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Momentos por Inavoig

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Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin no me pertenece, su autor es Hajime Isayama.

ADVERTENCIA: Lemon. Aunque dudo mucho que eso sea una advertencia...

AU. RIVAILLE X EREN.

Este escrito anteriormente estaba en FanFiction, pero por una serie de circunstancias tuve que eliminarlo y ahora lo publico aqui. Es mi mismo seudonimo, si alguien recuerda esta historia les advierto NO es plagio

Esta era la segunda vez en lo que va de la semana que ese mocoso se le confiesa, seis veces contando las del mes y todavía no entiende el jodido "No" de su respuesta.

—Por favor, sal conmigo. —Le dijo un joven de ojos verdes, pelo castaño y mirada un poco intimidante mientras le tendía una caja de chocolates.

—No.

—Eh, ¿por qué no? —Desilusionado (por sexta vez en el mes) le decía.

—La forma en la que lo haces es como tratar a una chica y, por si no te diste cuenta: Soy hombre.

—Pero…

—Calla y déjame en paz, maldito mocoso.

Eren vio como su amor no correspondido se alejaba, seguramente a su salón, mentiría si dijera que no estaba avergonzado sobre sus declaraciones.

En primer lugar: Porque se le confeso en la Universidad.

En segundo lugar: Le dijo que no.

En tercer lugar: Los cuchicheos del rechazo se hacían presentes, de nuevo.

Dio media vuelta dispuesto a leer en alguna revistas sobre las conquista de hombres, su táctica no estaba funcionando.

—¡Hey, Eren! —Un joven rubio le grito a la distancia y corrió hacia él—. Supe del rechazo, de nuevo… ¿No crees que sea hora de que busque a alguien más?

—No, a mi me gusta él. Qué pasaría si yo te dijera que te alejes de Jean, ¿eh?

El rubio se sonrojo y negó varias veces con la cabeza cabizbaja.

—Nada, él esta enamorado de Mikasa y a mí nunca me haría caso.

—Esos pensamientos pesimistas son los que hacen que Kirschtein no se fije en ti —Rolo los ojos mientras veía por la ventana del pasillo.

—No hablamos de mí así que no intentes desviar el tema.

—Pues mientras no resuelvas lo tuyo no pretendas darme consejos —Y luego se fue, alejándose del rubio.

El de ojos azules vio con tristeza a su amigo, era cierto, pero sólo intentaba ayudar. Quizá era hora de hablar con Mikasa.

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—Oí que el chico de primer año se te confeso de nuevo, ese tal Eren —Se burlaba su amiga.

—Cállate Zoe, si no quieres acabar en el primer piso.

—Ah, si. ¿Cómo?

—Arrojada por la ventana.

—Eres muy tétrico…

—Como sea.

Un rubio alto de peinado formal los veía pelearse. También escucho el rumor sobre el rechazo del joven, le daba un poco de pena por la forma de ser de su amigo pero si ya lo habían rechazado lo normal era que se alejara y no insistiera.

—Deberías salir con alguien más o darle una oportunidad para que conozca tu humor y no intente volver a acercarse en su vida.

—Eso seria darle ideas equivocadas a la gente sobre como tratarme —Se imaginó sus días en la Universidad llenos de confesiones adolescentes. Hasta le dieron escalofríos…

—Entonces solo dale una golpiza, eso se te da bien.

El azabache rio en sus adentros pensando en las posibilidades.

—Zoe bromeaba, ni se te ocurra, Levi. —Erwin dijo, trataba de proteger al chico, él no tiene la culpa de gustarle su amigo.

—Ya pensare en alguna forma.

Y el profesor ingreso al aula para comenzar con la clase.

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Eren se encontraba limpiando, por estar en las nubes olvido entrar a una clase y el profesor lo reconoció mientras estaba en cafetería, riñéndole y mandándolo al laboratorio. Menudo chiquero tenían ahí.

Estaba en el cuarto del laboratorio donde tenían el material, estaba cansado de lavar y todavía le faltaba barrer y trapear.

Escucho la puerta abrirse, seguramente era su profesor que venia a supervisar su trabajo, pero cuando se giro se encontró con la mirada irritada de Levi.

—¿Qué haces aquí?

—Castigo… —Estaba avergonzado, por fin estaba a solas con él pero en malas condiciones.

—Ya veo —Miro unos segundos al otro, le parecía atractivo pero al parecer era un flojo irresponsable.

Eren volvió a su tarea de lavar las cosas sintiéndose cohibido pero se armo de valor y le pregunto sin mirarle.

—¿Y usted?

—Por cosas.

—Ah… —¿Qué clase de respuesta era esa?

Levi estaba entretenido viendo como el chico lavaba, meneando un poco su cadera mientras tallaba y eso le pareció extrañamente erótico y provocativo, causándole un malestar entre las piernas. Así que salió del cuarto.

Eren, confundido por el extraño mutismo, vio como el pelinegro abandonaba el cuarto. Se sintió triste, ahí iba una oportunidad única para entablar conversación.

No pasó mucho cuando Levi volvió y le hizo señas para que fuera con él.

Entusiasmado, Eren dejo las cosas y salió de ahí. Pero lo primero que vio fueron escobas, trapos, desinfectantes y trapeadores.

—Vamos a limpiar juntos —Le tendió una escoba y él agarró un trapo.

—Si… —respondió ligeramente decepcionado.

Ahora todo estaba limpio, bueno, casi… El de ojos verdes aun se encontraba limpiando unas estanterías que el más bajo no alcanzaba, esta vez al pelinegro no le molesto la diferencia de estatura de alguien porque lo compensaba el sensual movimiento que hacia el muchacho tratando de alcanzar las cosas.

Cuando Eren dio por terminado su tarea, quiso girarse pero un agarre repentino le hizo estamparse contra una de las mesas de trabajo del laboratorio.

Confundido, giro la cabeza para encontrarse unos ojos que le miraban intensamente

—Ah… ¿Sucede algo malo? ¿No lo hice bien? —Mientras limpiaba, el pelinegro siempre le molestaba diciéndole que así no era.

—Lo hiciste perfectamente, y por eso te recompensare.

—¿Qué…? —Unos labios se posesionaron sobre los suyos haciéndolo callar.

Se sentía como la gloria, hasta el bulto que estaba restregándose sobre su trasero era…

¡¿Bulto?!

—¡Espere! —exclamó exaltado.

—¿Qué?

—¿Qué hará?

—¿No es obvio? Tendremos sexo. Para eso te ayude a limpiar.

—¡No! Me refiero a que, no somos nada y…

Giro a Eren y este quedo medio recostado sobre la mesa, lo que hizo que sus ojos quedaran a la misma altura.

—Somos novios.

—¿Perdón?

Levi chasqueo la lengua irritado.

—¿Quieres ser mi novio? —Le miro a los ojos, estaba impaciente.

—¡Si! —¡Su sueño se cumplió! Aunque no como lo planeo.

—Bien, festejemos teniendo sexo.

—¡No! —¿Qué le pasaba a ese hombre?

—¿Ahora que?

—¿Y alguna cita?

—Te llevare a donde quieras, ahora mámamela.

Bueno, que más daba, le pareció algo coherente. La verdad soñó con ese encuentro y no lo desaprovecharía.

Empujo a su ahora novio para tener espacio para arrodillarse a la altura de su pelvis, desabrocho el pantalón dejando expuesto a un duro y grueso pene rosado. Se quedo maravillado observando para luego lamer la punta. Leer revistas homoeróticas tenia su beneficio, en ellas venían imágenes muy explicitas sobre el sexo, ahora le parecía muy buena idea tenerlas a pesar de los regaños de Armin.

Levi veía maravillado como la lengua del chiquillo de ojos verdes lamia para luego chupar y succionar, tenia la cara roja, seguramente de vergüenza. Se estaba poniendo más duro de sólo ver.

—Ah… métetelo más.

Posó sus manos sobre la cabeza para que se lo tragara todo, lo que hizo que Eren tosiera porque no tenia experiencia.

Eso le pareció divertido, pero no lo haría más.

Entonces levanto a Eren, empujándolo a la pared mientras le quitaba la camiseta, viendo unos pezones medio erectos que chupó y lamió para luego posar una de sus manos en el pantalón del chiquillo. Sonrió con arrogancia cuando sintió la dureza de la erección y le bajo los pantalones con todo y bóxer.

Eren estaba excitado, chupar el pene de su adoración era tan…

Se quejó cuando sintió que era estampado contra la pared y era despojado de sus prendas, ahora estaba avergonzado de ser expuesto así ante Levi ¿Y si no le gustaba?

—Ah… Levi –Gimió cuando el pelinegro comenzó a morder sus rosados pezones.

—Eres muy sensual, me excita solo verte, me pone duro escuchar tu voz lasciva. Eres muy receptivo —Le decía con voz ronca, estaba excitado y necesitaba sentir más.

Giro a Eren sobre la pared quedando inclinado y con las manos apoyadas, esto lo aprovecho el mayor para lamer su entrada y meter dos dedos.

—No… ah…

—Lo disfrutas, estas moviéndote para sentir más —Tijereteo dentro Eren con su mano derecha para dilatarlo mientras se masturbaba a si mismo, sintiendo al menor mover las caderas en busca de más placer.

Eren gemía, le dolía pero se sentía muy bien.

—¡Más! Ah…

El hombre más bajo hizo caer a ambos al piso para tener una mejor vista.

—Ábrete para mi, Eren —le susurró al oido. El menor se sonrojo pero hizo caso, exponiendo su entrada dispuesta, haciendo una visión erótica de su pene erecto y su cara sonrojada.

Levi se quedo admirando el cuerpo trigueño, le excitaba su sumisión. Se posiciono sobre él, rozando el ano con su pene por mera perversión y metió poco a poco toda su extensión. Quería disfrutar de las caras del mocoso.

—Espera… ah… Duele… —El castaño se quejaba y removía inquieto mientras unas lagrimas salían de sus ojos verdes.

—Relájate —Le beso húmedamente, pensando en masturbarlo para que se relajara y pudiese entrar todo no estaría mal.

Inmediatamente sirvió y todo el pene entro, haciendo gritar a Eren de placer.

-—¡Rivaille! Ah…

—Eres muy estrecho y me aprietas tanto. Ah… Eren… —Embistió primero suave para que se acostumbrara para luego arremeter más duro contra su entrada.

Eren gemía mientras veía a Levi, nublado por el placer, hacer caras muy sensuales mientras lo penetraba. Así que con esa visión tan excitante se comenzó a masturbar.

Levi llego a un punto en el que el menor contraía más su entrada y luego gritaba mientras movía las caderas en busca de más.

Eren estaba que desfallecía de placer.

—Me corro… ya no puedo más… —con la voz entrecortada le decía el castaño.

Cuando le escucho decir eso, sus embestidas se hicieron más rápido para poder terminar junto a él, haciendo que el semen de Eren se expulsara sobre ambos y el de Levi dentro del menor.

Mientras se corría beso a Eren, no le importo mucho el que su esencia lo ensuciara, ver la cara sonrojada del pequeño era todo lo que necesitaba para olvidarse de esas cosas.

Se alejó un poco, observando la respiración agitada, el rostro sonrojado y los ojos entrecerrados del cuerpo bajo suyo.

—Te ves muy tierno —Susurró para si mismo, quitandole unos cuantos cabellos de la frente que quedaron pegados por el sudor.

Salió del menor, quien soltó un quejido para luego recostarse a su lado, atrayéndolo en un abrazo posesivo.

—¿Rivaille?

—¿Si?

—Me duele un poco.

—No te preocupes, si lo hacemos más veces ya no te dolerá —Le calmo, para luego susurrar un "mucho" para si.

—Espero.

—¿Oye, Eren?

—Mande.

—No permitas que nadie más vea tu mirada lasciva, soy muy celoso.

Eren rió avergonzado.

—No se preocupe, sólo usted.

—Sólo yo. —Repitió

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Eren se encontraba en su aula, no solía faltar a clases porque ya no quería más castigos, terminaron limpiando de nuevo porqué Levi no quería dejar rastros de evidencia ni su ADN regado por ahí.

Y pues. ¡Estaba muy feliz de tener a Rivaille con él! Hoy comerían juntos en sus horas libres, así que esperaba impaciente a que terminara esa clase.

El muchacho corrió al salón de su amado, quien gustoso lo recibió sentándolo en sus piernas.

Avergonzado, Eren escondió su rostro en el cuello de su novio.

—Deberías dejar a Eren convivir con sus amigos… —Le decía su amigo rubio.

—Me lo pueden robar.

—No digas tonterías, el pequeño Eren nada más tiene ojos para ti.

—No, su amiga lo acosa, mira —Apunto a la puerta donde una joven de rasgos asiáticos los observaba.

—Levi, son hermanos.

—Ella no opina lo mismo —Observó como esa acosadora era llevada a la fuerza por un pequeño rubio.

Erwin no intento persuadirlo, hacer entrar en razón a su amigo era tarea difícil, sobre todo si se trataba de su amante.

—Les dejamos solos, me llevare a Hanji —Arrastro con él a la castaña que les tomaba fotos.

—¡Cuídate Eren! —La de lentes se despidió.

El de ojos verdes aun seguía escondido, así que solo agito la mano en modo de respuesta.

—¿Sabes? Me arrepiento de haberte rechazado la primera vez.

—No te preocupes, es asunto olvidado. —le dijo mientras le veía ligeramente sonrojado.

—No. Imagínate las posibilidades, el mes pasado fui a las aguas termales ir juntos habría sido divertido. —Lo abrazo posesivamente.

Eren sonrió nervioso, su novio era raro.

La verdad era que, de tan solo imaginar la posibilidad de que entre sus constantes rechazos el menor ya no insistiera, le daba rabia. Pues su novio era un encanto, siempre complaciéndolo y llenándolo de placeres. Se enamoró de Eren y tenerlo entre sus piernas mientras lo abrazaba era la mayor felicidad de su vida. Pero eso sonaría muy cursi y él no era cursi.

Le dio una sutil caricia a Eren, tenerlo entre sus piernas también despertó la felicidad de su pene. Ahora tendría que buscar una pared o un piso muy limpio.

Notas finales:

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