Hace un tiempo que conocí una Uchiha, según lo que recuerdo su nombre era Sasuko, eran tiempos de guerra, entre el clan antes mencionado y los Senju.
La conocí bajo el árbol del que yo había surgido, miraba las estrellas, mientras que lloraba por sus familiares muertos.
Era una niña adorable, su cabello era negro, sus ojos también; cuando la hice sonreír, fue algo más hermoso que ver las estrellas. Dicen que los espíritus como yo no tenemos sentimientos, pero algo en mi corazón se estremeció cuando la conocí. Yo, que veo lo invisible para los humanos, ví como un delgado hilo rojo nos conectó cuando nos hablamos.
Cuando la conocí ella tenía unos 8 años, pasó el tiempo y aún había guerras. Pero cada noche, nos lograbamos ver debajo del mismo árbol, cuando ella cumplió 10 se dió cuenta de que yo no tenía nombre.
-¡UZUMAKI!- gritó con alegría y me dio un abrazo
-¿Acaso no es un apellido para ustedes?
-Etto... eso creo...-puso una carita pensativa y de nuevo gritó.-¡NARUTO! Me encanta el ramen que me prepara mi madre, bueno, que me preparaba...
Allí por primera vez tenía un nombre, por conforme pasaba el tiempo, veía como nuestro hilo se volvía cada vez más fuerte; los sabios espíritus no sabían de este contacto con una humana por dicho hilo, es algo más poderoso que cualquier poder que nosotros tengamos.
Cuando Sasuko llegó a cumplir 12 años, aún había guerra, ella defendía su clan a esa temprana edad; la noche que ella cumplió esta edad decidió darme un beso. Ví como el hilo se volvió de un rojo más fuerte que el de mis ojos de Kitsune. Cada ves veía más características humanas en mí, mi cabello comenzó a acortarse, al igual que mis garras, mis ojos bestiales ya no podían aparecer y mis orejas se hacían más pequeñas... Era feliz cuando la veía, cuando la besaba, pero todo cambió cuando en su cumpleaños número 16... Ví como la asesinaron.
Cuando ella venía hacia mí, unos ninjas del clan Senju le lanzaron kunais, ella trató de actuar, y yo traté de ayudarla, pero no tenía fuerzas, mis poderes habían sido arrebatados por aquel amor que le sentía. Hicieron que me arrodillara, mientras que yo gritaba su nombre, la golpearon, le rompieron un brazo alfrente mío, y yo era incapaz de hacer algo. Hasta que le clavaron dos kunais, uno en su pecho y otro en su cabeza. Me asesinaron a mi también, pero al hacerlo volví a ser el Kitsune que era y maté a todos los que la mataron... El hilo rojo se volvió rosa, y de repente ví su alma.
"Naruto, volveré a tí en otra vida, estoy agradecida por tu amor"
Mi hilo se volvió casi transparente, hasta para mi propia vista... Luego no volví a aquel árbol, solo los días que era "nuestro aniversario" el día que nos conocimos. Se acabaron las guerras, y los Uchiha y Senju se unificaron y crearon la aldea de Konoha.
Luego... lo conocí a él... a Uchiha Sasuke, me sorprendió que su nombre fuera el masculino de Sasuko, pero luego lo entendí, era la promesa que ella me había hecho, sus ojos, su cabello, su sonrisa, era igual. Cuando me puse a ver el cielo ví que habían muchas almas nuevas, pero no había notado que ese día en especial, la única estrella a la que miraba, no se encontraba... Ví mi mano y la suya, era el mismo hilo rojo que tenía con ella. Sasuke ahora sería mi niño, y tengo que protegerlo, aunque si está conmigo, lo pondría en riesgo, no quiero que se vuelva a ir de mis brazos.
Han pasado años que vigilo a Sasuke, se ha convertido en un gran ninja, aunque ha ennegrecido nuestro hilo con el deseo de venganza en su corazón, y más por esa maldita marca que le puso un tal Orochimaru... No lo pude proteger de eso, además ha sido un poco díficil vigilarlo, la vez que lo conocí aún era un espíritu libre, pero pasó el tiempo y me volví uno de los 9 sabios espíritus...
Hasta que llegó este día...
Ví como él asesinó a su hermano mayor, aquel que había asesinado todo su clan. El hilo que nos conectaba solo estaba rojo en la parte que se enrollaba al dedo, todo lo demás era negro... No lo protegí, no lo cuidé, no le dí el amor que yo sentía. Luego obtuvo unos horribles ojos. Los Uchihas le llamaban el Mangekyo Sharingan, entonces en ese momento vio el hilo, consiguió seguirlo hasta que llegó donde mí... Sus ojos mostraban odio, ya no estaba aquella amable sonrisa...
-¿Quién demonios eres y por qué estas amarrado a mí?
Sus palabras me hirieron el corazón, la parte que aún quedaba roja comenzó a teñirse oscura.
-Sasuke...- sacó su katana y la puso cerca de mi garganta. Lágrimas corrieron por mi rostro al ver tal acción, él me miraba con seriedad, pero luego cambió su expresión, bajó su arma..
-¡NARUTO!.-gritó y me abrazó.- Sabía que eras real... yo... yo iba a aquel árbol todas las noches... Y no estabas.- lágrimas caían en mis hombros. Había crecido, debería tener 16 años...
-Disculpame Sasuke, por no haberte cuidado...
-Eras mi único amigo, luego desapareciste... Hasta creí que solo había sido un sueño...
Sus ojos, volvieron a ser los mismos ojos que había conocido, nuestra conexión se aclareció un poco, pero aún había odio en su corazón.
Me acerco a sus labios y le beso, pero él se aparta violentamente y me da un golpe con el puño en la cara.
-¡ESO ES POR LA PRIMERA VEZ QUE ME BESASTE!.-gritó molesto y preparó otro puño y lo abalanceo contra mí, unas de mis colas logró pararlo a tiempo.- No me vuelvas a besar nunca en tu miserable vida.- dijo con una voz más calmada
-Gomen.
Al final, para Sasuke yo era un desconocido, pero sé que en algún momento él será quien me bese a mí. Al final es la misma alma de la que me enamoré, lo que menos me importa es si es hombre o mujer, yo lo amo. Pero ahora todo sería un peligro, el hilo rojo nos oculta mientras que sea rojo, que represente nuestro amor, pero aún tenía un color negro, un color de odio... Los espirítus son más perceptibles al odio... Tengo que transformar este odio en amor de alguna forma...
-¿Naruto... Ahora si no te apartarás de mi lado?
Solo lo miré... Tenía que decirle muchas cosas