Capítulo 2: Dolorosa Tortura
Su padre se acercó a él con el ceño fruncido y con pasos fuertes. Vegeta tragó saliva muy asustado, algo malo pasaría. De seguro su padre estaba cabreado…
-Escúchame idiota, hoy estoy de mal humor. ¿Sabes lo que eso significa?
-…- No sabía si responder o no, sabía que si decía algo incorrecto lo golpearía.
-Contéstame cuando te hablo, ¡insecto!- Y le dio un rodillazo en el abdomen. Vegeta quedo arrodillado en el piso. Su padre le quitó la camisa y sacó un látigo de un costado de la puerta, para luego darle un latigazo en la espalda.
Vegeta gimió de dolor y unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. En parte de dolor, y por otra parte impotencia.
-¡Debes sufrir! Por tu culpa murió la mujer que más ame en toda mi vida…
-¡No fue mi culpa! Yo no quería que eso pasara…
-¡CÁLLATE!
Otro latigazo. Vegeta gemía de dolor y pedía por favor que parara, pero su padre no lo escuchaba, el odio y el sufrimiento lo habían vuelto sordo. Estuvo así hasta llegar a los 40, luego se cansó.
-Vete a tu cuarto. No te quiero ver bajar en todo lo que resta del día. ¡OBEDECE! –Gritó y le propino otro latigazo, Vegeta se levantó como pudo y subió a su cuarto. Aún llorando, entro en su baño y se miro la espalda al espejo, toda ensangrentada y marcada.
Agarró un equipo de primeros auxilios que tenía guardado y como pudo se curó algunas de las heridas. Se dio una ducha y trató de ponerse la camisa lo mejor que pudo, pero el dolor era mucho y no pudo colocársela. Así que se resignó a dormir solo con pantaloncillos. Se fue directo a la cama, sabía que si desobedecía a su padre algo peor pasaría.
-¿Por qué? ¿Qué hice kami?... ¿Será por culpa de mis antepasados? ¿De veras hicieron una maldición o algo por el estilo?... –Llorando de nuevo- ¿Algún día alguien se acercará a mí y me entenderá? Por favor… solo quiero un amigo… alguien que me entienda, alguien que me quiera…Es mi único deseo.
Muy adolorido, se durmió. Ignorando el hambre que tenía y el hecho de que apenas eran las 20.
**
De nuevo el molesto despertador sonó indicando que ya era hora de levantarse. Vegeta, aun con dolor de espalda, se estiro como pudo y lo apagó. Continúo con su rutina y se preparó su desayuno. Su padre no estaba por ningún lado, supuso que seguro se fue temprano a su “Trabajo” o estaría con una resaca en algún bar de la ciudad. Lo que sea que haya pasado, agradecía que gracias a eso no estuviera ahí.
Tomó su desayuno y se fue directo a la escuela otra vez. Con la esperanza de que esta vez Raditz y sus amigos estuvieran de buen humor igual que ayer, o que no estuvieran en la escuela.
Apenas entró a su salón el maestro de Química los recibió a todos. Esa era la clase más aburrida para Vegeta, siempre tenía que hacer los experimentos en el laboratorio solo. Pensó que hoy no pasaría nada malo, pero hiso mal una combinación y la mezcla estalló en su cara y cayó al piso cubierto de una sustancia verde pegajosa, agradeció bastante que no fuera algo tóxico. El profesor lo castigó mandándolo afuera del salón hasta que terminara la clase.
-Encima que casi me muero me castigan. Odio química de laboratorio. –Murmuro ya fuera de su salón, por suerte le permitieron ir al baño a limpiarse un poco la sustancia. El resto de la clase se la paso afuera sentado en el piso, escuchando como se reían de él.
Luego llegó Poesía, Vegeta la odiaba pero no podía hacer nada para salir de la clase; y al final, el receso.
Pero antes de que pudiera llegar al lugar donde se pasaba todo el receso, una voz hiso que se le ericen los pelos.
-Espera Vegeta… Ayer te dejamos pasar una… ¡pero ahora, debes pagar! –La voz burlona y furiosa de Raditz hiso que se diera vuelta hasta quedar enfrente de él y sus 2 secuaces.
-¿Qué me… harán ahora?- Preguntó dudoso, sabía que seguro le pegarían el doble por haberle dejado pasar el día anterior.
-Oigan amigos… hoy desperté con ganas de… no se… follarme a alguien… -Sonrió Broly a sus compañeros. A Vegeta se paralizó justo al oír eso… ¿¡Estaban hablando de follárselo a él!? Palideció, se temía lo peor.
-Es una gran idea Broly… Pero… ¿A quién podría ser? –Dijo Turles riendo cínicamente para sus adentros, fingiendo que estaba pensando.
-Me parece genial la idea… ¡Ya se!... Él pequeño brujo está libre de compromisos a esta hora… -Sonrió Raditz y señalo a Vegeta, esté último retrocedió un paso. Una cosa era ser golpeado, pero otra muy distinta ¡era ser violado!
Quiso correr, pero Raditz y Turles lo sujetaron de ambos brazos y se lo llevaron al baño, tapándole la boca para que no gritara. Desgraciadamente no había nadie en los pasillos, trató de patear e intentar huir, pero el agarre era fuerte. Cerraron la puerta con llave, la cual le robaron a un conserje, y luego de asegurarse que no había nadie, Broly le quitó los pantalones y los bóxer a Vegeta. Este último estaba de espaldas en el piso con sus brazos sujetos por los mayores y su boca amordazada. Trató de luchar pero de nuevo fue imposible.
-Muuy bien… Yo tuve la idea así que iré primero… Observen al campeón. – Rió Broly, comenzando a bajarse sus pantalones y bóxer hasta quedar con su miembro descubierto. Se masturbó un poco y la erección muy rápido apareció.
-Wow Broly… Yo siempre pensé que la mía era más grande que la tuya –Decía Turles con algo de envidia.
-Cállate y déjalo seguir, a poco tu comentario hace que se le baje de nuevo. –Decía molesto Raditz, pensando en sus adentros “Já, la mía es más grande que la de estos dos tontos, después de todo soy el mayor”
Vegeta respiraba agitadamente, se movía desesperadamente tratando de liberarse del agarre, intentando salvarse de su inevitable destino… Pero fue imposible. De un momento a otro, Broly ya tenía metido su miembro dentro de la entrada del menor de una sola embestida, sin ninguna delicadeza ni preparación previa…
-HMMMMMM- Vegeta quiso gritar de dolor, pero no pudo por la venda que tenía en la boca. Unas cuantas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, ese dolor no se comparaba con ninguna golpiza, era algo muy doloroso. Jamás había sentido algo tan doloroso, sentía como si estuvieran cortándolo al medio…
-Mmm parece que… ah… te gusta esto…- Dijo con maldad, sabía que lo único que sentía Vegeta en ese momento era dolor. Comenzó a embestirlo con mucha fuerza, su miembro comenzaba a tintarse de rojo debido a la sangre del menor.
-Hmmm… hhpmm… no… -Intentaba gritar, se sentía morir. Ese dolor era indescriptible, sentía como ese miembro entraba y salía con mucha fuerza, sentía cómo lo desgarraba por dentro mientras él no podía hacer nada más que llorar con desesperación. Nunca en toda su vida se había sentido más desprotegido que en ese momento…
Pero como siempre, nadie vendría a rescatarlo…
Broly se movió unas cuantas veces en su interior y hasta que se vino dentro de Vegeta. Este último gritó aún más, ese líquido quemaba en su interior, sentía mucho ardor; no había nada de placer. Broly salió de su interior y se colocó su ropa interior y pantalones, entonces Turles se acercó.
-Por tu cara se ve que es muy rico ahí dentro… Raditz, ¿puedo hacerlo ahora?
-Claro. Todo sea por el placer de nuestro amigo Vegeta –Rió sínicamente, mientras Vegeta trataba de levantarse pero el agarre seguía siendo muy fuerte. Al final se rindió y se dejo. Ya no podía hacer nada, nadie nunca le había enseñado a pelear y no era muy fuerte ya que jamás fue entrenado. Estaba a la merced de 3 bestias…
Turles fue el próximo en hacer lo mismo que Broly, solo que esté fue mucho más rudo. Vegeta solo cerró los ojos con mucha fuerza, impotente. Sentía el peor dolor del mundo, y un gran asco al sentir el semen de esos desgraciados en su interior. Una vez que se corrió llegó el turno de Raditz, quien apenas se bajo los pantalones los 2 menores se quedaron viéndolo.
-E-es… ¡Más grande que la mía! –Exclamó Broly.
-Por supuesto, por algo soy el jefe…- Con aires de grandeza.
El menor se sentía cada vez peor… Solo rezaba para que su agonía terminase rápido… Luego de que Raditz terminó su cometido, le colocaron sus prendas a Vegeta, le quitaron la mordaza y limpiaron un poco la sangre y semen del piso para no levantar sospechas. Se fueron, y lo dejaron muerto de dolor en el piso… Sin preocuparse por nada…
-¿Por… por qué?
Vegeta se arrastró hacia una pared y se levantó lentamente sintiendo unas punzadas muy fuertes en su parte baja, además de un líquido caliente saliendo de su entrada, mojando su ropa. Poco a poco la vista se le nubló y cayó al suelo, inconsciente.
**
Cuando despertó, se levantó con un dolor insoportable en el trasero. Caminó cojeando hasta su salón, sintiendo una punzada muy profunda en su interior a cada paso… Resistió lo más que pudo, deteniéndose en ciertos puntos para no agravar sus heridas. Llegó al salón a recoger su mochila y sus cosas que seguían en él. Tenía suerte de que nadie tocara nada de su pertenencia, ya que pensaban que estaría “maldito” o algo así. Salió de la escuela, la cual no estaba cerrada con llave ni nada por el estilo. El sol estaba a punto de ponerse, de seguro eran las 18 o 19. Había estado desmayado durante 3 horas.
-Malditos…
Caminó hasta su casa muy adolorido, conteniendo las lágrimas, y entró cautelosamente, si su padre notaba lo tarde que había llegado podría enfadarse y lastimarlo. Aunque nada sería tan malo como lo que sufrió horas atrás…
Pero se dio cuenta de que no había nadie en la casa. Agradeció a todos los dioses y subió directo a su cuarto a darse una ducha bien larga. Se sentía muy sucio por lo que le habían hecho.
-Qué asco… ¿Cómo se han atrevido? –Murmuraba dolido, se sentía furioso, humillado, ofendido, lastimado… y lo peor, despreciable. Si ya se odiaba antes, ahora se repudiaba mucho más.
Luego de la ducha, se dirigió directo a la cama. Se tiró allí y miro al techo, comenzando a pensar.
“Malditos… ¿Cómo han podido hacerme algo así? Yo sabía que eran unos monstruos, pero de ahí a ser unos ¿violadores gays? Yo no me merecía eso, no hice nada malo… ¿Por qué, mamá?”
Al poco tiempo comenzó a llorar, lleno de rabia, frustración e impotencia a causa de lo que le habían hecho… ¿Qué más podría pasarle ahora? Ya le habían hecho de todo… Cada segundo se sentía más miserable, y quería morir…
Se levantó y de un cajón de la mesita de luz sacó una navaja que tenía guardada desde hacía ya muchos años, se la compro cuando apenas tenía 12…
-¿Qué objeto tiene seguir viviendo así?- Susurró, con lágrimas en los ojos.
Se hundió la navaja levemente en las muñecas, pero no lo suficiente como para morir desangrado, no tenía el valor para hacer algo así… Y nunca entendía por qué, si tenía todos los motivos…
-¿¡POR QUÉ SIMPLEMENTE NO LO HAGO!? ¿POR QUÉ NO TENGO EL VALOR?
Se arrodillo en el piso y comenzó a llorar desesperadamente, de a poco se fue debilitando hasta quedar tendido en el piso, no tenía fuerza suficiente como para moverse por la pérdida de sangre, así que se resigno a dormir en el piso.
Cerró los ojos lentamente hasta perder la conciencia por completo. Al diablo los deberes, al diablo todo. Solo quería un poco de paz… y alguien que lo consuele, pero sabía que eso nunca pasaría.