Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Di algo por Necoco_love2

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sugiero gentilmente que escuchen esta canción mientras leen el fic. Por favor. 

Notas del capitulo:

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto. 

Llovía como en esas noches de verano en las que la costa era azotada por un huracán y la zona céntrica del país, ajena a la catástrofe, lidiaba únicamente con la lluvia constante cuyo origen, nubes tan grises como los elefantes, impedían el paso a la luz solar que abrazaba sutilmente a todo ser viviente que se topara con su presencia. Llovía con esa melancolía propia de quién llora tras una pérdida, como si el cielo hubiera perdido algo preciado y supiera que no iba a recuperarlo jamás. Llovía con la fuerza de alguien que grita de rabia mientras golpea una pared, y con esa palpable tristeza de alguien que sabe exactamente que ha fracasado en la vida.


Llovía y no obstante, pudiendo buscar refugio en cuestión de minutos, no lo hacía. Era como si toda fuerza posible, toda voluntad, hubiese abandonado su cuerpo. Y entonces sólo quedaba él, parado en medio de una calle oscura en la que, evidentemente, no dejaba de llover. Sus ojos, tan turquesa como los anillos exhibidos en los escaparates de las joyerías, buscaban desesperadamente algo, una respuesta que pudiera devolverle, de golpe, cualquier intención de apartarse de un sitio tan expuesto en el que sus fuerzas habían decidido dejarlo a su suerte.


Pero era tan difícil arrebatarle una respuesta decente.


—Si te quedas ahí vas a seguir mojándote hasta conseguir un resfriado.


Sus ojos, que parpadeaban constantemente por las gotas que fría lluvia que caían sin reparo sobre su cuerpo, se enfocaron a pocos metros de distancia hacia el frente, donde una figura alta permanecía, paciente, parada bajo la comodidad de un amplio paraguas. Sus propias manos, más blancas que de costumbre a causa del frío, consiguieron únicamente cerrarse para formar unos puños que nunca cumplieron con las intenciones con las que habían sido formados.


Y, nuevamente, no había ninguna respuesta.


Gaara deseó ser capaz de gritarle, ser capaz de moverse a su voluntad y propinarle un puñetazo tanto como sabía que la figura que le hablaba se lo merecía. Deseó poder mirarlo a los ojos y no sentir que sus ojos se humedecían con sólo pensarlo, y no precisamente por las gotas que lluvia que escurrían por todo su blanco rostro formando pequeños ríos que corrían por sus mejillas como si se tratase de sus propias lágrimas. Deseaba con todas sus fuerzas de ser capaz de tantas cosas. Sabía con certeza que, de serlo, no estaría ahí, tratando de decir las palabras que se atoraban en su garganta y ardían como el fuego alimentado por la gasolina.


—Di algo—musitó, encontrándose en la desdichada posición en la que sabía, de antemano, que no tenía nada a su favor.


Mas no obtuvo respuesta. En el fondo, estaba seguro de que era así como serían las cosas. Siempre habían sido así. Él hablaba, e Itachi no respondía. Sólo lo observaba, con sus ojos tan negros como las noches solitarias en las que Gaara escapaba de casa para encontrarse, después de mucho caminar, con que no sabía en qué dirección estaba encaminando su vida. Si lo frustraba o lo hería, no tenía importancia. En su interior, cualesquiera que fueran sus impropias razones, sólo quería escuchar a Itachi. Sólo quería que le respondiera.


¿Pero que le respondiera a qué, precisamente?


—Itachi, ¡con un demonio, di algo!


—Gaara, yo…


—Di algo, Itachi. Me estoy rindiendo contigo.


¿Y no piensas decir nada? Le habría gustado preguntarle. Pero la parte que aún era racional en su persona le impedía, a toda costa, exponerse todavía más ante Itachi. Ojalá hubiera sido más orgulloso, se dijo a sí mismo. Quizá, si lo hubiera sido, probablemente habría sido mucho más fácil. Habría simplemente cortado cualquier conexión que los uniera y, después, habría podido desvanecerse como si un hoyo negro se hubiera tragado enteramente su fútil existencia.


Pero la gente nunca obtenía lo que quería.


Lo miró entonces, tratando de expresar todas las palabras que formaban un nudo en su garganta, incapaces siquiera de salir escupidas con rabia y desesperación. Lo habría seguido a donde fuera. A una muerte segura, a una vida miserable, al completo exilio en el sitio más recóndito del globo terráqueo. Si tan sólo él se lo hubiera pedido. Si tan sólo Itachi se lo hubiera dicho, Gaara no tendría que tratar de descubrir el significado de sus acciones.


Si tan sólo se lo dijera, podría comprenderlo mucho mejor de lo que mediocremente lo hacía.


¿Y qué se supone que hacía entonces? Gaara comprendía perfectamente lo difícil que era para Itachi hablar de cosas tan incómodas para ambos como los sentimientos. ¿Pero por qué siempre sentía que, pese a lo difícil que era, era siempre él quien tenía que ceder, tragarse su orgullo, y exteriorizar aquellas inseguridades qué, como acostumbrado desde la infancia a no ser querido, lo atosigaban como fantasmas recurrentes del pasado que le impedían dormir por las noches?


Porque Itachi era todo lo que quería, lo único que quería verdaderamente en esa vida sin sentido. Y aun así estaba tratando de decirle adiós, definitivamente, como si estuviera completamente seguro de que después de eso ninguno de los dos volvería a encontrarse con el otro ni siquiera por casualidad. Si alguien a quien realmente le importara su existencia le preguntara con honestidad si verdaderamente era eso lo que quería, su respuesta, clara y concisa, habría sido negativa. Sin embargo no podía ocultar el hecho de que encontrarse en el medio del todo y la nada era más de lo que podía soportar.


No quería, pero tenía que hacerlo. Tenía que intentarlo por lo menos, porque aún tenía orgullo suficiente para dejar a alguien que no fuera capaz de mirarlo de la misma manera en la que él miraba, en esos momentos, a Itachi.


—Itachi, por favor… di algo.


Gaara se mordió el labio inferior, preguntándose si realmente todo aquél momento valía la pena. Volvió a empuñar sus manos frías y cerró los ojos con fuerza, esperando que al abrirlos Itachi hubiera desaparecido de su vista. Sería mucho más fácil dar media vuelta y volver a su departamento como si aquello hubiera sido un producto de su imaginación.


Pero los abrió con dificultad cuando escuchó algo caer al suelo y descubrió, segundos más tarde, que ese era el paraguas que Itachi había estado sosteniendo todo ese tiempo. Descubrió, con segundos de diferencia, lo diferente que se sentía el agua sobre su cuerpo cuando Itachi lo abrazaba con toda la desesperación que sus fuerzas se lo permitían.


—Gaara, lo siento.


Gaara lloró como un niño, aferrándose a su cálido cuerpo bajo la gabardina con el miedo de alguien que ha sido abandonado tantas veces en la vida y que desea no pasar por ello de nuevo. Ocultó su rostro en el pecho de Itachi que buscaba, a toda costa, hacerlo sentir a salvo de cualquier fantasma que estuviera persiguiéndolo sin consideración alguna. Y lloró, presa del miedo y el alivio, porque descubrió que hay sentimientos, que por muy poéticas que sean las palabras que se empleen para expresarlos, se sienten todavía como meras expresiones superficiales que son insuficientes para abarcar la grandeza que pueden llegar a ser los sentimientos. No necesitaba nada más porque esa, al final, era la respuesta de Itachi. 


 

Notas finales:

No es precisamente un songfic, porque no tenía muchas ganas de hacerlo. Pero está basado en la canción. Últimamente he estado triste y no he podido dejar de escuchar esta canción. No voy a entrar en detalles, pero estaba triste y quería escribir algo. Esto fue lo primero que se me ocurrió. Iba a ser al principio una idea un poco diferente, pero no podía hacer que funcionara.


La canción, para quienes no leyeron las notas al principio del fic, es “Say something” de A Great Big World.


Tengo en mente algunas otras ideas (mejores) para más fics de esta pareja, así que puede que mi ausencia no sea tan notable este año.


Y como última cosa, si alguien desea dejarme una queja, sugerencia, incluso contarme sus propios problemas, no duden en dejarme un review.


Besos y abrazos, Necoco. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).