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Síndrome de Muerte Parcial. por One_FluffyMaknae

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Notas del capitulo:

Hello~

Despues de mucho, mucho, pero mucho tiempo, por fin vuelvo a escribir Yehyun ;^;  No es lo más bello del mundo y seguramente esta bastante random, pero asdklñasdñkasd es YeHyun!!!



Síndrome de Muerte Parcial

 

 

Las imágenes se sucedieron de forma casi dolorosa a través de su sueño. Sangre, gritos y esas miradas de pavor cada vez que le veían.

 

El miedo se apoderaba de su cuerpo, pero no en ese momento, no en ese instante que su cerebro se encargaba de rememorarle cada noche.

 

Las pastillas no estaba funcionando y las pesadillas solo parecían hacerse mas reales. Casi podía sentir el sabor de la sangre escurriendo entre sus labios otra vez.

 

 

Kyuhyun despertó sudando y con respiración inestable. El miedo dio paso a la desesperación demasiada rapidez, provocándole un insufrible mareo que casi lo hace caer de la cama.

 

Más Yesung lo tomo por la cintura, mirándolo fijamente con sus ojos violetas, clavado en los suyos, igualmente extraños y encendidos ojos.

 

Su mirada vago libremente por la piel grisácea, su pelo oscuro y desordenado, su sutil sonrisa, pero por sobretodo en las pupilas violáceas que destellaban con preocupación.

 

-          Estas bien?

-          No…

-          Las pesadillas otra vez?

 

Asintió distraídamente, embriagándose poco a poco con el suave aroma que desprendía Yesung. Sin siquiera notarlo se enredo entre su cuerpo y escondió su mirada entre su cuello y su pecho. Una pequeña guarida del horrible mundo que lo esperaba allá afuera.


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Lo flashbacks eran el peor efecto secundario que hubiese esperado nunca. Si de él dependiese, se explotaría la cabeza, acabaría con sus recuerdos con un para nada elegante tiro en su sien.

 

Sin embargo, volver a morir no estaba dentro de sus planes.

 

Se desesperezo con absoluta conciencia de tener una mirada fija en su cuerpo. Cuando por fin abrió sus ojos, su iris rojizo se encontró de lleno con los de Yesung.

 

Su compañero de cuarto era un tanto perturbador. Se negaba a renunciar a su naturaleza. Sin maquillaje, sin lentillas, nada que pudiese ocultar su piel o su profunda mirada. Un asesino sin remordimientos.

 

-          Buenos días niño bonito

-          Buenos días hyung.

-          Flashbacks otra vez?

-          Todas las noches hyung, todas las noches.

-          Deberías hablar con las enfermeras

-          Lo voy a intentar.

 

Y sin mediar más palabras el mayor le dejo solo en la habitación que compartían. Con el corazón desbocado y el miedo asentándose en sus entrañas.

 

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-          Pero los flash…

-          Ahora joven Cho – la enfermera le ignoró y en cambio se dio la media vuelta mientras le daba una caja con enseres adentro – Aquí están sus pertenencias, ahora sea tan amable de irse y hacer su maleta.

-          Pero…

-          Que pase el siguiente!!

 

Kyuhyun se levanto con las frases atoradas en su boca, la caja contra su pecho y la angustia siendo su nueva compañera por los estrechos pasillos de la clínica.

 

Abrió la caja, de ella cayeron un par de lentillas, su tarjeta de identificación y una par de cremas que reposaban obre su ropa nueva. Tiro todo sobre su cama, con la desesperanza a flor de piel. Sin dar una mirada a atrás se encerró en el baño, con la mirada fija en su reflejo.

 

 

Dos horas después, con una cantidad para nada despreciable de maquillaje, las lentillas de color marrón, y ataviado con un atuendo que definitivamente nunca se pondría en su sano juicio, salio al exterior.

 

 

Nunca nada lo habría preparado para el férreo rechazo con el que fue recibido en su pueblo. Los únicos que parecían felices de volver a verlo fueron sus padres y sin embargo, podía ver el miedo reflejado en sus ojos cada vez que intentaban sostenerle la mirada.

 

Era doloroso, angustioso vivir así. Cada día sus vecinos iban a lanzarle botes de pintura roja contra su casa, al punto que su padre opto por pintar la casa del mismo color y de esa manera enmascarar los destrozos diarias. Pero ni siquiera así consiguió detener la ola de gente furiosa que los atacaba, solo por que él vivía ahí.

 

Aunque esa mañana parecían haber puesto mayor ahínco en la tarea de hacerlo sentir poco bienvenido en el mismo pueblo, con las mismas personas, que alguna vez asistieron y lloraron por su muerte.

 

“AQUÍ VIVE UN ASESINO. AQUÍ VIVE UN ZOMBIE. ESTA CASA ESTA INFECTADA CON EL SMP”

 

Y para adornar tan llamativa advertencia, (escrita con horrible caligrafía, en un llamativo color amarillo) a los pies de su puerta descansaba un pobre conejo muerto y decapitado.

 

¿En serio pensaban que siendo un “muerto viviente” el comería conejos?

 

Por que siendo realistas. Lo único que tal vez le haría volver a despertar sus bajos instintos seria el cuerpo de unos de sus “amables” vecinos, totalmente destrozado, por sus manos…

 

O tal vez no, tal vez debería olvidar esa idea.

 

-          Hijo, no los tomes en cuenta...ellos simplemente…

-          Mama. Te destroce la vida una vez. Me mate, ni siquiera les deje una nota del por qué, después y por alguna mística razón voy y despierto como un maldito zombie come cerebros, con la única diferencia que no solo me comía los cerebros. Y ahora, cuando ustedes podrían estar viviendo felices, medios olvidados de mi, resulta que estoy medio curado de toda esta cosa de “me gusta la carne humana cruda” y vuelvo aquí, a hacerles la vida imposible.

-          Kyuhyun….

-          Definitivamente no les voy a destrozar la vida por segunda vez.

-          Kyuhyun!!

 

Y con un sendo portazo, el conejo en las manos, en pijama, sin maquillaje y sus ojos brillando en escarlata bajo la luz matutina, dejo su casa, en busca de los culpables.

 

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Cuando cruzo el umbral del bar del pueblo, con la apariencia de un zombie salido de las películas de Danny Boyle, no esperaba encontrarse con el estupido grupito de “Defensa AntiSMP” golpeando brutalmente a Yesung en el suelo.

 

Algo en su cerebro colapso. Algo oscuro, poderoso y animal se desato cuando lo vio ahí, indefenso, sangrando, siendo injustamente maltratado por un destino que ninguno de los dos había elegido.

 

Los recuerdos que nunca le dejaron en paz. Las sensaciones que su cuerpo todavía revivía durante sus sueños se dispararon de forma tangible cuando estuvo sobre uno de los tipos que apuntaba con un arma a Yesung.

 

La sangre escurrió entre sus uñas. El sabor de la carne fresca desbordo por sus labios una vez más. La tibieza de la sangre baño su cuerpo, su mente y su cordura.

 

-          Kyuhyun, Kyuhyun…Kyuhyunnie…

 

Violeta. Un profundo y oscuro violeta le devuelve el sentido. Clavando su razón en el rojo profundo de sus labios, de su mirada.

 

Suave beso teñido de vidas a medio masticar. Una mano resbala por su húmeda mejilla, y el suave susurrar de su nombre calma su pulso, llama a la superficie a su lado humano, enterrando sus pesadillas una vez mas.

 

-          Yesung…¿Qué…?

-          Nada, tenemos que salir de aquí.

-          Yo…

-          No. Tu nada, fueron ellos. Vamonos.

 

Torrentes de sangre galopaban por sus venas. Y el dolor se instalaba en su pecho con cada mirada que daba a sus manos. Estaba teñido en sangre. Y el único anclaje a la tranquilidad era ese mismo hombre que alguna vez pensó terminaría justamente como el, ahora.

 

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El mar rugía a sus pies. Kyuhyun estaba empapado, con los pies enterrados en la arena. Yesung descansaba a su lado, con la mirada perdida en el horizonte.

 

Nuevamente había perdido una fracción de su alma. Ya no estaba seguro de si la cura que le habían administrado por tanto tiempo era realmente efectiva. Ni siquiera podía asegurar que Yesung estuviese a salvo manteniéndose a su lado.

 

Aquella carnicería, protagonizada en papel principal por él, le coagulo  la sangre y la muto en piedrecillas que se agolpaban en todo su cuerpo, atormentándolo con cada latido de su corazón.

 

-          Basta Kyuhyun.

 

Tantas lágrimas eran pocas para lavar sus pesadillas convertidas en realidad.

 

-          Kyuhyun mírame, escúchame. Deja de llorar, deja de atormentarte.

-          No puedo.

-          Si, si puedes. Tú haces de la muerte algo elegante Kyuhyun.

 

Y la canción comenzó. Yesung sobre su cuerpo, acariciándolo suavemente. Con la melodía entre sus labios, dándosela de beber tranquilamente. Sus dedos bailando sobre su piel. Ambos corazones latiendo al son de sus cuerpos fusionados.

 

Un amor. Dos bocas. Un amor. Un hogar. Sin camisa. Sin polera. Solo averiguando a través de ellos.

 

 

El anochecer les envolvió en los últimos acordes de su melodía. Arropados bajo las estrellas, con el alma fundida, y la certeza de la salvación en sus manos.

 

¿El futuro?

 

Kyuhyun ni siquiera estaba seguro de lo que significaba esa palabra.

 

¿El pasado?

 

Inexistente.

 

¿El presente?

 

Aquí, ahora. Yesung, su cuerpo contra el suyo, sus ojos en los suyos. Sin miedo, sin remordimientos.

 

¿El final?

 

Apenas y el comienzo.

Notas finales:

:DDDDDDDDDDDDDDD


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