Su guardia personal llegó cuando estaban en la mitad de su encuentro con su hermano pero aun asi no los interrumpió, cerró la puerta que había abierto y montó guardia hasta que ya no escucho nada, espero por lo menos dos horas más y luego entró, arreglo lo que más pudo pero entonces unas palabras lo llevaron a voltear su mirada.
- Crees que soy desagradable, aprovecharme así de mi hermano, el verdadero emperador de Kou- se escuchaba la tristeza que ahogaba su corazón.
- Alteza sus deseos nunca pueden ser catalogados con esas palabras- dijo el guardia- sabe que cuenta con mi discreción en este asunto.
Así fue como la habitación quedó como si nada hubiera pasado y un muy adolorido Koumei pero satisfecho se retiró a su cuarto en donde después de un buen baño durmió con una sonrisa en su rostro.
Al día siguiente Kouen se despertó más relajado pero con un gran dolor de cabeza recordó que invitó a Koumei a unas copas pero no mas, aun asi algo en su corazón estaba tranquilo sabía que todos confiaban en sus decisiones asi que despues de descansar un poco salió a enfrentar a la nueva emperatriz.
- Buenos dias – el no pensaba referirse a ella con el título de emperatriz pero eso no evitaba que la tratara con respeto aunque entre mas lejos mejor – He venido a informarte mi partida a Magnostadt para defender las fronteras en caso que la guerra se extienda demasiado-
- Oh mi querido Kouen no te separaras de mi tan pronto, yo esperaba que me acompañaras en la caravana por el imperio- decía Gyokuen con una falsa sonrisa en su rostro
- Lamento no acompañarte pero Koumei estará contigo – dijo Kouen con una sonrisa en su corazón si iba Koumei no le sería tan fácil impresionar a los nobles- Espero disfrutes su compañía-
-Claro esperare ansiosas noticias tuyas- no pudo evitar la amargura con la que salieron esas palabras Gyokuen veía lejos sus deseos de reinar Kouen no se daría por vencido tan fácilmente.
Entonces se dispuso a organizar su salida ya tenía todo listo pero Koumei no ha salido a despedirlo como siempre hacía eso se le hizo raro dio media vuelta y se dirigió a su habitacion alli se encontro al guardia de su hermano pasó de largo y dormido en la cama lo encontró con una sonrisa en su rostro por primera vez fue consciente de lo que esa sonrisa hacía a su corazón pero lo ignoro y se acercó con su mano rozó su cara y el estremecimiento que sintió lo hizo alejarse de ahí
-Hermano – se sonrojo Koumei que reaccionó pronto y se sentó en la cama- que haces aqui-
- He venido a despedirme parto ahora para alcanzar a Kouha en la frontera- en ese momento no pudo reprimir las ganas y abrazó a su hermano queriendo transmitirle algo, solo que no se acuerda que- Gyokuen quiere salir de caravana por el reino aprovecha esta oportunidad para hablar con los nobles y organizar los pueblos que visites-
- Así lo haré hermano- no pudo reprimir las lágrimas que caían sin ocasionar ningún cambio en su rostro ya se imaginaba que su hermano no recordaría nada, cuando toma deja todas sus penas atrás junto con los hechos de la noche, saber eso no hizo menos doloroso que no significo nada entregarse a él.
-Tranquilo Kouha y yo regresaremos pronto- no sabia que mas decir solo quería evitar que llorara no entendía ese sentimiento que nacía en su corazón pero no era momento de detenerse a pensarlo.
-Deseo que regreses con buenas noticias de tu viaje – dijo Koumei limpiándose la cara con las manos y regalando una bella sonrisa a Kouen
- Lamento haberte obligado a tomar sino no estarias en este estado- Kouen no se dio cuenta de cómo esas palabras lastiman a Koumei
-No te preocupes por mi solo ve – Koumei escucho como se alejaba su hermano y lloró lo que significaban esas palabras para su futuro ya no era virgen y Kouen no recordaba, las cosas se le iban a complicar.
En la noche dejo de sentir lástima por sí mismo y se dispuso a cumplir con lo que su hermano le habia encomendado luego lidiara con lo demás y si hacía un buen trabajo tal vez tardarian mas en encontrarle un esposo, así fue como ya en la madrugado se acostó a dormir.
-Buenos dias Tia Gyokuen – saludo Koumei – Veo que ya esta lista la caravana-.
- Oh lo siento Koumei Kouen me aviso apenas ayer que me acompañas y no se terminaron los arreglos para incluirte en la salida -.
- No te preocupes Tía Kouen dejó todo arreglado, solo vengo a escoltarte a tu carruaje – dijo Koumei
-Claro en ese caso salgamos de una vez- decía ella con una mueca que no disimulaba su molestia
Desde ese dia recorrieron varias de las ciudades más importantes del imperio pero siempre fue Koumei quien se llevaba todas las miradas y quien llevaba la voz de mando en todas las conversaciones de la corte pues era el encargado de organizar la población del imperio así que pocas cosas escapan de él, incluso ya estaba preparando unos torneos y celebraciones para tener al pueblo de su lado.
En esos momentos iban en la caravana y sus mareos continuaban, su guardia lo atribuía a el viaje ante los demás pero ellos sabían la verdadera razón; en su carruaje Koumei tocaba su vientre con amor ese sería el hijo de su hermano solo ansiaba tenerlos entre sus brazos y darle a él el amor que no podía expresarle a Kouen ese era su más grande tesoro ahora si debía sacar a su tía del poder no permitirá que nadie hiriera a su hijo.
Mientras en las fronteras de Magnostadt el futuro emperador contemplaba la batalla desde lejos, su mente aun estaba concentrada en el sonrojo de la cara de su hermano lo cual aumentaba el palpitar de su corazón y al mismo tiempo en las lagrimas que corrian por su rostro cosa le oprimía el pecho, como puede tener dos emociones tan distintas a la vez, estaba muy confundido y eso aumentaba el deseo de regresar pronto con Koumei
-Koumei – le escucharon decir a su emperador los guardias cercanos.