Había llegado al orfanato, veía como había gente moviéndose por todos lados, limpiando la casa, recogiendo cosas, adornando por aquí preparando postres y bocadillos.
Así es, el día de adopción se acercaba.
-Bastardo, qué bueno que llegaste.- mi colega estaba colgando un letrero en la puerta.- ayúdanos con los dormitorios, deben de estar presentables ya que también vendrán a inspeccionar.
-¿Se nos juntó el día de adopción con el de inspección?
-Así es, ya sabes como son esos bastardos, siempre tratan de buscar una forma de cerrarnos pero no lo lograrán.- Mi colega alzó el puño en señal de lucha y siguió en lo suyo, solté una pequeña risa.- por cierto, estará prohibido el paso al prado ya que podrían considerarlo peligroso porque conecta al bosque, y ya sabes, creen que los niños son estúpidos y podrían perderse. Mi mente se iluminó maliciosamente, una lucha interna entre ideas comenzó a revolverme la cabeza.
-Vale, yo me encargo de avisar a todos.
Fui hacia los dormitorios explicándole todo a las cuidadoras lo más rápido que podía, sentía una necesidad enorme de ver a Onew.
Corrí escaleras arriba, no estaba en su dormitorio, así que fui al mío.
Abrí la puerta de golpe, allí estaba él sentado y volteó a verme rápidamente.
Nos quedamos mirándonos a los ojos sin decir nada, nos fuimos acercando poco a poco hasta estar tan cerca como para besarnos, él con un saltito, se abrazó a mi cuello y saltó abriéndose de piernas para que yo lo cargara, así lo hice, nos sentamos en la cama sin dejar de besarnos, cuando al fin nos separamos él fue el primero en hablar.
-Supe lo del prado...
-¿Se te ocurrió lo mismo que a mí?
-Sí... Te veo allí mañana.
De nuevo nos quedamos mirando a los ojos, la adrenalina que sentía no era para nada normal, era como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho de tan fuerte que latía.
De nuevo nos besamos.
-Quiero poseerte
-Quiero tenerte dentro de mí.
***
El día de las adopciones llegó. Casi no pude dormir nada y de lo poco que dormí pude tener un sueño con Onew.
-Así que, al fin te animaste a hacerlo.
-Perdóname Onew, lo que estoy a punto de hacer estará mal y podría ser fatal,-decía mientras lo abrazaba.
-Lo único fatal aquí, es el amor que siento por ti, penetrame, por favor.
Desperté casi de inmediato. ¿Por qué fatal?
Ignoré esa idea y fui a ducharme , había una sensación de adrelina y miedo en mi, tanto así que me enjaboné la cabeza dos veces sin darme cuenta, no podía controlar la emoción que sentía de lo que estaba a punto de hacer. Se que Onew se sentía igual o peor que yo.
Me vestí, me puse zapatos elegantes, unos pantalones de vestir ajustados y una camisa blanca.
La abotoné con torpeza mientras ese sueño no salía de mis pensamientos. A veces esos sueños podían dejarme pensando más de una vez debido al poder predictivo que tenían.
Sentí un nudo en la garganta.
Llegué a la recepción, mis colegas estaban preparadas, volteé a ver a Onew el cual estaba con los demás niños, sentí una excitación enorme al verlo con esos shorts, y con aquella playera de tirantes que se le bajaba un poco, él se mordió el labio al verme bajar.
Sentí como mi erección era bloqueada gracias a mi ropa interior apretada, pero la temperatura de mi cuerpo comenzó a subir cuando vi un poco el pecho de Onew, decidí desviar un poco la vista antes de perder los estribos.
-Ya estoy listo.
-Tarde como siempre bastardo.- mi colega me tocó la frente,-oye estás muy sonrojado y estás hirviendo ¿te sientes mal?
-No es nada, solo un pequeño resfriado.-mentí- tranquila no lo notarán.
-Como tú digas... En fin, comencemos.
Abrimos las puertas y le dimos la bienvenida a las familias y a los temidos inspectores, volteé de nuevo hacia donde estaba Onew, él ya no se encontraba por ahí.
Comencé a escabullirme de cada persona que se me acercaba hasta que finalmente salí del lugar, salté la pequeña barrera que habían puesto y caminé bastante hasta llegar al prado.
El bullicio de la casa dejó de oírse, cuando llegué, Onew se encontraba dándome la espalda. yo estaba más que excitado, me recordaba a mis sueños.
-Maestro Joon.- ¿Cuántas veces había oído eso ya en mi vida? Mi corazón dio un salto de alegría, Onew tenía un pequeño ramo de flores amarillas, estaba usando el anillo que nos había juntado hace algunos años, yo también.
- Onew.- me senté a su lado y comencé a besarlo delicadamente.
Nos separamos, nos quedamos juntos mirando hacia el horizonte.
-Onew- decidí ser el primero en hablar.- ¿estás seguro de que esto es lo que quieres hacer?- nos miramos de nuevo.
Nos quedamos un rato mirándonos sin decir nada hasta que él se puso de pie. se sento en mis piernas con las piernas abiertas y mirándome de frente.
-Estoy seguro de que esto es lo que quiero hacer.- comenzó a desabotonar mi camisa, yo me encontraba con la camisa abierta y podía sentir su trasero a través de las prendas.
Comencé a sentirme fuera de mí.
No importaba lo demás, quería penetrarlo.
Sin quitarle su camisa de tirantes comencé a besar un poco su pecho y su cuello, sentía como comenzaba a estremeserse en mis brazos, comencé a recorrer con mi lengua su pecho. lo coloqué cuidadosamente en suelo, en medio de todas esas flores amarillas él se veía mucho más hermoso de lo normal, sus ojitos me miraban con excitación.
Bajé un poco más su playera, comencé a lamer uno de sus pezones mientras masajeaba su entrepierna.
-Ahh, maestro Joon,- sus gemidos comenzaban a aumentar de volumen. Comencé a bajar sus shorts y después de esto su ropa interior, alzó un poco la cadera para ello, con mi mano evité que la bajara, me despegué de su pecho comencé a desabrocharme el pantalón mientras besaba su frente.
Me enderecé un poco y contemple a Onew estaba desnudo de la cintura para abajo y con la playera desacomodada, mi erección creció más, bajé un poco mi ropa interior y de nuevo solo nos miramos, mi mano que seguía debajo de su trasero comenzó a buscar su entrada.
Bajé mi ropa interior hasta que mi pene estaba afura, noté que la mano de Onew seguía soteniendo las flores. lo atraje hacia mí y sostuve su mano que sostenía las flores, estas quedaron en medio de nuestras manos y yo metí un dedo en su apretado interior.
La mano que sostenía apreto muy fuertemente la mía, la otra mano que estaba en mi hombro me rasguñó un poco, los ojos de Onew comenzaron a mostrar unas cuantas lagrimas.
Me asusté un poco, comencé a sacar mi dedo cuando Onew abrió los ojos sólo para decirme:
-No lo saques, por favor.- Sentí que mi erección se hacía cada vez más grande, pero al mismo tiempo, un poco de sudor frío recorría mi sien debido al miedo.
-Onew, lo que estoy a punto de hacer estará mal y podría ser fatal.
-Lo único fatal aquí-me quedé atónito cuando escuché como comenzó aquella frase.-es mi amor por ti, penétrame, por favor.
Mi mente se lleno de flashbacks con los sueños que tuve con Onew, estaba en una especie de trance, mi alma estaba alborotada, así como mi corazón.
Miré a Onew directo a los ojos, él me miraba con alegría y deseo, abracé su pequeño cuerpo por unos instantes, la luz del sol lo iluminaba directamente, su piel era blanca y hermosa, tan pura como sólo Onew puede serlo.
Tenía las mejillas sonrojadas, unas cuantas mariposas revoloteaban a su alrededor, sus labios se unieron lentamente con los míos, se alzó un poco sobre sus piernas y busco con su mano mi pene, dirigiéndolo hacia su trasero.
Mi corazón ya palpitaba como nunca antes, como en una especie de trance lo ayudé a poner la punta en su entrada. le pedí que no se moviera y saqué un lubricante de mi pantalón, lo embarré torpemente en mi pene y en su entrada, comencé a besarlo de nuevo y poco a poco fui introduciendo mi pene hasta que la punta estuvo adentro.
Onew lanzó un pequeño grito, su espalda se curveó y algunas lagrimas recorrieron su rostro. Yo no pude evitar soltar un gemido, su interior estaba sumamente apretado, húmedo y cálido.
Nos quedamos así un par de instantes, vi la cara de Onew ponerse un poco más ruborizada,sequé sus lagrimas y fui metiendo poco a poco mi pene hasta que de golpe lo introduje hasta que este ya no pudo entrar más.
Onew lanzó un grito mudo y más lágrimas brotaron de su cara, yo estaba muriendo de excitación, sentía que en cualquier momento podría correrme de lo bien que se sentía, me deshice de mi camisa y Onew arañó mi espalda con todas sus fuerzas.
Yo ya estaba jadeando, el interior de Onew apretaba mi pene con fuerza, vi la expresión de dolor en Onew que poco a poco fue convirtiéndose en placer.
-T-te amo Onew- comencé a acariciar su espalda.
-Y-yo a t-t- su frase fue interrumpida por un gemido cuando comencé a alzarlo un poco para comenzar a sacar muy lentamente mi pene... y volverlo a introducir al cabo de unos segundos, Onew era tan ligero que yo estaba cargándolo para esta acción, él se abrazó a mi cuello. Poco a poco fui recostándolo en el pasto, cuidando en no aplastarlo, su cabello se llenó de flores amarillas.
Comencé a embestirlo así, sus piernas estaban alzadas y mi pene no dejaba de moverse dentro de su interior, me estaba volviendo loco y adicto a esto.
Onew ya no lloraba, sólo jadeaba y gemía en medio de todas esas flores amarillas, sus ojos estaban cerrados y su boca abierta, comenzó a mover un ´poco sus caderas pidiéndome más.
Comencé a volverme loco, lo embestí más rápidamente y duramente, comencé a sudar y a gemir tanto que nuestras voces comenzaron a juntarse.
-Ya no p-puedo más.- mi voz se quebró, tragué saliva tratando de evitar que el hormigueo que sentía me dominara.- me voy a c-correr.
-N-no l-lo s-saques.
Eso me hizo volverme loco completamente, comencé a embestir a Onew cada vez más rápido, mis rodillas estaban algo raspadas por el pasto pero ni eso me importo, tomé el pene de Onew y comencé a masturbarlo rápidamente.
Onew gemía fuertemente, tanto que parecían gritos, con una mano se aferraba a las flores amarillas y con la otra arañaba mi espalda. Ese día nos volvimos uno solo, su interior era como un hogar para mí, quería perderme en sus caderas, deslizarme por sus labios todo el día hasta morir en su corazón.
Un hormigueo fuerte recorrió todo mi cuerpo y terminé corriéndome dentro de él, seguido de esto Onew se corrió también en mi mano.
Saqué lentamente mi pene del interior de Onew, esto me hizo extrañar esa sensación, un poco de mi semen escurrió fuera del ano de Onew.
Los dos dejamos de jadear progresivamente, me acosté al lado de Onew así como estaba.
Me sentía tan jodidamente feliz que unas lágrimas salieron de mis ojos. Vi el rostro de Onew, se veía agotado pero había una sonrisa en su rostro. Me enderecé un poco para buscar nuestra ropa, me subí el pantalón y me abotoné, después me estiré un poco para alcanzar la ropa de Onew.
Con cuidado le puse su ropa interior alzando un poco su trasero y luego sus shorts, el lanzó un pequeño quejido.
-Perdona, debe dolerte mucho- dije con un poco de remordimiento- perdóname por haber exagerado en los últimos minutos.
-No pasa nada maestro Joon- dijo con voz apenas audible y una sonrisa leve- Te amo...
-Yo a ti-deposité un beso en sus labios.
Me volteé un poco para buscar mi camisa.
-Onew deberíamos volver a la casa, hoy hay inspección y no puedo- cuando me giré de nuevo Onew ya estaba dormido, había una mariposa en su nariz, se veía como un pequeño ángel.
Solo sonreí y me recosté a su lado, tomé su pequeña mano y me dormí mirando su bello rostro.
El rostro de mi primer y verdadero amor.
Tomé una flor amarilla, la apreté con fuerzas y deseé que Onew se quedara conmigo para siempre, deseé poder amar toda mi vida a Onew y deseé...deseé siempre ser el primer y único amor de Onew.
-Gracias por existir.- susurre en voz baja para después quedarme dormido, en medio de mi sueño hecho realidad.