7. Coliseo en Llamas
En esos momentos, no tenía más opción que mirar el horrible espectáculo que sólo unos cuantas mentes retorcidas entre el público disfrutaban. Smoker no podía hacer más que apretar sus puños y mandíbula con toda su fuerza, haciendo saltar las venas en su piel y partiendo el par de habanos que llevaba en su boca con el filo de sus dientes, dejando el característico color oscuro y el sabor amargo del tabaco sobre sus labios.
¡Estaban lastimando a la persona que amaba, joder! ¿Por qué no lo ayudaba? ¡¿Por qué no hacía nada?! Nunca había sentido tanta frustración en su vida entera, ni siquiera cuando él mismo formaba parte de ese espectáculo. Aun recordaba el día en que había conocido al cirujano de la muerte, la primera vez que lo miró y las primeras palabras que le dijo: “quiero hacer un trato contigo”. Lo único que no recordaba era el momento en que su acuerdo mutuo se había convertido en amor unilateral; de la nada, Law había pasado a ser lo más importante de su vida a pesar de no ser correspondido… y justo ahora, su vida se desvanecía a cada segundo que pasaba.
Su más grande miedo se había vuelto realidad; ya sabía lo cruel que era Eustass Kid, pero aquello rayaba en lo enfermizo. Mancillar a Law frente a toda esa gente era simplemente nauseabundo, y lo peor de todo era que no podía hacer nada o seguramente lo asesinarían. Pero, si al menos podía ayudar a Law... quizá la muerte no sería tan mala opción…
- ¿Smo-yan, se encuentra bien?- le preguntó extrañado uno de sus hombres, pues desde hacía un rato que su superior se comportaba de manera extraña y tenía la boca llena de tabaco
- no, no lo estoy...- escupió con fastidio al piso y luego encendió otro par de puros, para luego ajustarse los guantes de las manos- [[si alguien va a morir, prefiero ser yo y no él]]- endureció sus facciones, y justo cuando iba a saltar a la arena para acabar con ese absurdo, una llamarada surgió a sus espaldas. Smoker se detuvo en seco y miró extrañado aquella figura que se movía entre aquel salvaje fuego, usándolo como puente para llegar hacia la arena- ¡¿Portgas?!
********************************
El cuerpo le dolía por todas partes, pero ninguno se comparaba con el duro golpe a su orgullo; tan sólo quería morir, acabar con todo de una sola vez, pero su agresor estaba dispuesto a humillarlo hasta que exhalara su último aliento, y probablemente lo seguiría haciendo después de que dejara respirar. La sangre se agolpaba sobre el suelo, haciendo un charco de sangre en el que su cuerpo chapoteaba cada vez que ese maldito pelirrojo empujaba entre sus entrañas, abriéndole la carne con cada estocada; realmente parecía que lo partiría en dos como había amenazado hacerlo.
- ¿puedes sentirlo Trafalgar? Aghh… tu culo suplica más de mi polla… ¿Smoker no te da lo suficiente?- una burlona carcajada nació de lo más profundo de su garganta, y sin pensarlo dos veces, abrió las piernas del moreno más de lo que podían para enterrarse más profundo en él, haciendo crujir sus huesos contra el piso- vamos… grita como la perra en celo que eres…
- mátame…- era el único sonido que Law había emitido todo ese tiempo; no había gritos ni gemidos, ni siquiera los típicos insultos que el moreno solía pronunciar; tan sólo esas seis letras vacías que se repetían constantemente en un eco de desesperación- mátame… mátame…
- no hasta que lo pidas correctamente- sujetó al otro de las caderas y arremetió con toda la fuerza que tenía, viendo extasiado el gesto de dolor que el moreno había hecho- fuiste un completo idiota al creer que podías vencerme, Trafalgar… nunca fuiste ni la más mínima amenaza- apretó más los metales que detenían los brazos del otro, y con todo su peso, siguió mancillándole
- ma… mátame…- debía admitirlo, había sido derrotado en más de una forma. Tanto su cuerpo como su espíritu estaban quebrantados, ya no tenía ganas de seguir viviendo; era una lástima que todo lo que había hecho hasta ese momento fuese en vano; jamás vería la luz del sol de nuevo… jamás podría cumplir la promesa que le había hecho a ese hombre.
Quería pedirle disculpas por no haber llegado más lejos, por no luchar hasta el último segundo, pero las palabras no salían; en parte porque la humillación le había drenado la voluntad de vivir, en parte porque la enorme presencia del pelirrojo sobre él le intimidaba…ni siquiera podía ver el sol por última vez, lo único que alcanzaba a distinguir eran los tonos rojizos y naranjas del cielo por encima del hombro del pelirrojo, estaba por anochecer… aunque… esos colores se notaban distintos; de alguna forma, eran más cálidos y hermosos, ¿sería porque al fin estaba muriendo? Sonrió ligeramente y cerró los ojos, no había más que hacer sino esperar la muerte…
- ¡¡Shinka Shiranui!!- esa voz… ¿en dónde la había escuchado? Abrió los ojos de golpe, encontrándose con algo sorprendente; Kid había dejado de moverse, es más, ya ni siquiera sonreía, su atención y su mirada estaban concentradas en el par de lanzas de fuego que le atravesaban de lleno el pecho. Law no pudo hacer más que ver cómo el rostro de satisfacción que, hasta hace unos segundos, tenía el pelirrojo, se torcía macabramente en un gesto de odio puro, haciendo que sus venas se asomaran entre su piel.
- ¿pero qué…? ¡¡Puños de Fuego ha entrado a la arena!!- el narrador había vuelto a hablar al ver la inesperada intromisión; desde que Kid había comenzado con su “juego”, no había dicho absolutamente nada- ¡¡Acaba de atravesar al Capitán Kid con una especie de lanzas de fuego!! ¡¿Cómo ha llegado ahí?!
- ¿Portgas-ya?- el moreno ladeó su cabeza tan sólo un poco con el asombro plasmado en cada parte de su rostro, ¿de dónde había salido?
- tu…- el pelirrojo le miró apenas por encima del hombro antes de salir bruscamente de Law, se cerró los pantalones y se puso de pie para luego girarse, todo sin perder de vista a Ace- estorbo de mierda, ¿qué haces aquí?- las armas y todo el metal cerca de Kid, vibró con firmeza, haciendo que un ruido chirriante se escuchara por todo el coliseo. Aprovechando que la concentración del pelirrojo ya no estaba en él, Law se soltó de las armas que le sujetaban al piso, sobándose un poco las muñecas por el dolor
- ¡¡DETENGAN A PUÑOS DE FUEGO!! ¡¡DETENGAN LA PELEA!!- de pronto todo había estallado en una histeria colectiva; el narrador de la pelea no hacía más que gritar, los guardias del coliseo se conglomeraban en las salidas, impidiendo que los civiles pudieran huir, y por consiguiente, un sinnúmero de pleitos comenzaban a formarse. Los heridos no se hicieron esperar, la gente caía una a una, siendo pisoteadas por la ola de personas que luchaban desesperados por salir- ¡¡MANTENGAN LA CALMA POR FAVOR, TODO VA A ESTAR BIEN!!- pero nadie escuchaba al hombre al micrófono, tan sólo pensaban en salir de ahí con vida- ¡CIERREN LAS SALIDAS! ¡PROTEJAN A LOS TENRYUUBITOS!
- ¿qué…. ¡qué estás haciendo aquí?!- después del shock inicial, fue lo único que pudo decir Law al incorporarse- ¡sólo causas problemas!
- tks, me tratas así a pesar de que te vine a ayudar- le respondió el pecoso, pero sin dejar de mirar a Kid, un descuido podía costarle la vida- ingrato
- ¡yo no te pedí ayuda!- objetó furioso el moreno, cubriendo su desnudez con lo único que tenía a la mano, el abrigo negro de Kid. Era ideal que le quedara grande, cubría todo lo necesario y un poco más
- pero querías que alguien te ayudara, ¿cierto? Puedo verlo en tus ojos… aun no quieres morir…- sonrió ligeramente al ver la cara de confusión del médico- hay algo… que quieres hacer todavía…
-…- Law simplemente se había quedado callado; por un momento, se sintió vulnerable ante la mirada de ese hombre, y eso le molestaba- ¿y qué importa ahora? Nos van a matar de todas maneras, no hay nada que podamos hacer para impedirlo
- quizá tu no puedas o no quieras hacer algo, pero yo sí, porque yo no me he rendido… y quieras o no, vas a salir de aquí conmigo…
- ¡si salen de aquí, será como cadáveres! ¡Viper!- el pelirrojo llamó a todas las armas de metal a reunirse alrededor de sus brazos, formando dos extremidades más grandes y peligrosas que enseguida se dirigieron a donde estaba el pecoso
- ¡¡Enkai!!- las llamas le envolvieron rápidamente en una gran esfera- ¡¡Hibashira!!- una gran columna de fuego se levantó, desviando el ataque del pelirrojo hacia arriba, aunque sin causarle daño alguno a Kid; si quería lastimar a ese sujeto, tendría que acercarse a él y no al monumental número de armas que usaba como ofensiva y defensiva- hotarubi…- extendió las palmas de sus manos, dejando libres cientos y cientos de pequeñas esferas luminiscentes que comenzaron a rodear al pelirrojo
- eso es peligroso…- Law ya había visto antes esa técnica y no quería estar cerca cuando se desatara su verdadero poder. Se envolvió bien con el pesado abrigo y sujetó su nondachi antes de que fuera atraída por el poder del capitán Kid- room- con el movimiento de sus manos, puso en marcha su ya tan conocida técnica, envolviendo la arena en sólo un instante. Con su espada ya desenvainada, comenzó a atacar a los guardias, cortándoles de un solo movimiento; manipuló las partes de hombres cercenados a su alrededor, y les hizo levitar junto con las armas que flotaban a causa de Kid
- ¡hidaruma!- las pequeñas bolas de luz estallaron en pequeñas explosiones que no sólo alcanzaron a Kid, sino también a aquellas partes de seres humanos que flotaban por todas partes, desatando gritos de dolor que le pusieron los nervios de punta a más de uno
- ¡¡me han cortado, ¿cómo es que sigo vivo?!!
- ¡Ah! ¡¡Quema!! ¡¡Quema!!
- ¡¡Ayuda!! ¡¡por favor, que alguien nos salve de estos monstruos!!
Por un momento, los tres usuarios en la arena se quedaron inmóviles, que les llamaran monstruos siempre les alteraba de alguna forma. Kid sólo sonrió complacido y siguió atacando al pecoso, quien detenía sus ataques con paredes de fuego y se escurría entre sus manos con ayuda de su habilidad.
- pelear con usuarios logia siempre es tan molesto- gruñó el pelirrojo, siguiendo los movimientos de su contrincante con la vista- no huyas sabandija- sus dos extremidades de metal se movieron cual largas eran por toda la arena con gran velocidad a pesar del esfuerzo que suponía mover la descomunal masa de metal- en cuanto te atrape, te partiré en dos también…
*******************************
Una vez que los tenryuubito fueron desalojados del coliseo a salvo, los guardias que aún permanecían de pie se dividieron las tareas; un grupo calmaría a los civiles que seguían en el lugar y los ayudaría a salir a salvo, otros someterían a los usuarios que, por alguna razón hasta ese momento desconocida, habían logrado escapar de sus celdas. Para esta última tarea, fueron asignados los guardias más fuertes, los usuarios que alguna vez pelearon por su vida en el coliseo y que ahora peleaban contra los que eran igual a ellos. Desafortunadamente, ya había muchas bajas y heridos en esos momentos, en su mayoría de personas que habían intentado escapar del lugar. Los que todavía podían mantenerse en pie, o al menos arrastrarse por su vida, trataban de escapar por sus propios medios, alterando el poco orden que quedaba.
- señor, ¿qué hacemos?- le habló uno de los guardias a su superior, quien miraba hacia la arena- esos tres siguen peleando, sería arriesgado meterse entre ellos
- preparen las armas y las redes de kairouseki, en cuanto tengamos oportunidad, los capturaremos y les ejecutaremos; no podemos dejar que se sepa lo que está pasando aquí o nos hundiríamos- decía el hombre- ¿cómo va Magellan en las celdas?
- ese tipo es un peligro, me alegra tenerlo de nuestro lado. Ya ha neutralizado a varios usuarios
- no te confíes, ellos no son como nosotros. En cuanto tengan oportunidad podrían volverse contra nosotros… son unas bestias, nunca lo olvides…- hablaba con total desprecio hacia aquellos “seres”- cuando calmemos todo aquí, los honorables tenryuubito quieren ver las ejecuciones de quienes causaron todo este alboroto, así que asegúrense de capturarlos con vida, debemos darles un buen espectáculo si no queremos hacer enojar a los nobles mundiales
***************************
- tact- Law utilizó su habilidad para levantar a un gran número de guardias que comenzaban a rodearles, y mientras levitaban, de un rápido movimiento comenzó a cortarles sin piedad alguna- shambles- las partes giraron y se unieron en forma desordenada, formando criaturas extrañas con extremidades de más o de menos, limitando así su fuerza e incluso su habilidad para moverse- no dejan de venir…- dio un vistazo rápido a su alrededor; a pesar de haber derribado a varios de los guardias, otros más aparecían al poco tiempo; cada vez que venía un nuevo grupo de oficiales, era cada vez más fuerte que el anterior. Y por si fuera poco, Kid y Ace peleaban cerca de él, evitándole moverse con más libertad
- ¡¡PREPAREN LOS CAÑONES!!- en lo más alto del coliseo, se escuchó un estruendo que hizo cimbrar la estructura completa. Grandes cañones salieron de las paredes; con movimientos lentos, apuntaron hacia la arena y se alistaron para disparar en cuanto recibieran la orden
- esto no se ve bien- murmuró bajó el pecoso, podía apostar que las balas de esos cañones eran de kairouseki, caerían como moscas de ser así, ahora más que nada debían escapar- no voy a morir aquí…
- ¡¡no te distraigas puños de fuego!!- el pelirrojo gruñó con furia, y aprovechando esa breve distracción, encerró al pecoso entre sus dos manos como si fuera un pequeño insecto entre las palmas de un niño- te aplastaré, no quedará ni un cabello de ti… ¡viper!- sus gigantescas manos de metal se cerraron con más fuerza, debía aplastarlo antes de que Ace tuviese oportunidad de escurrírsele entre los dedos. Las armas crujían y se pegaban unas a otras, era imposible que su enemigo encontrase un hueco para poder escapar
- ¡Portgas!- hasta Law sabía que Ace no tenía espacio para expandirse entre tanto metal, era prácticamente imposible escapar- ¡room!- concentró su poder en Kid, quizá podía hacer algo- ¿qué…?
- ¡¿qué diablos?!- Kid notó algo extraño en el metal, algo se sentía diferente. En el aire había un sutil pero conocido aroma para él, y al poner más atención a sus brazos de metal, se dio cuenta que su color había cambiado y que algo comenzaba a gotear. Era un material color rojizo, pesado y viscoso que se contraía y liberaba un sutil vapor- no puede ser…- maldito pecoso, era demasiado astuto. En vez de escapar, aumentó la temperatura de sus llamas para fundir el metal de sus brazos- ¡Repel!- las armas y el metal se separaron con rapidez, pero hubo un trozo particularmente grande que no se desprendió de su cuerpo. Su brazo izquierdo estaba atrapado entre el metal al rojo vivo, y del otro extremo, Ace sujetaba su brazo, aumentando cada vez más el calor. Podía sentir cómo su carne se fundía poco a poco con el metal, quemándole cada porción de piel que ese material ardiente tocaba- ¡¡maldito!!- ni siquiera mostró el más mínimo dolor, tan sólo pensaba en liberarse. Con su otro brazo formó un puño de metal para golpear el pecoso, sin embargo, antes de levantar el brazo en contra de Ace, éste tomó una gran bocanada de aire y “escupió” una ráfaga de fuego en la cara del otro, dándole el tiempo suficiente para retroceder.
Aturdido, Kid cayó de rodillas al piso, gruñendo con rabia mientras su mano sana se debatía entre sujetar su adolorida cara o el brazo que parecía derretirse entre el metal semi fundido, era como si, de un momento a otro, se le fuera a desprender por completo. Con la poca lucidez que aún conservaba, Kid comenzó a arrancarse el metal en parte con la mano y en parte con su habilidad; estaba acostumbrado a dominar el metal en su estado más duro, pero ese material tan líquido y maleable era difícil de manipular, simplemente no era su elemento. La otra mano empezaba a quemarse también pero poco le importó, tampoco le importó que se estuviese arrancando la piel junto con el metal, dejando su carne al rojo vivo, tan sólo quería quitarse eso de encima.
Ace le miró con lástima y tomó una gran bocanada de aire, estaba exhausto, pero no había tiempo para descansar, debían salir de ahí antes de que los matasen. Y mientras el pelirrojo se arrancaba la carne trozo por trozo, él corrió hacia Law y le tomó de la muñeca, tirando fuerte de él. El moreno, en cambio, se había quedado pasmado al ver lo que sucedía; jamás creyó que habría un momento en la vida de Kid que se viera tan patético... casi se le sale una sonrisa de sólo verle.
- ¡¡PREPÁRENSE PARA EL FUEGO!!- la atronadora voz de orden retumbó en oídos de ambos, haciéndoles olvidar a Kid por un momento- ¡¡APUNTEN HACIA LA ARENA, DEBEMOS DESHACERNOS DE ELLOS AQUÍ Y AHORA!!
-…- la vida entera de Ace pasó ante sus ojos; tantos momentos y tantos sentimientos se agolparon en su pecho, el corazón se le estrujó y el estómago se le hizo nudo; tantas personas que había conocido, su adorado hermano menor, el hombre que más había amado en su vida… todo, perdería absolutamente todo en sólo unos pocos segundos- no… ¡¡NO VOY A MORIR AQUÍ!!- su voz retumbó entre las paredes del coliseo, expandiéndose en una fuerte ráfaga que nadie podía ver, pero que sí sentían… era como un golpe recio contra ellos, un golpe que les dejó sin aire y sin fuerzas para seguir de pie… de pronto, las personas habían comenzado a caer una a una, otras más se quedaron paralizadas por aquella espeluznante sensación
- [[¿a caso el acaba de…?]]
- ¡¡¡FUEGO!!!- pero las armas no se dispararon- ¡¿QUÉ ESPERAN?! ¡¡HE DICHO FUEGO!!- nada, ni una sola respuesta. Todos los artilleros habían terminado inconscientes de forma misteriosa- ¡¿QUÉ SUCEDE?! ¡¡HAGAN ALGO!! ¡¿DÓNDE ESTÁN LAS REDES DE KAIROUSEKI?!
- ¡Portgas-ya, debemos deshacernos de los cañones!- le gritó Law para llamar su atención. Calculó la distancia con la mirada, sus poderes no podrían llegar hasta allá; no sabía cuánto tiempo estarían inconscientes los guardias, y lo que era peor, las personas que seguían de pie eran claramente más fuertes que las que yacían en el piso
- sé cómo salir de aquí- dijo sorpresivamente el pecoso con una sonrisa y semblante bastante confiados- si tan sólo pudiéramos…- pero antes de que terminara de hablar, la sofocante presencia de Kid apareció de nuevo. Ace dio un largo salto, esquivando el enorme brazo de metal por apenas unos milímetros
- ríndete Eustass-ya, has perdido- su mirada se afiló hacia al pelirrojo a la vez que tomaba posición de ataque con su espada
- ¡yo no pierdo!
- eres patético, Kid- el pecoso estaba de pie sobre el brazo mecánico, mirándole fijamente. Ya no parecía la bestia sedienta de sangre de hace unos momentos, más bien, era como un animal herido luchando porque no le hicieran más daño- no tienes nada por qué luchar, tan sólo hazte a un lado y no estorbes
- jodido pecoso- sacudió su brazo con fuerza para quitárselo de encima. Repentinamente, su brazo se deshizo, y en su lugar, las armas comenzaron a compactarse de tal forma que formaron esferas de metal flotando a su alrededor- ¡repel!- las bolas fueron a la velocidad que una bala de cañón directo contra Ace, quien fácilmente las brincaba y las usaba para impulsarse, yendo cada vez más arriba
- ¡¡eres muy lento!!- le gritó desde lo alto, provocando la furia del pelirrojo- ¡¿no sabes otros trucos?!
- ¿qué hace ese idiota?- mientras Ace jugaba con Kid, los guardias llegaban al lugar, y lo peor de todo era que la mayoría eran usuarios- no tenemos tiempo para esto…
- ¡¡LAW!!- el pecoso intercambió miradas con Law, y de pronto, una de sus manos apuntó el cielo mientras daba otro salto, posicionándose más arriba que hace un momento
- eso es…- al principio no lo había entendido, pero con ese simple gesto de manos, pudo descifrar el plan de Ace… escapar desde arriba. Había escuchado alguna vez que había un puñado de frutas del diablo que daban la habilidad de volar a quienes las comían; siempre creyó que eran sólo una leyenda, pues jamás había visto a un usuario con tal poder, pero ahora se daba cuenta de todo… si no había usuarios voladores en los coliseos era porque nadie los podía atrapar… escapar por arriba era el camino más corto a la libertad que tanto ansiaban- ¡Room!- su cuarto de operaciones apareció nuevamente- ¡shambles!- intercambió lugares con una de las esferas que levitaba en el aire, y justo como hacía Ace, comenzó a utilizar las otras para impulsarse y subir
- ¡no huyan malditos cobardes!- era imposible, por más que quisiera, Kid no podía alcanzarlos. Poco a poco se transformaban en un punto difuso en el cielo cada vez más pequeño- ¡¡regresen!! ¡¡los mataré!! ¡¡JURO QUE LOS MATARÉ!!- de pronto sintió una bala perforándole la carne y drenándole la fuerza, sin duda era kairouseki. Las bolas de metal cayeron como una lluvia pesada que aplastaba todo lo que tocaba. Kid bajó miró primero su herida y luego la arena, no se había dado cuenta en qué momento lo habían rodeado
- ¡Ríndete Capitán Kid!- el hombre, que claramente era un guardia, disparó, pero ese no era un proyectil común; la bala de pronto explotó en el aire y una red se expandió, enredándose satisfactoriamente en el cuerpo del pelirrojo. Kid comenzó a maldecir mientras intentaba romper la red con sus manos, pero fue inútil- ¡un objetivo capturado!- otros guardias se apresuraron a inmovilizar al pelirrojo antes de que se liberara una vez más- ¿dónde están los otros dos?
************************
Cuanto más alto iban, el azul del cielo se veía más claro, más hermoso; la sensación de libertad era tal que casi podía palparse… pero su plan, literalmente, comenzó a desplomarse. Las esferas de metal que Kid había formado se habían detenido de pronto y habían empezado a caer, y ellos también caían por consecuencia.
- no… ¡no voy a regresar a ese lugar!- como pudo, Ace sujetó a Law por el abrigo, y con la mano libre, concentró una gran cantidad de fuego en el puño- ¡¡Hiken!!- su ataque parecía ir dirigido a la nada, pero de hecho tenía un gran propósito. Aprovechando el poder de su ataque, el pecoso logró impulsar a él y al moreno por los aires- ¡Hiken!- un nuevo ataque los guio en otro ángulo, saliendo finalmente del espacio aéreo del coliseo y, por al menos un momento, del rango de visión de los que estaban abajo
- salimos…- murmuró el médico más que sorprendido; de verdad estaban fuera, cayendo, pero finalmente fuera- no puedo creerlo… salimos… Portgas-ya…- su mirada se giró hacia el rostro del pecoso, notando algo extraño en su semblante; de hecho, ahora notaba que su cuerpo estaba notablemente más caliente que la última vez que le había tocado- oi… joder… - el pecoso simplemente no respondía, parecía ido, por lo que no podría depender de su habilidad para frenar su caída- Room- rodeó a ambos con su poder y esperó a estar lo suficientemente cerca de algún objeto. Después de unos segundos, la esfera azul que había formado Law tocó finalmente una de las muchas burbujas que rodeaban la isla de Sabaody, por lo que intercambió lugares con ella; ambos seguían cayendo, pero esta vez las burbujas de la isla chocaban contra ellos, frenando la velocidad de su caída. Una de las tantas burbujas cedió ante ellos y les encerró, haciéndoles bajar lentamente hasta caer finalmente al suelo.
Law rompió la burbuja con su espada y se sentó en el piso unos segundos para recuperarse aunque fuera un poco, asegurándose de no estar más dañado de lo necesario. con ayuda de su nondachi, se puso de pie nuevamente y miró el número que tenía grabado el enorme árbol que regía el manglar; estaban en el grove número 4 de la isla, área que pertenecía a la zona sin ley de la isla. No estaban tan lejos del coliseo, y seguramente ya se abrían dado cuenta de que habían escapado, así que no había ni un solo segundo que perder; si no se movilizaban, los capturarían sin duda alguna. Miró a su acompañante, el pecoso seguía en el piso, por lo que era fácil suponer que había perdido la consciencia. El médico le miró desde arriba antes de empezar a caminar; ¿qué importaba que lo dejase ahí? Es más, podría ser un beneficio para él, si se concentraban en puños de fuego, sus posibilidades de escapar aumentaban considerablemente. Sin embargo, cada vez que daba dos pasos, retrocedía uno… dejar a Ace ahí era cruel incluso para su gusto, después de todo, había salido del coliseo gracias a él. Suspiró con pesadez, a veces su instinto médico era realmente molesto. En cuanto lograse curarle esa atroz fiebre que tenía, lo dejaría a su suerte.
- ¡¡White Out!!- una espesa nube de humo les rodeó rápidamente y se condensó con la misma rapidez en la que había aparecido, atrapando a ambos- no pensé que de verdad saldrían- una columna de humo se alzó del piso y pronto comenzó a cobrar forma humana- los tenryuubito no estarán felices…
- Smo-ya…
- ¿por qué lo seguiste?- interrogó al moreno con una evidente ira en su mirada- ¡¡se suponía que sería yo quien te salvara!!
- ¡Pero no lo hiciste, imbécil!- le gritó indignado el moreno- ¡no puedes enojarte por algo que fue enteramente tu culpa!
- eres un hombre despiadado, Trafalgar- la pantalla de humo que dominaba los sujetó con firmeza- hice todo lo que podía para ayudar y me pagas con veneno puro…- el humo se estiró y luego se contrajo, causándole al cuerpo de Law más daño de lo que ya había recibido- sólo… dale las gracias a Portgas por mi…
Continued…