Se veía a un niño de no más de seis años, sentado en la parte posterior del auto mirando hacia la ventana, sus ojos eran de un color oscuro como la noche, su pelo era hermoso y de color azabache y su piel nívea, pero en su cara se reflejaba enojo.
-Sasuke ¿Cuantas veces mas tengo que pedirte disculpas?- preguntaba el mayor, Itachi.
-Hasta que me compres un helado- dijo el mayor.
-No peleen en el auto que distraen a su papá y puede provocar un accidente- dijo su madre.
-Pero es que Itachi trajo helados para todos menos para mi- reclamaba el menor.
-Ya te dije que no tenia mas dinero, ni manos para uno mas- decia el mayo, comenzando otra pelea con su hermano mientras su madre los tranquilizaba y se empezaba a desesperar y a gritar.
-¡SE PUEDEN CALLAR, ME TENEIS HARTO TODOS!- dijo el padre mientras se daba vuelta para verlos a todos.
-¡Papá cuidadooo!!- grito sasuke.
Pero fue demasiado tarde el momento en que fugaku se dio vuelta el auto choco con un árbol y quedó incrustado en el.
-AGHH! duelee!!- decía sasuke que tenía pedazos de vidrios incrustados en su cuerpo, no fue nada más grave gracias al cinturón y que iba bien sentado detrás del asiento de su padre- Itachi, nee Itachi..- sasuke movió a su hermano y lo vio todo ensangrentado y que no respiraba las lágrimas empezaron a salir de sus pequeños ojos oscuros. Tambien llamo a su mama y papa pero no respondian y vio que no respiraban al igual que su hermano pero esta vez no quiso ver sus caras.
Poco después llegó la ambulancia y se llevó a sasuke al hospital, Sasuke estaba en shock, no tenía a nadie estaba SOLO.
pasaron dos días después de ese accidente y llegó un señor hacia donde estaba Sasuke.
-Hola hijo, necesito que me digas tu nombre.
-.......Sasuke, Sasuke Uchiha…..- decía como muerto en vida.
-Bueno Sasuke ¿ tienes algún familiar? abuela, abuelo, tío, tía?- preguntó el buen hombre.
-No, no tengo…-
-Bueno Sasuke, tendré que llevarte al orfanato, pero primero vamos a tu casa a buscar si quieres llevarte algo.-
-Ok..- le resto importancia lo del orfanato después de nada no tenía a nadie.
Fueron a la casa de sasuke, saca sus cosas y se va al auto.
-Listo?- miraba preocupado al pequeño.
-...Si….-
-Ok- dijo partiendo.
-Bueno sasuke, adios-.
-Adios gracias por todo- decía mientras se bajaba del auto.
Toco el timbre y abrió un señor.
-Hola, tu debes ser Sasuke cierto?- pregunto amablemente
-Si, soy yo, y usted es?-pregunto tratando de ser cortés.
-Iruka, soy Iruka- dijo mientras lo invitaba a pasar, caminaron hasta un salón con los niños del orfanato, lo que sorprendió a sasuke es que ni eran tantos niños, en realidad eran pocos- bueno niños el es sasuke, el estará aquí a partir de hoy- decía con una sonrisa.
-Hola sasuke!- decían todos, otra cosa que sorprendio a sasuke fue que ninguno era triste, más bien estaban todos felices.
-Hola……-
-Bueno sasuke ahora te mostraré su cuarto- dijo Iruka.
-Bueno-
Subieron hasta el segundo piso y pasaron por un pasillo y giraron a la derecha y entraron.
-Esta es tu habitación, la compartes con un chico llamado naruto en serio te caerá bien…. ahora que lo pienso no he visto a naruto….. no me digas que subió de nuevo- salió corriendo- disculpa si ahora te dejo libre-.
Se tiró a su cama, era muy cómoda cerró sus ojos y se relajo. Tiempo después se escuchó afuera de su cuarto unos gritos.
-Otra vez que te pille y lo lamentaras- dijo iruka con un aura negra a su alrededor.
-Si señor disculpe- decía el chico aterrorizado.
Entró a su habitación y se encontró con cierto azabache.
-Hola- dijo nervioso y sonrojado el que recien entro a la habitación.
-Hola- dijo el azabache notando lo tierno que se veía ese niño que recien entro y ablando la mirada para darle confianza.
-Con que tu eres mi compañero- dijo el rubio aun sonrojado y jugueteando con las manos lo que para el azabache fue un gesto muy tierno y adorable.
-Mucho gusto soy naruto- dijo el pequeño con una hermosa sonrisa que lleno de confianza al azabache
-Igualmente soy sasuke- dijo con una sonrisa, cosa que el rubio tambien encontro bella, sasuke no sabia porque pero la sonrisa de naruto le trajo confianza y lo contagio con esa felicidad de radiaba el pequeño rubi