-Débiles mortales-volvía a repetir por décima vez Chen-
¡Es que acaso no se aburre! El estúpido ha estado diciendo eso toda la puta mañana. Pero, desgraciadamente, el único que lo ah escuchado eh sido yo porque nos dieron libre solo a los dos, los demás se están salvando de esta tortura.
¡Suertudos!
-Xiumin!-me llamo-
-¿Qué pasa, JongDae?-no lo mire, pues su voz me estaba irritando y si lo miraba le iba a arrancar su lengua de un solo tiro-
-Estoy aburrido, hagamos algo-me dijo-
-¿Tu? ¿Aburrido?-pregunte con notorio sarcasmo-
-Si, bastante-no pareció notar el sarcasmo en mi voz-Entretenme, Hyung-hizo un puchero-
¿Porque ese puchero hizo que me sintiera totalmente nervioso?
¿Por qué después de eso no puedo dejar de mirar esos hermosos labios?
No es tan difícil la respuesta, desde hace un tiempo me di cuenta que mi cuerpo reaccionaba de manera distinta cuando recibía una pequeña y casi inexistente caricia de parte de él o cuando su voz sonaba muy cerca sentía un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, excepto ahora porque me irrita, y luego de mucho reflexionar, de juntar todas las piezas, me resigne a aceptar que me había enamorado de ese estúpido “inmortal”, como el se decía llamar.
-Que tal si…-pensé un poco- Te quedas una hora y media sin hablar y, si es que puedes, tu Hyung hará todo lo que quieras por hoy ¿Te parece?
-Acepto-salto emocionado, ¿por qué siempre sacaba su lado infantil cuando estaba conmigo? Pude ver un pequeño destello en sus ojos que llego a darme un poco de miedo-
Puse el cronometro, al ponerse en marcha, Chen cerro su boca instantáneamente. Había pasado una hora y ninguna palabra había salido aun. Mi estómago comenzó a sonar. Tenía hambre. Me levante del sofá y comencé a hacerme una sopa de fideos instantánea. Me senté en la silla cuando ya mi comida estuvo lista, iba a empezar a comer y llego JongDae con un cuaderno y un lápiz. Lo mire curioso mientras escribía.
-Yo también quiero comida-leí cuando me mostró el cuaderno-
-Hágase ustedes mismo su comida-le respondí, mientras comía-
-Este inmortal tiene hambre –volvía a leer, apreté los palillos que tenía en mi mano. Su voz había resonado en mi cabeza-
-Que bueno-le dije seco e indiferente-
-Quiero comer la comida de Minseok Hyung-al leer eso, sentí mis mejillas arder, baje mi cabeza a avergonzado-
-Solo es sopa, la hagas tú o yo tendrá el mismo sabor-le respondí y proseguí comiendo, aun con la cabeza agachada-
Cuando me quedaba casi nada de comida Chen me tomo del brazo y me acerco a la cocina, lo mire con cara de “No pienso hacerte comida” en ese momento deslizo sus brazos alrededor de mi cintura y se apego a mi espalda, yo quede en estado de shock y con mi rostro extremadamente sonrojado. Tarde un poco en volver a tierra firme pero lo hice.
-No me soltaras a menos que te haga comida ¿Cierto?-lo miré y recién caí en cuenta que su rostro estaba a milímetros del mío-
Lo vi asentir y suspire, no se separo en ningún momento de mi, mientras hacia una simple e insignificante sopa.
-Listo eso era todo-me solté de sus brazos-
Fui a la sala de estar y me senté en el sofá, tome el cronometro y faltaban 2 minutos para que el tiempo estimado se cumpliera y volviera a escuchar su voz después de una hora y media.
-Chen, te quedan 2 minutos-le grite-
Me quede mirando el tiempo, había sido relajante tenerlo callado.
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2,1…
-Listo!-grite nuevamente-
Entro en donde yo estaba y se sentó a mi lado.
-¿Qué deseas que haga?-le pregunte después de un silencio-
-¿Por qué querías que me quedara en silencio?-me pregunto, evitando mi pregunta-
-Eras irritante y estresante, ya me tenias totalmente aburrido diciendo “Débiles mortales”-le admití-
-¿De verdad?-asentí-Débiles mortales, débiles mortales, débiles mortales, débiles mor…
No pudo seguir porque tome su rostro y lo bese.
Si, lo bese.
Era solo una presión pero era maravilloso, podía sentir sus labios suaves contra los míos, hasta que me aleje de él. Me levante nervioso y me dirigí a la puerta dispuesto a salir de ahí.
-Ya se que es lo que quiero que hagas-le escuche-
Me quede inmóvil, esperando que hablara hasta que sentí nuevamente como me rodeaba con sus brazos.
-Quiero que te quedes conmigo-me susurro-
-Eh estado todo el día contigo, JongDae-bromee, tratando de eliminar el ambiente tenso que se había creado-
-Sabes a lo que me refiero. No te hagas el tonto- me sorprendí-
Me gire quedando cara a cara, acerco su boca a la mía y me beso, expresándome todo lo que sentía por mi. Pase mis brazos alrededor de su cuello acercando más su cuerpo al mío. Recorríamos la cavidad bucal ajena memorizando cada pedazo de esta, hasta que el aire hizo falta y nos separamos.
-Te amo, Hyung-apego su frente a la mía-
-Yo también te amo-le di un pequeño beso en la comisura de sus labios-