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Golden Milk por Satory

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Notas del capitulo:

No!!, no hay lemon, señoritas, pero pronto, sean pacientes xDD

Seguimos en el día interminable de Jean~ (`w`)/ Espero que les guste porque hay algunas cositas sobre el pasado de Jean :D y ya vienen las de Adam, Arthur y Amanda ;D

Por cierto~:3 este fic, lo escribo con mucho gusto y más que nada cariño :D así que sus comentarios son preciados para mí, tengo 5!!!! X3 y ya Talbot-chan es una personita especial ;D, que comparado con las 180 lecturas  son poquitos,  aun así creo que debo agradecer a las personitas que se tomaron el tiempo de leer :D

(*w*)/ Muchas gracias por pasar a leer Golden Milk!!!

Ojala algún día dejen un comentario para saber su opinión (>w<)/ y claro, mejorar en lo que me sugieran xD recuerden que es mi primer fiqui xDDD

Bueno! A leer!!!! :D

Capítulo 4 ~Este otro día que no terminaba~

 

 



Jean estaba... No cansado pero sí agotado, creyó que terminaría en su baño diciéndole adiós con una toalla en la mano izquierda y un vaso de agua en la derecha a su cena de tres noches atrás, que se iba de viaje al hermoso mar por la peor, más directa y barata ruta; la del drenaje, y es que así era él... Ó al menos su estómago lo era; toda bebida alcohólica que entraba debía salir sin piedad con la más mortal de las arcadas. Desde pequeño lo supo. Cuando su mamá acompañaba o hacia algo con licor, el vomitaba sin quererlo, por más delicioso que fuese el platillo, no había forma de retenerlo en su pancita. Había algo que sí toleraba, ¡Ese maravilloso elixir producto de Baco! ¡Oh, divino Dionisio! ¡El clásico vino tinto!. Está era sin dudas su bebida favorita, tal vez la única razón era que está decentemente se mantenía en el estómago y no causaba ni una arcada pequeñita, ni reflujo o agrura, ¡Nada!

Tomo un pedacito de pan y lo sumergió en la mezcla amarillenta que tenía algunos granitos de varios colores flotando y llevándolo a su boca recordó, su madre decía "Ni te atrevas a poner algo en un plato sí no lo has probado tú", así que siempre picoteaba por aquí y por allá en el sartén. El pan era fabuloso, algo dulzón, no porque él fuera adicto a los dulces, no, esto era por el simple y lógico hecho de que su madre sí lo era y después de años su sazón término invadiendo el de Jean.

Puso a calentar su sartén y sumergió unas rebanadas de pan en el bowl.

A Jean eso no le molestaba para nada, pero algunas personas como Anne preferían un sazón más salado o al menos más neutral, tampoco es que odiara su comida, él era un excelente cocinero, conocía el arte de la comida francesa y también conocía y dominaba algunos platillos de fama internacional, y sobre todo hacia los tacos más ricos del extranjero, sí, tacos mexicanos reales, no esas cosas que más bien parecían tostadas de lechuga, era excelente cocinero, sólo que siempre ponía más azúcar de lo normal.

Puso las primeras rebanadas en el sartén, un largo y extraño sartén rectangular.

Pero este era un niño, o algo así, no podía decir que fuera un "niño" porque lo superaba en experiencia, de hecho se sentía cohibido ante el menor, pero no hacía falta recalcarlo, de seguro lo había notado desde el primer momento cuando [ese día] no supo que responder cuando se conocieron y seguro lo había ya confirmado [este otro día] cuando se puso rojo al pedir su servicio.

El punto era claro, era al menos menor que él así que tenía un 70% de probabilidades de complacerlo con su sazón, ó siendo realistas un 51% y no aceptaría rebajar más el porcentaje... Pensándolo bien... La palabra “Complacerlo” iba de más en la oración, con que no se quejara seria más que suficiente.

—Adam— Lo llamó quedito.

—Sí— Se levanto del suelo y se acercó a la barra de la cocina.

—¿Eres intolerante a la lactosa?— Pregunto...

—No. Puedo tomar leche normal— Se recargo de codos en la barra y contesto con simpleza la pregunta.

—Mmm ¿Alguna alergia?— Volvió a soltar una pregunta.

—No— Sólo movió un poco la cabeza.

—Entonces pásame la leche del refrigerador, del estante superior a mi derecha toma un pocillo y la teterita roja, del estante arriba de mi toma un frasco con una masilla amarilla que dice miel y la miel— Justo en ese momento un brazo paso por el rabillo de su ojo derecho, Adam, apenas escucho la primer instrucción se levanto a cumplirla, así que ya tenía todo listo, miro a Jean como esperando lo siguiente —Pon la leche en el pocillo y dámelo— Adam así lo hizo, Jean lo puso al fuego.

—Del segundo estante desde el refrigerador toma dos platos y dos tazas, en el cajón a mi derecha están los cubiertos, saca dos cucharas y dos tenedores— Adam lo tenía todo listo al terminar de hablar, Jean estaba poniendo la masilla y la miel en la leche, dio un par de vueltas a la mezcla —Pásame los platos— Sirvió unas rebanadas de pan —¿Cuántos crees poder comer?— Pregunto mientras sumergía una más en el bowl.

—No lo sé, unas 4, nunca las eh probado— Jean hizo una mueca y bufo, dejó otras tantas rebanadas en el bowl.

—Deja ahí los platos y pásame las tazas y la teterita— Sirvió leche en las tazas —Ve poniendo la mesa— Le entregó taza por taza, volteó a poner las rebanadas en el sartén y sirvió la leche restante en la teterita, Adam volvió y tomo la teterita —El azúcar está en la barra, llévala a la mesa— El rubio se apresuró a revisar los frasquitos, Jean regreso las mieles al estante y puso el pocillo en el lavabo, ahí estaban los trastes que dejó en la mañana, la taza, aún tenía su té, sirvió las rebanadas y puso el sartén y el bowl sucios en su lugar, tomo los platos, le extendió el suyo a Adam, que ya lo esperaba en la mesa y se sentó.

—Por favor hazme el honor de probar mi comida— Sonrió Jean, Adam tomo el tenedor y corto un pedazo de pan, lo llevó a su boca y mastico.

—¡Oh! ¡Es delicioso!, ¡Creo que podría vivir comiéndolos!— La cara de Adam era de genuino gusto, Jean se puso feliz.

—¡Que bueno que te gusto! espero que no sea demasiado dulce— El también empezó a comer.

—¡No! Para nada. Está bien así, me gustan mucho lo dulce— Adam se relamía los labios.

—Entonces te gustara la leche, sí gustas puedes ponerle más azúcar— señaló el azucarero —Lo normal es tomarlo con miel, pero sí gustas aumentar su dulzura, queda bien con azúcar normal— Siguió comiendo.

—¡Oh! ¡Genial!— Probó un poco de la leche —¡Dios! es ¡¡Fantástica!!— Adam alcanzó el azucarero, una, dos, tres, cuatro... Cuatro cucharadas más de azúcar, ese niño se causaría algo sí tomaba tanta azúcar... Parecía que le gustaba mucho... No le diría que era un sustituto, o podía arruinada su felicidad, Jean sonrió.

—Mi madre también hacia eso, aunque yo estaba seguro de haberme pasado con la miel, mi madre era capaz de voltear medio azucarero a la miel dorada— Se sonrió Jean, y sí, "se" sonrió, porque esa sonrisa era sólo de él y su madre. Recordó en pequeños y rápidos flashasos, uno que otro desayuno con ella o cenas, también almuerzos laborales tomando su descanso en la cocina del restaurante y comiendo pícaramente los postres que ella hacía, esos eran grandes y buenos tiempos, suspiro y entonces vino a él un recuerdo en específico...

 

 


—¡Hey, Jean! — Grito un hombre alto pero de edad, ya las canas ganaban territorio en su cabeza, vestía un traje negro y sencillo, que ocultaba su prominente barriga —Votre aller manger— Un joven delgado de cabello negro atado en una pequeña coleta y enfundado en un traje de mesero color negro con camisa gris, que no aparentaba pasar de los 16, sonrió al hombre desde el lado contrario de la recepción.

Merci monsieur Ferret— El joven dio unos pasos y entro a la cocina del lugar —¿Mère?—  se quito su chaleco, su mandil y los dejo colgados en un perchero para adentrarse en uno de los corredores enmarcados entre estufas.

—Aquí, cariño— Una mujer de cabello negro alzo su mano para mejorar su ubicación dándole la espalda al joven que se inclino para besar su mejilla  —¡Prueba! Es la tarta de manzana para la próxima semana— El joven recibió gustoso la cucharita que llevaba el pedazo de postre —¿Que tal, ya se la puedo mostrar a Renaud?— Apenas toco su boca el chico le dedico una sonrisa a la mujer.

—Es deliciosa, al señor Ferret le encantara— Río eufóricamente mientras masticaba el pequeño trozo.

—Te has ganado una rebanada para ti— Señalo a la derecha, sobre la mesa donde la mujer trabajaba había dos platos servidos con tarta, el chico tomo uno, y se sentó en la masa justo donde había estado el plato que ahora sostenía en su mano.

Mère se te paso el azúcar— Dijo al momento de tomar un trozo entre su boca.

—Cariño te comiste el mío— La mujer que había permanecido de espaldas, se volteo, su rostro era hermoso, pero mostraba cansancio en él, sus ojos eran grandes y de un verde profundo, su piel era demasiado blanca, podría tratarse de la palidez que acompaña una enfermedad, pero ese, era su tono natural, su rizada y larga cabellera negra era detenida por una mascada de color rojo, del mismo rojo fuerte y brillante que lucía sus labios, sin duda era una mujer hermosa y con un cuerpo agraciado que resaltaba aún con su blanco uniforme de chef —Toma este es para ti— Tomo el plato del chico, y con su mano libre le extendió el otro al joven.

Mère, te enfermarás si sigues con lo del azúcar— Sentenció mientras devoraba el postre, una gran y bien servida rebanada de tarta, con crema y canela en polvo, que era el único adorno en ella.

—¡Ah! Cariño “De lo bueno mucho”— Dijo empezando a comer su propia rebanada.

—Así no va mère, es “De lo bueno poco”— Alzó su cuchara tal cual batuta para orquesta.

—… Entonces… “Lo prohibido sabe mejor”— Meditó solo unos segundo.

—Eso no implica que debas exagerar— El joven la miro como retándola a contradecirlo.
—Cariñó cuando encuentres algo que te guste no quedrás dejarlo, y más aun, sentirás que no es suficiente… Y eso aplica para todo en la vida— Sermoneó.

—Claro mère— Exclamó restándole importancia —Lo tomare muy en cuenta, solo dime que comeremos algo más aparte del postre— La mujer hizo una mueca y señalo el sartén en el que antes había estado muy concentrada, había dos grandes filetes en él junto a algunas patatas, y vegetales en rebanadas. El joven le envió un beso a su madre y esta contesto con un murmuro inaudible, pero con una hermosa e inmensa sonrisa.

 

 

 

 

Adam lo noto, vio algo en esos ojos color verde, pero un verde con pequeñas centellas cafés revoloteando por ellos, Podría ser que... El hablar de su madre le afectara, así que cambio el tema, ahondar en cosas personales siempre traía cosas malas para su negocio.

—Así que esto es "Leche dorada"...— Murmuro con el tono y volumen exacto para llamar de forma natural la atención de Jean y que este dejara sus pensamientos atrás.

—Sí, es común en la India, el nombre viene de su color, y de los beneficios que conlleva tomarla, dicen que es buena para oxigenar por lo que ayuda en casi todas las afecciones, mi madre me la preparaba, bromeando con que curaría mi intolerancia etílica— Jean se soltó en carcajadas sonoras y contagiosas, pronto Adam lo acompañaba en risas.

—Adam, hace un momento, mientras cocinaba... Disculpa si te hable como si te estuviera mandando— Soltó una risa nerviosa —Cuando era joven trabaje de mesero, y pasaba mucho tiempo en las cocinas, así que me acostumbre a ser así... Como decirlo... Estoy acostumbrado a que todos estén atentos y ayuden en todo— Revolvió un poco su comida con el tenedor.

—No te fijes estoy acostumbrado a recibir ordenes y pedidos— Dijo el rubio sirviéndose más leche, el mayor se puso rojo hasta las orejas, y Adam lo noto —Me refiero a que eres como un doctor… Bueno, los doctores siempre dicen: “Bisturí, pinzas, gasa” y esperan a que se las entreguen— Jugo con su tenedor como si se tratase de alguno de esos instrumentos, El moreno lo miro, con la duda en el rostro todavía sonrojado —No me refería a nada sexual— Aclaro después de un rato.

—¡Ah!— Suspiro aliviado —Gracias, ya había pensado que te referías a algo de tu trabajo y me dio vergüenza no saber a qué te referías— Volvió a suspirar, de verdad se sentía cohibido ante el menor, de verdad sentía que no podía ir a su ritmo, ó que pensaban de formas tan diferentes, que le asustaba saberse un adulto y no haber vivido tantas cosas como suponía, vivía el jovencito.

—También a eso estoy acostumbrado, das por hecho que mi vida gira en torno al sexo, pero no. Relájate, y mejor come tu cena, es demasiado buena para convertirla en papilla— Con su tenedor señalo el plato del mayor, que ya estaba batido.

—¡Carajo!— Sin darse cuenta había deshecho su pan —Si crees que esto es bueno, la  próxima vez te preparare un Tiramisú, ¡Ese si es delicioso!— Adam soltó una risa.

—¡Si es que vuelvo!— Jean miro a Adam, y este tenía en su rostro la misma sonrisa sincera que solo había visto en él, y se dio cuenta, tal vez nunca volverían a verse, algo en el estomago de Jean, pareció romperse, pero lo ignoro... En su cabeza se instalo la idea de disfrutar esa única cena.

—Es verdad... Solo por eso te dejare tomar toda la leche dorada— Jean tomo la teterita para servir más en la taza de Adam... Pero la tetera era demasiado ligera... Ya no había más leche... Adam, se la había terminado... Y el cabrón se la había tomado sin darle ni una taza.

Jean empezó a reír abiertamente, al ver un pequeño rastro de rubor en las mejillas del jovencito.

—¡Ok!, Preparare mas— Dijo. Los dos soltaron a reír con ganas, como si hubiese sido la cosa más divertida en sus vidas, pronto perderían la capacidad de respirar y eso no parecía molestarles, solo reían y se abrazaban de sus estómagos, de verdad sintieron que podían reír sin limitaciones.

Había sido genial, en realidad había pasado una tarde genial, lamentaba un poco haber intentado aprovecharse de chiquillo, ¡Bueno! Que al final sí se aprovechó de él, poniéndolo a revisar y empacar ropa, ¡Pero qué diablos! Lo había alimentado, y hasta pago en efectivo la cantidad acordada por la noche entera, Se podía decir que había sido un trato con muchos beneficios mutuos.

* Votre aller manger  - Vete a comer
* Merci monsieur Ferret - Gracias señor Ferret
* Mère  - Madre

* Renaud Ferret – Nombre y apellido del señor del café xD

Notas finales:

Alguna ha probado la leche dorada… Nop?... Háganlo!!!! xD

:D Les gusto saber un poquito más de Jean? :3 se lo imaginan joven y de mesero? (*Q*) Yo siiii!!! xD aunque su cara no cambia xDD….

 

(xAx) Alguna se imagina a los personajes?.... creo que no he dejado una descripción precisa xDDD, me gustaría saber cómo se los imaginan!!!! :D

Y si ven algún error me dicen y lo arreglo ;D, también si es que no se entiende bien el recuerdo de Jean xD… para ponerle una indicación “Inicio-Fin del flashback” xD aunque creo que se ve bien xDD

 

Bueno~ las quiero , mi corazón es suyo y nos vemos en 7 días xD


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