Thor regresó a su castillo después de casi tres meses fuera, su talante lucía severo y no disimulaba su mal humor. Estaba tan bien en Midgard, le gustaba vivir en la tierra media, luchar con sus amigos contra cualquier amenaza que surgiera y cuando no, realizar las muchas cruzadas en beneficio de los humanos que tanto satisfacían su bien ganada fama de “Protector” que todos conocían y festejaban.
No hubiese regresado de no ser por el cumpleaños número doce de sus hijos, doce era una edad importante, marcaba de una vez por todas el adiós de la niñez y la bienvenida a la juventud temprana. Una ceremonia se realizaría, una rimbombante y muy protocolaria ceremonia donde incluso, se esperaba la presencia de los reyes de Asgard, que como abuelos de los hijos de Thor, acudían a presenciar su pase a un nivel superior de vida.
-¿Dónde están Loki y los niños?- preguntó con modales algo rudos a la servidora, toda vez que ninguno acudiera a recibirlo a las puertas del enorme castillo.
-A esta hora siempre están en el jardín interior, Alteza... tomando algunas clases...
Thor se dirigió de inmediato al lugar y con satisfacción, contempló a Einar entrenando frente a un maniquí con armadura. El jovencito, que para su edad era ya casi tan alto como sus padres, se esforzaba por aprender a levantar la espada con elegancia y destreza, así como portar escudo y armadura.
-¡Ahh eso es lo que espero ver siempre en mi hijo!- exclamó con voz potente el rubio, provocando en el muchacho un gesto de orgullo- ¡Alza bien el brazo, que no se diga que Einar, hijo de Thor, tiene un brazo débil!
Loki sonrió al verlo, lo extrañaba terriblemente, luego de tantas semanas sin su compañía. Pero el rubio no reparó demasiado en su compañero, extasiado con los movimientos de aprendiz de guerrero de su hijo. Después, aplaudió sonoramente cuando descubrió que su hija también entrenaba, aunque ella con el arco y flechas, su porte era digno de la belleza que heredaba, alta, esbelta y con unos hermosos ojos verdes que ya sabían moverse con la coquetería propia de su edad.
Al final, después de pasar varios minutos con cada uno de ellos, se dirigió a Loki para darle un beso en la frente y comentarle lo orgulloso que se sentía de sus vástagos.
-Por un momento pensé que nuevamente encontraría a Einar encerrado en la biblioteca, leyendo y leyendo esos pesados libros de magia y a Elynn perdiendo el tiempo con clases estúpidas de piano, o todo eso que los obligas a aprender. Ahora sí que parecen los hijos del Dios del Trueno…
Y diciendo esto, entró para dirigirse hasta sus habitaciones privadas, donde se dio un largo baño y comió a solas, mientras cantaba alegremente.
Para Loki esta indiferencia ya no era nueva, ni siquiera se molestaba en reclamarle nada. Thor era feliz únicamente en su amada tierra media, donde solía pasar la mayor parte de su tiempo. Era evidente cuanto le disgustaba regresar a Asgard y cumplir con sus deberes de heredero y de compañero... también esto último había dejado de doler hacía tiempo, Loki se enfrentaba con la realidad más dura de su vida… mucho más difícil que los tiempos en que la prisión era su única opción, casi tan dolorosa como su decisión de separarse de sus hijos como alguna vez había hecho... Loki sabía que Thor ya no lo amaba. Que el rubio Dios del Rayo tenía sus intereses bien fincados en Midgard, que sus canturreos y sonrisas a solas eran sin duda porque recordaba al amor que lo esperaba y al que volvería una vez pasada la obligación que sus hijos requerían.
También él se fue a su alcoba privada. Sacó de sus guardarropas el traje de piel verde y negro que alguna vez usara durante las batallas y que estaba ya algo ajado por el desuso... sin duda una buena limpieza con aceites especiales le devolverían un poco la dignidad. Sus ornamentos ya no tenían razón de ser, estaban desgastados y corroídos, al menos tenía el peto de oro regalo de Thor, y las hombreras y guardabrazos pulidas de su antigua armadura guerrera. Le vendrían muy bien con el peto dorado... luego sacó de la vitrina donde se guardaba y exhibía su hermoso casco cornamentado... era su orgullo, lucía muy bien junto del casco alado de Thor, se lo puso sintiendo un enorme placer... junto al casco regresaban a su mente sensaciones de poder y de ambición que en ocasiones era en vano intentar olvidar... se miró al espejo satisfecho… su imagen aún era temible y sorprendentemente atractiva, la mezcla justa que le daba esa aura de altivez y superioridad que tanto le gustaban.
-Wow- dijo Thor entrando de pronto a la alcoba- Aún te ves espectacular en ese traje... ¿Por qué te lo has puesto…? ¿Acaso intentas seducirme? Porque lo estás logrando...
-Ya que no he estado en ninguna batalla desde Nueva York, no tengo otro traje guerrero para usar en la ceremonia.
-Oh, si... la ceremonia...- dijo Thor, elevando la mirada al cielo- Sabes... Padre está muy interesado en asistir a esa ceremonia... Será un poco pesado tenerle en Bliskirnir, con toda su corte, sus guardias y por supuesto, el protocolo...
-Hablas como si no conociera los movimientos de la corte... Crecí entre todo eso... ¿Ya lo olvidaste?
-No, por supuesto no lo he olvidado... solo es eso... el protocolo...
-Thor, háblame con claridad, por favor.
-Escucha... sé que lo entenderás... Padre te reconoce como el progenitor de mis hijos, pero... no te reconoce como... Tú sabes... El protocolo no te permite estar a mi lado en la ceremonia... ni en presencia de Odín...
-¿Quieres decir que me excluyes de la ceremonia de TUS hijos?
***
La cena fue tensa, forzada y absolutamente triste, Loki atendió como siempre que su mesa estuviese lista para su compañero, compartió con sus hijos y ambos fingieron que todo era normal entre ellos. Después supervisó junto a Thor que todo estuviese listo para la ceremonia del día siguiente, Einar y Elynn se sabían todos los pasos, las reglas, los juramentos y comportamientos que debían estrictamente observar durante el desarrollo... Odín los estaría escrutando, desde su vestimenta hasta cada palabra y gesto que hicieran, además, los investiría como Príncipes. Einar sería oficialmente el segundo en la línea de sucesión, detrás de su padre Thor y desplazando a Balder, su tío. Loki sabía que desde hacía años, él mismo ya no era el segundo Príncipe, que su título fue revocado y que en su calidad de criminal, no debía aspirar siquiera a estar frente al que fuera su padre adoptivo si éste no lo autorizaba de antemano.
-Te agradará saber que Tony Stark será el padrino de Einar, él vendrá solo, lamentablemente no me fue posible que su esposa y su hijo lo acompañasen.
-Me alegra mucho volver a saludarle y además, me enorgullece que sea padrino de mi hijo varón... Es lo menos que merece, después de tanto que ha hecho por él y por nosotros... ¿Y quién será de Elynn?
-Creo que también te agradará... Lady Sif... Elynn la admira mucho y ella sin duda será una buena mentora en artes guerreras.
-En nuestra ceremonia de investimiento, Odín nos obsequió los cascos... el mío era muy diferente al que tengo actualmente... ¿Crees que recibirá Einar algo semejante?
-Padre tiene para ellos regalos únicos. Te lo puedo asegurar.
Quedaron a solas en el salón, luego que los gemelos les mostraran los atuendos que estrenarían. Thor quedó mucho más que satisfecho al verlos, aún el de su hija tenía un corte guerrero, eran su sangre y eran su orgullo, ambos se manifestaban con inquietudes iguales a las de él en su juventud. Tuvo que reconocer que Loki había hecho un gran trabajo de preparación y que sin duda, durante la ceremonia tendrían un excelente desempeño.
-Sigo pensando que en ese traje te veías sensacional- dijo Thor, con los azules ojos brillando de deseo.
-Es una hazaña entrar en él- rió el pelinegro, levantándose para intentar alejarse hasta sus habitaciones- Debo ir a preparar algunos cambios de ropa... Me hará mucho bien pasar dos días completos en la montaña... serán como vacaciones...
Thor suspiró con algo de remordimiento, caminó tras él y lo abrazó con fuerza. Sintió de inmediato como su compañero se estremecía. No quiso darle tiempo para reaccionar, lo besó en los labios, aprisionándolo con su fuerte mano por el cuello, mientras lo rodeaba con el brazo libre y lo estrechaba muy junto a él.
Prácticamente lo arrastró hasta la habitación, mientras respiraba agitadamente... tantas semanas sin él, sin su aroma, sin su sabor... de pronto la necesidad de tenerlo se hizo urgente y solo eso le importó. Loki no se negó, entregando esa noche, como cada noche desde su rescate de la prisión de Jotunheim, su alma disuelta en su cuerpo.
Thor lo poseyó como siempre, pero esta vez, al ojiverde cada beso, cada caricia, cada gota de sudor envolvía un adiós. Lo presentía... y su corazón estaba sufriendo terriblemente... Pero prefirió despedirse de su compañero como quería que lo recordara, amándolo completamente.
***
Toda la ceremonia fue casi perfecta, Thor se sentía complacido con la presencia de sus hijos, con su temple, con el dominio del protocolo y con la evidente satisfacción que provocaron en el Padre de Todo. Escuchó con orgullo como Einar fue nombrado segundo príncipe de Asgard y su coronación fue anunciada para el día que cumpliera la mayoría de edad.
La dignidad en el rostro de su joven vástago fue absolutamente de su agrado, con cuanto orgullo Einar Thorson recibió su investidura y de hinojos ante su abuelo, el poderoso Odín, aceptó portar con valentía y honradez la espada que le presentaba como obsequio. Thor le obsequió también una daga cuya hoja estaba forjada con uru, el precioso y mágico metal asgardiano. Einar la recibió mientras agradecía con una inclinación de su noble cabeza. Al levantar nuevamente su mirada, Thor se estremeció... en los ojos azules de su hijo descubrió una velada recriminación por la ausencia de su padre Loki.
Aquella daga fue amorosamente preparada desde hacía años por ambos padres. Buscaron al enano artesano que la forjara a su gusto, con incrustaciones de piedras preciosas en la empuñadura y con runas especiales que lo protegerían en la batalla. Einar conocía que aquella arma un día sería suya, Loki le hablaba acerca de antiguas guerras y antiguos adversarios, de los que su padre Thor o él mismo, luchando hombro a hombro, habían salido bien librados gracias a la habilidad desarrollada con un entrenamiento concienzudo y un arma bien cuidada.
No ver a Loki junto a su padre le causaba, más que dolor, un profundo enojo.
Y Thor lo percibió claramente.
-Einar…- fue la voz que resonó claramente en la cabeza del joven, quien se volvió presto hacia el lugar de donde creía que provenía. Y junto a su padre Thor lo encontró a él, a su padre Loki, en armadura completa, con casco cornamentado, cruzado de brazos orgulloso y altivo, sonrió plenamente y repitió la inclinación respetuosa aún más profunda- Eres mi orgullo, mi amado hijo...
Thor palideció al verlo, en traje de guerra, con la mirada brillante y llena de odio, con la sonrisa cínica de antes… Odín se sintió ofendido de que estuviera presente desobedeciendo sus expresas indicaciones y además, colándose sin que sus guardias lo vieran. Ordenó detenerle de inmediato.
-Loki... ¿Qué has hecho?- le recriminó Thor, observando a los guardias acercarse a toda prisa hacia ellos.
Thor se preparó para defender a su compañero aún de sus guardias, odiaba eso, pero no podía permitir tal humillación. Loki se burló de él con un gesto, desapareciendo.
***
Entró hecho una furia en la casona de las montañas, gritando por Loki y destrozando a su paso todo lo que pudo. Thor estaba realmente enfadado por la manera en que desobedeció a la indicación del Padre de Todo, por haber interrumpido una ceremonia que hasta ese momento era perfecta y por provocar a la corte entera apareciendo en traje de guerra... él, que era un reo condenado y solo en suspensión de su castigo.
-¿Qué clase de locura te atacó?- le gritó, cuando lo localizó sentado en el jardín, leyéndo un libro. Mientras caminaba hacia él para alzarlo por la ropa y sacudirlo violentamente- ¿Por qué le hiciste eso a mi hijo?
-¿A tu hijo? Thor... ¡Te olvidas que Einar es mi hijo también!- respondió el menor, sin sentirse mínimamente intimidado- ¿En serio creíste que aceptaría tan dócilmente la imposición de estar fuera de la ceremonia? ¿En tan poco concepto tienes mi dignidad?
-Yo te expliqué- bufó Thor- Me tomé la molestia de explicarte los motivos que marcan las leyes para justificar tu exclusión... Hay un protocolo que respetar y si Padre no te acepta en su presencia y no eres mi... consorte... la ley prohíbe que acudas.
-No parece que escucho hablar al que tanto amo- se quejó melancólicamente el otro, logrando así que Thor lo soltara- Escucho a un extraño... a alguien que está cansado de mí y no sabe como decírmelo... ¿Crees que no lo he notado, amor mío? ¿Crees que no se nota tu alejamiento? En otros tiempos, hubieras hecho lo imposible porque estuviésemos juntos y orgullosos del momento de nuestros hijos...
-Ese tema lo debemos hablar tarde o temprano...- respondió el rubio, seriamente. Sin que al parecer le importara aquella inesperada confesión de amor.
-No. No me humillaré escuchando como me desplazas... Has puesto muy en claro quien soy a tu lado: Engendré a tus hijos, pero no soy tu consorte, jamás podré serlo mientras Odín no quiera... y jamás lo querrá... No tengo nada más que hacer a tu lado ya. Lamento echar a perder tu gran ceremonia... pero fue mi última travesura... dejaré Bliskirnir apenas pueda recoger mis pertenencias...
Y diciendo esto, volvió la espalda tanto para ignorar al rubio, como para esconder las lágrimas que estaban a punto de brotar de sus ojos de esmeralda.
-No, Loki... No puedes irte y lo sabes... Significaría un insulto a mi casa y a los hijos que tanto dices amar... Einar sostendrá su título firme sobre sus hombros hasta su mayoría... te necesita... nos necesita... Quédate en el castillo, al lado de ellos... yo seré quien salga mañana mismo para Midgard. Viviré allá y solo viajaré cuando me llames por asuntos relacionados con su educación...
-No lo has pensado demasiado... te he mostrado la puerta de salida y la has traspasado a toda prisa...
-Por supuesto que no... me duele esto, Loki... Juro que recordaré lo nuestro siempre... toda mi vida serás alguien muy especial... pero...
-Pero amas a alguien más. ¿No es cierto?- Thor no respondió- deberías tener el valor de decírmelo, creeme que no haré nada parecido a viajar y asesinarle... solo dime... ¿Eres tan amado como yo te he amado? ¿Recibes el mismo cuidado? ¿Amas tú tanto como decías amarme a mí?