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¿Amor, amistad? por Iqui25

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Notas del fanfic:

Es una One shot, aunque veo la posiblidad de realizar una continuación.

Mientras eso pasa, espero disfruten su lectura

 

Sus cuerpos cayeron pesadamente sobre el frio suelo, sus respiraciones eran agitadas, descontroladas, las fuerzas los habían abandonado, sus músculos se desgarraban en cada movimiento, la sangre brotaba de las heridas hechas, de vez en cuando debía escupir la sangre para evitar ahogarse con ella.

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Ahí se encontraban Kim Hangil y Bang Yongguk, un par de chicos nacidos en una de los barrios más problemáticos de Corea, donde no era raro que todo adolescente de ahí  tuviera, mínimo algún cargo por robo. Y ellos no eran la excepción, ellos no solo tenían varios cargos por asalto a mano armada, también por posesión y tentativa de venta de cocaína. Pero pese a que eran unos delincuentes consolidados, tenían sueños y bien o mal, luchaban por realizarlos. Ambos eran talentosos raperos  underground y noche a noche se batían en los famosos duelos de rap, algunas veces como oponentes, otras tantas como equipo. Al final de la noche volvían a ser los grandes amigos que eran desde ya hacía 10 años.

 

 Intentando corregir su vida, decidieron regresar al estudio y a sus sueños. Dejaron las salidas diarias y buscaron un trabajo estable, quizás no eran los trabajos mejor pagados o de los cuales sentirse orgullosos, pero eran trabajos y los realizaban con la mayor diligencia que jamás habían tenido.

 

Su grupo de amistades cambio un poco, ahora solo los del barrio eran frecuentados por las noches cuando volvían al rap, durante el día, los chicos de la escuela eran quien los acompañaban. Solo una cosa no cambiaba, su amistad, ellos seguían siendo los mejores amigos, casi hermanos.

 

Pero la vida les jugo una mala pasada, su amistad se vio afectada con la sola aparición de él, el chico más popular de la escuela, un chico narcisista, con el ego más elevado del lugar, pero bien podía ser disculpado por ser así, ya que realmente era un ser de inigualable belleza, elegancia y porte, claro, sin dejar de lado, lo varonil y caballeroso, de su carácter. No solo resaltaba por su apariencia, sino también por su amabilidad, alegría contagiosa y gran astucia. Ese chico, Kim Himchan, fue el único que logro romper aquel lazo de años entre Hangil y Yongguk.

 

Ninguno sabía de los sentimientos del otro por Himchan, ya que se sentían un tanto avergonzados por sentir aquello por un hombre, por una persona del mismo sexo, ninguno dijo nada. Pero lo que sí hicieron fue planear acercarse al menor, conquistarlo y hacerlo suyo de mil formas. Lo que no planearon era que los dos desarrollarían sentimientos más profundos por Himchan.

 

Y así fue que, cada uno por su lado, cada uno ignorante de lo que el otro hacia y sentía, lograron hacerse amigos del menor, quien se mantenía ajeno de los planes de sus nuevos amigos. Pocas veces los tres compartían actividades y cuando lo hacían, tanto Hangil como Yongguk, actuaban como si nada ocurriera.

 

Pasaron los días y el cariño hacia el pelinegro crecía en los corazones de los dos chicos, así como la necesidad de tenerlo cerca todo el tiempo. Había veces que Himchan se sentía estresado por tanta atenciones de los otros chicos, por lo que prefería no salir con ninguno. Hasta que por la insistencia de Hangil, accedió a salir con él y acompañarlo para verlo presentarse en una competencia. Llego la noche y Hangil llevo a Himchan al lugar. Aunque Hangil, tenía ciertas sospechas sobre las intenciones de Yongguk con Himchan, no le dio mucha importancia y continúo con su plan de conquistarlo. Himchan estaba impresionado por la cantidad de gente aglomerada en ese espacio tan pequeño. La música entraba a sus oídos y tenía que acercarse demasiado a Hangil para poder decir algo. Esos pequeños roces entre ellos, no  fueron pasados por alto por Yongguk, quien en lo alto de unas escaleras los vio desde que llegaron al recinto. La sangre le hervía, pero se controlaría, ya tendría tiempo para encarar a su “amigo”. La noche se fue rápida, Himchan estaba realmente agradecido con Hangil por llevarlo, había disfrutado mucho.

 

Al día siguiente, Yongguk busco a Hangil, se encontraron cerca de la casa del último y sin siquiera permitir hablar a Hangil, Yongguk le propino un golpe en el rostro, el otro chico dio un paso hacia atrás pero no cayo. Sin pedir explicaciones, respondió de igual forma. Ambos se enfrascaron en una peleada sin cuartel. Patas en el estómago, puñetazos en rostro, sus frentes se encontraron muchas veces. Sus nudillos estaban rojos casi sangrando. Cualquiera diría que la pelea duro unos cuantos minutos, pero no, para ellos fue la hora más larga de su vida. Sin energía, sin fuerza, se desplomaron. Ni una sola palabra se dirigían, solo se escuchaba las respiraciones agitadas y hambrientas por oxígeno. Solo el sonido del celular de Hangil termino con ese silencio.

 

Un cabizbajo Himchan tomaba el celular marcando el número ya también conocido por él. Desde hace ya varios días se había negado al hecho de tener que despedirse de sus amigos, pero ahora se veía obligado a despedirse de ellos, no de la mejor manera, por teléfono. Su padre seria transferido a Inglaterra y como menor de edad debía ir con él. Cuando escucho la voz de Hangil, se alegró por un momento, pero luego se puso serio al escuchar tan entrecortadamente la voz del mayor. Hangil le dio una excusa bastante creíble por lo que no insistió más. Debía ser rápido, una corta despedida, sino seguro se pondría a lloraría.

 

Yongguk miraba expectante y a la vez triste. Himchan había llamado a Hangil y no a él. Para sus ojos, eso era una clara señal de quien estaba en el corazón de menor. Ya no había más que resignarse, si el otro era la elección de Himchan, él la respetaría. Con la intención de irse, se levantó a muy duras penas. Se tambaleaba, sosteniéndose con la mano que menos le dolía. Le había dado la espalda a Hangil, dispuesto a marcharse pero la voz del otro lo detuvo.

 

Hangil escuchaba atento  a lo que Himchan decía. Por la herida en su parpado, el ojo de dolía  al abrirlo por la sorpresa de las palabras del menos. Reía por lo bajo, aunque más bien era una mueca de disgusto, sentía querer matar en ese instante al pelinegro. Acaba de darse la golpiza de su vida con su mejor amigo y él le decía que se marchaba a Inglaterra y que lo más probable es que tardara en regresar ¿unos tres años, quizás? Himchan le dijo que también llamaría a Yongguk para despedirse, Hangil contesto diciéndole que no era necesario, que ellos se encontraban juntos. Llamo a Yongguk, quien parecía darse a la fuga, Yongguk voltio, con los ojos vidriosos. El mayor se sintió tan miserable, no se había dado cuenta que su amigo quería tanto a Himchan como él, eso le dolía más que los golpes que había recibido. Le tendió el teléfono y se echó al suelo de nuevo, mirado al cielo.

 

Sin entender, tomo el teléfono, la voz del otro lado del aparato resonaba en los oídos de Yongguk. Le alegraba poder escuchar la voz de Himchan, pero esa idea cambio al escuchar lo que Himchan tenía que decirle. Antes de que pudiera decir nada, Himchan colgó no sin desearle lo mejor a él y a Hangil y decirles que eran sus mejores amigos. Amigos… esa palabra resonaba en su cabeza, mientras que el tono de colgar sonaba en el teléfono. Estaba shockeado, no sabía cómo sentirse, dolido, triste o molesto, patético, esa era la mejor palabra para describir lo que sentía.

 

Dejo escapar un suspiro cuando vio que Yongguk alejaba el teléfono de su oído. Claramente su amigo tampoco sabía cómo reaccionar, lo veía totalmente absorbido en sus pensamientos, al grado de hacer diferentes muecas sin que se diera cuenta. Al ver su rostro de Yongguk deformarse por esas muecas, Hangil no se controló y echo a reír. Se reía lo más fuerte que el dolor le permitía, se sentía tan estúpido. Recordó cuando él y Yongguk, pelearon por una pelota cuando eran unos niños, al final  por su tonta discusión terminaron rompiendo la pelota y los dos se quedaron sin  nada, justo así se sentía de nuevo Hangil.

 

Parecía un loco, eso pensaba Yongguk de Hangil al ver al otro ahí en el suelo, riendo como loco. Pero al ver unas cuantas lágrimas en sus ojos, comprendió lo que estaba pasando su amigo. Se tiro junto a Hangil y también rio. Se habían roto toda la cara el uno al otro, sin tener en cuenta que había un tercero y que ni siquiera sabían que era lo que sentía Himchan por cada uno, al final, el menor fue el que decidió el rumbo de aquella amistad. Eran los más estúpido del mundo. Tomaron un tiempo para recuperar las fuerzas y poder ir al hospital.

 

Pasaron cuatro años, la pelea les sirvió de recordatorio para saber quién era importante en la vida de ambos. No dejaron de ser amigos, pero si dejaron de frecuentarse tanto, no porque lo quisieran, sino porque los dos habían logrado lo que tanto anhelaban, entrar en alguna empresa y presentarle al mundo entero su talento. Hangil se unió a tres chicos formando su grupo de hip-hop, tenían poco de haber debutado y aunque no eran muy conocidos debido a que el pop arrasaba con el mercado musical, se estaban abriendo paso poco a poco en los corazones del público. Por su parte, Yongguk había colaborado en algunas canciones de artistas de su empresa, había debutado como dueto con un chico menor que él y dentro de poco también lo haría como un grupo de seis. Después de tanto, parecía que al fin podrían dejar atrás su vida delictiva.

 

Se anunciaba que el vuelo 4012 procedente de Inglaterra, había aterrizado. Un chico de cabello ahora rubio, esperaba sus maletas, no podía creer que ya habían pasado cuatro años desde había dejado Corea. Se preguntaba si había cambiado tanto desde su partida, pero la duda que más le carcomía el alma, era que había sido de aquellos dos chicos que peleaban por ver quien tenía su atención. Si, por que Himchan siempre lo supo, sabía que Hangil y Yongguk le querían, pero el apreciaba a los dos chicos y sabía de la amistad de años que esos dos tenían. Fue por eso, que el traslado de trabajo de su padre, fue la mejor excusa para no tener que elegir y romper con esa amistad. Por qué lo menos quería era herir al chico de sonrisa contagiosa y piel oscura, no quería decirle que su corazón le perteneció a Hangil desde el primer momento que cruzo palabra con el mayor. Pero ahora tenía una muy buena oferta de trabajo y no podía dejarla pasar, dejaría al destino su  reencuentro con los mayores.

 

 

 

 

Notas finales:

Ojala le haya gustado, espero sus reviews ^^


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