelo y empezó a llorar sin que nadie pudiera detenerla.


No sólo fue un golpe duro para ella pues, aunque no era algo que me afectara directamente, me dolía verla así, me hacía sentir mal verla sufrir por “un idiota que ni vale la pena”. Esto sólo le trajo más problemas porque, como soy sumamente rencorosa, le tomé un rencor que casi llegaba a odio a Pablo. Este rencor me llevo a hacer muchas tonterías de las que ahora me arrepiento al darme cuenta de que no valía la pena, y que dañaron a Pablo, Rebeca y a mí.


Para no darle tantas vueltas sólo les diré que ellos lo intentaron varias veces más y que siempre terminaba igual: él la terminaba, ella se deprimía y yo hacia tonterías para desahogar un poco del coraje que sentía hacia él por lo que le hacía. Al final ambos se dieron cuenta de que no valía la pena seguir con lo mismo y dejaron las cosas como amigos pero yo quedé en medio con esa solución: sabía que en el fondo seguían sintiendo lo mismo uno por otro y que aunque no volvieran a salir las cosas seguirían igual y yo sería la única afectada por esa mezcla de sentimientos que cada vez me ponía peor.


Ahora que lo veo en retrospectiva me doy cuenta de lo tonta que fui, porque si Rebeca estaba tan triste no era por culpa de Pablo; a decir verdad, él sólo llegó en mal momento porque fue en quien yo deposité toda la culpa de la situación de mi amiga para poder reclamar pero sólo fue víctima de lo que pasaba.


También me doy cuenta de que esos sentimientos extraños que no entendía cada que ella se deprimía por terminar con él no eran más que celos, ¿De qué? Nada más y nada menos que de verla sufrir por Pablo mientras yo estaba dispuesta a estar con ella y apoyarla en todo lo que necesitara, porque así era; la quiero tanto que hubiera hecho hasta lo imposible con tal de verla sonreír como antes. Probablemente suena cursi e incluso egoísta, pero estoy consciente de que así eran las cosas y no lo voy a negar, fue difícil darme cuenta y, en un principio, aceptar todos los errores que cometí.


Pues así es como empezaron las cosas, y de ahí en adelante mi situación se fue complicando un poco, principalmente al descubrir mis verdaderas preferencias y darme cuenta de que tengo la suerte de siempre enamorarme de chicas heterosexuales que en su mayoría son amigas mías. Ya habrá tiempo de hablarles de ellas, no son muchas pero la historia es larga…

Notas finales:

Pues aquí termina el capítulo, para el siguiente ya empezaré con la historia principal.

Y se me pasó pero les agradezco mucho la aceptación que ha tenido la historia, nome esperaba tanto apoyo pero les agradezco a todos y cada uno de los lectores, muchas gracias.

Nos leemos después.


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