Durante la mayor parte del viaje el mar y el cielo se comportaron de forma tranquila, la brisa salada empapaba la cubierta donde mujeres, hombres y niños pasaban la mayor parte del día.
Las gaviotas surcaban los cielos gloriosamente y los delfines nadaban a la par del barco, una imagen muy similar al de una película, todos sonreían y festejaban menos él...
Alto y delgado, piel pálida muy similar a la de la gente nórdica, cabello oscuro y lacio no muy largo, parecía malhumorado, tal vez era el calor o el ambiente.
Por alguna razón o mas bien por mi torpeza deje caer sobre el un té helado que apenas había probado, él pareció molestarse pero no le dio demasiada importancia y entre disculpas mías escuche su voz...
-No te preocupes-
Me dijo con una voz grabe, serena y muy segura, tal vez fue el sol pero me ruborice en ese momento, él lo noto y aparto la mirada, nunca sentí tanta pena como en ese momento.
Durante lo siguientes tres días nuestros encuentros fueron aumentando y nos hicimos un más cercanos, poco a poco nos hicimos amigos.
"Alberick" fue el nombre que me dio tras una cena a la luz del atardecer, "Alex" le respondí entre una sonrisa que intentaba ocultar mi nerviosismo.
El viaje estaba llegando a sus últimos días y el barco estaba próximo a tocar puerto en Edimburgo, "Alber" como le apode de cariño y yo pasamos el penúltimo día jugando en la alberca... Eran cerca de medio dia cuando una repentina lluvia callo sobre nosotros, "Alber" y yo cogimos unas toallas y corrimos a refugiarnos de la helada lluvia.
La voz del capitán sonó por los megáfonos del barco advirtiendo de una pequeña tormenta y nos pidió que regresáramos a nuestros camarotes, mientras me cambiaba el traje de baño por mi ropa casual el viento se hizo mas fuerte, los truenos mas intensos y mi temor aumento, por el miedo abracé a "Alber" quien estaba de espaldas a mi, mi playera cayo por no estar bien puesta, el puso su mano sobre mi cabeza y dijo:
-¿Tienes miedo?- y yo respondí si con la cabeza por lo que el con una suave sonrisa dijo -Puedo estar contigo hasta que termine la tormenta-.
El me acompaño hasta mi camarote siguiéndome como un caballero del rey Arturo, me sentí tan protegido que casi olvido la tormenta pero volví a la realidad cuando un estruendo ilumino el pasillo, grite de forma chistosa y el sonrió, en el camerino jugamos cartas y platicamos hasta que la tormenta paso, al día siguiente llegamos a puerto y tuvimos que despedirnos.
Ya debajo de el barco nos paramos de frente, mis lagrimas no pudieron permanecer en mis ojos y resbalaron por mis mejillas, él extendió su mano y limpio una de mis mejillas mientras acercaba su rostro al mio, callo mis sollozos con un beso, yo sorprendido no supe como reaccionar y me deje llevar por el momento, sentí que metió su mano en mi bolsillo para luego dar la vuelta y perderse entre la gente.
Metí mi mano cuando lo perdí de vista en mi bolsa encontré un papel doblado con una dirección y un numero telefónico , junto con un dibujo de un remolino.
"Fuiste como un vórtice que sacudió mi coraza" decía a un lado del dibujo.