TOMO I
¿CÓMO PERDERTE?
CAPITULO II
NO TE VEO
Ciego no es aquel que carece de visión, sino aquel no ve el dolor que provoca a los demás.
Hace una semana atrás.
Muchas veces las personas nos negamos a ver a los demás no por falta de visión, sino porque simplemente no queremos ver la realidad.
Tres años han transcurrido de la Cuarta Guerra ninja llego a su fin y muchas cosas cambiaron con el tiempo, entre ella el héroe Naruto Uzumaki y actual Hokage estaba casado con un traidor algo que a la mayoría de la aldea no le agradaba mucho.
Sasuke por su parte simplemente ignoraba las miradas de las demás personas y se dedicaba a vivir la vida tranquila que tanto anhelo, el tiempo había hecho muchos cambios en él, desde que se casó con Naruto su personalidad paso de ser fría a una muy cálida y agradable.
Con una sonrisa en sus labios abandonaba su casa en el distrito Uchiha, tal como lo venía haciendo desde hace algunos años atrás, solo para encontrarse con su esposo para ir almorzar, tomando en consideración su trabajo Naruto había optado a comer con Sasuke tres veces por semana.
Una leve sonrisa estaba posada en los labios del esposo del Hokage mientras recorría la aldea ignorando la mirada seria de los aldeanos, ya por su parte estaba inmerso en sus propios pensamientos, recordando aquellos días llenos de amor y felicidad junto a Naruto, al llegar a la torre su burbuja de ilusiones se rompió a recordar su realidad.
Ahora las cosas no eran como antes.
Naruto no estaba en la puerta de la torre como solía hacerlo.
─ No esta. —Suspiro tristemente el azabache– Acaso hoy tampoco quiere venir.
Desde el momento que se habían casado, Naruto se percató del odio de la aldea hacia su esposo, por eso se había negado a que Sasuke entre a la torre y vea las malas caras de los ninjas, pero ahora las cosas no eran como antes, Naruto no bajaba a su encuentro y él se veía forzado a ver sus caras cada día.
─ Volvió.
─ ¿Acaso no se cansa?
─ No es más que un traidor.
─ Miren la zorrita del Hokage.
Sasuke cerraba sus ojos y caminaba rápidamente intentando no escuchar aquellas ofensas, en un pasado no le hubieran molestado pero ahora él era alguien que también sentía y le dolía todas esas palabras, cuando por fin llega a la oficina de su esposo se paró a un lado a esperar que alguien abra la puerta y él pueda entrar.
Los minutos pasaban y aquella puerta no se abría, a Sasuke no le sorprendía, ya que no era la primera vez que esperaba tanto tiempo con tal de que a su esposo y este lo reciba solo con una negativa, cada vez que esto pasaba sentía como daga atravesaba su corazón.
─ Espero que hoy si venga, extraño comer con él. —Pensó mientras su mente divagaba hacia aquellos recuerdos felices cuando su esposo era otro.
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Hace un año atrás, se observaba dentro de la torre al Hokage trabajar con tanto anhelo antes que llegue la hora del almuerzo.
─ ¿Por qué tanto apuro?
─ Hoy viene el teme, Shikamaru. —Sonríe feliz el Hokage– Me encanta comer con él.
─ Aunque la gente lo mire mal. —Le recordó con seriedad– Naruto nadie quiere a Sasuke.
─ No me importa, yo lo amo eso es suficiente. —Dirige su mirada a la ventana y sonríe– Ve a comer, luego nos vemos.
A penas había divisado a Sasuke, él había salido corriendo a su encuentro, hacia todo lo posible para que su amado esposo no sienta el odio de los aldeanos solo por su causa, al estar frente a frente, uno con el otro, una sonrisa inmediatamente iluminaba el rostro de ambos.
─ Hola Dobe. —Le saludo el moreno con una sonrisa.
─ Hola Teme, vamos a comer.
Tomados de la mano se alejaban a comer, no importaba los comentarios, además cuando estaban juntos por respeto a Naruto la gente no comentaba nada respecto al tema.
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Una triste sonrisa apareció en los labios de Sasuke, los recuerdos que tenían en su mente y corazón eran lo único que lo llenaban de felicidad en los momentos de dolor y soledad, de pronto sintió como la puerta de la oficina se abría.
─ ¿Eh? ¿Sasuke? ¿Llevas mucho aquí? —Pregunto preocupado el pelilargo.
─ Hola Shikamaru. —Saludo Sasuke al pelilargo– No recién llegue. —Mintió según su reloj habían pasado treinta minutos esperando– ¿Puedo pasar? —Pregunto tranquilamente.
─ Claro. —Entra primero– Naruto, Sasuke llego. —Le indica al Hokage mientras deja pasar a su esposo.
La oficina del Hokage no había cambiado en nada en el pasar de los años, el escritorio estaba en el mismo sitio junto al gran ventanal en donde se observaba al Hokage lleno de papeles, Sasuke caminaba lentamente hasta quedar a unos metros frente al escritorio de su esposo, se sentía incómodo al notar como este ni siquiera lo miraba por estar firmando papeles.
Descortés.
Era uno de los pensamientos de Sasuke al ser cruelmente ignorado por él.
─ Etto…Naruto. —Intenta llamar su atención.
─ ¿Qué pasa? —Naruto alza su mirada llena de seriedad– Estoy ocupado. —Dijo para volver nuevamente al trabajo sin decir más.
─ Otra vez. —Pensó tristemente– Ya veo. —Baja un poco la mirada llena de tristeza– No vemos por la noche.
Sasuke caminaba rumbo a la puerta para salir, pero antes se giró para mirar a Naruto y noto que le rubio ni siquiera lo miraba, eso lo lleno de tristeza.
Nuevamente había pasado, Naruto se había negado a ir con él dejándolo dentro de ese mar de soledad que poco a poco su alma se iba ahogando ante la ausencia de aquel que tanto amaba, ese sentimiento que sentía Sasuke era algo que se negaba a volver a sentir, ya que sabía que al único lugar que le llevaría seria a la oscuridad, una de donde esta vez no podría salir.
Sasuke iba por los pasillos de la torre huyendo rápidamente de las miradas y palabras llenas de burla y desprecio de la parte de los ninjas que lo observaban pasar solo y sin su esposo, su corazón se oprimía con cada paso que daba, sintiendo como en cualquier momento su cuerpo caería de rodillas al piso dejando libre aquel dolor y sin importarle quien pueda observarle.
─ Sasuke.
─ ¿Eh? —Se voltea al escuchar su nombre– S-Shikamaru. —Dijo en un hilo de voz.
Shikamaru consejero de Naruto había observado la maravillosa y tierna relación que llevaba el Hokage con su esposo, siento uno de los pocos que acepten su relación y al mismo tiempo la llegue admirar por el amor que mostraban uno por otro, pero también espectador de como repentinamente la burbuja de felicidad donde vivía Sasuke se rompió de un momento a otro.
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Era una tarde cualquiera de hace tres meses Naruto se encontraba trabajando arduamente para completar el trabajo atrasado que le dejo su viaje donde el Raikage, Shikamaru observaba la hora y de reojo observo por la ventana como el esposo del Hokage iba llegando para almorzar con él.
─ Naruto es hora de almuerzo. —Anuncio con una sonrisa sabiendo lo que pasaría en ese momento.
─ Lo sé. —Sigue con su trabajo.
─ Sasuke ya llego. —Dijo algo extraño por su actitud.
─ No tengo tiempo Shikamaru, si quieres vete a comer. —Hablo el Hokage sin despegar su mirada del trabajo.
─ Claro, nos vemos luego.
Shikamaru dejo la oficina algo perturbado pero en su interior aseguraba que su amigo pronto bajaría al encuentro con su esposo, pero las cosas no resultaron así, Sasuke llevaba treinta minutos esperando a Naruto y este no bajaba, al notar su demora decidió subir a buscarlo, ese día fue la primera vez que sintió el desprecio y repudio de los ninjas, al llegar a la oficina toco dos veces hasta escuchar un pase de parte de Naruto.
─ Hola Dobe. —Sasuke se acercó sonriendo donde su esposo– Vamos a comer.
─ Estoy ocupado. —Dice cortante.
─ No puedes simplemente responder de buena manera. —Lo mira seriamente– Viendo sabido que no ibas a comer no hubiera venido. —Se acerca donde él– Hasta la noche. —Dice sensualmente para acercarse a besarlo.
─ Hasta la noche. —Habla nuevamente frío y sin mirarlo.
─ ¿Qué te ocurre? —Pregunta al notar la evasiva.
─ Sasuke estoy trabajando. —Por fin lo mira.
─ Yo…
Por primera vez en los años de matrimonio Sasuke no supo cómo responder aquella mirada llena de frialdad que Naruto expresaba al solo verlo.
─ No vemos por la noche. —Se acerca la puerta sintiendo un vacío en su corazón– Has estado muy raro. —Lo mira por última vez– Espero que podamos comer la próxima vez.
Sasuke salía de la oficina confundido sin imaginarse que desde día no hubo una próxima vez para comer.
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Shikamaru caminaba junto a Sasuke rumbo a un restaurant, tras tanto rogar el moreno había aceptado almorzar con él.
─ Aun no comprendo, porque no llamas alguno de tus amigos. —Dice algo molesto el azabache.
─ Chouji está enfermo e Ino de misión, como note que ibas a comer solo, pensé la comida es mejor acompañado. —Sonríe.
Aquella palabras “Comer solo” entristecieron a Sasuke ya que el consejero de su esposo tenía mucha razón, nuevamente iba a comer solo, eso sí se animaba a comer ya que siempre la soledad no era buena acompañante a la hora de la comida y simplemente no comía nada a veces.
─ Está bien vamos.
Sasuke seguía caminando sin imaginarse que un par de ojos azules lo observaban con un gran enojo.
En la torre Hokage, Naruto mantenía su mirada sobre su esposo y su acompañante, los deseos de salir por aquella ventana y alejar a Shikamaru de lo era suyo eran tan poderoso que en cualquier momento lo haría.
─ ¿Celoso? —Retumbo en su cabeza una pregunta burlona de parte de Kurama.
─ Ahora no Kurama. —Se aleja de la ventana– Y no estoy celoso y menos de él.
─ Te recuerdo que él no es cualquiera, es TÚ esposo. —Dijo seriamente– Realmente no te entiendo.
─ No tienes nada que entender. —Vuelve a su trabajo– Él es un hombre y yo un Hokage.
─ Eso hubieras pesando antes de casarte y hacerlo cambiar. —Se recuerda dándole la espalda– No haces más que lastimarlo, espero que no te arrepientas.
Las palabras del Kyubi aun retumbaban en la cabeza de Naruto poniéndolo a reflexionar momentáneamente, pero aquello no era suficiente para hacerlo cambiar.
─ No hay marcha atrás. —Regreso con su trabajo.
Mientras tanto Sasuke comía algo incómodo junto a Shikamaru, desde el momento que ingresaron al restaurant la gente no dejaba de mirarlos y murmurar cosas, aquello lo hacía sentir mal ya que claramente se imaginaba lo que todos estaban hablando.
Que engañaba a su esposo con uno de sus amigos.
Shikamaru por su parte le molestaba que la gente se preocupe de andar de chismosa, era problemático, pero cuando lo veían a Sasuke por la calle siempre lo despreciaban y eso se volvió peor desde hace dos meses cuando se enteraron que Naruto se negaba a comer con él.
─ Lamento que no saliera bien la comida. —Se disculpa Shikamaru.
─ No es tu culpa. —Dice bajito– Es solo…que no se ve bien.
─ No les hagas caso. —Sonríe– No estás haciendo nada malo.
─ Gracias Shikamaru.
El mal momento había llegado a su fin, luego de almuerzo Sasuke regreso a su hogar ubicado en las solitarias calles del barrio Uchiha, recorrer aquellas calles siempre traían dolorosos recuerdos pero gracias a Naruto se dolor se había esfumado momentáneamente, pero desde hace tres meses aquel dolor y soledad se volvía a instalar en su corazón al sentir como poco a poco se iba quedando nuevamente solo.
La mirada de Sasuke era opaca llena de tristeza y dolor, el solo hecho de imaginar una vida sin Naruto lo lastimaba, aunque le costaba reconocer aquel rubio revoltoso realmente había cambiado su vida completamente y perderlo no estaba entre sus planes futuros, al llegar a casa se dedicó a limpiar su hogar, para luego disponerse hacer una cena que posiblemente termine igual que las otras en la basura, ya que su amado esposo muy rara vez ahora cenaba junto a él.
─ ¡Hey! ¡Sasuke!
─ ¿Quién será?
Tan concentrado estaba en sus quehaceres que le hizo sorprenderse de aquel grito proveniente de la entrada principal, al llegar le sorprendió encontrar a su amigo amantes de los perros.
Kiba, Shikamaru y Sai eran los únicos de sus viejos que no lo trataban como basura solo por amar a Naruto.
─ Hola Sasuke. —Saludo Kiba muy animado.
─ ¿Kiba? ¿Qué te trae por aquí? —Pregunto muy tranquilamente.
─ Bueno veras…. —Se rasca la cabeza nervioso– Pues…
PAV… una sombra negra sale de la chaqueta de Kiba y salta a los brazos de Sasuke.
─ Ah! —Se sorprender por aquella sombra cerrando sus ojos momentáneamente al abrirlos– Un…
─ Miau…
─ ¿Gato? —Mira a Kiba asombrado.
─ Si es un gato. —Suspira Kiba– Hoy mientras volvía de mi misión escuche el llanto de un gato, me acerque, lo vi todo mojado me compadecí y lo lleve conmigo, en ese momento Akamaru me dejo botando por tener al Neko, al llegar a casa los perros casi me comen vivo. —Un aura deprimente lo rodea al recordar cómo fue perseguidos por los perros de su casa– En casa no me dejar tenerlo, no sabía dónde llevarlo y me acorde que a ti te gustan los gatos.
─ Veras yo no…
─ Sasuke, un día Naruto me conto que alimentas algunos gatos callejeros, no te pido mucho solo dale un hogar a ese pobre gatito. —Rogo mientras gato miraba a Sasuke con sus ojitos tiernos– Por favor.
─ Está bien. —Suspira– Me lo quedare.
─ Gracias Sasuke. —Lo abraza– Ahora si podré entrar a casa, ¡Adiós! —Sale corriendo.
Sasuke se quedó parado en la entrada con su nueva mascota en brazos, la miro fijamente tenía su pelaje negro y se notaba que aún era un bebé, con una sonrisa se dirigió con su pequeño minino a la cocina para terminar la cena.
Las horas pasaban y la noche había llegado hace mucho, Sasuke esperaba a Naruto sentado en el comedor para cenar, pero él no aparecía, el reloj marcaba las diez de la noche, al notar la hora se levantó dando un profundo suspiro dispuesto a votar nuevamente la cena.
─ No lle…. —De pronto la puerta de la casa fue abierta y él sonrío al saber quién era– Naruto. —Susurro acercándose a la puerta a recibirlo– Bienvenido. —Dijo con alegría.
Cada día que Naruto demoraba en volver del trabajo para Sasuke era un completo suplicio, ya que en su mente y su corazón le hacían imaginar que su rubio nunca más iba volver junto a él.
─ La cena esta lista. —Le informo aun feliz con su presencia– Enseguida la caliento para que comas. —Se da vuelta para regresar a la cocina.
Había dado dos pasos cuando…
─ Ya cene. —Informo Naruto– Me voy a duchar.
La respuesta de todas las noches llego de la misma forma cuando una daga atraviesa tu corazón lento y doloroso, permitiendo que en tu mente se formule una sola pregunta.
¿Por qué?