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WonKyu Fanfic Playlist. por One_FluffyMaknae

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Notas del capitulo:

Hello~

Hace como un mes atras me dieron a escuchar a The Neighbourhood. He amado cada canción de ellos e inesperadamente han hecho que toda la inspiración volviese a mi. Asi que intentare crear un Fic con cada canción de ellos *^*

El primer fic del 2014 y se lo dedico a Miss wonkyushipper07 Mi Tuga gruñona, espero esto compense todo lo que te debo :'D

 

 

--- The Neighbourhood - A little death ---

 

-- A little Death --

 

 

Kyuhyun abrió los ojos tras un largo suspiro.  Stella, la regente de Paradise Kiss le sonrió  antes de quitar cuidadosamente la aguja de su brazo, luego de llenar una pequeña botella que descansaba a su lado.

 

Coloco un pequeño algodón en la diminuta herida que ahora adornaba su brazo. Hizo el amago de levantarse, pero una palmada en su pecho por parte de Stella lo obligo a quedarse donde estaba.

 

-          Ni lo sueñes BlackJack, vas a comer algo para que te repongas y después te quiero afuera atendiendo las mesas.

 

Y antes de que siquiera pudiese replicar ya tenia una barra de chocolate atorada en su garganta.

 

-          Siempre tan cuidadosa Stella…Me encanta que me trates con tanta delicadeza.

-          Lo sé, hay que tratar con amor a nuestra princesa…

-          STELLA!

 

La chica de cabello negro salio casi volando de la habitación mientras se reía a carcajadas a costa suya.

 

Recostado sobre la camilla y saboreando el chocolate sonrió. Convertirse un Blody Mary no había sido tan malo después de todo.

 

-------------------------

Kyuhyun salio a la pista de baile. El sonido era ensordecedor y la oscuridad apenas le dejaba ver la barra. Llevaba casi dos años trabajando en Paradise Kiss y todavía no se terminaba de acostumbrar a ese ambiente tan cargado de tensión sexual.

 

Dos años.

 

Era mucho tiempo, aunque no comparable con el tiempo que llevaba fuera de Corea, de su hogar, de su familia. Pensar que había abandonado la comodidad del cobijo familiar para alcanzar sus sueños, era un tanto deprimente considerando que hace justamente dos años tuvo que abandonar su carrera para trabajar y tener un lugar decente en el que dormir.

 

Si Londres parecía una ciudad fría, Manchester lo era el triple. En los suburbios se respiraba hostilidad, algo a lo que Kyuhyun había tardado en acostumbrarse, pero que consiguió gracias a Stella.

 

Esa chica era perturbadora.

 

Le había conocido en su primer año en la Universidad. Su inglés no era el mejor y sus rasgos claramente asiáticos le convirtió por un tiempo en el hazmerreír de la facultad, eso hasta que una chica de mirada feroz y largo cabello oscuro se interpuso en su camino.

 

Una semana después de su primer encuentro, nadie nunca más se atrevió a burlarse de él. Tal vez por esa misma razón no le sorprendió descubrir en su momento que Stella regentaba aquel Bar.

 

Paradise Kiss.

 

La vida lejos de casa era dura, no tenia suficiente dinero y se vio obligado buscar un trabajo que le ayudara  a sustentar su vida. Para su desgracia la universidad no parecía de acuerdo con aquello. Antes de que se acabara su tercer año fue notificado del retiro de la beca de la Universidad. El tenia trabajo, el podría costear su matricula. Cuando leyó la carta no sabía si reír o llorar.

 

Al final opto por lo último.

 

Fue así como Stella le ofreció trabajo en el Bar. Un bar de vampiros. Especializado en Bloody Mary.

 

Los vampiros llevaban años siendo oficialmente aceptados por la humanidad. Bajo la pobre excusa de que no eran más que simples mortales portadores de un extraño gen, que los hacia altamente intolerantes a la luz solar. Kyuhyun sabia de antemano que eso no era más que una patética forma de explicar que no podrían seguir ocultando lo evidente.

Londres parecía ser uno de los países favoritos de estos seres. El frió constante y la prácticamente nula aparición del sol incluso en pleno verano era ideal para las criaturas de la noche. Fue por eso que eran tan populares los bares para vampiros.

 

El famoso cóctel vario del inocente jugo de tomate a la muy real sangre humana. El que se llamase Bloody Mary era una muy bizarra broma de doble sentido. A los chicos o chicas que dieran su sangre para aquel trago eran muy bien pagados, mucho más de lo que se podría ganar en cualquier otro trabajo medianamente normal.

Stella le ofreció convertirse en camarero, con la condición de que utilizara un seudónimo en sus horas de trabajo. Era la única forma de que ninguno de sus “clientes”  intentara nada extraño con él fuera de las horas laborales.

 

Stella le nombro BlackJack, como el Pegaso de Perseo Jackson. Una elección que no llegaría a comprender hasta mucho más tarde.

 

Todos parecieron guardar silencio cuando la imponente figura de Choi Siwon cruzo el umbral. Las luces parecían acariciarlo, elevarlo a un estatus que nunca jamás ninguno de esos seres podría llegar a siquiera imaginar.

 

La muerte tiene ojos profundamente oscuros y pelo tan negro como la noche. La muerte baila, enredada entre manos ajenas, entre alas de mariposa. Y Kyuhyun no puede apartar su mirada, su sangre circulando a una velocidad abismante, como siendo irremediablemente llamada a gritos por aquel demonio, aquel dios, por la muerte.

 

-          BlackJack!!

 

Como una abrumadora bofetada de realidad le llego la voz de su jefa, de su amiga, quien adivino en solo un segundo lo que su desajustada razón parecía desear.

 

-          Stella…

-          Aléjate de Siwon. Anda a ayudar a Heenim con los tragos, no te quiero ver cerca de las mesas esta noche.

-          Pero…

-          Es una orden!!!

 

Deja que sus ojos castaños vaguen por ultima vez por la pista y se arrepiente inmediatamente. Ambos conectan, se pierden, leen sus deseos y Kyuhyun se derrite sobre sus propios anhelos. Siwon lo comprende, Kyuhyun lo sabe, a Siwon le gusta. Disfruta del caos que ha creado sin mover un dedo, sin alzar la voz.

 

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La sangre que los Bloody Mary “donaban” jama tenia un dueño en particular. Su sangre era repartida aleatoriamente entre los clientes de mayor poder adquisitivo. Kyuhyun lo tenia claro, cada vampiro que entraba en Paradise Kiss podría llegar a beber indirectamente de el. Y aunque siempre intentaba olvidar aquel detalle, desde que había conocido a Siwon, un afán más allá de lo irracional lo empujaba a intentar adivinar cual seria el frasco que contenía su sangre, solo para dársela a él.

 

Stella, bajo una aprensión fuera de lo normal, no le permitía atender las mesas cada vez que el enigmático vampiro hacia acto de presencia. Por lo tanto, llevaba más de una semana tras el mostrador de los licores. Podrían mantenerlo alejado, pero su mirada no la podrían controlar, quedando siempre prendado de esos ojos profundamente oscurecidos por el deseo.

 

-          Heenim, ninguno de estos frascos tiene el nombre del donante?

-          No BlackJack, la única que sabe de quien demonios es la sangre es Stella, así que deja de joderme la vida y vete a servir los malditos tragos antes de que te rompa una botella en la cabeza!

 

Decepcionado dejo a Heenim farfullando maldiciones contra su persona. No lo culpaba, llevaba días intentado averiguar como conseguir su objetivo.

 

Y su corazón casi queda suspendido en el aire cuando vio recostado sobre el mesón a Siwon.

 

-          BlackJack?

 

Su nombre resonó por todo su cuerpo, como fuego ardiendo contra su piel. Haciéndolo imaginar lo que sentiría cuando Siwon conociera su verdadero nombre y lo dejara escapar lentamente de su garganta.

 

-          Ehh, si?

 

El aturdimiento no le dejo respuesta mas inteligente que esa, pero inmediatamente se auto perdono su propia estupidez bajo la pobre excusa de que todo era culpa del vampiro que le sonreía divertido.

 

-          Tienes el nombre de un Pegaso?

-          Si, ósea no…En realidad…

 

Una oleada de miedo le azoto con la misa rapidez que su racionalidad había volado lejos hace tan solo un par de segundos. Los nombres estaban cargados de poder. Revelarle algo tan íntimo a un vampiro era el equivalente a entregarle la llave de su vida con todas las de la Ley. Si le decía a Siwon que su nombre era Kyuhyun, nunca más tendría poder sobre su propio destino.

 

-          Lo entiendo, Stella te ha enseñado demasiado bien.

-          La conoces?

-          Como no hacerlo?

-          No entiendo…

-          Larga historia, tal vez algún día te la cuente.

-          Hablas como si fuéramos a tener más charlas como estas en el futuro.

-          Y tú hablas como si no te agradara la idea. Es realmente lo que quieres o es Stella hablando a través de ti?

-          Que?

-          BlackJack era el Pegaso más fiel de Perseo, su amigo incondicional. Un precioso espécimen completamente negro que solo seguía las ordenes del semidios griego. Puedo comprender que tu belleza le haya llevado a darte ese nombre, pero dudo que seas tan fácil de controlar como el Pegaso, o me equivoco?

 

La llamarada de fuego que atizaba su piel se instalo como una fuerte hoguera en su orgullo. Negó con vehemencia y se acerco con estudiada sensualidad hasta el vampiro. Un lado tan recóndito de su ser salio a relucir de forma casi violenta en su hechizante sonrisa.

 

-          Deberías averiguarlo por ti mismo, Siwon…

 

Invitación que fue aceptada con un ligero soplo de aliento contra sus labios.

 

 

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Stella lo acorralo contra las sucias paredes de la bodega, con la mirada amenazante y la piel brillando tenuemente bajo la luz mortecina que pendía sobre sus cabezas.

-          No me obligues a despedirte…

 

Kyuhyun alzo la mirada, desafiante, arrogante. Su encuentro con el vampiro había disipado sus dudas. Le necesitaba, le deseaba más de lo que podría desear su propia vida. Estaba preparado para entregar el control, para dejarse guiar.

 

No podía leer bajo la mirada cargada de preocupación de Stella, pero estaba seguro de que aun si lo hiciera nada lo haría retroceder en el camino que ya tenia trazado.

 

-          No me obligues a esconderme, a huir de ti.

-          Su encanto te va a matar…

-          La bala que te mata es la que no oyes pasar. La bala que te mata es la que se queda contigo sin decir aquí estoy.

-          BlackJack…

-          Kyuhyun, soy Kyuhyun.

 

La oscuridad le recibió de lleno, bajo lo acordes oscuros y eléctricos de la banda sonora perfecta para lo que se avecinaba a solo unos pasos más allá.

Siwon se acercaba a él, enarbolando una sonrisa como su única arma. Tan letal como esos colmillos nacarados que asomaban bajo sus labios. Esa noche terminaría con el incesante palpitar que corría entre sus venas.

 

Su mano resbalo entre los contrarias, sus pieles se reconocieron en medio de cientos de personas que no daban la vuelta hacia ellos. Sus ojos se encontraron, bajaron barreras y los secretos tan bien guardados quedaron al descubierto, libros abiertos a sus almas. Sus labios se rozaron con urgencia, con desespero y pasión salvaje.

No existía mas que la esencia misma de la lujuria que manaba de sus poros. Amor, pasión, desenfreno, deseo. Sus cuerpos tan cerca que aparentaba un solo ente entre la multitud.

 

Con calido escalofrió Kyuhyun sintió los colmillos rozando su cuello con delicadeza. Sonriendo con insolencia separo al vampiro de su piel.

 

-          Aquí no Siwon.

-          BlackJack…

-          No, ese no soy yo. Recuerda esto Siwon, recuerda a quien te esta entregando su vida a cambio de un beso. Soy Kyuhyun, Cho Kyuhyun y mi vida te pertenece desde que cruzaste esa puerta.

 

La tensión de sus nervios y el completo abatimiento que a ello le siguió, casi acaba con su respiración. Y en un acto que no esperaba se vio unido  en un estrecho abrazo, que le dio la inmediata impresión de que sus cuerpos, amalgamados, se habían fundido en uno solo.

 

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Siwon lo miró a los ojos y Kyuhyun casi pudo verse reflejado en ellos, en ese negro etéreo y perfecto que podía llenar de color toda su pálida piel.

 

Sus narices se rozaron y sus labios se encontraron, sin tocarse aún, susurrándose sutiles palabras en el cálido idioma de los besos. Kyuhyun abrió la boca, aguardando, anhelante, Y Siwon alzó las cejas, complacido. Sonrió.

-          Eres de esos que rompen un puente con tan solo cruzarlo…

-          Di mi nombre Siwon, dilo.

-          Kyuhyun…Kyuhyun…

 

Sus labios por un instante separadas, volvieron a juntarse con ardiente deseo. Sus labios, estrechamente apretados, se frotaban con un ardor tal que la sangre comenzó a aflorar, mezclándose su líquido rojo con nuestra saliva, como el vino que solía beber.

 

Siwon le obsequió una larga lamida en el cuello. Kyuhyun suspiró, y se estremeció al notar que soplaba sobre la piel mojada, provocándole una agradable sensación de frescura. Oh, como lo deseaba, como lo amaba.

 

Ya se sentía exhausto, vencido, aniquilado. Todo le daba vueltas y sentía temblar la tierra bajo sus pies. No tenía ya fuerzas para sostenerse en pie.

Se sentía desvanecer y fue lo que hizo, se dejo caer, seguro de que esos brazos que tan fuertemente lo estrechaban lo recibirían sin lugar a dudas.

 

¿Iba pues a morir?

 

 Oh, la muerte entonces debía ser el momento más feliz de la vida, porque no era posible sentir dos veces una embriaguez semejante...

 

Las pieles estaban calientes y transpiradas. El sudor se mezclaba, salado

y pegajoso, mientras Siwon navegaba cuesta abajo por el cuerpo de

Kyuhyun, recorriéndolo con manos, labios y lengua.

 

El olor agresivo del sudor, fluctuando en el aire y en su boca junto a la fragancia del desodorante, tocó algún punto de su hemisferio erótico que le dio vuelta todos los nervios.

 

Kyuhyun jadeó fuerte y profundo cuando Siwon abrió la boca y besó su sexo por encima de la ropa.

 

-          Kyuhyun, Kyuhyun…eres el mortal más hermoso que he conocido en la eternidad…

-          Mientes Siwon…

-          Jamás.

-          Entonces tócame, hazme sentir como si estuviese respirando, como si fuera tuyo, como si no fuera un mortal.

 

Kyuhyun  se tumbó en la cama boca abajo y lo atrajo hacia sí como si fuese una capa con la que quisiera cubrirse al tiempo que separaba las piernas. Lo desnudo de su ropa mal puesta y lo vistió de besos antes de lentamente apoyarse contra su cuerpo.

 

Cuando lo atravesó se estremeció con un dolor lacerante y, sin embargo, irresistible, subyugante, y la primera embestida le arrancó un gemido. Entonces todo su cuerpo se agitó al mismo ritmo y un círculo palpitante de placer irradiaba en su interior a través de aquel orificio, a través de aquella crueldad, y con los dientes apretados, alcanzó el cénit mientras profería una exclamación blasfema.

 

Y luego, cuando la luna se ocultó, avergonzada por el espectáculo, me hizo el amor hasta que en mis entrañas explotó toda su pasión, perfumada, violenta y caliente.

 

Con suavidad de terciopelo su piel fue rasgada bajo las frías cuchillas que eran los colmillos de Siwon. Un gemido gutural escapo de sus labios y sus ojos se abrieron a la intensa realidad que se abría paso entre sus parpados alojándose con precisa rapidez en sus recuerdos.

 

Vida.

 

Kyuhyun comenzó a sonreír, primero en su rostro, luego en su interior. Miles de sonrisas se fueron extendiendo por su cuerpo en perfectas oleadas calientes, como si estuviese siendo expuesto a chorros de vapor de agua.

 

-          Eres mío, preciosa criatura. Me has dado  tu alma y tu cuerpo Kyuhyun, la eternidad nos espera. Estarás a mi lado por siempre y sólo cuando yo muera podrás descansar en paz.

-          Así sea Siwon.

 

Notas finales:

:DD Lo sé, mi lemmon apesta -3-


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