No puedo decir que después de eso nuestras vidas fueron mejores.
Amé cada instante en que hicimos el amor, me corrí como jamás lo había hecho y pude al fin saciarme de Onew, pero la suerte me hizo que incluso diez meses después de todo aquello no volviéramos ni siquiera a tocarnos.
Resulta que después de aquel día de inspección los inspectores se alteraron mucho al ver que yo me había escapado, y que además de eso había permitido que Onew se escondiera en el día de la adopción, así que me hicieron separarme de él por un año.
Si Onew era adoptado antes de ese tiempo, yo sería cesado de toda actividad dentro del orfanato.
Esto ocasionó una avalancha de conflictos entre Onew y las demás cuidadoras, debido a que él hacía todo porque no lo adoptarán, sabía que si se dejaba adoptar nos separarían de por vida.
Esto hacía que mi corazón se sintiera extraño, quería que Onew tuviera una familia, pero al mismo tiempo, no quería dejar que lo apartaran de mi lado porque yo era su familia. Onew les jugaba bromas a los adoptantes, se comportaba como un niño malcriado e incluso alguna vez llegó a insultar a una bonita familia que lo iba a adoptar.
Entre reprimendas, golpes y mi incapacidad para consolarlo Onew se sentía cada vez más solo.
Y yo también.
Sabía que esta prueba era una estupidez que terminaría por hacer que Onew se deprimiera, quería parar con ello, pero yo no era nadie en contra de los inspectores. Fue entonces cuando una noche Onew se escabulló hasta mi recámara, fingí estar dormido para que le diera por irse y no meterse más en problemas.
-Maestro Joon- susurró mientras me movía para que me despertara. Solo seguí fingiendo- maestro Joon...
Onew entonces desistió y fue a rondar al rededor de mi habitación un momento, después de eso se sentó en una de las camas y abrazando sus rodillas se puso a llorar.
Al verlo tan triste y entre esos espasmos no pude contenerme más y en esa obscuridad me incorporé sin hacer tanto ruido y caminé hasta él para abrazarlo.
El alzó un poco su rostro y gracias a que había luna llena pude ver sus lágrimas rodando por sus mejillas, las sequé con mis pulgares.
-¿Ya no me quieres?-dijo entre sollozos y sosteniendo mi camiseta.
Sentí que el corazón se me partía al escucharlo preguntarme algo tan absurdo, era obvio que lo amaba, con cada partícula de mi ser y con cada respiro que él daba mi amor no hacía más que intensificarse.
No sabía como decírselo de una manera sencilla, así que solo comencé a besarlo en aquella obscuridad.
Sus labios eran como mi hogar, los extrañaba, extrañaba ese hogar, esa calidez. Lo extrañaba a él, tanto que ambos comenzamos a llorar.
Nos abrazamos fuertemente y seguimos rozando nuestros labios, era un beso cálido y muy húmedo debido a las lágrimas de ambos, mientras yo pasaba mi lengua por el labio inferior de Onew a veces soltaba espasmos que dejaban notar que seguía sollozando. Poco a poco dejamos que nuestros labios volvieran a ser los únicos en rozarse, dejamos de jugar con nuestras lenguas y terminamos aquel beso.
Juntamos nuestras frentes y yo tomé sus manos entre las mías, suspiré fuerte y agarre fuerza para comenzar a hablar sin llorar.
-Onew, sabes lo mucho que yo te amo, te he amado y te amaré- dije susurrando para no despertar a nadie- pero es que no podemos estar juntos por ahora... Y francamente ya no sé si podamos estar juntos después...
Onew se sorprendió tanto que se separó de mí de inmediato y me vio directo a los ojos con una cara de tristeza enorme, pude ver sus ojitos apretados debido a que estaba aguantándose el llanto.
-Tú...tú eres un mentiroso- comenzó a decir con furia y soltándome las manos- Tú prometiste que estarías conmigo para siempre, ¡incluso nos casamos!
-Pero Onew por dios, necesitas una familia antes que a mí- dije sosteniéndolo de los hombros- necesitas una maldita familia, un padre que esté contigo y te ayude a aprender, una madre que te ame y te cuide todos los días de su vida. Necesitas la calidez de un hogar donde seas bienvenido y te llamen hijo, hermano sobrino y lo que sea. -Sostuve más fuerte sus hombros y no pude evitar comenzar a llorar al pensar en la soledad del orfanato, la soledad de ser nadie, de desaparecer y que a nadie le importe- necesitas todo lo que no me dieron a mí y yo no puedo darte.
Nos quedamos en silencio en esa habitación, las lágrimas comenzaron a rodar más rápido por mi rostro y yo comencé a sollozar más fuertemente.
-Así que deja de ser un niño malcriado, Jinki- Onew se sorprendió cuando me escuchó llamarlo por su nombre verdadero- deja de ser un egoísta y deja que las familias descubran lo dulce y lindo que eres en realidad, déjalas que vean lo hermoso de tu ser, como me lo has mostrado a mí, porque necesitas de ellos y no de mí.
Dejé de apretar sus hombros porque me di cuenta que le estaba haciendo daño, Onew comenzó a llorar más fuerte, ya casi sin poder controlar su nivel de voz y lleno de espasmos que le ocasionaban aquellos sollozos comenzó a responderme.
-Es que eres imbécil Joon- dijo empujándome de la cama, estuve a punto de caer pero logré reincorporarme a tiempo.
-De ninguna manera te voy a permitir que me llames así, jovencito.- dije sosteniendo su mano con fuerza pero él se zafó inmediatamente de mi agarre.
-Es que eso eres Lee Changseon- jamás en todos sus años de vida me había llamado por mi verdadero nombre- eres un maldito imbécil
-Jinki
-¡Cállate! No he terminado- tuvo que controlarse para no gritarme esto último, sentí la necesidad de revisar si no habíamos despertado a nadie con esta situación, pero desistí al mirar a Onew con el ceño fruncido, los labios apretados y sus ojos bien abiertos.-Eres un maldito imbécil porque no te das cuenta de que tú eres todo eso para mí.
Mi corazón palpitó rápidamente al escuchar esas palabras, un nudo enorme se hizo en mi garganta porque en secreto, eso era lo que quería.
-Pero Onew, eso no es a lo que-
-Durante toda mi vida no he conocido otro hogar que no seas tú Joon- Onew esta vez sollozaba y su rostro se había relajado, se estaba esforzando porque el llanto no lo controlase otra vez- Durante toda mi maldita vida fuiste tú el que me enseñó a hacer todo lo que hoy se hacer, me enseñaste a hablar, a caminar, a contar, a escribir, mierda, incluso me enseñaste a besar y a moverme mientras lo hacemos.
No pude evitar soltar una risa ante esta última buena enseñanza y Onew tampoco, eso hizo que ambos nos relajáramos.
-Durante toda mi vida fuiste tú quien se quedaba despierto hasta tarde a mi lado cuando estaba enfermo, cuando me dolía la panza, cuando me dio varicela, cuando me dio sarampión, tú y solo tú.- alcé la mirada porque sentía que el llanto me iba a controlar de nuevo, pero Onew se subió a la cama para estar a mi altura, me rodeo el cuello con sus brazos y me miró directo a los ojos.- Durante toda mi vida, no he sentido la necesidad de ser llamado hijo, hermano, nieto... Durante toda mi vida solo he querido ser llamado Onew... Por ti.
Ahora ambos nos mirábamos a los ojos, esta vez estaba tan feliz que mi corazón se escuchaba por toda la habitación, olvidé a los inspectores, al año de prueba, olvidé a Rain a Link y a Amber. Olvidé a todos y solo pude pensar en Onew.
-Tú... Eres la única familia que conozco y quiero, tú eres mi hogar, maldición Joon, tú eres todo para mí- su voz se cortó en este punto y las lágrimas volvieron a resbalar de su rostro. Al igual que en el mío, pero esta vez yo estaba sonriendo.
El silencio volvió a inundar la habitación, tomé la cintura de Onew y comenzamos a besarnos otra vez, esta vez su lengua recorría toda mi boca luchando contra la mía, llenando de su rica y dulce esencia cada parte de mis labios, mordí su labio inferior un poco para hacer que se separara, cuando hizo esto lo tiré en la cama y comencé a besar su cuello.
Estaba apoyándome sobre mis hombros para no aplastarlo, besaba su cuello con delicadeza, lamiendo y succionando cada parte, asegurándome de no dejar marcas en su blanca y bella piel, Onew se estremecía entre mis brazos, gemía un poco y acariciaba mi espalda.
Me detuve y me enderecé un poco para mirarlo mejor, pensé en lo que estaba a punto de decir, sabía que podría marcar nuestros destinos para siempre, pero aún así decidí que era lo mejor para ambos.
-Huyamos
Onew volteó a verme de pronto, con la boca abierta, como si quisiera decir algo, tenía una mirada incrédula. Pero era verdad lo que le decía.
-Huyamos- repetí- sé que después de esto no me dejarán adoptarte, pero si huímos podemos escondernos, podemos vivir juntos y besarnos todos los días.... Podemos ser felices juntos si huimos, por favor, Onew, huye conmigo y juro que te llenaré de amor todos los malditos días.
Onew se quedó callado y comenzó a reír y a sonreír, tapo su cara con ambas manos y después de eso se lanzó a abrazarme mientras me besaba todo el rostro.
-Vámonos de aquí, casémonos de verdad- escondió su cara en mi cuello, yo sostenía sus piernas con mis brazos- Vámonos y quedémonos juntos para siempre, Vámonos ahora mismo.
Bajé a Onew y le di un beso fugaz en los labios.
-Así de rápidas no son las cosas mi amor- dije sentándome a su lado- te prometo que huiremos pero tenemos que planearlo bien, debes aguantar solo estos dos meses. Debemos de ir empacando cosas a discreción. Y ver a dónde huiremos, déjame juntar más dinero y te juro que nos iremos hasta el otro lado del mundo donde nunca nadie nos va a encontrar.
-Yo he ahorrado también- dijo Onew entusiasmado- la madre Jia y la madre Jill me han dado dinero por mis tareas en el orfanato-Onew se incorporó solo para sentarse en mis piernas.- Puedo dártelo, no es mucho pero sé que ayudará.
Abracé a Onew y comencé a besarlo de nuevo, sus labios no dejaban de formar una sonrisa, no pude evitar reír al sentir esa emoción en mi pecho, esa emoción que solo era provocada por imaginarme compartiendo toda mi vida con Onew y solo con él.
-Entonces aguantemos ¿sí? Creo que ahora que no tienen la mirada tan encima de mí como en los anteriores meses podemos vernos así como lo estamos haciendo ahora. Pero debes aguantar.- dije alzando mi dedo índice como lo hacía cuando le enseñaba algo nuevo a Joon.
Él sonrió y volvió a abrazarme.
-Está bien maestro Joon, resistiré- Onew comenzó a pasar un dedo por mi pecho.- pero... ¿Puedo quedarme contigo aquí? Solo esta noche... Es que, te extraño como un maldito loco.
Me lo pensé un poco.
-Sí, pero debes comenzar a cuidar ese vocabulario.- Onew comenzó a reír y yo también- recuerda que debemos despertarnos temprano...
-Lo haré, sólo déjame quedarme contigo esta noche- mi pequeño comenzó a acurrucarse en mis brazos y yo nos cubrí a ambos con la cobija.
Nos miramos por última vez.
-Buenas noches, Onew- deposité un cálido beso en su frente.
-Buenas noches, maestro Joon- y el poco a poco fue cerrando los ojos como cuando era bebé.
***
Al día siguiente eran las 5:30 de la mañana así que me escabullí lentamente con Onew sobre mis brazos, lo llevé hasta su cuarto en brazos debido a que se veía tan adorable durmiendo que no quise despertarlo.
Estaba por abrir la puerta cuando algo me sacó por completo de mis pensamientos.
-¿Qué haces? Joon...- el alma se me fue a los pies, volteé de inmediato y me quedé helado al ver una silueta negra detrás de ambos, pero entonces esa silueta negra avanzó y me di cuenta de que era Amber.
-Hola. -Dije sin pensármelo dos veces, entré al cuarto de Onew y lo arropé, después de eso salí de la habitación y ahí seguía Amber con una cara de confusión terrible.
-¿Qué mierda haces con Onew a las cinco de la mañana?
-Por favor- tomé sus manos entre las mías- no le digas a nadie, por favor, tú sabes lo mucho que yo lo extrañaba.
-Ya sé, idiota- Amber soltó mis manos y bajó la mirada, cuando la volvió a subir frunció el ceño- si vas a hacer eso sólo ten cuidado o alguien podría descubrirte. Me lancé a abrazarla de inmediato.
-Gracias, en serio gracias.
****
Los meses pasaron más rápido de lo que podrían imaginarse, durante todo ese lapso de tiempo solo tuve una oportunidad de hacerlo con Onew... Y no terminó nada bien.
-Joon- Onew tenía una cara extraña, estaba completamente rojo de las mejillas y temblaba a ratos- Joon ayúdame.
Se tiró en la cama y comenzó a retorcerse mientras se agarraba el vientre.
-¡Onew! ¿Qué mierda te hicieron?- sentí que la preocupación invadía todos mis pensamientos, Onew de verdad estaba mal y todo había comenzado después de que había acompañado a sus amigos alemanes a no sé qué lado del bosque.
-No sé- Onew soltó un gemido algo sonoro- me dieron una especie de líquido extraño- Onew se volteó y entonces comprendí que no era el vientre lo que se estaba agarrando... Era su entrepierna- Dios... Joon, por favor ayúdame.
Onew estaba comenzando a sudar bastante y podía ver cómo sus pantalones se humedecían debido al líquido preseminal, entonces comprendí qué era lo que le habían dado.
-Onew, te dieron extasís- una erección se formó de repente en mis pantalones al ver a Onew masturbarse justo al frente de mi.
-Joon, házmelo, por favor- Onew comenzó a desabrochar mi pantalón y yo por alguna razón no hice nada para inpedirselo, entendí que ambos lo queríamos, no podía resistirme a volver a probar ese dulce cuerpo.
-No deberías de hacer eso, voy a hacértelo tan duro que no vas a poder sentarte nunca- dije mientras Onew comenzaba a masturbar mi miembro que ya estaba completamente erecto, sus pequeñas manos apretaban mi pene y lo asiaban una y otra vez, el líquido preseminal comenzó a salir de repente así que detuve a Onew y lo hice que estuviera junto a mi- yo te lo advertí.
Comencé a besarlo desesperadamente mientras le quitaba la playera, bajé por completo sus pantalones y comencé a masajear sus glúteos desesperadamente.
-Ahhh... Joon no hagas eso- decía Onew mientras se estremecía y gemía.
Tomé la playera de Onew y lo amordacé.
-Estás siendo muy escandaloso, nos podrían descubrir- Onew ahora gemía pero la playera hacía que el sonido de sus gemidos disminuyera bastante.
Alcé a Onew y decidí penetrarlo sin prepararlo antes, puse la punta de mi pene en su entrada y lo fui introduciendo lentamente.
No pude evitar gemir al sentir el interior de Onew apretarme de esa manera, a Onew se le salieron varias lágrimas pero no podía parar de gemir.
Nos quedamos un rato así, sin hacer nada, hasta que Onew, sin que yo se lo dijera comenzó a mover sus caderas de una manera tan sensual que incluso parecía que bailaba para provocarme.
-Por dios, Onew... Te mueves increíble- dije tratando de contener mis gemidos, porque, maldición, podía sentir mi miembro revolotear adentro y alrededor de todo el interior de Onew, era tan cálido y tan suave sentirlo sin una barrera de por medio.
Comencé a ayudarle con eso alzándolo y subiendo mi pelvis para hacer las penetraciones más rápidas y profundas, con cada embestida sentía que mi cuerpo aumentaba de temperatura. Decidí ir más allá.
Después de que Onew de corrió en mi abdomen saqué mi miembro aún erecto de él y lo arrojé de cara contra la cama.
-Ponte en cuatro, mi amor.
Onew volteó a verme con una mirada pícara, y moviéndose como gatito se acomodó poniéndose sobre sus rodillas y codos.
Puse una de mis manos en su cintura y poco a poco comencé a penetrarlo así como estaba, me detuve un poco para después penetrarlo aún más fuerte.
Con cada embestida sentía como el interior de Onew se estremecía, sus gemidos comenzaban a hacerse más fuertes y yo no podía evitar sentir tanto placer, sentía como el interior de Onew me succionaba, el hormigueo comenzó a invadir todo mi cuerpo. Tomé las caderas de Onew para penetrarlo aún más fuerte y profundo. Mis embestidas se volvieron tan Fuertes que Onew comenzó a rasguñar las sabanas y las almohadas. -No puedo más- dije antes de correrme dentro de Onew mientras ahogaba un gemido en mi garganta, Onew se corrió sobre el colchón y se dejó caer.
Me recosté a su lado y le quité la playera de la boca.
-Te amo, Joon- y sin decir más se acomodó en mi pecho y cerró los ojos.
-Y yo te amo a ti Onew- debido al cansancio de ese día no pude evitar quedarme dormido en esa misma posición, grave error.
Dejé la puerta sin seguro...
***
Al despertar vi un pequeño bulto dormir a mi lado... Recordé todo lo que había pasado anoche... Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
-Buenos días cariño... - Le susurré a mi Onew.- ¿Lindo día para huir, no crees?
-¿Joon,qué rayos estás haciendo?- el corazón dejo de latirme, la respiración se me fue cuando volteé y vi a Amber parada justo al lado de la cama.