—Xoda…— El mayor exclamó aún mirando detenidamente aquellas orbes cafés. Lo miraba detenidamente acortando peligrosamente la distancia entre sus rostros. El castaño pequeño estaba completamente perdido en la mirada ajena, una mirada penetrante que podía observar sus más íntimos secretos. Podía sentir el corazón palpitar de Nicolás, ambos latidos iban a la misma sintonía. Se encontraba acorralado contra una fría pared, abrazando al otro por el cuello, deseando ser besado por aquellos labios del perteneciente castaño de lentes.
—Te quiero Vardoc… —
Cristián abrió los ojos como platos, levantándose inmediatamente de su cama, como sí fuese un resorte. Se frotó los ojos dando un gran bostezo y recordando aquel sueño tan extraño a su manera. —Por la cresta… ¿Qué weás acabo de soñar?— Algo confundido se aproximó al baño a darse una ducha, despejar su mente, eso necesitaba.
—Oh Xoda… ¿Qué mierdas estai’ pensando?— Se dijo así mismo, mirándose en el espejo de su baño ya duchado y cambiado. Seguía pensando en ese sueño. Estaba tan frustrado, confundido, agobiado, realmente no sabía cómo sentirse el pobre santiaguino. «Te quiero Vardoc» ¿Por qué?, porqué soñé, eso fleto culiao’, una y mil veces se decía el pequeño gamer. Estaba completamente confundido por aquel sueño pues vaya que soñar algo tan homosexual con su amigo le parecía la mariconada más estúpida de todas. Jamás en su vida había tenido un sueño de… ese tipo y, para su mala suerte hoy también tendría que verse con Vardoc, habían quedado de seguir jugando Outlast y no podría cancelarle, en unos días su queridísimo amigo se devolvería con su esposa Iori, no aprovecharlo sería algo imperdonable, bueno, estaba exagerando, no imperdonable pero al fabuloso santiaguino no le parecía correcto… ¿o sí?, por una vez que no se vieran no pasaría nada. Sí, eso haría, le cancelaría para poder pensar mejor y no tener que mirarlo con vergüenza pues por obvias razones ese sueño tan estúpido le resultaba vergonzoso.
— ¡Xoda!, ábreme la puerta weon— WTF?, ¿tan pronto había llegado?, ¿pues que horas eran? Xoda revisó su celular quedando algo impactado por la hora que era.
—Las 3:45 PM…—
Vaya que se le había echo tarde, mira que levantarse a las 3:45 de la tarde era algo “tarde”. Rápidamente corrió hacía su puerta abriéndola de golpe. — ¡Llegas tarde aweonao’! — Oh sí, súper tarde señor me levanto a las 3:45.
—Ah, disculpa la demora, recibí una llamada de Shushu, sólo quería decirme que me quería y esas cosas pero resultó ser que duramos charlando más tiempo— Rió divertido mientras que Xoda lo miraba fulminante recargado en el margen de la puerta. Realmente la mirada no la había hecho por la “Tardanza” pero algo en él había sentido algo como… ¿Cómo se llama?, algo así cómo…. Celos.
—Vamos, mi Xodiwi está celoso— Soltó una carcajada abrazando al más bajo por el cuello y dándole leves golpecitos en la cabeza. — ¡Blasfemias!, ¿Yo?, ¿celos? Por favor Vardoc— Hizo un mohín mientras se cruzaba de brazos. El mayor encantado con sus gestos le revolvió el cabello y le sonrió ampliamente. — ¿Sabes?, jamás podrás ser el weon rudo que intentas ser— Y eso a Xoda lo hizo fruncir el entrecejo mientras que sin darse cuenta sus mejillas se tornaban de un notorio carmín.
— ¡Deja de decir weás y entra de una puta vez! — Y antes de que Vardoc pudiera decir algo al respecto fue jalado por un Xoda no muy de buen humor.
Y ahora que hago con éste, me pone nervioso, vamos Xoda, sólo fue un estúpido y fleto sueño El pobre seguía siendo atormentado por ese sueño. Ya estaba jugando Outlast cuando «Shushu está embarazada»
— ¡Ya basta, mierda, deja de atormentarme! — Gritó a la nada quitándose los auriculares y salió disparado a su habitación dejando a un Vardoc más confundido que nada siguiéndolo detrás de él.
—¿Xoda, estás bien?— Dijo el mayor tocando a la puerta un tanto preocupado. Era extraño que Xoda se comportara así, es más, jamás lo había visto de esa forma, parecía estar como sí nada antes y ¿ahora? Era lo que no entendía el de lentes. —¿O tienes miedo?, no me salgas con eso weon — Dijo divertido intentado no reír pero para su sorpresa Xoda no contestaba como siempre lo hacía, con un “¡Calla Vardoc!”. —¿Cristián?— Nuevamente insistió intentado abrir la puerta.
—¡Déjame imbécil!, no tengo nada. Quiero estar solo…—
—Pero… ¿Qué pasa?—
—¡Que te vayas!—
Vardoc dio un gran suspiro y no tuvo más remedio que darse una media vuelta e irse. ¿Qué le pasaba a Xoda?, ¿Ahora por qué está así? Se preguntaba una y otra vez, ni en Xoda por más hijo de puta que fuera era normal esa actitud y aunque lo haya echado de casa y lo hubiese tratado peor que a una mierda se sentía intranquilo respecto a su estado de ánimo.
Mientras tanto el gamer de juegos de terror, yacía en su cama con un cojín en el rostro. Pensando y pensando.
¿Por qué me siento mal cada que habla de Shushu?