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El ángel sin alas su puesto reclamará por Lili Wang

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Notas del fanfic:

bueno este fic nacio solo~

es decir la inspiración  vino por si sola gracias a un libro que estoy leyendo "la hija del humo"

posiblemente tenga continuación este fic.

Notas del capitulo:

los personajes de hetalia no me pertenecen solo los tome prestados. 

disfruten!

"Arderán, arderán.

Retuérzanse en sus tumbas cerdos asquerosos, observen como el mal triunfará, como la Tierra se destruirá, como todos sufrirán.

Arderán, arderán.

Y el ángel sin alas su puesto en los cielos reclamará, a su lado me tendrá."

 

Esa extraña canción repetía una y otra vez un joven de cabellos castaños, ojos del color de la miel, mirada pérdida, de 15 años de edad y con una cicatriz en su mejilla derecha. El joven llevaba puesto un collar con un extraño diente en el, un diente de tiburón o eso decía el adolecente, sus poleras eran todas negras con pequeños toques de rojo, como si quisiera simular la sangre. Sus polerones eran todos negros o azul oscuro con capucha para poder tapar sus ojos que a veces dejaban de ser del bello color da la miel para dar paso a un fuerte y brillante color carmín. Sus pantalones al menos eran normales y sus zapatillas blancas, siempre blancas.

 

 

-¿por qué cantas eso?

 

 Le preguntó la psicóloga al joven de cabellos castaños, escribiendo todo en su cuaderno, no quería perderse ni un detalle.

 

 -¿que por qué?

 

 Respondió el chico tontamente, como si no le estuviera prestando atención a la psicóloga.

 

-sí, por qué, Manuel...

 

 Dijo algo enojada la mujer, algo le daba mala espina en ese extraño chico. En todos sus años de psicóloga  jamás se había encontrado con alguien así, normalmente atendía chicos con baja autoestima, intentos de suicidio, homosexuales y a veces niños que creían servir a Satanás, pero claro, no eran más que patrañas, esos chicos no servían al índole del mal. Solo estaban perturbados. Pero... Algo le decía a la mujer que Manuel, su nuevo paciente era diferente, algo le decía que lo mejor era alejarse de él, aunque jamás se lo perdonaría a sí misma. No se perdonaría el dejar a un paciente...

 

-Está canción me recuerda que ya ocurrirá, él llegará, de la oscuridad vendrá, el antiguo ser celestial mucho caos creará, desorden social, enfermedad lanzará. Todos se arrepentirán.

 

Contestó Manuel con una sonrisa en su rostro, lo emocionaba la idea de que al fin podría verlos a todos sufrir, pero, había algo más...

 

-pero si eso ocurre ¿tú no sufrirás el mismo destino que todos?

 

 Exclamó la psicóloga en un intento de hacer que su paciente no siguiera en esas aguas, no quería que pudriera su alma y se alejara de Dios.

 

 -él a su lado me tendrá, nada me tocará, nadie ni nada lo intentará o con el ángel sin alas se tendrá que enfrentar.

 

 "Arderán, Arderán.

 Retuérzanse en sus tumbas, cerdos asquerosos, observen como el mal triunfará, como la Tierra se destruirá, como todos sufrirán.

 Arderán, arderán.

Y el ángel sin alas su puesto en los cielos reclamará, a su lado me tendrá."

 

 La psicóloga quedó confundida, ¿como un chico tan joven podría pensar de esa manera?

 

 

-no deberías pensar de ese modo... Mucha gente podría sufrir, perder a sus familias y eso no es bueno.

 

 Le replicó la muchacha con voz suave, queriendo llegar a la mente del paciente.

 

-Se lo merecen, este mundo es cruel.

 

 La chica quedo consternada, al parecer Manuel había sufrido bastante y por eso su actitud, con una mirada de compasión se acercó al ojimiel, extendiendo su mano hacía el cuerpo del menor con intensiones de darle apoyo, dándole pequeñas palmaditas en el hombro.

 

-si fuera tú, yo no lo haría.

 

 Dijo con veneno en la voz el joven, asustando un poco a la psicóloga pero esta aún así toco el hombro del menor, queriendo transmitirle apoyo.

 Qué gran error cometió ya que en el instante en el que su mano se posó sobre el hombro de Manuel, pudo verlo.

Un chico de cabellos rubios como el sol, ojos color esmeralda, facciones de ángel, una bella sonrisa y al parecer flotaba.

 

-hola

 

dijo el rubio con voz melodiosa, una voz preciosa.

 

 -hola...

 

Le respondió la mujer en un pequeño susurro, la belleza de ese ser la había dejado atontada.

 

 -¡Manu! ¿qué te dije que ocurriría si alguien aparte de mi o Antonio te tocaba?

 

 Protestó el rubio con un adorable puchero, Manuel lo quedó mirando y sonrió levemente.

 

 

-si que eris un celoso... Solo es la psicóloga que me mando a ver el puto colegio, no tenis que matarla.

 

 -¿matarla...?

 

Repitió la profesional ahogando un pequeño grito, eso era lo que le daba mala espina de su paciente.

 

 -¡Pero te tocó!

 

 Replico el ojiverde algo enojado, no le gustaba que tocaran a su amado Manuel, lo llenaba de celos e ira.

 Odiaba que lo tocaran, Manuel era suyo, suyo y de nadie más

 

-sabis que más, haz lo que querai.

 

 Dijo Manuel bufando suavemente, más, no enojado, no podía enojarse con su ángel sin alas, no podía... Después de todo era con ese ser con quien se encontraba más a gusto y podía ser él mismo.

Por eso cuando SU Martín se marchaba Manuel cantaba la canción del fin de los tiempos, para recordar a su ángel, para no olvidar que había alguien que lo daría todo por él, que jamás lo abandonaría, que lo quería...

 

-entonces ¿puedo matarla?

 

 -de que podis, podis, el problema es que ¿qué le vai a hacer para que su muerte no la vinculen conmigo? Conociéndote le vai a matar lenta y dolorosamente.

 

El ser celestial sonrió, su pequeño chico si que lo conocía. Bueno, después de todo Martín llevaba años al lado del joven mortal y Manuel terminó conociendo por completo a ese ángel sin alas.

 

-pues puedo borrar los expedientes, lavar la memoria de los testigos para que piensen que estaba con otro paciente y luego hacer que la atropelle un auto ¡esta re fácil!

 

 La psicóloga estaba asustada, tanto así que no era capaz de moverse, que tonta fue al no hacerle caso a sus instintos y gracias a ignorarlos moriría.

 

 -no suena mal...

 

Respondió el ojimiel desviando la mirada, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

 

-entonces está decidido. Muere Cecilia Toro.

 

Exclamó el rubio con una sonrisa sádica.

La muchacha no entendía nada, pero de la nada una extraña fuerza hizo que sus pies se comenzaran a mover, arrastrándola fuera de la consulta, haciéndola caminar hacia la calle, una calle tan transitada por los vehículos...

 

 

"no, no, no quiero morir"

 

 Pensaba la psicóloga ya que no podía controlar su cuerpo, no podía hablar, su voz no

Salía, no quería salir.

Y dio el primer paso hacia la calle, de la nada sus pasos dejaron de ser mecánicos y lentos, dando paso a una carrera por llegar al otro lado.

Cecilia estaba esperanzada, pensaba que lo lograría, pensaba que lograría pasar al otro lado, pero sus esperanzas se vieron siendo aplastadas cuando vio un camión encima de ella, el conductor trato de frenar pero no lo logro, atropellándola y dejándola con graves heridas, el conductor del camión se bajó de su vehículo y llamó a una ambulancia pero lo que no sabía era que no había salvación para esa pobre psicóloga.

 Todo porque el ángel sin alas así lo había dictado.

 

-Vamos.

 

 Le susurró en el oído el ojiverde a su pequeño, recibiendo un suave y casi inentendible "Gracias". Y ambos desaparecieron, llegando instantáneamente a la casa del menor. El rubio que llevaba cargando al estilo princesa a Manuel, lo deposito suavemente en la cama, viendo como su pequeño chileno se acomodaba, acercándose a él y cerrando los ojos.

 

 

-¿cuándo ocurrirá?

 

 

 Consultó medio adormilado el pequeño chileno. Tenía interés en saber cuándo ocurriría, cuando podía ser por completo de ese ser celestial que lo había cuidado, que le había robado el corazón.

 

 -Están listas las tropas, mi pequeño tsundere. Es cosa de esperar el momento indicado. Y todos andarán, los cerdos en sus tumbas se retorcerán, todos observaran como el mal triunfará, como la Tierra al fin se destruirá, como miles de personas sufrirán... Todo arderá.

 

 Le respondió con voz melodiosa Martín. Observando como el joven mortal de cabellos castaños viajaba a los brazos de Morfeo.

 

Notas finales:

¿les gusto? espero que si, por cierto, pronto voy a actualizar "peligro de sangre" y quizás un nuevo capi de este fic, la conti...quizás, claro, por cierto si quieren un tema del que escriba, diganmelo, gracias y nos vemos!


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