Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Identidad por TabiiiTa

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola lectoras~ Creo que llevo un tiempo desaparecida de aquí ¿Me extrañaron? (h8;r55;h8;ʃƪ)

Hahaha, yo sí :c

Bien, esté fic me dio un dolor de cabeza tremendo. Comencé escribiendolo en narrador omniciente como me gusta, pero no se entendia muy bien... así que una amiga me sugirió escribirlo en primera persona y aunque no me gusta mucho, quedó mejor así. Así que espero no les moleste(?) Obviamente eso cambiara mi manera de escribir...

Aparte de ese pequeño problema este fic se escribió sólo. En una semana y medía conseguí escribir los nueve capítulos o_o

Si se preguntan de dónde surgió la idea:

"Me vendieron como cuando se te muere un perrito y te compran otro"

Escuché esa frase en una teleseria llamada 'El internado' y surgió toda esta cosa rara y complicada. 

Siendo honesta, cada vez que llegaba al final de un capítulo me detenía a preguntarme '¿qué mierda estoy escribriendo?' XD

Pero en mi defensa tengo que decir que necesitaba sacar esta idea de mi mente u_u

Al despertar todo es desconcertante. Esta habitación de un innecesario blanco inmaculado, me hace creer que estoy en un hospital, pero no sé desde cuando estoy aquí o como llegué, ni siquiera sé porque estoy en un hospital. Miró a mi alrededor y veo algunas sondas conectadas a mí. Me duele cada célula del cuerpo, aunque más que adolorido me siento adormecido. Después de unos momentos notó que hay una mascarilla sobre mi rostro, debió facilitarme la respiración mientras dormía pero ahora es incómoda así que me la quito. Me cuesta bastante hacer que mi cuerpo reaccione, pero lo consigo con algo de esfuerzo.

 Siento un cosquilleo recorrerme de pies a cabeza que me impide realizar acciones tan simples como mover las piernas. Siento los músculos muy pesados. Intento sentarme pero apenas puedo levantar la cabeza y me mareo enseguida, tengo que seguir recostado. Un quejido involuntario sale de mis labios al sentir que todo me da vueltas. Siento nauseas, creo que necesito vomitar, aunque en realidad parece como si el mundo me estuviera vomitando.

Dejo de intentar moverme y simplemente continuo recostado mirando el techo. Trato de buscar en mi memoria, cualquier cosa que me indique como llegue aquí. Pero no hay nada. Nada. No recuerdo que pasó, mi edad, familiares, ni siquiera mi nombre. Comienzo a asustarme y es entonces cuando la puerta de la habitación, que ni siquiera había notado antes, se abre.

Una mujer de mediana edad entra y cuando me ve, suelta un grito de alegría mientras se acerca a mí a paso acelerado. Dice un nombre, un nombre que no reconozco. ¿Estará llamando a alguien más? o… ¿ese es mi nombre?

“Kibum, cariño, al fin despiertas… sabía que lo harías.”

La mujer no deja de repetir aquel nombre mientras derrama lágrimas. Intento recordarla, pero vuelvo a sentirme mareado así que dejo de intentarlo. La veo presionar un botón junto a mi camilla y enseguida aparecen unos hombres con batas blancas. Deben ser médicos. Parecen extranjeros, en comparación a la mujer que ahora está abrazándome, ni siquiera puedo recordar mi propia nacionalidad. Hablan en un idioma que no entiendo y confirmo mis sospechas, son extranjeros.

Me siento tan perdido y confundido que mi cabeza comienza a doler. Cierro los ojos con fuerza intentando calmar el dolor, pero el torbellino en mi mente sólo se vuelve más enredado y confuso junto con los gritos de la mujer a la que ahora siento sacudirme los hombros. No quiero abrir los ojos. No entiendo nada y me siento tan frustrado por ello, que trato de buscar en mis recuerdos otra vez alguna pista de mi situación, sin embargo, vuelve a ser inútil. Prefiero rendirme y descansar, quizás sólo estoy soñando, quizás cuando despierte de nuevo todo tenga sentido.

“Hijo, no me dejes otra vez, por favor”

Pide la mujer, y es lo último que escucho antes de perder la conciencia.

 

Cuando vuelvo a despertar siento que no he dormido en años. Todo mi cuerpo se siente pesado y me cuesta mucho mantener los ojos abiertos. Sigo en esta habitación blanca. La misma mujer de antes está aquí, sentada junto a la ventana mirando el paisaje. Aprovecho que no está prestándome atención e intento buscar entre mis recuerdos de nuevo. Esta vez con alivio compruebo que puedo recordar. Rostros, nombres, lugares, varias memorias llenan mi mente y entre ellas recuerdo mi propio nombre. Aunque no estoy demasiado seguro, podrían ser sueños porque parecen borrosos, confusos y poco fiables. Además son pocos, muy pocos.

La mujer nota que estoy despierto y se acerca enseguida a mí, esta vez parece más calmada y no está llorando. Sigo sin reconocerla y cuando se dirige hacia mí no dice mi nombre, sino uno que he escuchado sólo una vez en mi vida.

“Kibum”

Cierro mis ojos inconscientemente. ¿Kibum? ¿Quién es Kibum? No me suena familiar ese nombre, pero la mujer lo repite un par de veces más hasta que abro los ojos para mirarla y averiguar porque me llama así.

“Mamá está aquí. No vuelvas a dormirte tan pronto ¿de acuerdo?” Me pide la mujer con una voz cálida y maternal, sin embargo sigue sin parecerme conocida. Tengo miedo. Quizás está loca, se equivocó de habitación o algo así.

O tal vez, yo soy el loco.

¿Ella podría ser mí madre? ¿Yo soy Kibum?¿Por qué no la recuerdo a pesar de que parece conocerme?

Mi cabeza vuelve a ser un torbellino, pero esta vez no me duermo. Quiero saber qué demonios está pasando conmigo. Porque no recuerdo mucho y hay una mujer extraña aquí llamando Kibum y diciendo ser mi madre. Necesito saber que sucede antes de que mi cabeza estalle.

“¿Qué pasó?” Es lo único que logro balbucear con mi lengua floja, y casi no se siente como si lo hubiera dicho yo. Mi voz suena diferente y me cuesta un montón hablar.

“Te lo explicaré todo más tarde cariño, ahora vendrá el doctor a revisarte. Necesitamos asegurarnos de que estés bien primero”

Tengo el impulso de salir corriendo, pero la voz de la mujer es tranquilizante y de todas maneras mi cuerpo no reaccionaría como para permitirme escapar. No tengo más opción que obedecer y esperar.

 

Notas finales:

Ah, por cierto. 'Poción de amor' está en hiatus -huye-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).