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Cita a Ciegas por Serenamoon

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Notas del fanfic:

Los persojanes no me pertenecen, son de su grandisimo creador.

Este fic esta dedicado a KIKI  y a su amiga ROSALIA.


No es mucho lo que hago por aliviar lo que seguramente estan viviendo, pero soy una convencida que los grandes cambios vienen de pequeños actos. Cada uno tiene que aportar su granito de arena para ayudar y hacer de este mundo un lugar mejor.

Rosalia espero que te guste la historia, el domingo voy a publicar la segunda parte, para que celebres tu cumple y deseo de ♥ que ayude a sentirte un poquito mejor.

Voy a rezar por tu salud, fuerza para afrontar esta dura prueba que te ha puesto la vida y que disfrutes este pequeño obsequio para vos.

Notas del capitulo:

Mis queridos lectores, seguramente muchos diran ¿que hace publicando un fic nuevo si no ha actualizado los que ya tiene de antes? Y tienen toda la razon, pero voy a explicarles los motivos.

En primer lugar esta historia la venia escribiendo desde haces dias, a pedido de KIKI, para su amiga Rosalia que cumple años el 15/12 y se encuentra pasando un mal momento a causa de una terrible enfermedad, y como no me cuesta nada le cumplo, deseando que le sirva para distraerse un poquito aunque sea. Es mi humilde aporte para aliviar su situacion.

En segundo lugar, no se si ustedes vieron las noticias pero esta semana hemos vivido momentos muy dificiles en mi pais y en mi provincia (Tucuman-Argentia) Hemos pasado dias de puro miedo, desesperacion, rabia e impotencia cuando la policia decidio dejarnos abandonados en manos de los maleantes que saquearon, destruyeron y lastimaron a la poblacion. La pasamos realmente mal y hoy po hoy todavia estamos asustados (yo por lo menos) y sumamente desilucionados y demas cosas que me hicieron que se me vaya la inspiracion. Ademas de que tuvimos que estar en vela y en guardia dos dias seguidos cuidando nuestras casas y los negocios de nuestro vecinos.

Espero que puedan entenderme y prometo actualizar lo mas pronto posible, quizas no respete los dias establecidos la semana que viene y cuando tenga el capitulo de cualquier fic lo publique y listo.

 

CITA A CIEGAS

I parte

 

Konoha era una pequeña pero prospera ciudad, llena de jóvenes profesionales muy emprendedores y con ganas de triunfar. Uno de ellos era Uzumaki Naruto, un joven publicista de 28 años, dueño de su propia empresa dedicada a la asesoría de imagen de los mas destacados personajes del mundo del deporte y el espectáculo.

Le había costado mucho, trabajar, estudiar, buscar contactos, hasta que por fin cinco años atrás había logrado su sueño de ser su propio jefe. Las horas extras, las noches en vela, los días sin comer más que una galleta con una taza de café y su falta de vida social habían dado sus frutos, su empresa era la numero uno de la ciudad y tenia varios clientes de otras ciudades, algunos reconocidos a nivel internacional, lo que lo llenaba de orgullo y satisfacción.

Por fin podía darse el lujo de trabajar jornadas normales, entre 8 y 10 horas diarias y de disponer de sus fines de semana, incluso estaba planeando unas muy merecidas vacaciones para el verano, después de casi diez años trabajando sin parar un día, se las merecía.

Naruto era una persona muy sociable y querible, pero por su poco tiempo había descuidado sus amistades y ni hablar de sus relaciones, su intimidad se veía reducida a su habitación, su mano y un juguetito de goma de tamaño normal que usaba de vez en cuando. Por suerte para el tenia amigos incondicionales que a pesar de su falta de tiempo lo seguían queriendo y se preocupaban por el. Uno de ellos era Uchiha Sai, amigo desde la preparatoria y que tenia algo en común con su persona, ambos eran homosexuales abiertos y declarados, y estaban orgullosos de serlo, la diferencia era que Sai estaba felizmente casado desde hacia siete años y Naruto no tenia ni un perro que le ladrara, literalmente hablando, porque no tenia tiempo para cuidar una mascota.

Un día Sai invito a Naruto a tomar un café, sin darle posibilidades de rechazarlo y el rubio acepto encantado, extrañaba a su mejor amigo y tenia tiempo para verlo. Luego de llegar y abrazarse por un largo rato se sentaron y se contaron sus cosas. Hasta que Sai llego al tema que le interesaba.

-  Gaara y yo pensamos que es hora que conozcas a alguien – dijo refiriéndose a su esposo – dijiste que querías organizar tu vida y empezar a socializar mas, una pareja nos parece que te vendría bien.

- Sai no estoy listo – quiso decir.

- Por favor Naruto, han pasado diez años desde eso, ya estas listo, mucho mas que listo – dijo algo molesto – y no puedes negarte ya esta arreglado, el sábado a las 8 en tu lugar favorito.

- ¿Una cita a ciegas? – pregunto dudoso y algo temeroso.

- Sip, Gaara decidió que harías buena pareja con el esposo de su hermana – el rubio abrió los ojos como platos.

- ¿Gaara quiere que su hermana sea cornuda?

- Idiota, la hermana de Gaara murió hace cuatro años, dando a luz a sus hijos – blanqueo los ojos – te avise del funeral pero no pudiste ir porque habías viajado a EEUU – Naruto asintió recordando vagamente aquello – el viudo esta libre, disponible y listo para ti así que aprovecha.

- Pero Sai – quiso protestar, pero que diría - ¿el acepto?

- No tuvo opción – dijo con una malévola sonrisa y siguió bebiendo su café. El rubio hizo un puchero resignado y asintió, no tenia nada por perder. Si no le gustaba no lo volvería a ver y listo.

El día de la cita llego, y estaba más nervioso de lo que debería. Es decir ¿Por qué se preocupaba  de su ropa? ¿Acaso quería impresionar a un desconocido? “Puede ser el amor de tu vida”. Le dijo la maldita voz de su conciencia y se esmero en arreglarse, además no podía andar así como así por la calle, como asesor de imagen tenia que cuidar la suya muy cuidadosamente. Se miro al espejo y se sintió complacido. El pantalón negro, ligeramente ajustado le quedaba de maravillas, las horas de Pilates y montando bicicleta habían funcionado. Se coloco una camisa vino tinto, sin corbata y un pendiente de diamante en su oreja derecha. Su rubios cabellos no tenían solución así que ni se molesto en acomodarlos, tomo su cartera, las llaves y salió. No quería llegar tarde y dar una mala primera impresión.

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Shikamaru Nara era un hombre de 38 años, muy guapo, alto, de cabellos negros y ojos del mismo color, piel clara y facciones masculinas y hermosas. Además era sumamente inteligente, una de las mentes mas prodigios de la época, dueño de una empresa de informática que había desarrollado el software de mayor éxito en el momento, todo un genio. Era viudo, su amada esposa había fallecido luego de un accidente de transito, trayendo al mundo a sus dos hijos, mellizos, niña y niño de cuatro años de edad. Sus pequeños eran la luz de sus ojos, su razón para no haberse perdido en la depresión luego de su perdida y el motivo por el que a pesar de todo sonreía todos los días.

Su familia había sufrido mucho la muerte de la hermosa Temari, su madre la adoraba y su padre igual. La mujer no tenia padres al momento de su muerte, solamente dos hermanos, sus cuñados y en ese momento amigos, los que lo llamaban siempre, lo invitaban a cenar, lo visitaban y cuidaban a sus pequeños cuando él no podía. El menor de sus cuñados, un pelirrojo de ojos aguamarina, había convencido a su esposo de que se mudaran a dos casas de la suya, por lo cual eran vecinos y le daba más posibilidades al menor de meterse en su vida. Como era el caso. Subaku no Gaara, ese era su nombre, había acordado para el una cita a ciegas, con una amigo de su esposo Uchiha Sai y no le había dado posibilidad de negarse, debía ir o ir. Al principio había alegado que no quería salir con un hombre, pero el pícaro pelirrojo le recordó su bisexualidad y que  la relación anterior a su hermana había sido con un hombre, un compañero de la universidad. Luego intento con los niños, pero él le dijo que no se preocupara que su marido y él los cuidarían. Vio que era inútil seguir argumentando así que acepto desganado. Iría, seria borde y antipático y acabaría con esa estúpida idea de que el necesitaba una pareja. Estaba perfectamente bien solo con sus hijos, no necesitaba a nadie mas, o por lo menos eso se decía a si mismo y los demás, porque la realidad era otra, y aunque la negaba con todas sus fuerzas no podía evitarla.

Llego al lugar de la cita quince minutos antes y se sentó en la barra. Le había preguntado a Sai como reconocerlo y el simplemente le había respondido “lo reconocerás, te lo aseguro”. Era la respuesta más estúpida que ese hombre le había dado, y eso que estaba acostumbrado a escucharlo hablar cosas sin sentido. ¿Cómo demonios reconocería a alguien que no conoce? Bufo y luego dio un trago a su vaso. Suspiro antes de mirar nuevamente a la entrada y se quedo sin aliento al ver lo que allí había. El ser mas perfecto que hubiera visto en su vida. Los rubios cabellos brillaban con luz propia, y los hermosos ojos parecían dos zafiros, pero mucho mas brillantes. Noto que el individuo buscaba a alguien y se sorprendió al encontrarse a si mismo rogando porque fuera su cita a ciegas. ¿Qué demonios le pasaba? Se sentía un adolescente hormonado y tonto. El rubio camino a la barra y menos de dos metros de él le hablo al cantinero.

- Buenas noches dattebayo – el hombre que lo atendía sonrió – quisiera un Martini – el hombre asintió y el rubio se giro para seguir mirando, en un momento sus miradas se encontraron. “Lo reconocerás”. Resonó en su cabeza y decidido se acercó, si no era su cita haría que lo fuera.

- Hola – dijo educadamente – al parecer buscas al alguien – el rubio sonrió y se sonrojo al verse descubierto.

- Me siento tan tonto – confeso apenado – mis amigos me arreglaron una cita a ciegas pero jamás pregunte como seria o como lo reconocería – elevo los hombros – es mi primera cita a ciegas y se me paso.

- Si tus amigos son Uchiha Sai y Subaku no Gaara acabas de encontrarme – le sonrió como hacia mucho no lo hacia. El rubio abrió los ojos y sonrió ampliamente mientras le extendía la mano.

- Uzumaki Naruto, gracias por encontrarme dattebayo – el se la estrecho y no pudo evitar sentir la corriente eléctrica que lo recorrió de pies a cabeza.

- Nara Shikamaru, gracias por venir – dijo sin soltarlo, los dos se perdieron en los ojos del otro por un rato hasta que le camarero llego para indicarles que su mesa estaba lista. Apenado el rubio se sonrojo y se soltó para seguir al empleado. Se acomodaron y se quedaron callados unos instantes.

- Esto es raro – dijo el rubio – hace años que no tengo una cita.

- Ni yo – dijo el otro – ya me he olvidado como se hace.

- Somos dos dattebayo – dijo divertido y mas relajado el rubio – mi trabajo no me daba tiempo para nada.

- Gaara me dijo algo de que eras un adicto a tu trabajo – se sintió desfallecer al ver el puchero que hacia el rubio.

- No tenia mas opción, quería abrir mi propia empresa y debía esforzarme y ganar dinero dattebayo – respondió con otro puchero – pero ahora estoy mas relajado, ya esta todo marchando sobre ruedas.

- Que gusto saberlo, brindemos por ello – dijo sirviendo el vino que les acababan de dejar y luego brindaron – es genial que haya cumplido tu sueño – el rubio asintió y luego suspiro con melancolía.

- Si, pero he sacrificado mi vida por ello, lo bueno es que no soy tan viejo todavía – sonrió de nuevo.

- Claro que no eres viejo ¿Cuántos años tienes?

- 28 ¿y tú? – pregunto interesado.

- Diez mas que tu – dijo sorprendido, su compañero no aparentaba mas de 20.

- Vaya, todo un anciano – bromeo Naruto y ambos rieron – pero no pareces.

- Gracias, tu tampoco pareces de esa edad, me atrevo a asegurar que te piden identificación en algunos lugar aun – Naruto abrió los ojos sorprendido y asintió divertido.

- Hace dos semanas mi socia me convenció de ir a un club que acababan de abrir y el portero me dijo que era para mayores de 21, no me creía mi edad, ni siquiera con el documento en mano, pensó que era falso, le di mi licencia de conducir, mi tarjeta de crédito, incluso la tarjeta de la biblioteca y la del gimnasio y recién se convenció. Fue vergonzoso, estuve como veinte minutos en la puerta antes que me dejara avanzar – negó con la cabeza – no regreso jamás.

- No puedes culparlo, no pareces tener la edad que aparentas – el rubio asintió resignado - ¿y que haces para divertirte?

- Recién ahora tengo tiempo para eso, y siento que no puedo hacer todo lo que quiero. Me he anotado en el gimnasio y eso me hace sentir bien. Además los sábados tengo grupo de lectura, lo cual me fascina porque amo los libros, a pesar de que de vez en cuando tengo que leer alguno de cocina o de bordados, pero eso pasa cuando todas mis compañeras son mujeres – elevo los hombros y Shikamaru sonrió – los domingos tomo clases de vuelo, quiero pilotear un helicóptero y después una avioneta, adoro volar es tan relajante.

- Cuando quieras puedo darte una vuelta en el helicóptero de la compañía – eso sorprendió gratamente al rubio.

- ¿Qué compañía?

- Narasoft – Naruto abrió la boca dé la impresión, al asociar el nombre de su cita con el de la famosa compañía de informática – si soy yo – respondió la muda pregunta.

- Oh por Kami, estoy cenando con uno de los millonarios mas millonarios del momento – exclamo algo acalorado – me siento un poco incomodo creo.

- ¿Por qué? – pregunto interesado.

- No lo se, jamás me imagine cenando con un millonario dattebayo, es extraño.

- Para mi no, el dinero no tiene nada que ver aquí ¿no te parece?

- No, pero – suspiro – no lo se, pensé que Sai me iba a presentar a alguien mas normal.

- ¿No soy normal? – Cuestiono divertido.

- Bueno, eres un genio multimillonario, eso no es ser exactamente normal.

- Tal vez tengas razón, pero si me conoces un poco mas notaras que no somos tan distintos – el rubio frunció los labios en desacuerdo – probemos, nos diremos nuestros gustos y hobbies y veras que es verdad lo que digo – propuso seguro.

- Bien, en ese caso dime como te diviertes – pidió.

- Pues, en primer lugar disfruto pasar tiempo con mis niños – el rubio asintió – me gusta sacarlos de paseo, jugar con ellos. Hace quince días fuimos a Disney por el fin de semana y fue realmente divertido.

- Aja – dijo el rubio elevando su dedo – las personas normales no nos vamos un fin de semana a Disney – el Nara frunció el seño, ¿Qué tenia de extraño ir a un parque de diversiones con sus hijos?

- No tiene nada de extraño ir al parque de diversiones con mis hijos – expreso en voz alta lo que pensaba.

- Pues no, si los llevas al parque de la ciudad, pero no a Disney – corrigió el rubio.

- No veo la diferencia, solo unos dólares más.

- Muchos dólares más – agrego Naruto.

- El dinero no es problema para mí, no veo que sea una rareza.

- No del todo, pero no eres del común de la gente.

- Tu tampoco – dijo el azabache.

- Yo si soy normal, trabajo duramente para mantenerme y vivo una vida modesta y simple.

- Porque así lo quieres, pero dudo que tengas problemas económicos.

- Pues no los tengo, pero no soy millonario.

- ¿El que sea millonario me quita puntos? – el rubio no respondió – es realmente irónico, ya que la mayoría de las mujeres y hombres matarían por relacionarse con un millonario.

- Yo no soy como la mayoría – admitió el rubio.

- Lo se, y eso es lo que te hace mas fascinante – le guiño un ojo sonrojándolo – pero en serio, si te molestan mis millones los dono y listo, no me juzgues por ellos – Naruto hizo un gesto con la mano quitándole importancia.

- No te juzgo solo que no quiero que la gente piense que soy un trepador o algo así – suspiro – es horrible que te tachen de eso.

- ¿Te paso? – asintió sin mirarlo a los ojos. Les sirvieron la cena que habían ordenado - ¿quieres contarlo?

- Resumiendo, cuando tenía 16 y era un chiquillo iluso e ingenuo conocí al que creí era el amor de mi vida. El tenia 20, era perfecto físicamente, muy inteligente, sexi, atento y todo lo que tiene que tener un casanova del siglo actual, sumándole los millones de su padre – Shikamaru asintió – el asunto es que su padre no quería que su hijo fuera gay, y mucho menos quería que lo fuera con pobre huérfano muerto de hambre como yo – suspiro – me invitaron a una fiesta, cuando el cumplió los 21 años y te juro que jamás en mi vida me sentí mas humillado – cerro los ojos para que las lagrimas no salieran, ya no lloraría por ello – me hizo sentir de menos frente a sus amistades, insinuando de manera indirecta y no tanto que yo era una zorra que solo quería el dinero de ellos. Todos se rieron de mi, me insultaron, incluso me tiraron un trago encima. Me había pasado dos meses trabajando horas extras para comprarme un traje decente para la fiesta y me lo arruinaron en cinco segundos. Lo peor fue que mi novio no me defendió, me ignoro toda la noche y cuando me humillaban se hizo el desentendido. Obvio que lo deje después de eso, fue demasiado para mi.

- Lo lamento – dijo el Nara sorprendido por la historia – fueron unos desgraciados, pero lamentablemente en la gente adinerada nunca faltan esas situaciones, por eso yo no tengo mucho contacto con ellos, solo con mis amigos de siempre y con aquel que me demuestre que no es tan hueco y superficial.

- De todos modos ya paso, pero creo que me quedo cierto resentimiento hacia las personas de la alta sociedad – confeso algo apenado – lamento haberte juzgado.

- Descuida, es lo normal, aunque no fui millonario toda mi vida, al igual que tu tuve que trabajar mucho para estar donde estoy – Naruto asintió – de todas maneras me da gusto que me confesaras eso, así sabré que no tengo que llevarte a fiestas pomposas para deslumbrarte.

- ¿Piensas invitarme a salir de nuevo? – pregunto nuevamente sonrojado y con la mirada brillando de esperanza.

- Todas las veces que gustes – el rubio sonrió satisfecho.

- Eres todo un don Juan – bromeo.

- Para nada, solo he tenido dos parejas en mi vida, y ambas se me declararon, jamás he seducido ni conquistado a nadie.

- Pues de te da bastante bien para no saber – admitió sacándole una satisfactoria sonrisa – yo solo he tenido una pareja, la que te conté después me costó confiar nuevamente, y cuando quizás estuve listo no tenia tiempo.

- No quiero ser malo, pero me alegro que así fuera – confeso mirándolo a los ojos – eso me dio la oportunidad de conocerte.

- Oye, estás muy galante, ¿en serio jamás has conquistado a alguien? – El Nara negó divertido – debe ser por lo que eres un genio dattebayo.

- Tal vez, lo que me sorprende es que pasaras mas de diez años sin que nadie te conquistara – el rubio se sonrojo.

- Es que soy muy difícil dattebayo – admitió – no dejo que cualquier se acerque a mi lo suficiente como para seducirme.

- Que suerte la mía – comento feliz mientras bebía otro trago de vino. El rubio sonrió y se sonrojo nuevamente, nunca nadie había sido tan así con el. Se sentía feliz de haber asistido a la dichosa cita a ciegas. Siguieron charlando de sus vidas, gustos musicales, comida, viajes deseados, realizados, alguna que otra anécdota divertida y/o vergonzosa, hasta que llego la hora de retirarse, puesto que el lugar iba a cerrar. Habían cenado, comido postre, tomado café y ni siquiera notaron el pasar de las horas, la compañía era muy grata y el tiempo se paso volando para ambos - ¿tienes tu coche? – pregunto Shikamaru cuando salieron del restaurante.

- Esta en el taller, vine en taxi y ahora mismo me consigo otro – estiro el brazo para hacer parar uno pero se lo impidió una mano.

- Déjame llevarte, mi coche esta al frente.

- No quiero molestarte, es tarde ya.

- Con mas razón, y no me molestas, quiero saber donde vives para poder buscarte cuando no respondas mis llamadas – dijo divertido pero hablando en serio mientras abría la puerta del copiloto – sube, no es nada – Naruto asintió y se acomodó en el asiento del lujoso coche, muy bonito y deportivo, como le gustaban a el – dime donde – le dio su domicilio y Shikamaru emprendió viaje muy contento de poder conocer donde vivía su rubio, porque ya se sentía su dueño y no había manera de que eso cambiara. En el viaje que no fue largo siguieron charlando, Naruto reviso brevemente su correo en el teléfono y cuando se quiso dar cuenta estaba en la entrada de su edificio – muy bonito, es una zona bastante tranquila además – observo el moreno cuando lo acompañaba a la entrada.

- Si, si, Sai me dijo que si vivía solo tenia que conseguir un lugar seguro y tranquilo, lo demás era secundario – el Nara asintió complacido – antes vivía en un mal vecindario y sufrí asaltos y golpes una vez incluso intentaron violarme – recordó estremeciéndose – pero aquí me siento a salvo. Vivo en el octavo piso, departamento B, por si te interesa.

- Me interesa y mucho – reconoció seguro mirándolo a los ojos – tengo que decirte que ha sido una velada maravillosa, ha sido un verdadero placer conocerte – le acaricio una mejilla - ¿a ti que te pareció?

- Lo mismo – hablo entrecortadamente y en un susurro, estaba demasiado nervioso la emoción – me la he pasado genial contigo, espero que se repita.

- Eso seguro rubito, ahora que se donde vives jamás te libraras de mi – ambos rieron – voy a llamarte en estos días para vernos, espero que hagas un lugar en tu agenda.

- Si llamas con un par de días de anticipación – dijo serio.

- Nada de eso, cuando te pida una cita me dirás que si o voy a secuestrarte, Sai dijo que tu trabajo ya no requiere de tu presencia todo el tiempo, así que no tienes excusas.

- Y si no quiero verte – dijo retándolo, pero sin dejar de reír.

- Yo me encargare de que si quieras y ahora vete adentro que ya no me aguanto las ganas – dijo algo nervioso.

- ¿Ganas de que? ¿Te presto el baño? – ofreció cálidamente. El Nara rio negando con la cabeza y le tomo el rostro con las manos, acercando el suyo demasiado, tanto que sus alientos se mezclaban.

- Ganas de comerte la boca a besos – admitió con la voz ronca. El rubio trago en seco.

- ¿Y por qué no lo haces? – dijo con un hilo de voz y mas rojo que un tomate.

- Porque si empiezo no voy a parar y quiero que nos conozcamos mejor antes de hacerte el amor – reconoció y luego le beso la frente – ve a dormir mi rubio hermoso, mañana te llamo – le abrió la puerta con sus llaves guiándolo adentro – descansa – Naruto no podía decir nada aun, solo sonreía como bobo y asentía – cierra así me voy tranquilo sabiéndote a salvo – el rubio comenzó a cerrar pero entonces recordó algo.

- Oye no tienes mi numero dattebayo, nunca me lo pediste – indico con el seño fruncido.

- Claro que lo tengo, y tu tienes el mio, ahora entra – lo empujo suavemente y luego cerro la puerta para alejarse con una sonrisa en el rostro. Había sido su mejor noche en años. Definitivamente les debía un enorme regalo a su pelirrojo cuñado y al esposo de este.

 

Dos días después de aquella cita, cierto rubio se encontraba en su oficina cuando recibió una visita, su muy querido mejor amigo llego con dos vasos de café y panecillos.

- Buenas Naru-chan – saludo Sai - ¿Cómo has estado?

- Muy bien dattebayo, terminando un discurso para un cliente – le sonrió – gracias por el café.

- Por nada – dijo sonriente – y dime ¿Cómo te fue? – El rubio fingió no saber a lo que se refería – no te hagas, te hablo de mi concuñado.

- Shika kun – dijo con una boba sonrisa y un leve sonrojo en las mejillas. Sai no necesito más que eso, pero igual quería escucharlo – pues me fue muy bien, es bastante agradable.

- El piensa lo mismo – dijo captando toda la atención de su amigo.

- ¿En serio? ¿Qué te dijo? – demando emocionado.

- Pues dijo que eras muy agradable y que fue una buena idea mandarlo a esa cita a ciegas.

- ¿Y? – pidió el rubio.

- Y eso, supongo que te llamara para quedar otro día ¿verdad?

- Eso dijo – respondió frunciendo el seño – pero aun no llamo.

- Es lunes apenas – dijo divertido Sai – seguro te llama mas tarde o mañana, quizás no quiere parecer desesperado – en realidad era eso, Sai lo sabia perfectamente, ya que su esposo le había aconsejado que esperara un par de días para llamarlo, así no lo asustaba.

- Supongo – dijo  no muy convencido – aunque nunca me pidió mi numero, dijo que ya lo tenia ¿a ti te lo pidió? – Sai negó con la cabeza – entonces me mintió, para no tener que pedir mi número.

- Shikamaru no es de mentir – dijo Sai mas que divertido, su amigo era un libro abierto y podía leer en sus expresiones que deseaba mucho esa llamada – si dijo que te llamaría, lo hará y si dijo que tiene tu número es porque lo tiene.

- Bien, voy a esperar un par de días, pero si no me llama lo olvidare del todo y seguiré mi vida – Sai asintió – Sakura chan dijo que me iba a presentar un amigo y le dije que no porque estaba interesado en alguien, pero si no da señales conoceré a su amigo y me acostare con el, necesito urgente una buena noche de sexo – suspiro.

- Es lo que te digo desde hace años – dijo asintiendo Sai.

- Lo se, pero no tenia tiempo, además no voy a andar revolcándome con cualquiera por ahí, yo no soy así.

- Lo se kitsune, por eso te presentamos a Shikamaru, el tampoco es de andar revolcándose con cualquiera por ahí, si tuvo sus amantes, porque el hombre tiene necesidades – a Naruto no le gusto saber eso – pero fueron solo sexo, cosa de una noche o dos, nada serio con ninguna.

- Genial, a lo mejor me quiere agregar a su lista de amantes – dijo con el seño fruncido.

- Para nada, si pensáramos eso no dejaríamos que se te acerque – Sai se puso de pie – bueno me voy porque Gaa chan me espera para cenar – se abrazaron – espera la llamada, no salgas con el amigo de la fea de Sakura.

- Sakura  no es fea Sai – dijo divertido el rubio.

- Lo se, pero me gusta decirle así – y se fue. Naruto suspiro y siguió con su trabajo.

Mientras tanto Sai llegaba al restaurante familiar, donde su pelirrojo lo esperaba junto a dos hermosos niños rubios de ojos negros y el padre de estos, o sea Gaara y Shikamaru, con los mellizos Milo y Miku.

- Buenas, familia – saludo divertido - ¿a que no saben a quien acabo de ver? – Gaara negó con la cabeza, Sai era muy poco disimulado. Shikamaru no dijo nada, no le interesaba realmente, o eso creía hasta que escucho lo que seguía – a Naru chan – y el azabache lo miro interesado – pase a saludarlo en su oficina, para saber si es verdad que ya no es un esclavo de su trabajo.

- ¿Y? – pregunto Gaara.

- Y es verdad, nos tomamos un café y no miro la hora en ningún momento, ni me corrió ni nada, estuvimos muy a gusto, esta muy relajado – sonrió – aunque podría estarlo mas, me dijo que necesitaba sexo de manera urgente – Gaara y Shikamaru escupieron lo que bebían y miraron al moreno que hablo. Gaara molesto y el otro sorprendido – yo ya se lo había sugerido, pero es tan delicado que no aceptaba follar con cualquiera – negó como si no lo entendiera – sexo es sexo, no debería darle tantas vueltas.

- Sai te he dicho mil veces que no hables de la vida sexual de tus amigos, es de mal gusto y muy inapropiado – reprocho Gaara.

- ¿Qué vida sexual? – Dijo indignado – Naru chan hace tanto que no la tiene que seguro ya es virgen de nuevo, pobrecillo – dijo dolido de verdad, para el, el sexo era indispensable y no entendía como su amigo podía vivir en abstinencia durante tanto tiempo.

- Eres un idiota – dijo Gaara – deja de decir esas cosas.

- Él lo dijo, al parecer esta considerando aceptar mi oferta de llevarlo a un bar gay para que ligue, con lo lindo que es lo va a costarle nada conseguirse un buen seme, porque Naru chan es uke ¿lo sabias? – le pregunto a su concuñado que no decía nada, solo procesaba la información. Gaara se resigno, no había manera de hacerlo callar.

- No lo sabia, pero lo imaginaba – dijo Shikamaru calmado para sorpresa de todos - ¿y como es eso de que vas a llevarlo a un bar gay?

- El viernes voy a raptarlo y retenerlo hasta que folle todo lo que no follo estos años – dijo feliz Sai. Shikamaru frunció el seño y sujeto a Sai del cuello de la camisa.

- Escúchame bien porque no lo vuelvo a repetir, nunca vas a llevar a Naruto a un bar de esos, ni siquiera vas a mencionarlo – Sai quiso decir algo pero no lo dejo – y te prohíbo que vuelvas a hablar de su vida sexual en publico, nadie tiene que saber que es lo que hace o deja de hacer, ¿estamos?

- No veo porque tienes que prohibirme cosas – dijo con media sonrisa en el rostro, como le gustaba molestarlo.

- Eso no es tu asunto – respondió cortante y lo soltó.

- Si lo es porque Naru chan es mi amigo.

- Que buen amigo eres, hablando así de el – ironizo el otro, Gaara sonreía divertido. Sai jamás hablaría así delante de otra persona, solo lo había hecho para provocarlo.

- Soy su mejor amigo – dijo orgulloso el azabache sin quitar la cínica sonrisa de su rostro – y es por ello que tengo que ver lo mejor para el ¿entiendes? – Shikamaru bufo y apretó los puños, no entendía porque demonios estaba tan molesto. Lo mas natural del mundo era que una persona adulta, como era el rubio, tuviera una vida sexualmente activa. El la tenia, pero no podía evitarlo, de solo pensar que alguien podía tocar esa piel canela, besar esos labios rojos o sacar impúdicos gemidos de sus labios le hacia hervir la sangre.

- Oye tranquilo, estas asustando a todos con tu aura maligna – hablo Gaara para calmarlo porque parecía al borde de cometer homicidio - ¿Por qué no lo llamas y arreglas una salida? – El otro lo miro con el seño fruncido – oh, es obvio que estas desesperado así que no tiene sentido fingir que no – Gaara le quito importancia al consejo que le había dado anteriormente – el moreno bufo y salió al patio para fumar y hacer una llamada.  El pelirrojo miro divertido a su pareja y ambos rieron con ganas. Les daba gusto ver emociones en su amigo después de tanto tiempo.

 Continuara....

Notas finales:

Lo hice en dos partes porque estaba medio largo ya, el domingo que es el cumple de Rosalia subo el final.

Espero que  le shaya gustado y si quedaron errores o algo que no se entienda o tenga sentido me lo dicen, tengo la cabeza con muchas cosas y por ahi se me pueden haber pasado porque se que no estoy en todos mis sentidos.

ROSALIA EL DOMINGO PUBLICO LO QUE SIGUE (con lemon incluido)


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