Temporada de celo, adelantada.
-No lo entiendo, Lucy… – decía Natsu trepándose la nariz con las manos, y mirando de forma desagradable la botellita purpura que tenía la rubia – ese olor es asqueroso. ¿Para qué compras basura?
-¿¡Ah!? – la rubia parecía indignada, y comenzó a hacer un ademan con sus manos, como si la botellita fuera un gran tesoro. – esto Natsu, es un perfume Channel137 ¡Un perfume su-per-ca-ro, y de alta clase! No es basura tontito.
Natsu solo se alejó unos pasos de ella, cuando Lucy entraba en fase soy el dios del mundo, era peligroso estar cerca de ella. La verdad era que ese olor era molesto, apestoso y con solo sentir a la rubia entrando por las puertas con el frasquito le había dado nauseas.
-Wow – Levy se acercó a ellos con estrellitas en los ojos – ¡Ese es un Channel137, ¿no?! Qué bien huele…
-Vamos, enana – se borlo Gajeel, que estaba igual que Natsu, solo que en una manera más… “disimulada” por decirlo así – esa cosa apesta. No entiendo los gustos de las mujeres.
Natsu y Laxus asintieron al estar de acuerdo con las palabras del Dragón Slayer de Metal, eso sin dudas olía terrible, y nadie podría sacarles eso de la mente.
-Oh, ¡Por favor! – se quejó Lucy, en un tonó gracioso – lo que sucede es que ustedes, par de machistas son unos brutos que jamás olieron algo tan refinado como esto. – Lucy, mientras explicaba hacia un ademan con las manos muy gracioso – ¿No es cierto, Wendy? A que el olor es increíble.
La peli azul se encontraba sentaba en la barra, muy cerca de donde estaban Natsu y el resto. Al escuchar la pregunta se tensó, y miro para otro lado.
-Bu-bueno Lucy-san… – titubeo – la verdad es que… el olor no me gusta, lo siento.
Se disculpó, y Lucy la miro como si fuera un bicho raro – ¿Ah, en serio? Bah, no sé qué les sucede, si todos los demás pensamos que es hermoso.
-Quizá sea porque son Dragones Slayers y tienen un sentido del olfato más desarrollado – Lisanna intervino en la conversación con una sonrisa, la verdad era que quería sentir el aroma del perfume más de cerca – ¿No habías pensado en eso, Lucy?
-Puede que tengas razón – la rubia suspiro, y se sentó en la barra, Lisanna y Levy le siguieron, al poco rato llego Erza, quien también se les unió a la charla que tenían.
Todo estaba en paz hasta que…
-¡Fíjate por donde caminas, flamitas!
Algo tenía que suceder para romper esa paz y eso era: Natsu y Gray.
-¿¡Que has dicho!? ¡Yo no he hecho nada! ¡Tú fuiste el que chocaste contra mí!
-No digas tonterías, idiota de cerebro carbonizado. – para este momento ya se estaban acercando peligrosamente entre ellos, tanto que sus respiraciones ponían sentirse en los labios del otro, pero ninguno se echaría para atrás.
-¡Maldito exhibicionista!
-¡Traga-fuego sin neuronas!
-¡Ya verás!
-¡Maldito!
Y pum, pim, pash; La guerra se desato. Sillas, mesas, hasta miembros de Fairy Tail volaban por los aires. La batalla había ganado consistencia, y los magos usaban sus poderes. Erza sus armaduras, Lisanna y Elfman sus transformaciones, Cana sus cartas, Gray su hielo y Natsu su fuego.
La guerra habrá durado unos minutos, hasta que un grito de la rubia hiso eco por las paredes del gremio.
-¡Mi perfume! – la rubia miraba horrorizada como la basurita de botella que le había costado 35.000 jewels volaba por los aires, y terminaba rompiéndose en una biga del techo.
Todos prestaron atención a donde iba la botellita, y lograron esquivarla, pero Natsu no pudo, ya que estaba luchando por soltarse de unas cadenas de hielo, regalo del puto exhibicionista pervertido. Así, que se le cayó todo el contenido encima.
-¡Ugh! – chillo al momento de arrodillarse en el suelo, cubriendo desesperadamente su nariz y temblando. Ahora Dragneel se encontraba empapado en un líquido purpura, y las cadenas de hielo se habías descongelado a penas una de las gotas las había tocado. Eso no era normal.
-¡¿Natsu?! – pregunto Lucy preocupada.
-No exageres, flamitas. Es solo perfume – Gray rodo los ojos, le parecía ridículo la manera en que Natsu estaba sobreactuando. Iba a decir algo más, pero alguien lo detuvo. Se sobresaltó al ver la velocidad en la que Laxus había aparecido frente a él.
El mago del Rayo se acercaba gatunamente a Natsu, quien lo miraba sin comprender, aun temblando. Estaba por tirársele encima, cuando un fierro de metal lo golpea de costado.
-¡Él es mío! – grito Gajeel sorprendiendo a todos, más a Levy. Así como Laxus, el Dragón Slayer de Metal comenzó a acercarse a Natsu, el cual ya estaba de pie, tratando de huir ya que esa actitud de sus compañeros le daba mala espina. Algo un su interior le gritaba: ¡Corre! Y pensaba hacerle caso.
De repente, otro grito.
-¡Tenryu no…!
-¡Detente, Wendy! – Charles le grito.
-¡… Yokugeki!
El viento arraso con Gajeel, y Laxus, al igual que con la mitad del gremio.
¿Pero qué está pasando? – Natsu veía asombrado como los tres Dragones Slayers: Aire, Metal y Rayo peleaban entre sí, sin importarles realmente donde estaban. Pero algo tenía en claro: Algo le decía que tenía que salir de ahí.
Despacio, fue arrastrándose hasta la puerta del Gremio, estaba a punto de salir, cuando los tres locos voltearon hacia él.
-Maldición… – maldijo. Y a la mierda la delicadeza, salió corriendo cual homofóbico a una pareja gay en pleno acto. Así corrió a doto lo que sus dolidas piernas le dejaban, los temblores lo hicieron más difícil, pero por lo menos podía escapar.
Si, era un cobarde por huir sin saber lo que estaba pasando, pero ese mal presentimiento le seguía carcomiendo desde adentro… por el momento, lo único que estaba en su mente era saber que cojones había pasado con sus compañeros para que les agarrara la locura.
Pero, este sentimiento de calor y debilidad lo había sentido antes, no con tanta intensidad como ahora, pero era la misma sensación que le daba cuando entraba en esa etapa del año.
¿Cómo había podido olvidarlo? Ya era verano, el tiempo en que le agarraba eso que Igneel le decía “tus días de debilidad” la verdad, no le interesó mucho en el momento, por lo que no sabía mucho de eso. Pero, ¿A él no le daba en invierno? Bueh, cosas de la vida.
Natsu sentía que eso tenía algo que ver con lo que pasaba; estaba muy seguro.
-¡Natsu! – mierda.
Tanto tiempo había pasado en sus pensamientos, que se había olvidado completamente de correr, ¡Que idiota, Natsu! Se insultó. Vio como Laxus, Gajeel y Wendy se acercaban. Y comenzó a correr de nuevo.
No quería averiguar que pasaría si lo agarraban.
La temporada de celo, adelantada – Fin.
Próximamente UES 2 : ¡Corre, Natsu Corre!