TOMO II
MI VENGANZA, ERES EL PERDEDOR
CAPITULO IX
PASO 2: MATALO
La mejor forma de hacer pagar el dolor de vuestro corazón es matando de raíz al causante.
Los humanos somos seres que luchamos día a día por conseguir nuestras metas y objetivos sin importar los obstáculos que se nos atraviesen, pero cuando sin importar nuestros esfuerzos la meta se vuelve imposible y los obstáculos irrompibles, las ganas de luchar se desvanecen y nos dejamos llevar por el camino del fracaso.
Cuando llega el día que sabemos que ahora nada debe importarnos y que se debe dejar que las cosas sigan su propia ritmo sabemos que todo ha terminado.
Sasuke estaba seguro que su matrimonio pendía de un hilo y que un solo error de parte de su esposo bastaba para todo llegara a su fin, se lo dijo en Suna estaba cansado de luchar y no lograr nada, Naruto lo sabía y aun así parecía que no le importara que todo iba a terminar.
Tras su viaje de regreso las cosas parecían aparentemente que iban a cambiar para el futuro de la pareja, durante ese viaje Naruto nunca dejo la mano de Sasuke, lo cuidaba y protegía tal como un esposo debía hacerlo, pero apenas cruzaron las puertas de Konoha todo volvió a ser como antes.
─ Naruto. —Sasuke susurro dolido ante su actitud tan fría e indiferente.
Los días pasaban y todo había vuelto a ser como era antes de viajar a Suna, Naruto no desayunaba con él, llegaba tarde con al escusa que había comido dejándolo nuevamente, aquellos simples sucesos lastimaban más a su pobre corazón llevándolo a punto de rendirse completamente, pero lo sucedido este día haría que todo motivo por luchar desaparezca.
Tras una semana de ver pasado la “noche juntos” Naruto se encontraba completamente perdido en sus pensamientos, recordaba lo fácil que era pasar junto a su esposo en Suna y en el viaje, pero cuando entro a la aldea y los ojos de todos se posaron en sus manos entrelazadas no había dudado en soltarlas dejando solo a su pareja, él sabía que toda felicidad de parte de Sasuke se había desvanecido ante aquel acto de cobardía y lo peor de todo como era tan tonto como hubiera dicho su esposo en el pasado un Dobe no fue capaz de pedirle disculpas e intentar mejorar las cosas al contrario solo las empeoraba cada días, por las mañanas completamente huida de su presencia y por las noches lo evitaba solo por no ser capaz dar la cara como el hombre que era.
Hoy cuando planeaba pedir perdón por sus actos y llevar a comer a su esposo, el trabajo lo tenía hasta el copete sin dejarlo pensar claramente las cosas como consecuencia respondía sin pensar dos veces.
Para su mala suerte, ya que solo así se le podía llamar al hecho que Sasuke escogiera justo ese día para visitarlo y recordarle que tenía un esposo.
─ Naruto. —Interrumpió en la oficina acercándose lentamente al escritorio donde estaba el rubio detrás de algunos documentos.
─ Uhh. —Dijo sin mirar a su esposo.
─ ¿Crees que podamos ir comer juntos? —Pregunta con una sonrisa en sus labios, dicha sonrisa que fue ignorada por el rubio.
─ Ahora no puedo, no vez que estoy ocupado. —Respondió fríamente sin notar como aquellas palabras destrozaban toda esperanza que le quedaba a Sasuke.
─ Com…comprendo. —Dijo entre cortado intentado detener las lágrimas que deseaban salir de sus ojos ante la negativa de Naruto– Nos vemos noche, adiós Naruto. —Se despidiéndose sabiendo que al salir tras aquella puerta todo motivo por el luchar terminaría.
─ Claro.
El salir de aquella oficina fue muy doloroso para el menor de los Uchiha, Naruto no solo había negado acompañarlo a una comida sino que había perdido la última oportunidad que su corazón le daba para seguir luchando por su matrimonio, ahora dejaría que las cosas siguieran su ritmo.
El camino fue doloroso ya que cada paso que daba sus energías se iban y temía que el cualquier momento se dejaría caer gritando todo el dolor acumulado en su pecho, la gente por su parte lo miraban, unos con desprecio, otros con satisfacción ante su cara de derrota y pocos eran lo que le tenían lastima, entre ellos una mujer mayor que todos los días observaba a los lejos a joven esposo del Hokage.
─ Al parecer nuevamente no logro su objetivo ese traidor. —Comento el marido de aquella mujer.
─ No digas eso querido. —Su mujer lo miro seriamente– No vez lo mucho que sufre ese chico.
─ Por favor mujer no le tengas pena, se merece todo lo que sufre. —Dijo con desprecio.
─ No lo creo. —Ella lo mira con seriedad– Él ya fue condenado y ha pagado sus errores no es justo que solo por lo que fue le hagan sufrir.
─ Querida. —Su esposo la mira sorprendido.
─ Todos merecemos amar y ser amados, no es justo que jueguen con su corazón de esa forma. —Pone sus manos en su pecho mirando como Sasuke se alejaba de la mirada de la gente– Incluso él merece ser feliz.
Rara era la persona que pensaba de esa forma y miraba a Sasuke tras la imagen de un vengador, un traidor, el desalmado que solo intentaba dañar a la aldea, pero nadie absolutamente nadie sabía lo que realmente sentía su corazón ni siquiera Naruto.
Tras largos minutos de camino al fin estaba en casa sentado en la entrada sin nadie que le pueda dar una palabra de aliento, en su corazón solo deseaba que alguien le diga “deja de preocuparte todo estará bien”, “ese tipo es un Dobe, pero aun así te ama”, “no seas un cobarde no tires la toalla o te vas arrepentir” pero sabía que aunque su subconsciente lo alentara no era lo mismo ahora que sentir el abrazo de alguien motivándote a luchar.
─ Shif... ¿Por qué?....¿Porque Naruto?
Sin importar que su orgullo se vaya al carajo, una o dos lágrimas no iban a lograr que deje de ser un Uchiha, así que hasta los Uchiha tenían el derecho de llorar y liberar su dolor de vez en cuando.
─ ¿Sasuke?
Aun sin lograr controlar aquellas lágrimas que viajan por su rostro noto como alguien lo abraza en su corazón hubiera deseado que sea Naruto quien lo consuele pero no tenía tanta suerte.
─ Tranquilo amigo aquí estoy contigo.
─ Shif….Sai. —Susurro el Uchiha en brazos del pelinegro– Ya…no…puedo más.
Al escuchar lamentables palabras el ambu mordía su labio inferior ante la impotencia que sentía en esos momento, Sai llevaba más de un año con Gaara, sabía que un cerecita era alguien difícil de convencer pero al ver el amor que se tenían Naruto y Sasuke fue su motivación para enfrentarse a la defensa absoluta que cubría el corazón del Kazekage, tras una larga lucha ahora ambos era una pareja feliz, pero aquel amor que le había dado las fuerza ahora estaba casi extinto y aquello realmente le dolía.
─ ¿Mas tranquilo? —Pregunta luego de verle dejado desahogarse– Toma.
─ Gracias. —Bebe el agua que le había pasado– Estoy mejor, lamento lo que viste. —Dice avergonzado.
─ No tienes por qué disculparte, era cuestión de tiempo hasta que te quebraras, ¿Qué paso? Parecía que todo iba cambiar cuando dejaron Suna. —Pregunta preocupado ante el modo que encontró a su amigo.
─ Al momento que entramos a la aldea todo volvió a ser el mismo. —Suspira derrotado– Hoy fui dispuesto a dar mi última lucha al invitarle a comer, pero termine echado, ni siquiera me miro Sai. —Sus ojos se volvían cristalizar– ¿Qué hago? ¿Qué debo hacer ahora?
─ Ya viste el libro.
─ ¿El libro? Me había olvidado de él ¿Debo seguir con él? —Pregunta dudoso.
─ Realmente no sé, pero no perdemos nada si le damos una leída. —Sonríe levemente.
─ Tienes razón voy por él.
Sai lo había engañado él sabía lo que contenía el segundo paso no consistía en engañarlo como el punto uno, pero si le iba enseñar muchas cosas a Naruto.
─ Aquí esta. —Se arrodilla frente a la mesa de la sala– Veamos.
Arrodillado frente al libro lo abre en la última hoja que había dejado tras su plan ejecutado en Suna, tras un profundo suspiro gira la hoja y empieza a leer.
Querida amiga si abres nuevamente este libro es porque ha pasado una semana, a partir de este momento te voy a dar dos caminos que debes seguir.
Si luego del paso 1 tú esposo volvió a ser cariñoso, amable, el hombre con quien te casaste, te recomiendo que dejes este libro a un lado la batalla está ganada, tú esposo es solo tuyo, pero sin importar la lucha que realizaste él sigue siendo el mismo de antes, no hubo cambio en su modo de actuar contigo, vamos a pasar al paso dos porque la lucha aún no termina.
─ Aún no termina… —Susurra nuevamente la última frase, para luego mirar a Sai.
─ Correcto Sasuke aún no es momento de rendirse. —Sonríe levemente– Vamos a leer el paso dos.
Aun arrodillado frente al libro da la vuelta a la hoja listo para leer el paso dos.
Paso dos. —Gira la hoja– Mátalo…
─ ¡¿Qué?! ¡¿Mátalo?! —Grita sorprendido– ¿Acaso quieren que mate al Dobe? —Mira a Sai sorprendido– ¡Mi katana! —Se levanta para ejecutar el paso dos.
─ Cálmate Sasuke. —Lo mira nervioso– Porque mejor no sigues leyendo y averiguamos mejor a que refiere.
─ Está bien. —Vuelve a tomar el libro dejando a un lado su katana.
Amiga sé que el título del paso dos debe verte sorprendido pero la palabra “mátalo” no necesariamente se rige en quitarle la vida a nuestro esposo, sino matarlo de una forma completamente diferente a lo natural.
─ No comprendo. —Susurra con duda Sasuke– Para matarlo se usaría una Katana si se quiere que sea rápido o con veneno más lentamente. —Opina antes de volver a leer.
Clavar una katana, un kunai en el pecho o envenenarlo no son necesariamente las muertes que se debe usar, un hombre como él merece morir lenta y dolorosamente, nosotras las mujeres conocemos la técnica perfecta, la indiferencia.
─¿Indiferencia? —Murmura nuevamente con duda el moreno.
La indiferencia o la ley del hielo es una de las acciones que más lastima a un hombre ya que ellos no pueden vivir sin nosotras, las mujeres nos desvivimos por ellos, manteniendo la casa limpia, haciéndoles de comer, preparando su comida, el baño, nosotras hacemos todo por ellos, por eso ahora en este paso dos dejaremos todos esos detalles a un lado.
El paso dos consiste en no consentir a nuestro esposo, si antes lo esperabas con la comida lista por las noches y él no la comía ahora lo no estarás ahí con él, recuerda ellos son débiles ante nuestra indiferencia.
─ Ahora comprendes Sasuke. —Se sienta a su lado Sai– Aun no debes rendirte te queda mucho camino por recorrer antes de tirar la toalla, ahora le toca sufrir a Naruto.
─ Si lo entiendo ahora. —Sonríe de lado– Gracias por tu ayuda Sai.
─ No es nada, ahora si me paso a entregar el informe de mi misión.
─ Hai nos vemos luego.
Las palabras de Sai y las escritas dieron nuevamente la fuerza que tanto necesitaba Sasuke para seguir luchando por su esposo.
─ Dobe esta vez te hare sufrir.
Las horas pasaba rápidamente notando como el sol era reemplazado por el manto oscuro de la noche estrellada y gran luna que brillaba sobre Konoha, el Hokage por su parte al fin terminaba su trabajo ahora se dirigía a su casa en compañía de su fiel amigo Shikamaru.
─ Quita esa cara Naruto, Sasuke debe entender.
─ Lo dudo Shikamaru, otra vez lo trate mal y lo peor que casi recién me di cuenta. —Suspira derrotado, ya que cuando había terminado su trabajo había notado lo mal que trato a su esposo– Lo peor que Kurama no me ayudo.
─ Por algo debe ser, hasta aquí te acompaño, hasta mañana. —Da dos paso y se gira– No olvides pedir disculpas.
─ Hai. —Sigue su camino hacia el territorio Uchiha– Debe estar muy enojado.
Naruto aún no comprendía porque Kurama no le había ayudado como otras veces, al contrario el Kyubi esta vez ni comentaba sobre lo que pasaba a su alrededor, una vez que llega a casa se sorprende al encontrar todas las luce apagadas.
─ ¡Ya llegue, dattebayo! —Anuncio sin recibir contestación de parte de su esposo– ¿Sasuke?
Aun sorprendido por la ausencia del moreno se adentró a su hogar hasta la sala donde solo estaba aquel gato quien al verlo salió corriendo.
─ No está aquí. —Mira hacia la escalera con el ceño fruncido subió a su habitación encontrándose con su esposo dormido– Sasuke. —Se acerca a levantarlo– Sasuke.
─ Hmm. —El pelinegro abre sus ojos con sueño y mira fijamente al rubio– Ah…Hola. —Murmura casi dormido.
─ No te levantes. —Se apresura a decir el Hokage– Yo ya comí. —Se quita su capa mientras dirige una mentira.
─ Que bien. —Se gira el moreno dispuesto a seguir durmiendo– No cocine. —Murmura tapándose la cara– Tengo sueño, hasta mañana.
Aquellas palabras shokearon al Hokage no podía creer que su esposo no hubiera cocinado, sin dudarlo dos veces bajo a la cocina comprobando con sus propios ojos que efectivamente Sasuke no había cocinado.
─ ¿Ahora qué voy a comer? —Se preguntó a sí mismo.
Mientras tanto en la habitación el moreno en su cama sonreía de lado, ya que sabía perfectamente que su amado esposo le había mentido y estaba muriendo de hambre pero esta vez no tendría nada que comer.
─ Qué pena Dobe hoy no tienes comida y mañana menos. —Sonríe antes de acurrucarse y entregarse a los brazos de Morfeo.
La noche había pasado lenta para Naruto ya que gracias a su esposito no había cocinado el hambre no le había dejado conciliar el sueño hasta ya entrada la noche, ahora cuando al fin los rayos del sol anunciaban la mañana, se levantó y noto que su esposo no estaba muy feliz bajo aun en piyama dispuesto a saborear la deliciosa comida de su Teme, pero su sorpresa fue grande cuando lo vio parado en la entrada.
─ Sasuke? —Murmuro llamando la atención del moreno.
─ Buenos días Naruto. —Saludo con una sonrisa– Me voy a desayunar fuera, nos vemos en la noche.
Antes que Naruto pueda reaccionar y decir algo en contra a la acción de su esposo este había salido de la casa dejándolo solo y con hambre.
Las acciones de Sasuke dejaban a Naruto sin palabras simplemente no comprendía porque actuaba de esa forma si él no era así, él siempre era dulce y atento con él ahora su forma de actuar lo descolocaba completamente.
─ Hey Naruto, ¿Qué te pasa? —Pregunta Shikamaru al notar perdido en sus pensamientos al Hokage.
─ Perdón, estoy algo preocupado por Sasuke. —Dice con una cara de confusión.
─ ¿Qué paso? ¿Qué te dijo ayer? —Se siente frente a él el pelilargo.
─ No pudimos hablar, ayer cuando llegue ya estaba dormido. —Mira al asistente.
─ De seguro estaba cansado. —Justifica la acción del moreno.
─ Eso no es lo que me asombra, sino que ayer no me hizo de comer. —Shikamaru abre los ojos sorprendido y antes que pueda decir algo agrega el rubio– Y hoy tampoco me hizo el desayuno y él se fue a comer fuera, ¿Qué le pasara?
─ Que problemático. —Rasca su cabeza– Ten cuidado Naruto no sea que Sasuke se esté cansando de ti.
─ ¡Que! No lo creo, Sasuke no se puede cansar o ¿Si? —Ahora lo mira preocupado.
─ ¿Quién sabe? Todos tenemos un límite.
Las palabras de Shikamaru dejaron pensando a Naruto, quien aunque siempre lo negaba aun amaba a su esposo y lo menos quería era llegar a perderlo.
Durante todo el día Naruto había estado pensando en las palabras de Shikamaru en su interior temía estar perdiendo a su esposo pero por el momento no podía hacer nada el trabajo lo obligaba pasar todo el día encerrado firmando papeles, ya entrada la noche corrió a su casa a la hora exacta de la cena al entrar no encontró a su esposo nuevamente, se dirigió a la cocina y no lo encontró a él o alguna olla que de señal de comida, preocupado y angustiado llego a su habitación encontrando a su esposo sentado en la cama con un libro en mano.
─ Buenas noches Naruto. —Lo saludo sin intenciones de levantarse a recibirlo.
─ Hola Sasuke. —Se sienta en la cama dándole la espalda mientras se sacaban su ropa.
─ Espero que hayas comido, hoy comí fuera con unas amigas. —Dijo de lo más tranquilo antes de entrar al baño dejando al rubio con la mirada perdida.
─ Lo estoy perdiendo. —Susurro para sí mismo tomando sus cabellos sus fuerzas sin saber qué hacer.
De qué sirve conocer las consecuencias si la ignorancia y el orgullo no nos permiten luchar antes que el hecho se haga realidad, el destino está escrito ahora todo estaba en manos de Naruto.
¿Dejara que su matrimonio termine solo por su propia falta de iniciativa?
Muy dentro de su mente Kurama reía ante las acciones del moreno.
─ Ya era hora que pagues, ¿Qué harás ahora Naruto? Yo no te voy ayudar.
Continuara…