Todo empezó el día que mi vida dio un giro de ciento ochenta grados…
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-¡¿Acaso oyes lo que te estoy diciendo?! – refunfuño cierta la pelinegra en frente mio con un tono de molestia en su voz, coloco sus manos en la cintura con una fría mirada.
- lo siento mama, es que estaba ocupado pensando – dije cabizbajo tratando de ocultar mi sonrojo que tenía en toda mi cara, de verdad pensar en él siempre me pone así.
Mi madre solo dio un suspiro hondo y lleno de decepción, dio vuelta sobre sus talones y se dirigió a la puerta de mi habitación con un aura de frustración en todo su ser. Yo estaba con los pies en la mesa de mi escritorio, con mis manos detrás de mi cabeza, sintiendo la briza fresca de la montaña entrar por la ventana y alborotar mi cabello.
-¡Gohan! ¡Te buscan! – Grito mi madre desde la primera planta.
Suspire hondo y con desgano Salí de mi habitación y bajar las escaleras hasta quedar en la entrada, es lo mismo de siempre.
-¡Hola Gohan! – alce mi vista para poder ver a un par de ojos azules y un cabello azul, era Bulma sin duda – valla que cara tienes ¿dormiste bien?
- no – respondí por lo más bajo – tengo tarea del instituto…
- Bueno, venía a avisarte que llegaras a las tres de la tarde a la corporación capsula, tengo algo que de seguro te va a encantar querido Gohan – giño uno ojo, acaso… ¿que tratara de decir?
- Vale, nos vemos a las tres –dije dando vuelta para volver rápido a mi habitación ignorando el típico “¿sucede algo gohan?” De mi madre.
Me recosté en mi cama con mucho cansancio… de verdad yo mismo me pregunto ¿soy el mismo de antes? La respuesta es no, desde que vi a ese pelilila de gran agilidad con la espada partir en esa máquina del tiempo y espacio, sentí como mi vida era arrancada de mi cuerpo, como si el fuera lo que me mantenía en pie.
Desde el primer instante en que lo vi, cuando corto a esa lagartija intergaláctica, sentí como algo nuevo empezaba a brotar en mí, algo que jamás experimente.
El entrenamiento en la sala del tiempo fue de lo más fatal, esperando un año entero a ver de nuevo a ese pelilila que tanto afecto había tenido por él, el dolor y la impotencia en ese instante se fue de mi cuerpo y fue remplazado por ira, ira que empezó a brotar el guerrero dorado oculto en mí. Desde ese preciso instante vi que no podía ser el mismo niño llorón que se queja por cualquier gilipollez.
Después de todos esos acontecimientos… mi guerrero del futuro, mi espadachín, mi pelilila, se fue a su dimensión… dejándome solo… como siempre lo he estado.
Abrace una almohada acurrucándome en ella, pensando que era ese dicho guerrero, pase mi rostro acariciándola, hasta que una lagrima salió de mis lagrimales, seguida por otra y luego más.
Seguí llorando una media hora, hasta que siento que alguien me abraza por la espalda.
-¿Porque lloras hermanito? – pregunta mi pequeño hermano Goten, mi reacción mía fue abrazar a ese niño que tanto quiero, abrazarlo con mucha fuerza y llorar con el - ¡Gohan me asfixias! -
- lo-lo siento Goten… - oculto la cabeza en el hombro de mi querido hermanito, siento que él es único recuerdo vivo que me ha dejado mi padre… después de todo… a ese niño lo quiero desde lo más hondo de mi ser – es que estoy de nuevo triste…
- Es por el Espadachín ¿no? – pregunta mi hermano sentándose al frente mío ladeando la cabeza.
- sí, es por el – llevo una mano para secarme la lágrimas.
- no entiendo… - hace un gesto infantil mi hermano, ladeando la cabeza y poniendo una cara de confundido.
- ¿que no entiendes? –
- si quieres muchisisisisimo a ese espadachín ¿porque no vas a verlo? –
- Creo que no entiendes Goten, él vive muy lejos de aquí, ni volando puedo ir a verlo –
- ah… ¿Pero entonces nunca lo veras? –
- No se Goten… -
- ¡Vamos! ¡No te rindas! ¡Eres mi hermano, el gran Gohan! ¡Tú le ganaste a esa cosa rara y verde con un kamekameka! ¡Eres muy fuerte y sé que lo veras! – dice Goten saltando en mi cama, siento como si algo en mi boca se tensara, claro, era la sonrisa que se estaba produciendo en mis labios, esa sonrisa que estaba oculta por un mar de depresión.
- Goten – suelto una risita- sé que lo veré pronto… algo en mi lo dice, lo veré lo más pronto posible – me levanto de la cama con mucho entusiasmo tomando mi ropa del Orange.
- ¿a dónde vas? – sin notarlo tiro mi camiseta de entrenamiento sobre la cara de Goten y en un abrir y cerrar de ojos ya estoy listo.
- a ver a Bulma – digo con una enorme sonrisa.
- ¿Puedo ir? Quiero ver a Trunks – los ojos de mi hermano se ponen brillantes, rogando por que lo llevara.
Trunks… ese nombre… Trunks Mirai, ese mismo chico en que se llevó mi corazon al futuro, mi alma dio un vuelco al ver que los labios de mi hermano “Quiero ver a Trunks” esas palabras sonaban bastante bien, molaban, simplemente me encantaba esa frase que se perdió y ahora ha vuelto.
-claro que puedes venir, no me molestaría en lo absoluto –
- ¡¡Bieeeeeeeeen!! – Goten sale corriendo por la puerta antes que lo note, corro tras de el para alcanzarle pero cuando ya veo está volando directamente a la C.C
- ¡Espera Goten! ¡No me dejes! – salgo volando lo más rápido que puedo junto a Goten, la verdad ando fuera de práctica.
-Toc Toc Toc –
-¡oh hola Gohan! Pero si apenas son las una y media de la tarde, te dije a las tres, pero no importa, tu casa es mi casa – Bulma me atiende en la puerta, de verdad estoy muy cansado, ese niño parece volar a Velocidad luz.
- Gracias Bulma… has… ¿has visto a Goten por aquí? – digo jadeando y sujetándome de mis rodillas con unas cuantas gotas de sudor resbalar sobre mi cara.
- ¡Aquí! – Sonrie el pequeño saliendo detrás de la pierna de Bulma.
- Pequeño demonio, me has dejado solo – digo aun jadeando haciendo un gesto de molestia falsa, solo era broma.
- pasa Gohan, esta es tu casa – dice la peliazul abriendo la puerta, entro después que mi hermano sale corriendo a quien sabe dónde para que no le haga cerillitos en su cabeza – ¿y quieres algo de comer? ¿Un pastel quizás? –
- No gracias Bulma, si no es mucha molestia preferiría un vaso de agua, tengo que hablar contigo de algo – digo en un tono serio, mirando el gesto de sorpresa de Bulma.
- Vale – dice seria yendo a la cocina y me trae un vaso con agua helada – bien ¿de que querías hablarme? –dice con un gesto de duda, llevo mis labios al cristal tomando un sorbo de la helada agua y después decir
- solo te iba a preguntar de la máquina del tiempo – tomo otro sorbo más grande de agua, viendo la expresión de seguridad de Bulma mesclada con algo picara.
- Bien Bien, con que has venido a eso, y dime ¿qué quieres saber de dicha maquina? – la cara de Bulma de pronto toma un rostro picaro, solo me sorprendo a eso y respondo
- ¿esta lista la maquina? –
- En realidad si, ¿para que la quieres? – Guiña un ojo igual al guiño que me dio cuando estaba en mi casa.
- es que… quería saber cómo… ya sabes… como están allá en el futuro – doy un paso atrás al ver que la peliazul se me acerca.
- no te excuses Gohan, lo sé todo –
- ¡¿Co-como?! – valla sorpresa, mis mejillas las siento calientes, maldición ¿porque me tengo que sonrojar justamente ahora?
- Goten me ha contado todo, por eso he hecho otra máquina para que puedas viajar a ver a Mirai, además ya lo había notado desde un principio ¿de seguro Mirai te extraña? –
-…- no respondo nada… no se si mirai se sienta atraído hacia mi… han pasado tantos años…
- ¿Qué pasa? Si no sabes la respuesta entonces averíguala, ándale, vamos al laboratorio con la máquina - bulma camina calmadamente hasta el laboratorio… sigo tras de ella – bien, aquí esta dicha máquina, anda y salúdame a los del futuro – la cúpula se abre esperando a ser abordada.
-Vale muchísimas gracias bulma, no se como pagártelo – cierro la cúpula pero algo pasa…
Continuara…