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Undecided. por HarukaChiba

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí estoy, una segunda vez, en este sitio publicando una historia que, a pesar de que hoy debería haber usado el día para estudiar, me he sacado de la manga en una tarde.

No sé muy bien a qué lleva todo esto, pero... ¿queréis descubrirlo conmigo? Pues vamos, allá ^^

Toda su vida se había sentido atraído por mujeres, mujeres con grandes pechos y hermosos rostros. Siempre había estado más que seguro de ser un hombre heterosexual, hasta aquella noche. Aoi no entendía qué era lo que le estaba ocurriendo. Durante todo el concierto no pudo evitar que sus ojos se quedaran posados en el culo, la cara, los ojos, los labios, las manos y el cuerpo de Uruha, el otro guitarrista de la banda. Sentía una ardiente sensación en la parte baja de sus caderas. Una ardiente, dura y llena de placer erección comenzaba a crecer en su pantalón mientras Aoi miraba los movimientos de Uruha en el escenario. Se estaba sintiendo atraído por otro hombre. Y realmente lo estaba disfrutando.

Es cierto que el otro guitarrista, a causa de los atuendos así como del maquillaje que solía llevar, podía parecer una mujer la mayoría de las veces, pero el moreno nunca se había sentido de ese modo cuando miraba a Uruha, hasta ahora.

Aoi estuvo toda la actuación intentando apartar de sus pensamientos las ardientes y obscenas escenas que el castaño conseguía crear en su mente con solo moverse o sonreír al público. Lo cual consiguió a duras penas notando su cabeza a punto de explotar del calor que estaba sintiendo.

Una vez el concierto hubo acabado, él fue el primero en desaparecer del escenario después de recibir los aplausos del público mediante la habitual reverencia. Necesitaba ocuparse de su, cada vez más dolorosa, erección. Casi tiró a Kaolu, el peluquero de la banda, cuando entró en el camerino con prisa. Aoi pidió disculpas al hombre y se dirigió aún a la carrera hacia el cuarto de baño. Aún estaba cachondo a morir cuando se quitó los negros pantalones y después de ellos los calzoncillos.

-¡Oh, Dios! Oh, Dios. ¿Qué cojones hago? –comenzó diciendo en susurros mientras se miraba el erecto pene-. No puedo ir en la van de este modo. Oh, Dios. Y todo por culpa de Uruha. ¿Qué es lo que me está ocurriendo?

Aoi, rápidamente, decidió masturbarse antes de que el resto de sus compañeros volviesen del escenario y se dieran cuenta de lo que estaba haciendo. No pudo evitar gemir cuando su mano comenzó a moverse con velocidad a lo largo de su erección, pero no le importó demasiado. Mientras continuaba masturbándose intentaba no pensar en su compañero de cuerdas pero realmente no consiguió lo que se proponía. El hermoso rostro y los labios parecidos a los de un pato de Uruha se le aparecían todo el rato en su mente.

El moreno guitarrista estaba a punto de correrse cuando alguien llamó a la puerta del baño de repente y pegó un salto asustado. Su corazón latía acelerado a causa del susto, soltó su miembro y comenzó a subirse los calzoncillos pero quien le había interrumpido comenzó a hablarle desde el otro lado de la puerta:

-Aoi, eres tú, ¿verdad? Soy Kai. Vamos, abre. Sé qué es lo que estás haciendo. Puedo ayudarte.

El mayor se sorprendió por lo que el batería acababa de decirle.

-¿Tú, qué? –preguntó mientras con cuidado sacaba la cabeza por el resquicio del objeto de madera que separaba a ambos, se había olvidado por completo de que no llevaba la parte de abajo y le enseñó su desnudez a su amigo.

-Te he visto, en el concierto –Kai comenzó a explicarse-. Estabas demasiado ocupado comiéndote el culo de Shima con los ojos. Sueles hacer eso a menudo pero por el fanservice más que nada, sin embargo hoy te has puesto muy caliente y duro, ¿verdad?

Mientras decía eso último el menor cogió el pene de Aoi en su mano y empezó a moverla con rapidez y maestría. El guitarrista dejó escapar un ahogado gemido de sus labios a causa del contacto de su amigo, y antes de que se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo se dejó hacer por Kai. El gazetto más joven, sin poder evitar dar rienda suelta al maravilloso placer que estaba sintiendo en su interior a causa de lo que le estaba haciendo al moreno, se acercó a Aoi y le besó con violencia. Su cabeza flotaba presa de la excitación de tocar a su compañero de ese modo, de notar como su miembro se volvía más duro y lleno que antes en su mano. Continuó besando esos maravillosos labios, haciéndoles daño, mordiéndolos. Hizo los movimientos de su mano más furiosos y rápidos y Aoi gritó presa del placer sin importarle que los demás los oyeran. Gritó con fuerza una vez más antes de sentir cómo su pene se liberaba de todo el esperma en la mano izquierda de Kai.

Aoi miró a su amigo una vez su erección y todo el placer que había sentido desaparecieron. Debía admitirlo, aquello también le había gustado. Pero antes de poder decirle nada al batería fue Kai quien habló.

-Y-Yo… No-nosotros… Lo siento, Shiro-kun, no pretendía… -Kai trataba de disculparse cuando vio los labios de su amigo rojos e hinchados-. Yo…

Pero Aoi le sonrió y le dio un dulce beso en la mejilla. Kai se puso rojo avergonzado.

-Arigato –le dijo el guitarrista y antes de marcharse del cuarto de baño añadió-: Pero no te acostumbres mucho a esto, onegai.

Y se fue dejando al pobre líder de la banda más avergonzado aún por lo que acababa de ocurrir. Se había dejado llevar por los sentimientos que siempre le había profesado al mayor al verlo tan vulnerable…

 

Los días después de ese “pequeño accidente” fueron muy raros para Aoi. Kai parecía haberse olvidado de todo aquello, aunque no era realmente así como pudo comprobar más tarde, pero él no podía. El batería le había masturbado, e incluso besado, y todo porque Aoi había tenido una erección mientras miraba a Uruha tocar la guitarra en un concierto.

Continuó ocurriendo varias veces a la semana. El moreno no podía quitar sus ojos de Uruha y todo el tiempo acababa teniendo una dura erección en el pantalón que después se tenía que aliviar con rapidez, pero esas veces el batería no estaba presente para ayudarle a bajarle la hinchazón. Ya había tenido suficiente con una sola. No porque no le hubiera gustado, simplemente por eso mismo, porque lo había disfrutado, demasiado para su opinión.

Todo esto había llegado a más, tanto que ahora Aoi soñaba con el otro guitarrista, incluso alguna que otra ocasión en el sueño también aparecía el batería y líder de la banda, pero aquellas eran pocas o casi nulas. Todos los sueños eran iguales. Aoi estaba en su habitación de hotel, pues estaban de gira, y alguien llamaba a la puerta, y resultaba ser Uruha. Su compañero se acercaba a él y lo besaba con violencia y acababan teniendo el más caliente y mojado sexo que Aoi jamás había tenido en toda su vida. Y, por supuesto, se despertaba con una gran erección que se notaba hasta a través de las sábanas. Era bastante fácil de explicar cuando dormía en la misma habitación que sus compañeros de banda Ruki, Kai y Reita, pero cuando tenía que compartir habitación con Uruha todo se volvía más complicado.

Todos los demás acabaron por descubrir qué le ocurría, incluso bromeaban sobre ello y aquello lo hacía más difícil aún para el pobre guitarrista. Sin embargo el otro no lo veía pues siempre iba distraído y pensando en sus cosas como para darse cuenta de la guerra interior que estaba batallando su compañero. Nadie hacía bromas sobre el tema cuando el castaño estaba delante, para que así le fuera incluso más difícil a Uruha descubrirlo y Aoi no podía evitar ponerse más nervioso a cada día que llegaba y pasaba.

¿Qué ocurriría si Uruha se daba cuenta de lo que su amigo estaba sintiendo por él? ¿El guitarrista se sorprendería? ¿Lo encontraría desagradable e incluso asqueroso? Aoi no lo sabía y eso estaba, de algún modo, matándolo por dentro.

Pero lo cierto era que el guitarrista sentía algo parecido. En realidad llevaba medio prendado por él bastante tiempo. Siempre que el moreno se le acercaba y le hacía bromas en los conciertos, todo por el fanservice, claro, a Uruha se le aceleraba el corazón y notaba cómo la sangre y el placer que sentía al estar tan cerca del otro se acumulaban en la misma zona. Varias veces había planeado contarle todo aquello a Aoi pero, por las mismas dudas que ahora corroían la mente del mayor también, acababa desechando la idea. Además, estaba el hecho de que, el mismo día en el que el moreno se había empalmado mirando a su compañero de banda por primera vez, Uruha había encontrado todo el poco valor que tenía y se había decidido por fin a confesarse al mayor. Y en eso estaba cuando, sin poder evitarlo, escuchó gemidos ahogados en el cuarto de baño y decidió observar qué era lo que estaba ocurriendo allí. Tan mala suerte había tenido que pilló a sus dos compañeros de banda en plena acción. Uruha notó como un doloroso pinchazo le recorría el corazón causando que éste bombeara sangre con violencia por todo su cuerpo y, sin poder evitarlo, notando también como una extraña fuerza le impedía apartar la mirada de lo que estaba ocurriendo, por mucho que le doliera. Esa noche el castaño se encontró llorando, gritando, y extrañamente cachondo por lo que acababa de presenciar, en los brazos de su rubio mejor amigo, Reita.

 

Y así los días fueron pasando.

 

Aquella noche a Aoi y a Kai les tocaba compartir habitación, así lo había decidido su manager. El batería nada más llegar, se dio una ducha, y se metió en la cama sin ponerse nada encima, ni siquiera una toalla para secar su cuerpo mojado antes de tumbarse. Todo esto delante de un molesto Aoi que buscaba algo en su maleta sin poder apartar la mirada de su compañero y amigo. Cuando lo encontró, salió de aquel lugar aún cabreado con Kai por su fría indiferencia y visiblemente empalmado al haber observado el cuerpo escultural del batería delante de él, completamente desnudo.

-Maldito, Kai –pensó el guitarrista mientras se sentaba en la silla de un bar de la ciudad en la que estaba.

No había entrado al del hotel por una simple razón: no quería encontrase con nadie conocido. Sin embargo el tiro le salió mal, y cuando giró su rostro hacia la izquierda se topó con un cabizbajo Uruha que ahogaba sus penas en una copa que parecía exageradamente cargada de alcohol. Aoi maldijo en su mente a su mala suerte y, evitando encontrarse con la mirada del otro, pidió una cerveza a la camarera. Hizo como que no se había dado cuenta de que su compañero de cuerdas, y uno de los causantes de sus dudas sexuales, estaba a su lado sentado en un taburete. Uruha actuó del mismo modo, haciendo oídos sordos a la voz profunda que acababa de escuchar a su derecha, apuró su copa de un trago y se marchó del lugar molesto.

-Maldito, Uruha –pensó una vez más el guitarrista moreno, cambiando el nombre de uno de sus compañeros por el del otro.

A la primera cerveza que había pedido le siguieron unas cuantas más, y cuando ya notaba que no iba a poder aguantar más alcohol en su cuerpo decidió volver a su habitación de hotel. Milagrosamente llegó una media hora después, dando tumbos, consiguió introducir la tarjeta y abrir la puerta. Una vez hubo cerrado acercó su cuerpo, sin saber muy bien lo que hacía, a la cama donde supuestamente dormía el moreno y atractivo batería. Kai, al notar como algo duro se apoyaba en su espalda, abrió los ojos poco a poco sorprendido de lo que estaba ocurriendo. Escuchaba la respiración entrecortada del guitarrista en su oído, así como el olor a alcohol que Aoi desprendía le penetraba la nariz y causaba que la arrugase.

-Shiro-kun, estás borracho –consiguió articular el menor mientras apartaba de su mente una absurda idea.

Se había dado cuenta, gracias a la proximidad de sus cuerpos, que el moreno estaba empalmado; apretaba su abultada erección contra el culo de Kai y el segundo no pudo evitar que su cuerpo reaccionase del mismo modo, produciendo también una dolorosa hinchazón en su pene.

-No, no estoy borracho –replicó Aoi unos minutos después de que el batería dijera aquello, encontrando por fin el modo de articular las palabras correctas.

-Sí, lo estás –se quejó esta vez Kai algo molesto por la actitud del mayor, pero a la vez disfrutando enfermamente de todo eso.

Un ahogado y prolongado gemido salió por los labios del batería de repente, y sin previo aviso, lo que causó que el mayor se removiese de nuevo apretándose aún más. Colocó sus brazos alrededor del cuello de Kai y depositó un suave beso en las comisuras de los labios de éste. Aquello hizo que el besado se diese la vuelta, colocando su rostro muy cerca del de Aoi, sus alientos se entrechocaron y ambos gimieron al notar sus erecciones juntas, por fin. Con un movimiento de manos, el batería cogió la fina sábana que lo cubría y la quitó con violencia de encima de su cuerpo. Dándole la vuelta a continuación a Aoi, para poder colocarlo debajo suyo.

Llevo sus extremidades al cinturón que decoraba la cintura del guitarrista y se lo desabrochó para poder quitarle los pantalones. Los sacó por los pies, una vez le hubo quitado las zapatillas, y a continuación se deshizo de la camiseta del mayor. Aoi gimió al notar la mojada boca de Kai sobre uno de sus pezones, endureciéndolo, arrancando gritos mezcla de placer y dolor de los labios del primero. Kai sonrió mientras, ahora chupando el otro pezón del guitarrista, le quitaba los bóxers.

-Nnnnnng… -gimió ahora Kai cuando rozó con su propia erección la del mayor, y Aoi lo siguió sin poder evitarlo-. De… nnng… deberíamos parar…

Pero Aoi aún no pensaba hacerlo. Estaba borracho, cansado, cachondo y mojado, y no pensaba parar hasta que no se corriese el batería en su interior. Sabía que Uruha nunca iba a corresponder sus sentimientos, jamás se encontraría con el castaño en la misma situación en la que estaba ahora con Kai, y él necesitaba descargar esa frustración sexual que sentía. Y el batería estaba ahí, para él, también cachondo a morir aunque parecía pretender que no le estaba gustando, a pesar de que claramente sus gemidos decían todo lo contrario.

-No… ne-necesito esto… Nnng, por favor, Kai, necesito… esto –dijo a duras penas Aoi sintiendo cómo se derretía por dentro cuando el batería hizo que ambas erecciones chocaran sin poder evitarlo.

El menor acercó su rostro y besó los voluptuosos labios del guitarrista como había hecho aquella vez en el cuarto de baño de su camerino. Introdujo bruscamente su lengua en esa húmeda cavidad buscando la de su compañero, encontrándola, enrollándolas y consiguiendo arrancar aún más gemidos de ambas gargantas.

Cuando los dos se separaron buscando aire Aoi hizo que el otro se diese la vuelta, y se colocó ahora encima de él. Sus ojos recorrieron el musculado y sudado cuerpo de su amigo con placer líquido en ellos. Se mordió el labio inferior cuando su mirada se topó con el miembro erecto de Kai que le invitaba a metérselo por completo y degustarlo con lujuria. Aceptando dicha invitación, el mayor se introdujo ese largo miembro en su boca y comenzó a chuparlo con lentitud y luego con más rapidez al notar cómo el batería pedía más gimiendo presa del placer. Las caderas del menor se movieron al compás, profundizando cada vez más en la boca del otro, haciendo aquello más profundo, tocando la campanilla de Aoi, haciendo que este gimiese.

En el momento en el que el miembro lleno y erecto de Kai no podía retener más ese líquido blanco y espeso en su interior y éste se corría en la boca del mayor Aoi tragó como si le fuera la vida en ello. Notando cómo ese maravilloso sabor le empapaba las papilas gustativas y le hacía notar su polla a punto de explotar. Continuó chupando un poco más, encantado de oír como Kai gemía sin pudor.

-Así… Nnnng, Shiro-kun… Qué delicioso, nnng… eres… Sigue. Amm… así –y el batería se corrió una segunda vez en aquella húmeda y maravillosa cavidad.

Aoi se sacó el pene del menor y le besó en los labios, dejándole probar su propia esencia, notando cómo era ahora su amigo el que se moría por sentir sus lenguas jugando. El guitarrista le mordió el labio inferior, tirando hacia así, consiguiendo que Kai gimiese una vez más.

Ambos volvían a estar empalmados.

-Fóllame –le dijo Aoi a Kai al oído y aquello fue suficiente para que el menor cumpliera sus deseos, pues él también estaba deseando correrse dentro del guitarrista.

Ya no estaba borracho, sabía al cien por cien qué era lo que necesitaba, lo que quería. Deseaba sentir ese largo miembro en su interior, lo necesitaba más aún que el aire que respiraba o acabaría por dejarse morir de placer.

Aoi se puso a cuatro patas, exponiendo sin pudor su entrada al atractivo batería. Este, llevado por el deseo la penetró con un solo movimiento, sin preparar antes el culo del otro, pues no lo necesitaba, estaba más que dilatado. Aquello solo causó una sola cosa en el interior de ambos músicos: placer, un incontrolable placer cruzaba por sus mentes haciendo cada vez más difícil pensar a medida que el menor penetraba con más rapidez y más profundamente al otro. Kai notaba cómo ese delicioso anillo apretaba contra su miembro, volviéndolo cada vez más loco de placer. Aoi, por su parte, notaba cómo la polla de su amigo, y ahora amante, chocaba con su próstata haciéndole producir un gemido detrás de otro así como causaba que su propia polla se pusiese cada vez más dura y gotease con más frecuencia.

El batería, sin dejar de penetrar al otro, llevó su mano derecha al miembro desatendido y comenzaba a masturbarlo causando aún más placer en el cuerpo y mente del otro gazetto.

-Aaaaaam… -gimió Aoi al notar aquella mano agarrando su polla, al notar el pene de Kai contra su próstata una y otra vez-. Diooos… Kai… Nnnnng… Sigue, sigue, o… neee… gai…

Kai gemía a su vez, haciendo chocar su pelvis con el culo de Aoi, haciendo aún más profundas las penetraciones. Notaba cómo su miembro estaba por llegar, se iba a correr de un momento a otro, y así fue. Su pene no pudo contener más rato el semen y vació todo su contenido en el culo del otro, causando que el placer que ambos sentían aumentase, ocasionando que el otro también se corriese con fuerza en la cama. Los gemidos volvieron a producirse y Kai disminuía la velocidad y se paraba para sacar a continuación su pene de esa cavidad que tan loco le había vuelto hacía tan solo unos segundos. Aoi gimió una última vez cuando notó como su entrada se vaciaba.

Habían estado a punto de llegar al clímax a la vez, solo a falta de unos segundos. Pero a ninguno de los dos les importó, se quedaron dormidos uno encima del otro una vez hubieron recuperado sus respiraciones normales, ya habría más veces para poder perfeccionar su compenetración, de eso, estaban más que seguros.

Notas finales:

Y esto es el primer capítulo... Espero que os haya gustado, aunque solo sea un poquito, y que dejéis reviews de todo tipo y color, onegai ^^ También espero que hayáis disfrutado con el lemon, porque (aunque no me agrada, todavía demasiado la pareja de Aoi y Kai, y eso que soy yo la que lo escribe xDDDD) yo lo he hecho mientras lo escribía :O

Creo, no me hagáis mucho caso, que no lo actualizaré en unas semanas porque, oh, los exámenes extresantes están a la vuelta de la esquina.

Os dejo de dar la murga, (?) y gracias de antemano ^^


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