La aldea Konoha es una de las mas grandes en ella se encuentran los mas fuertes shinobis, leales a su hokage el hombre mas fuerte, pero en una noche de luna llena el gran zorro demonio de nueve colas ataco destrozándolo todo a su paso, esa misma noche el cuarto hokage junto con su esposa esperaban la llegada de su primer hijo, el nombre del cuarto era Minato Namikaze el lucho contra la bestia tratando de proteger lo que mas le importaba, la lucha fue dura pero el cuarto Hokage con ayuda del tercero lograron acorralar a la bestia sellándola en el cuerpo de un pequeño niño recién nacido, aquel combate cobro muchas vidas entre ellas la del tercer Hokage.
-Silencio... por que no se callan. Un pequeño niño rubio se encontraba sentado en el suelo en la esquina de su habitación, golpeándose la cabeza contra la pared. Se podían escuchar los gritos que provenían desde la sala de su casa.
-¡Me tienes harta! Después de ese grito de una voz femenina se escucho el ruido de la puerta al ser azotada después de eso solo silencio. Poco tiempo después un hombre mayor rubio muy parecido al pequeño entraba a esa habitación oscura encontrándose con su hijo aun en la esquina pero sin golpearse.
-Naruto, mi pequeño, esta noche hace frió por que no duermes conmigo. Con voz amable toma en brazos al niño que solo asiente con la cabeza en señal de aprobación. El hombre no se sorprende por la muda respuesta.
-¿Cuando regresara Kushina? Pregunta Naruto con un pequeño susurro observando que el mayor tenia una mirada muy triste, ambos se encontraban en otra habitación ya entre las sabanas.
-Ella es tu madre no deberías llamarla solo por su nombre- Reprendió en mayor igual con un susurro para proseguir. -Ella regresa mañana, te quiere mucho así que no tardara en regresar.- El pequeño solo se quedo observando a su padre, para el a su corta edad de 6 años ya se había acostumbrado a las constantes peleas de sus padres, aun no entendí el por que siempre era su padre el que se quedaba con el y su madre la que se marchaba, pero aun no quería averiguarlo.
-Cuéntame la historia del Héroe Naruto. Pidió el menor. Su padre de inmediato comenzó a narrar.
-Hace mucho tiempo existió un ninja al principio el era muy torpe pero con esmero logro hacerse fuerte, lo único que quería aquel ninja era proteger a sus personas amadas a lo largo de su vida lucho contra otros ninja que creía eran malvados pero nunca asesino a ninguno dándoles otra oportunidad, ese ninja tenia como sueño ser Kage de su aldea para tratar de hacer un mundo lleno de paz, el nombre de ese Ninja era Naruto... -Interrumpió su narración al ver a su pequeño dormido, lo cubrió mejor con las mantas mientras lo atraía mas a su cuerpo susurrándole un te quiero antes de quedarse dormido.
Al despertar en la mañana se dio cuenta que su padre ya no estaba, se cambio de ropas y tomo su desayuno que siempre le dejaban preparado. Al cumplir 6 años ya lo dejaban salir de casa solo antes tenia que esperar hasta que alguno de sus padres lo acompañaran, caminaba tranquilamente por la calles no tenia problemas las personas lo trataban bien por ser el hijo del cuarto hokage, camino por mucho tiempo se sentía algo cansado pero para su pesar se había perdido, siguió caminando hasta llegar a lo que parecía ser un lago ahí se encontraba un adulto y un niño solo les veía la espalda mientras se iba acercando pudo observar como el mayor hacia una técnica de fuego eso lo dejo muy asombrado después vio como el niño solo sacaba unas pequeñas flamitas, cuando llego al lado de ambos se quedo viendo mas detalladamente el adulto vestía un yukata sencillo color verde oscuro su cabello era castaño oscuro y sus ojos negros, en la parte de la espalda el yukata tenia un símbolo que el desconocía, el niño vestía una playera, unos pantalones cortos color azul marino, su cabello era negro azulado y sus ojos al igual que el mayor eran negros.
-¡Oh! eso fue sorprendente.- Fue lo primero que salio de su boca, recibiendo dos tipos de miradas una molesta del niño y mientras que la del mayor fue de asombro.
-¿Quien eres tu? Deberías irte están en terrenos del clan Uchiha.- Le respondió de manera calmada el niño.
- Mi nombre es Naruto mucho gusto.- Les dedico una pequeña sonrisa y se inclino un poco en modo de respeto para el mayor. -Bueno yo...- Le daba un poco de pena admitir que se había perdido pero si quería ayuda tenia que hacerlo. -... me perdí.
-Valla que eres torpe. El niño se burlo, pero de inmediato se dio cuenta de la mirada molesta que le dedicaba su padre.
-Lamento la ofensa de mi hijo.- Dijo en tono suave. -Mi nombre es Fugaku Uchiha y el es mi hijo Sasuke.- Con su mano hizo que Sasuke inclinara un poco la cabeza.
-Esta bien no importa.- Nuevamente le dio otra sonrisa al mayor no sabia por que pero algo dentro de el le decía que ese señor era buena persona. -¿Como hizo eso?- Pregunto refiriéndose a la técnica que vio antes olvidándose por completo de que se encontraba perdido.
-Es una técnica especial de mi clan.- Trato de explicar el mayor mientras Sasuke se mantenía callado para no enojar a su padre otra vez.
-¡Oh! ¿Me la enseñarías?- Pregunto ilusionado.
-Pero que le pasa a ese tonto, mi padre le acaba de decir que es una técnica especial del clan y aun así lo quiere aprender.- Es lo que pensaba el pequeño Sasuke mientras se mordía la lengua para no decirlo en voz alta.
-Si, claro presta atención.- Le indico el mayor que se parara junto a el, comenzó a hacer los sellos y nuevamente salio una gran bola de fuego, todo sucedió ante la sorprendida mirada de Sasuke.
Naruto con expresión seria realizo los mismos sellos pero en lugar de la gran bola de fuego salieron unas flamitas. Levanto la vista al mayor esperando una mirada de desilusión pero no fue así el lo veía con cierta comprensión, ademas pudo observar una leve sonrisa. Mientras Sasuke si se mostraba sorprendido no por que el niño rubio lograra sacar flamitas como el si no por la reacción de su padre.
La tarde llego rápido, Fugaku invito a comer al pequeño Naru después de la comida se ofreció a acompañarlo a su casa.
-Gracias por acompañarme señor Uchiha.
-De nada, pero puedes llamarme Fugaku.- alboroto mas los rebeldes cabellos rubios de Naruto. -Puedes ir a mi casa cuando quieras.- Se despidió con una leve sonrisa mientras Naruto entraba a su casa.
En la torre hokage ubicada frente a las cabezas de los anteriores hokages en lo alto de una montaña, en su oficina dormía tranquilamente un hombre rubio el cual no se dio cuenta que una persona entro sigilosamente. El extraño se acerco con paso lento hasta donde el rubio se encontraba estirando su mano para tocar el cabello de la persona dormida.
-¡Que susto me diste!- Exclamo el hombre rubio, que de manera rápida antes de ser tocado por esa mano se ubico detrás del intruso colocando un kunai en su cuello, en cuanto reconoció a la persona regreso a su lugar detrás de un gran escritorio repleto de papeles.
-No debería dormir mientras trabaja señor Hokage. Fue la simple respuesta del intruso.
-¿Que te trae por aquí?- Pregunto ignorando el hecho de que lo vieron durmiendo en lugar de trabajando.
-Después de todo este tiempo supongo que ya se me permite venir sin tener cuestiones de trabajo de por medio, ¿no crees?
-Pero conociéndote se que no importa el tiempo tu aun no me perdonas.- Comento con tristeza Minato. - Por eso te pregunto una vez mas, ¿Que se te ofrece?
-Me conoces bien, quiero hablarte sobre Naruto.
Minato miro incrédulo al hombre delante de el, en su mente pasaban miles de ideas relacionadas con esa simple oración.