Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor en época Edo por koru-chan

[Reviews - 90]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Amor en época Edo

by koru

Capítulo 9: Un inesperado despertar.

-Reita

 

– ¡¿Qué haces?! – Su voz dura se dirigió hacía mi mientras cerraba las puertas con delicadeza detrás de sí.  – ¿Qué demonios haces levantado? ¿No vez la magnitud de tu lesión? – habló de forma gélida parado en el mismo lugar mientras yo Rolaba  mis ojos  sintiendo un dolor agobiante en mi cráneo. Escuché sus pisadas moverse con su peculiar tenuidad para luego posicionarse junto a mí, me apresuré en posar mi espalda, la cual Escocia estuviese en la posición que estuviese, sobre el mullido futón. Ví como fijó sus rodillas a un lado de mi cuerpo para ayudarme en mi tarea de acostarme y entre gruñidos de dolor posé, nuevamente, mi espalda sobre el lecho.

–Mgh. –  gruñí  en un quejido levemente al rozar, apenas, mi espalda con las mantas. Una vez posicionado, en aquella “prisión” mullida, observé de forma intensa a aquel chico quien acomodaba algunas cosas mientras escuchaba ordenes de mi hermano, más bien, para mí era un “blabla” constante, distorsionado que esbozaba su molesta voz porque mi atención la tenia fija hacía aquel chico, quien tímido, había cogido un mechón de aquellas greñas rubias que ocultaban su rostro, para posarlas detrás de una de sus orejas. Me miró mientras escurría un trozo de tela sobre un recipiente, para así quitar el exceso de liquido que se había adherido a este, bajó la mirada para acercarse y posar aquel gélido trapo mientras acariciaba, sin intención alguna, mi frente de forma sutil con sus dedos humedecidos por el vital brebaje. – No exageres, he estado en peores condiciones… – hablé fijando mi vista forzada hacía el moreno mientras entrecerraba mis ojos aletargado por mi estado febril.

Con los parpados entre cerrados sentí nuevamente como tocaban con sutiliza aquel diminuto trozo de tela para acomodarlo de mejor forma sobre mi acalorada frente, giré mi rostro al sentir aquellas frías manos invadir mi cara, percibiendo aquel rostro tristón de ojos claros notoriamente enrojecidos por el reciente llanto ya olvidado.

– Gracias… – murmuré. Cerrando mis ojos sin perder la conciencia; débil. Vislumbré en mi mente la osadía que mis actos anteriores, no entendía como había pasado de la intención de consuelo a una pecaminosa idea de poseer aquellos labios temblorosos mientras él, con gentiliza, me prestaba ayuda y velaba por mi estado.

– Ruki, ¿estuviste aquí toda la madrugada? – mis pensamientos fueron truncado por aquella interrogante, miré aquel nombrado quien tembloroso asentía a aquel hombre de frio carácter. Mi hermano hizo una mueca desaprobatoria con sus labios.

– Vete a descansar. Yo me quedaré, el médico llegaran en un par de horas, junto a tu mujer… –terminó sus palabras mirándome con intensidad seguido de un extenso silencio incomodo,  mi entrecejo se frunció viendo como de forma torpe aquel menor ordenaba algunas cosas, sonoramente, sobre una bandeja. –Ruki, deja eso. – el nombrado se detuvo y miró al moreno asintiendo a sus órdenes. –Retírate, le pediré a alguna criada que retire los trastes sucios. – Pasaron unos segundo en silencio hasta que aquel menor tembloroso se puso de pie direccionando su andar hacía la delicada puerta de arroz. Escuché como las tenues pisadas se perdían en el pasillo y como todo quedaba en completo mutismo. Suspiré antes de hablar:

– ¿Por qué viene con mi mujer? – dije molesto.

– Pensé que te pondrías feliz con la noticia. – dijo sin importancia. Lo miré, era verdad debería haberme puesto feliz por su llegada…

– Está embarazada. – informé. –  En su estado será peligroso viajar. – Además… –intentaba excusarme de mi descontento actuar.

– ¿Además…? ¿Qué? – me miró penetrante sin apartarme su oscura y pesada mirada como el mismísimo concreto; densa y cargada de frialdad. Mi estado febril hizo que llevara mi palma hacía mi frente, sentía como si me la estuvieren taladrando desde adentro.

– Tsk. – murmuré. – Tú voz es tan molesta. – masajee mis sienes cerrando mis ojos en el acto.

–– ¿Qué pasara gran parte de la noche velando por ti, te molesta? – habló enojado. Retiré la palma de mi mano de mi rostro para ver su pose de brazos cruzados frente a mí.

– Nadie te pidió eso. – murmuré de forma mal agradecía de mi parte, estaba molesto conmigo mismo… y por un hecho que no podía admitir…

.

.

.

 

Mis parpados habían sucumbido exhausto como si no hubiese dormido, ya, lo suficiente la madrugada anterior, aun me sentía cansado, tanto así que había despertado, pero mis parpados pesaban o yo estaba demasiado débil como para forzarme, siquiera, a ejercer un poco de voluntad en abrirlos. Pasaron unos segundos y la tranquilidad de aquella habitación, de espesura exagerada para apenas un futón, fue molestada por un suave desliz de la puerta y unas pisadas acompasadas de caminar lento e imperceptible, las cuales, se detuvieron  junto a un lado de mi cama. Aquel desconocido se arrodilló y luego de unos segundos de aproximó tocando con timidez mi pecho, el cual era cubierto, apenas,  con un yukata delgado. Aquellas manos intrusas se apresuraron a tocar mi piel que quedaba expuesta y unos labios suaves, sin pudor se adhirieron sobre mi dermis. Me exalté extrañado, aquellas caricias me habían sorprendido, pero aun no me atrevía a abrir mis ojos. Tenía una sospecha de quien se trataría aquel “extraño” más bien, era una idea errónea; un deseo de quien quería que fuera, pero su atrevimiento me hacía dudar de forma desilusionadora.

Percibí una cálida caricia en mi mentón y como aquella tenue mano viajaba hacía mi mejilla mientras sentía como un dulce aliento se mezclaba con el mío debido a la excesiva cercanía del rostro de aquella persona. Aprecié como su cuerpo se posó sobre mi costado derecho, uno bastante abultado, aquel peso superficial me hizo abrir de a poco mis parpados pesados como hierro. Miré extrañado a la mujer frente a mí, quien poseía sus ojos marrones lagrimosos y una sonrisa pintada en sus labios rosados.

–  Estaba tan asustada, amor. – habló entre llantos abrazándome mientras yo permanecía en aquel sopor cargado de desilusión. – Cuando me dijeron que estabas mal herido no me importó nada sólo quería verte, ¿hice mal en venir? – preguntó con congoja al ver, quizá, el leve frunce de mi ceño.  Me alejé unos centímetros de ella mientras negaba con mi cabeza.

– No… pero me preocupa tu estado, recuerda que ahora no eres sólo tú… – me acomodé en el  lecho para incorporarme un tanto mareado por la fiebre y mi estado anémico.

– Lo sé amor… – se acomodó a mi lado abrazándome con cuidado para no pasar a llevar mi omoplato. Adhirió su frente en mi pecho. Cogió una de mis manos entrelazando nuestros dedos mientras besaba mi mentón con suma ternura. – Temí lo peor… no sabes cuanto recé para que no fuera nada grave y que sólo fuera una exageración de aquel chico que me dio la noticia. – besó nuestras manos entrelazada para tomar la mía entre las suyas mientras paseaba sus labios húmedos sobre las yemas de mis dedos, me sonrió con sus mejillas encendías, llevando en acto seguido mi palma hacía su abdomen crecido. – Te extrañé… mucho… – habló en un susurro. Me atreví a apreciar aquel rostro de tez dorada y mejillas sonrosadas, mientras paseaba mi vista por el cuerpo de aquella mujer analizando sus cambiados rasgos, la última vez que la había visto apenas poseía un pequeño vientre abultado, su figura no había cambiado en lo más mínimo en aquel tiempo, ahora, sus pechos sobresaltaban  y su vientre se notaba  bastante. Deslicé mis dedos con delicadeza por sobre la tela de su yukata de  color rosado y estampado de flores rojizas. –mgh… – vi como mi mujer cerraba sus ojos y se apegaba a mí, mientras yo miraba asustado su reacción.

– ¿Te hice daño? – pregunté alzando mi mano de su barriga.

– Mgh... No… es sólo… – volvió a cerrar sus ojos para luego tornar mi mano, nuevamente, hacía su vientre. – Nunca se había movido tanto. – me sonrió. – Se sintió extraño… – entrelazó mis dedos con los suyos mientras mantenía  mi palma posada sobre su barriga, su cercanía se hizo nula entre nuestros cuerpos y sin previo aviso ella rozó mis labios con los suyos, le sonreí mirando sus ojos semi cerrados mientras se separaba  con lentitud de mi. Cogí su mentón volviendo a juntar nuestros rostros, rodee su cintura con uno de mis brazos sintiendo como aquel gesto sutil de nuestras bocas se volvía cada vez más profundo e intenso, el roce tímido de ella había desaparecido y ahora nuestras bocas se devoraban con desquicio…

–Ah… – escuché el deslizar de la madera con delicadeza, pero no aparté de aquella mujer entre mis brazos, a la cual le comía la boca con notoria desesperación mientras en mi mente surcaba los labios de otra persona… – Disculpen…– Escuché aquella voz en susurro y de golpe abrí mis ojos enormemente al ver aquel muchachito tímido arrodillado afuera de la puerta con una bandeja frente a él. Vi sus ojos tristones cabizbajos como se perdían detrás de aquel papel de arroz siendo cerrado con cautela dejando apenas una silueta oscura mostrarse ante mis ojos.

Me alejé de ella como si una corriente eléctrica se interpusiera en nuestro contacto febril. Mio me miró extrañada, pero con rapidez giró su rostro cuando las puertas se cerraron. Divise su pecho agitado y como su ropa se había descolocado por mis invasoras y calenturientas caricias hacía aquella mujer.

Sus mejillas se sonrojaron cuando se percató que alguien nos había visto en aquel privado acto, miró sus ropajes descolocados, los cuales rápido ordenó mientras se alzaba para caminar hacía la salida del cuarto, deslizó las puertas de papel encontrándose con una suculenta muestra de nutritivos bocadillos sobre una bandeja abandonada a las afueras del pasillo. No pude evitar sentirme como alguien a quien encuentran con su amante haciendo algo indebido…

 

Notas finales:

¡Hola!

¿Qué les pareció? Un capítulo bastante… inesperado :O

Espero que les guste y que me sigan leyendo, lo único que les puedo adelantar del siguiente cap es que relata Ruki y que ya tengo escrito la mitad c: por lo tanto espero sus reviews para que el capi salga lo antes posible, si bien me demoré con este con el próximo no será asi! :D

Y bueno no me puedo marchar sin agradecerles enormemente, son unas lectoras hermosas, su buena onda en facebook y en reviews es lo máximo! Son demasiado bonis c’: no saben como me alegra el día leerlas, gracias de verdad!

sin más!

Nos leemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).